Strickland refuta las acusaciones de mala gestión como causa de su cese

Joseph E. Strickland, obispo de Tyler (EE.UU) Joseph E. Strickland, obispo de Tyler (EE.UU)
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La pregunta sigue abierta, sin que nadie la responda desde Roma: ¿a qué se debió el fulminante e inexplicado cese de Joseph Strickland de su diócesis texana de Tyler? Se ha hablado de ‘mala gestión’, pero ahora el propio interesado desmonta esa acusación.

Y lo hace en su propio programa multimedia, The Bishop Strickland Show, donde el prelado se defiende de las acusaciones de mala gestión como causa de su deposición, además de tratar otros temas como el concepto de reverencia y la reunión de la Conferencia Episcopal en Baltimore que tuvo lugar a principios de mes.

Dice Strickland que la supuesta mala gestión se produjo en medio del escándalo McCarrick en 2018, cuando tres funcionarios diocesanos “intentaban dirigir las diócesis según su voluntad y utilizarme como obispo”. Strickland los despidió inmediatamente. Y aunque reconoce que confió ingenuamente en ellos, ora por ellos.

Explica el prelado que en sus contratos se incluyeron generosos paquetes de indemnizaciones a las víctimas “que iban más allá de lo apropiado”, aprovechando y imponiendo una carga financiera a la diócesis. Pero la diócesis logró recuperarse y su situación financiera pronto fue “más fuerte que nunca”, recaudando más de tres millones de dólares en la petición de fondos anual del obispo, que batió récords. Aun así, el Vaticano está intentando “promover esto como la razón por la que fui destituido”, continúa Strickland. “No puedo permitir eso. No puedo… permitir que mientan”.

Strickland también señala un efecto paralizador que su destitución ha tenido en el episcopado. “Lamentablemente, mi destitución tiene a los obispos asustados ante Roma”, se lamenta Strickland. «Es una triste situación para el Cuerpo de Cristo… Sus líderes tienen miedo de los poderes dentro del Vaticano». Si bien dice que el miedo no es una reacción irracional a su destitución, Strickland dice además que es una “lástima que estén operando por miedo en lugar de por fe”.

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Comentarios
40 comentarios en “Strickland refuta las acusaciones de mala gestión como causa de su cese
  1. El cese del obispo Stryckland se debe a la actitud errática e inmisericorde de Francisco, que es un rígido de la ideología del mundo, y por eso no tolera a los obispos de recta doctrina como monseñor Stryckland.

    1. Y dale con este chicle, ¿por qué no hablan de los 18 que participaron en “El Rosario” manifestación que hicieron frente a la curia de Tyler? Ni 20 personas, eso dice mucho. Pero sigan masticando el mismo chicle, ya aburren con lo mismo.

      1. y Usted aburre aún más metiéndose siempre con sinvergonzonería y falta de respeto con los sacerdotes que así se identifican en este medio. Le aseguro que somos miles y miles, por no decir centenares de miles los que estamos del lado de la santa doctrina de Jesucristo, sin quitarle ni un ápice, como hace Don Trucho cuando llama machista e intransigente al que es Dios de Dios, Luz de Luz y Redentor del todo el género humano ( que se deje redimir, claro está).
        Somos muchísimos los que rezamos por santos obispos como Strickland, Burke, Schneider, Sarah, Müller y tantos más que, gracias a Dios, están defendiendo la sana doctrina de Jesucristo ante los ataques velados, sibilinos y desfachatados de Don Jorge y su tropa de infiltrados.
        Es Ud. un auténtico impresentable, como ellos.

          1. Si abre la veda para emplear la arroba (@), en sustitución de vocales, para dirigirse a otros comentaristas, igual usted sale malparado, porque ya sabe cómo quedaría: K@k@ (que en román paladino se pronuncia «caca»). En vez de tanta falsa bendición, cuando usted ha maldecido aquí públicamente a un sacerdote (además de llamar mentiroso Francisco), debería ponerse en manos de uno para someterse a un exorcismo, farsante.

