Antonio Gómez Cantero, a quien los obispos tienen arrinconado en una esquina en la Asamblea Plenaria, ha escrito un artículo de opinión en el que entona el ‘mea culpa’ y donde aboga por no defenderse de las críticas que recibe la Iglesia.
Mientras cantidad de católicos asisten atónitos al linchamiento mediático al que se ha sometido a la Iglesia -que no a su jerarquía- algunos jerarcas de la misma prefieren asumir los golpes que les asestan por… ¿cobardía? ¿ingenuidad? ¿pasotismo? A saber.
El obispo de Almería, en un artículo publicado en Vida Nueva y reproducido por la página web de la diócesis andaluza, afirma que «un sufrimiento paralizante que me invita a la huida hacia adelante como única respuesta».
Gómez Cantero tacha de «personas beliciosas» a quienes se muestran preocupadas por la Iglesia, que «dicen que está acosada, insultada, desprestigiada, fragmentada… y es verdad, tal como lo está la sociedad en la que vivimos».
«Pienso, como muchos, que no debemos excusarnos, que debemos aceptar las críticas, los números ya no importan, que no debemos gastar esfuerzos en defensas sin sentido, ni debemos rasgarnos las vestiduras, ni entrar en el remolino macabro de “y tú más”. Todos, todos estamos en el barro, la sociedad también. Nos está cegando tanta oscuridad. Yo pido perdón», escribe el obispo de Almería.
Antonio Gómez Cantero sostiene que «ante la magnitud del dolor siempre nos quedaremos cortos en la reparación. Me pongo por un momento en el lugar de la víctima. Pienso que es otra manera de martirio y esto me exige una conversión del corazón. Nuestro combate ha de ser de otra manera».
En ese sentido, el obispo ha pedido -suponemos que a los obispos- que «salgamos de los soberbios baluartes defensivos, y mostrémonos en la intemperie como somos, frágiles vasijas de barro». ¿Acaso está Gómez Cantero enmendando la plana a Jesús Sanz, Munilla o incluso al propio Omella y a tantos obispos que han salido a defenderse del informe del Defensor del Pueblo y de la manipulación de datos de muchos medios? Seguro que tendrán tiempo de hablarlo entre ellos en el tiempo que les queda esta semana por Añastro.
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Vamos a ver, sr. Gómez, con disfraz de obispo. Si se pretende difamar a la Iglesia Católica por parte de los poderes públicos – como es el caso – sus hijos, los bautizados y que intentamos vivir en coherencia nuestra fe, tenemos el derecho y el deber de salir a defenderla.
Sólo aquéllos que tengan la mala conciencia de haber cometido algún «abuso» no se opondrán a estas campañas de difamación contra la Iglesia para así quedar ellos impunes.
Imaginemos a este obispo en tiempos en que los israelitas eran perseguidos y maltratados por los egipcios. Es seguro que les hubiera aconsejado callarse la boca y aceptar todo como viene.
En algunos asuntos no parece ponerse en el lugar de la víctima, sino actuar como verdugo. Dios le pedirá cuentas.
Otro enemigo más de la Iglesia y de los católicos con mitra de obispo
Pastores que no defienden su rebaño, rebaño dispersado y devorado.
Luego lamentan que no hay rebaño.
Y dónde deja este buen obispo el sentido de justicia, de verdad en esta cuestión ?. Y los acusados injustamente de abuso ¿ también tienen que bajar la cabeza y aceptar las falsas acusaciones sin defenderse de las mismas?. Este hombre no sabe lo que dice, se le ha ido la cabeza.
La deriva bergogliana es esa… «Iglesia mala, iglesia culpable, iglesia hay que cambiarla, todo lo «de antes» es malo, deben entrar aires renovadores sinodales»…
Y así dirán… «no hay vocaciones, hay que dejar que haya sacerdotisas»,
… no hay fieles «hay que dejar que entren gays orgullosos de serlo, trans rebautizados con nombre nuevo, bodas-uniones gays»,
… no se puede contener el tema sexual, es imposible del todo, hay que quitar el celibato,
…Hay que aumentar remuneraciones, metamos ritos indigenistas, amazónicos, brujeriles para bailes y festejos dentro del templo, hay que atraer a la masa aborregada que suelte pasta…
…etc…
(¿Dios?¿Quién habló de Dios?)
La antiIglesia avanza…
Sin que sirva de precedente, totalmente de acuerdo con Cantero. La Jerarquía de la
Iglesia tiene que agachar la cabeza y pedir perdón por tanto encubrimiento y tanto silencio, tan lejos del evangelio. Da igual uno que un millón, se han convertido en una asociación de malhechores encubridores. La verdad os hará libres.
«La Jerarquía de la
Iglesia tiene que agachar la cabeza y pedir perdón por tanto encubrimiento y tanto silencio, tan lejos del evangelio»
Cierto: no se puede seguir encubriendo a los sinodales gays, o guardar silencio ante tanto hereje contrario al Evangelio, ni mirar hacia otro lado ante las calumnias. A ver si Cantero se aplica el cuento; que una cosa es predicar y otro dar trigo.
Es vergonzoso la doctrina desviada de este «prelado», falso y embustero. Que se dedica a mentir y difamar, y ahora nos sale con esta afirmación de cobarde y de ruin rastrero. Cantero no queremos a obispos como tú, que no den la cara por su rebaño, no cuiden por sus ovejas y no las defienda. Eres el lobo con mitra y el mismo Judas en la última cena, aún no entiendo como la Iglesia estuvo ese día en el que te hicieron obispo porque cuanto mal desde entonces ha caído sobre ella.
Estás mas tiempo fuera de la diócesis que en ella, ante como esta la sociedad hoy dices tal semejante disparate, por favor sea humilde y tome puerta! No hagas nada porque lo que tocas destruyes y por donde pasas no crece hierva!!