Para facilitar su traslado al hospital Bambino Gesú de Roma, el gobierno italiano concedió la nacionalidad a Indi Gregory, la británica de 8 meses que sufría una grave enfermedad y que los médicos calificaron de incurable.
Los padres siempre se han opuesto a tal extremo pero desgraciadamente la niña fue desconectada de la máquina que la mantenía con vida. Los sanitarios del hospital de Nottingham, donde se trataba a la niña, argumentaban que continuar con el tratamiento era inútil y doloroso, postura a la que se oponían sus padres Dean Gregory y Claire Staniforth.
El Tribunal Superior de Londres había denegado a la pequeña la posibilidad de ser trasladada al hospital Bambino Gesù después de que el Gobierno de Roma le concediera la nacionalidad italiana el 6 de noviembre. El viernes 11 de noviembre, la niña había sido trasladada del Queen Medical Centre de Nottingham al hospicio, donde el personal médico desconectó las máquinas que la mantenían con vida. Después, tras extubarla, había superado una crisis por sí sola y volvía a respirar.
El dolor de los padres y el apoyo del Papa y el lamento de Meloni
Consternados por lo ocurrido, los padres de la niña dieron a conocer la noticia a los medios. «Mi hija ha muerto, mi vida se ha acabado», anunció el padre, Dean Gregory. Tras la muerte de la pequeña, «mi esposa Clare y yo estamos enfadados, desconsolados y avergonzados», declaró el progenitor. Y añadió: «El NHS y los tribunales no sólo le quitaron la oportunidad de vivir, sino que le quitaron la dignidad de morir en su propia casa. Consiguieron llevarse el cuerpo y la dignidad de Indi, pero nunca podrán llevarse su alma».
La historia de Indi ha conmovido al mundo y ha habido varias muestras de condolencia. Incluso el Papa Francisco, informó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, en una nota el sábado, había «abrazado a la familia de la pequeña Indi Gregory, a su padre y a su madre, rezando por ellos y por ella, y dirigiendo su pensamiento a todos los niños que en estas mismas horas en todo el mundo viven con dolor o arriesgan su vida a causa de la enfermedad y de la guerra».
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, también ha lamentado la muerte de la pequeña. «Hicimos todo lo que pudimos, todo lo posible. Lamentablemente no fue suficiente», ha escrito Meloni en sus redes sociales.