      2. KIKIPOLLAS
        Pero si el del chicle eres tuuuu, campeon. Todo el día haciendo gala de lo imbecil que eres. Comprendo que ese es precisamente un rasgo de imbecilidad, el querer mostrarlo a todas horas, pero hombre, no lo pregones solo por aquí. Vete a prensa generalista, y comenta allí, donde con mucho menos esfuezo lograras que miles y miles se den cuenta al instante de lo tonto que eres. Aqui ya lo sabemos desde hace mucho tiempo y no vas a conseguir que nadie mas se entere. Todo el mundo te tiene ya calado. Tonto y muerde almohadas, que no te privas…

  2. A saber qué estarán inventando para denigrar la conducta de Strickland…
    En el Vaticano trabaja una «mafia» bastante perversa, podemos esperar cualquier cosa…

  3. El Padre Fortea sugiere que el cese se debe a unas críticas de Strickland que, de confirmarse su veracidad, ciertamente fueron más allá de un límite admisible.

    Lo que no obsta, por supuesto, a reconocer que siempre fue un Obispo excelente y querido por su rebaño.

    1. ¿Querido por su rebaño? A su manifestación de apoyo llegaron 18 personas, como que no era muy querido el obispo. Hay que leer periódicos locales y otros medios de información, el amarillismo no está apegado a la verdad.

      1. Pero mire que es usted ridículo: tras llamar mentiroso a Francisco, llena esta página de deposiciones poniendo hipócritamente lo del «amadísimo papa Francisco», y resulta que él no junta ni a 18 en la plaza de San Pedro. Con la diferencia de que sus «diocesanos» son más de mil millones de católicos, lo que, aplicando su propia teoría, convierte el porcentaje de ese «amado» seguimiento en una cifra de 0,000… (cero coma tropecientos ceros antes del primer número positivo). «Amor» a raudales, vamos. Por cierto, ¿podría usted decirnos cuántos fueron los feligreses de la diócesis de Tyler que firmaron la carta dirigida a la Santa Sede para que no se destituyera a Monseñor strikland, que esta misma página publicó el pasado 23 agosto? Alguno más de 18, son. Vaya usted contando con un ábaco y luego nos lo dice. Y, en el entreacto, ya sabe: sométase a un exorcismo, farsante.

    2. Las críticas de Monseñor Strickland a la Iglesia norteamericana fueron justas y valientes: cuestionó que Monseñor Mc Carrick hubiera sido promovido a sus altos cargos cuando se sabía de su corrupción moral depravada. Como la Conferencia Episcopal de E.E.U.U. había colaborado en esos ascensos de Mc Carrick, se sintieron amenazados por estos justos cuestionamientos de Mons. Strickland. El Padre Fortea parece defender el ocultamiento de la corrupción en aras de la unidad y la obediencia.
      San Pablo no compartiría su opinión, y defendería el accionar valiente de Monseñor Strickland

      1. Que su defensa de monseñor Strickland no sea ciega, recuerde que el ex cardenal Mc Carrick era un tradi hasta que se descubrió lo que ocultaba. Muchos tradis lo son porque algo ocultan. No meta las manos al fuego por un desconocido, a mi me llamó la atención ese dato: la gente que sí lo conoce no salió a manifestar, por algo será.

        1. Que su falsa defensa de Francisco no sea hipócrita, que todos hemos sido testigos de cómo usted le ha llamado mentiroso por haber dicho algo cierto que a usted no le gustaba. Y no mienta, que tiene ese vicio muy arraigado: el abusador confeso McCarrick no ha sido lo que usted llama «tradi» en toda su vida. A saber qué oculta usted. Muchos trolls lo son porque ocultan algo. Y deje de repetirse como el ajo: por Francisco no se manifiesta nadie (sólo hay que ver la plaza de San Pedro, cada vez más vacía), a pesar de lo cual aquí sigue usted, fingiendo que le adora y diciendo que todos lo hacen (no se cree ni usted ninguna de las dos cosas). Por algo será. En vez de dar tanto la chapa, a ver si se somete a un exorcismo, farsante.

