El Papa pide salir «de los nacionalismos» para dar respuesta a los «cambios climáticos con cambios políticos concretos»

Papa Francisco Ángelus Santa Marta
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Por segunda semana consecutiva, el Papa Francisco ha evitado leer el mensaje preparado para antes y después del rezo del Ángelus.

«Tampoco hoy podré leer todo: estoy mejorando, pero la voz todavía no me da. Mons. Braida leerá la catequesis», dijo el Pontífice desde santa Marta ya que tampoco volvió a aparecer por el balcón de san Pedro.

Comentando el Evangelio del domingo con el que hemos dado comienzo el Tiempo de Adviento, el Pontífice habló sobre el significado de la «vigilancia cristiana». El Santo Padre afirmó que «la vigilancia de los siervos no se basa en el temor, sino en el anhelo, en la espera de ir al encuentro del amo que viene».

El Papa invitó a los fieles durante esta Adviento a que «preparemos con esmero la casa del corazón, para que esté ordenada y sea acogedora». Como cuestiones concretas para preparar el corazón para la acogida del Señor, Francisco animó a acercarnos «a su Perdón, a su Palabra, a su Mesa, encontrando espacio para la oración, acogiéndolo en los necesitados».

Les ofrecemos las palabras completas del Papa durante el Ángelus:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy, primer domingo de Adviento, en el breve Evangelio que nos propone la liturgia (cf. Mc 13,33-37), Jesús nos dirige tres veces una exhortación sencilla y directa: “Estén vigilantes” (vv. 33.35.37).

El tema es, pues, la vigilancia. ¿Cómo debemos entenderla? A veces pensamos en esta virtud como una actitud motivada por el miedo a un castigo inminente, como si un meteorito estuviera a punto de caer del cielo y nos amenazara con aplastarnos, si no nos apartamos a tiempo. ¡Pero, ciertamente, éste no es el sentido de la vigilancia cristiana!

Jesús lo ilustra con una parábola, hablando de un amo que regresará y de sus siervos que lo esperan (cf. v. 34). En la Biblia el siervo es la “persona de confianza” del amo, con el que a menudo existe una relación de cooperación y afecto. Pensemos, por ejemplo, que Moisés es definido como siervo de Dios (cf. Nm 12,7) y que incluso María dice de sí misma: “He aquí la sierva del Señor” (Lc 1,38). Así pues, la vigilancia de los siervos no se basa en el temor, sino en el anhelo, en la espera de ir al encuentro del amo que viene. Se preparan para su regreso porque lo quieren mucho, porque esperan que, cuando llegue, encuentre una casa acogedora y ordenada: están felices de volver a verlo, hasta el punto de que esperan su regreso como si fuera una fiesta para toda la gran familia a la que pertenecen.

Con esta espera llena de afecto queremos también nosotros prepararnos para acoger a Jesús: ya sea en Navidad, que celebraremos dentro de unas semanas; ya sea al final de los tiempos, cuando regrese en gloria; ya sea cada día, cuando venga a nuestro encuentro en la Eucaristía, en su Palabra, en nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los más necesitados.

Por eso, de modo especial durante estas semanas, preparemos con esmero la casa del corazón, para que esté ordenada y sea acogedora. Vigilar, de hecho, significa estar con el corazón preparado. Es la actitud del centinela, que en la noche no se deja tentar por el cansancio, no se duerme, sino que permanece despierto esperando la luz que llegará. El Señor es nuestra luz y es bueno preparar el corazón para acogerlo con la oración y para hospedarlo con la caridad, los dos preparativos que, por así decirlo, lo hacen sentirse cómodo. A este respecto, se cuenta que san Martín de Tours, hombre de oración, después de dar la mitad de su manto a un pobre, soñó con Jesús vestido precisamente con esa parte del manto que había dado. He aquí un hermoso programa para el Adviento: encontrar a Jesús que viene en cada hermano y hermana que nos necesita, y compartir con ellos lo que podamos: escucha, tiempo, ayuda concreta.

Queridos hermanos, hoy nos hace bien preguntarnos cómo podemos preparar un corazón acogedor para el Señor. Podemos hacerlo acercándonos a su Perdón, a su Palabra, a su Mesa, encontrando espacio para la oración, acogiéndolo en los necesitados. Cultivemos su espera sin distraernos con tantas cosas inútiles y sin quejarnos todo el tiempo, sino manteniendo el corazón vigilante, es decir, ansioso de Él, despierto y preparado, impaciente por encontrarlo.

Que la Virgen María, mujer de la espera, nos ayude a acoger a su Hijo que viene.

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Después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

En Israel y Palestina la situación es grave. Duele que se haya roto la tregua: esto significa muerte, destrucción y miseria. Muchos rehenes han sido liberados, pero tantos están todavía en Gaza. Pensemos en ellos, en sus familias que habían visto una luz, una esperanza de reencontrarse con sus seres queridos. Hay mucho sufrimiento en Gaza; faltan productos de primera necesidad. Espero que todos los implicados puedan alcanzar un nuevo acuerdo de alto el fuego lo antes posible y encontrar soluciones distintas a las armas, tratando de tomar valientes caminos hacia la paz.