    3. Exacto hidaspes, nadie conoce mejor que el papa Francisco lo que hizo Monseñor Strickland.

      Yo confío en el padre Fortea porque nuestro deber, como dice él, es el de no juzgar.

      1. Nuestro Creador nos ha dado inteligencia para analizar hechos… San Ignacio de Loyola lo llama «discernir». Discernimos sobre los hechos que conocemos, y si no lo hicièramos serìamos como robots, no como seres humanos con inteligencia y voluntad. «Cuando entramos a la Iglesia nos sacamos el sombrero, no la cabeza»…

        1. Si tienes razón ángeles, pero he puesto la respuesta del padre Fortea sobre este caso del obispo Strickland, espero que infovaticana la ponga aunque sea un poco más tarde, para saber que opina de este caso, poder escucharlo y discernir sobre ello.

          1. ¿Y a quién le importa lo que «opine» el P. Fortea o usted mismo? También nos imaginamos lo que al respecto opinarán los impresentables Cupich, Hollerich, Marx o el Trucho. ¿Y? Lo que es de guasa es su frase «nadie conoce mejor que el papa Francisco lo que hizo Monseñor Strickland». ¿Lo que hizo? Lo hecho y dicho por Mons. Strickland siempre ha sido público. Quienes actúan en las sombras son otros. De ahí el repudio a esa cacicada: él lo sabe… y los demás también. La diferencia es que los heterodoxos aplauden dicha cacicada y los católicos no.

      2. El Padre Fortea parece defender el ocultamiento de la corrupción en aras de la unidad y la obediencia.
        San Pablo no compartiría su opinión, y defendería el accionar valiente de Monseñor Strickland

  4. No defiendan a los jerarcas de la Iglesia. Anuncien a Cristo…El humilde camina en la verdad. Uno solo anuncia a Cristo, lo demas sera dado por añadidura.

    1. El aprecio o menosprecio de una opinión depende exclusivamente de ella, no de quién la dice. Si alguien opina públicamente de lo divino y de lo humano, los demás, además de hacer lo mismo, también pueden opinar sobre esas opiniones. Y, en este caso, el P. Fortea dispone de la misma información que usted o que cualquiera, porque, como ya he señalado, lo hecho y dicho por Mons. Strickland es público. Mientras tanto, la lista de defenestrados por Francisco sigue en aumento, y en todos los casos lo que sus víctimas tienen en común es su profesión y difusión íntegra de la fe y la moral católicas. Por contraste, los heterodoxos siguen en sus puestos y, no sólo no se les corrige ni destituye, sino que se les proporciona. De éso estamos muy bien informados todos, porque hoy en día, con internet, ya no se pueden ocultar las cosas como se hacía antes, y tenemos conocimiento en tiempo real.

    1. ¿Lengua más viperina y actitud más rebelde que la de Bätzing, por ejemplo? Eso no se lo cree nadie; ni siquiera usted. Y, sin embargo, ahí le tiene, sin que nadie le destituya. Y, como él, tropecientos heterodoxos, a quienes no se destituye sino que se promociona. Tendrá que encontrar usted otra excusa que no sea mentira para justificar la calcificada pontificia.

      1. Cada caso es diferente y se trata de manera diferente, con medicina y terapia distintas. El caso de Batzing y la iglesia de Alemania no va a tener una solución fácil y rápida. Probablemente, el próximo Papa tendrá que seguir lidiando con el difícil caso de Alemania y sus obispos que abogan por todos los hetorodoxos y muy arriesgados cambios que pretenden implementar.

        1. Donde antes aparece escrito licalcificada pontificial,, debe decir «cacicada pontificia». Dicho lo cual, pasemos a sus majaderías:

          «Cada caso es diferente y se trata de manera diferente»

          Eso se lo he dicho más arriba, además de que lo ve todo el mundo: ¿clero de sana doctrina? Insultos o destitución, según el caso. ¿ clero heterodoxo? Silencio, dejar hacer o promoción, según el caso. Ciertamente, se les trata de forma diferente. Pero siempre siguiendo este patrón (jamás se destituye a un heterodoxo, ni se promociona a quien no dice herejías o promociona inmoralidades).

          «El caso de Batzing y la iglesia de Alemania no va a tener una solución fácil y rápida»

          Claro: falta voluntad. Para destituir obispos que profesan íntegramente la fe católica, en cambio, corre que se las pela.

          «Probablemente, el próximo Papa…»

          Del próximo Papa sólo se sabe una cosa: no será argentino ni jesuita. Esperemos que, al menos, sea católico.

  5. Mi director espiritual que es de Opus Dei, un sacerdote santo y muy conservador, conserva todavía aquellos valores cristianos tan importantes que se esfuerza por transmitirme, como la prudencia, la humildad, la mortificación, la obediencia, la sabiduría del silencio, entre otros, y él no está nada de acuerdo con las actitudes de Strickland, tanto en las redes como en la vida eclesial, fomentando la rebelión. No queremos obispos así, por muy tradicionalistas que sean.

    1. Seguro, no queremos sacerdotes así, que generen división. No queremos sacerdotes como Atanasio de Alejandría, no queremos sacerdotes como Hilario de Poitiers, y ni hablar de un alborotador como Juan Crisóstomo que no solo se contentaba con criticar a los «hermanos» de su tiempo, sino que incluso se la agarró con el emperador y su esposa (pero no le salió gratis la cosa, porque fue duramente criticado y desterrado hasta su muerte). Y digo más, el tal Atanasio no solo tuvo la osadía de oponerse a la inmensa mayoría de los obispos de su tiempo sino que tuvo el coraje y descaro de oponerse ferreamente al mismísimo Papa Liberio. Y lógicamente, al Papa no le quedó más remedio que excomulgar y desterrar a ese liero.

      1. Pero sabemos cómo terminó la cosa y como la historia puso en su lugar a esos exaltados y buscapleitos. Hoy le rendimos honores a SAN Atanasio, a SAN Hilario de Poitiers, a SAN Juan Crisóstomo, que fueron solos contra el mundo y la inmensa gran mayoría del clero de su época, e incluso contra el Papa, por defender la fe católica, sin importarles persecusiones ni críticas. Pero hoy, San Atanasio goza de la visión beatifica, en tanto que lo más probable es que Liberio, si no está en el infierno, dudo que haya salido del Purgatorio.

        Y así pasa hoy con Strickland y Francisco. No quisiera estar en los zapatos de este último en el día de su juicio particular. Ni tampoco en los tuyos; yo que tú me abstendria de seguir comentando para no cavar más en el pozo en que te has metido. No esperes a que Dios ponga su dedo sobre ti para recién entonces lamentarte; recuerda, siempre es tarde cuando se llora.

        1. Muy acertado su comentario, como siempre. A tenerse en cuenta, además, que el troll al que contesta ni siquiera es católico (animo a cualquiera a que repase el historial de sus deposiciones en esta página; especialmente sus insultos a los católicos). Además, es tan poco imaginativo que nos tiene que contar lo del supuesto «confesor tradicional del Opus». Será el mismo que le aconsejó insultar a los católicos, claro. Igual es Bonnemain, del Opus, que pretende hacer firmar a su presbiterio una renuncia a enseñar la fe católica íntegramente, y, en concreto, lo que las Sagradas Escrituras dicen sobre la homosexualidad y otros pecados sexuales como el adulterio. Menuda garantía citar como fetiche la pertenencia de alguien al «Opus» para así poder decir barbaridades, difundir herejías, contar trolas o justificar cacicadas.

          1. Gracias por tus palabras Catholicvs; si, sé que Agios es un troll, al que divierte tomarse a la chacota la fe católica. Por eso le aconsejé en mí comentario que se abstenga de seguir comentando, aunque dudo que yo sea escuchado. Pero bueno, este troll no podrá alejar ignorancia cuando tenga que rendir cuenta de sus actos.