Quisiera asegurar mi oración por las víctimas del atentado de esta mañana en Filipinas, donde una bomba ha estallado durante la misa. Estoy cercano a las familias, al pueblo de Mindanao que ya ha sufrido tanto.

Si bien desde la distancia, sigo muy de cerca los trabajos de la COP 28 de Dubái. Les estoy cerca. Renuevo mi llamado para una respuesta a los cambios climáticos con cambios políticos concretos: salgamos de las estrecheces de los particularismos y de los nacionalismos, esquemas del pasado, y abracemos una visión común, comprometiéndonos todos ahora, sin demora, con una necesaria conversión ecológica mundial.

Hoy es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Acoger e incluir a quienes experimentan esta condición ayuda a toda la sociedad a ser más humana. En las familias, en las parroquias, en las escuelas, en el trabajo, en el deporte: aprendamos a valorar a cada persona con sus cualidades y capacidades, y no excluyamos a nadie.

Saludo con afecto a todos ustedes, romanos y peregrinos de Italia y de otras partes del mundo, especialmente a los polacos que participan en los actos promovidos en Roma en honor de la familia mártir Ulma, recientemente beatificada.

Saludo a todos los peregrinos y a todos los grupos parroquiales de Florencia, Siena, Brindisi, Cosenza y Adrano.

Deseo a todos un buen domingo y un buen camino de Adviento. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Que tengan un buen almuerzo y hasta pronto!

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Comentarios
9 comentarios en “El Papa pide salir «de los nacionalismos» para dar respuesta a los «cambios climáticos con cambios políticos concretos»
  1. Francisco, con la excusa del supuesto cambio climático (que es una falacia), está trabajando a favor de la gobernanza mundial, contra la soberanía de las naciones. Es decir, que Francisco está completamente alineado con el anticatólico nuevo orden mundial y su Agenda 2030.

      1. ¡Pero qué vulgar lo que dice este sujeto! «Como si un meteorito estuviera a punto de caer del cielo y nos amenazara con aplastarnos, si no nos apartamos a tiempo».
        Da pena. Su alma está como el cuerpo de Herodes el Grande cuando le faltaba poco para morir.

    1. Y sigueeeee!!!

      Madre mía ¡que pesado! Que me da igual lo que Usted diga sobre El Clima!!!

      Hable de Dios, pero respetando la doctrina católica, por favor, y si no cállese o váyase!!

  2. «Renuevo mi llamado para una respuesta a los cambios climáticos con cambios políticos concretos: salgamos de las estrecheces de los particularismos y de los nacionalismos, esquemas del pasado, y abracemos una visión común, comprometiéndonos todos ahora, sin demora, con una necesaria conversión ecológica mundial.»

    No he podido soltar una carcajada con esto último. Lo malo es que no sé si era por pena, o por lo tronchante de la situación.

    «Abracemos una visión común » dice… Santidad, la única «Visión Común» de la Verdad que todo ser humano debe seguir son las enseñanzas del Evangelio de Cristo, el Magisterio y la doctrina católicos transmitidos a través de la Santa Madre Iglesia, contra la cual usted se ensaña con todo el descaro del mundo, sobre todo si huele a mínimamente ortodoxo y tradicional.

    Santidad, menos hablar de ecología y más hablar de la necesidad urgente de conversión. Que esa necesidad SÍ que es apremiante.

  3. Es un horror lo que dijo Bergoglio. Quiere darle más poder a los gobernantes para que opriman a la población.
    ¿A qué cambios políticos se refiere? ¿A un gobierno mundial?! Por eso habla de dejar los nacionalismos.
    Si se tienen en cuenta los objetivos de la élite globalista, es muy evidente lo que quiere decir Bergoglio y adónde va. Con su asesor Marx, entre tantos.

  4. Justamente lo contrario, las actuaciones de conservación de la naturaleza, hechas desde el prisma nacional y local, son mucho más eficaces, y sobre todo, mucho más coherentes con la cosmovisión cristiana, que el ecologismo radical y globalista antihumano.

  5. La «la casa común»? La Única Casa Común a la que estamos llamados no es este entorno pasajero llamado Tierra. Pero de como llegar a ella….hoy poco de habla.

  6. Este indigente intelectual ¿recordará algo de lo que estudió cuando hizo la carrera de CC Químicas? porque cada vez que habla de ciencia, rebuzna. Pero lo que mas me repugna de el es su complacencia con la agenda satánica 2030, su odio visceral a la tradición de la Iglesia y su odio al concepto de patria, al patriotismo y a la soberanía de los estados nacionales. Ya no puedo explicar su conducta atribuyéndola a imbecilidad supina, no, para comprender tidas las barbaridades que dice y hace, me veo en la necesidad de considerarle malo, malvado; si no, no le encuentro explicación.

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