    2. AGIOS, lo siento pero está ud. muy equivocado. Los obispos que crean división son los aquellos pastores que con su ambigüedad crean confusión, o predican y /o promueven mala doctrina. Recuerde que Cristo nos previno contra los malos pastores, los lobos. Si un obispo no nos confirma en la fe, hay que denunciarlo; la obediencia ha de ser inteligente. Obedecemos a Cristo y a su Iglesia, no a la «iglesia» que promueve la doctrina y moral mundana… Eso dígaselo a su confesor. Basta ya DE PAPOLATRIAS!

      1. ¿A quiénes, a dónde y cómo lo vas a denunciar? ¿En las redes, foros, plaza pública a los forofos, tertulianos y comentaristas partidarios de la endiosada «Tradición» por la cual están ciegos dando voces y gritos, atacando y odiando?

        ¿O por el contrario se debe denunciar discreta y directamente al superior o superiores a los que incumbe analizar y juzgar las cuestiones en discusión, las sospechas y los errores?

        ¿Qué gana un común fiel, o un sacerdote – aparte de envenenar y envenenarse – con eso de despotricar, insultar, atacar, difamar, maldecir, acusar, corregir, reprender, juzgar, condenar a un obispo o al mismo Papa en las redes o en la plaza pública?

        1. «¿O por el contrario se debe denunciar discreta y directamente al superior…»

          ¿Otra vez la misma gaita? Quienes difunden herejías y promueven la inmoralidad, ¿lo hacen de forma discreta y al oído, fiel por fiel? ¿O escandalizan públicamente y aprovechándose el cargo que ocupan para hacer justamente lo contrario de lo que deberían? Entre creer a Santo Tomás de Aquino y al apóstol San Pablo, o creerle a usted, no creo que sea tan ingenuo de esperar que se le vaya a creer a usted.

          Y tenga la respuesta a su corta-pega (repetido en la noticia sobre la inflamación de los pulmones de Francisco), que usted debe de creer que es una «genialidad» y por eso vuelve a castigarnos con lo mismo con tres horas de diferencia. Para que vea que los demás también sabemos copiar y pegar:

          «…eso de despotricar, insultar, atacar, difamar, maldecir, acusar, corregir, reprender, juzgar, condenar a un obispo o al mismo Papa en las redes o en la plaza pública»

          1. Mézclelo usted todo, cosas loables y cosas reprobables, como si todo fuera lo mismo, a ver si cuela. Pues no, no cuela: despotricar, insultar o atacar, es lo que hace Francisco o usted contra los católicos.

            Corregir y reprender es una obligación moral de todo bautizado para con quien se halla en el error: enseñar al que no sabe y corregir al que yerra, lejos de ser algo malo, son obras de misericordia, que también deben ejercerse con los superiores, como explica Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia, y como hizo San Pablo con San Pedro públicamente (y se reflejó en las Sagradas Escrituras para que quedase constancia pública ante todas las generaciones). Quien no sólo juzga, sino que además condena, es usted a quienes profesan íntegramente la fe católica, con su implícita actitud farisaica de «gracias, Señor por hacerme puro y no como estos publicanos infovaticanos». La ley del embudo, vamos: «que los demás no juzguen a los…

          2. …malos, que ya me encargo yo de juzgar a los buenos».

            «Cualquier irregularidad moral o doctrinal se debe denunciar discreta y directamente al superior…»

            Mentira: las ofensas personales que se producen sin conocimiento público, sí. Los errores doctrinales, las herejías y las inmoralidades que se defienden y difunden públicamente, y que por tanto producen escándalo, no. Y el ejemplo más claro lo tiene en el recién citado incidente de Antioquia.

            Pues nada, troll: vuelva a copiar y pegar lo mismo en cada una de las noticias, que le volveré a poner lo mismo. Y ya veremos quién se cansa antes.

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