El guirigay de las declaraciones episcopales

César García Magán César García Magán, secretario general de la CEE
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La Comunidad de Lanceros ha seguido de cerca lo que ocurrió estos días pasados después de que el obispo portavoz de la Conferencia Episcopal, monseñor Francisco César García Magán, compareciera ante los medios de comunicación para dar cuenta de los trabajos de la Comisión Permanente. 

El obispo portavoz, con esa soltura que le caracteriza, a preguntas de los periodistas sobre el caso del cura de Málaga, dijo que no iba a comentar nada porque el caso estaba “sub iudice”. Como los periodistas insistían, el portavoz añadió que le dolía como sacerdote y que no tenía más que decir. 

Pocas horas después el arzobispo de Madrid y cardenal, es decir, don José Cobo, se lanzaba a responder a una pregunta de la Cope sobre el caso y dejaba con sálvase las partes al aire al obispo portavoz. Ya se ve que el cardenal Cobo quiere ser pronto obispo portavoz en calidad de presidente de la Conferencia Episcopal. 

Cobo dijo que “me da igual donde sea. Hay que ponerse siempre en el lugar de la víctima y efectivamente, a pesar de todas las malas prácticas que hayamos tenido en el pasado, tenemos que aprender del dolor. Hay que analizar caso por caso, atender y escuchar a uno y a otro. Es obligación plantear todos los protocolos que están vigentes y que han sido asumidos”. ¿Recriminación al obispo de Málaga? 

Siguió el cardenal Cobo al que se le ve que tiene ganas de decir a los obispos españoles lo que tienen que hacer: “Se deben desarrollar en el minuto uno por respeto a la víctima y también por ayuda a aquel que a lo mejor no hemos escuchado todavía porque no lo hemos hecho bien”. “Con una sola víctima, con un solo caso, es necesario la atención y nunca el ocultamiento. Nunca. Posponer decisiones lo único que produce es potenciar el dolor de las víctimas. Y eso es inadmisible” concluyó. 

Pero el guirigay, que esperemos no sea “guiri-gay”, no terminó aquí. Monseñor García Magán, en esa rueda de prensa, preguntado por la amnistía de Sánchez, se lanzó a la piscina con una parrafazo que hace historia.  Se le veía con ganas de dejar claro que “herramientas excepcionales, puede haber en el ámbito del derecho para situaciones históricas excepcionales. Aquí hubo un amnistía cuando se produjo el cambio de régimen. En España este es el 17 pleno de investidura, que se han producido con una normalidad democrática, no estamos en una situación excepcional que haga imprescindibles herramientas excepcionales. Estamos en una situación ordinaria de un pleno de investidura. Es bueno para todos, para una sociedad y para un país, el respeto a la legalidad vigente y al orden constitucional vigente. Hasta ahora el presidente en funciones no ha dicho que vaya a utilizar esta medida. Serán los técnicos del ámbito constitucional los que tendrán que pronunciarse, es bueno que se respete el principio de separación de poderes, garantía de democracia y de legalidad”.

No habían pasado cuarenta y ocho horas y los obispos Cataluña, incluido el cardenal Omella, se supone, emitían una nota en la que decían dos cosas. La primera que “ante las declaraciones del Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal Española que, sobre las negociaciones políticas en el proceso de investidura de un nuevo Presidente del Gobierno español, realizó después de la última reunión de la Comisión Permanente y que hoy son recogidas por la mayoría de medios, los Obispos con sede en Cataluña manifestamos lo siguiente: El Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. César García Magán, en sus declaraciones se centró sobre todo en una valoración jurídica personal del tema que ―según él― no implicaba ni negar ni apoyar a la amnistía. Además, explícitamente dijo que el Presidente en funciones Sr. Pedro Sánchez, aún no había puesto sobre la mesa el tema, algo que realmente se corresponde, en estos momentos, a la realidad”.

Vamos, que le mandan el primer aviso al Secretario General de la Conferencia, ¿incluido Omella? ¿Valoración personal del tema? Esto quiere decir, según los obispos catalanes, que los obispos de la Comisión Permanente no había tratado esa cuestión, con lo que no había una postura oficial de la Conferencia Episcopal. Si así es, el obispo secretario habló a título personal, algo que tenía que haber advertido, suponiendo que a los periodistas les interese la opinión personal del obispo secretario general, que para eso debiera convocar la rueda de prensa en Toledo con permiso de su arzobispo.  

 Lo siguiente que dijeron los obispos catalanes fue que “la Iglesia siempre se guía por favorecer la igualdad, la cordialidad, el diálogo y el trabajo para realizar una sociedad nueva y buena. Favorecer el partidismo o alabar una determinada posición no es ni bueno ni, desgraciadamente, nuevo. Por eso, los obispos, pastores de una Iglesia que es afortunadamente plural debemos mantener una neutralidad edificante y respetuosa, neutralidad que sólo podemos romper cuando se lesiona el derecho a la dignidad del ser humano, centro de toda la Doctrina Social de la Iglesia”. 

Aquí la Comunidad de Lanceros prefiere no hacer comentarios. Hay afirmaciones episcopales sobre las que es preferible pasar por alto y no perder el tiempo. ¿Los obispos catalanes creen que la amnistía es una cuestión de un partido o unos partidos? Será quizá porque los obispos catalanes vivan bajo otra Constitución distinta a la Constitución Española…  ¿Neutralidad política los obispos catalanes con las esteladas en los campanarios de sus parroquias, por ejemplo? 

 

Diego Lanzas

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Comentarios
6 comentarios en “El guirigay de las declaraciones episcopales
  1. Las palabras del portavoz de la CEE fueron moderadas, y no merecen los ataques que se le han hecho.
    En cambio Cobo, Omella, y compañía, son de la línea de Francisco, y están haciendo mucho daño a la Iglesia.

  2. D. Cesar García Magán (Portavoz de la Conferencia Episcopal Española), tiene más razón que un santo.
    Lamentablemente, la mayoría de sacerdotes de Cataluña, están contaminados de separatismo. Están haciendo mucho daño a la Iglesia Católica.

  3. Esta serie de «performances» de los obispos españoles, empezando por el portavoz, después el neocardenal y finalmente por los obispos separatistas y progolpistas de esa reunión tarraconense, demuestra ahora mismo el caos y el erial en que se ha convertido la CEE, gracias sobre todo a su jefe, ese hombre de tan dudosa capacidad de gestión y liderazgo que es Omella, que parece, al igual que su jefe en Roma, otro político bienqueda, «progresista» y «comprometido» (con la ONU, la agendita y tal y tal…pero no con la Iglesia de Dios). Desde la profanación de la tumba de un gobernante católico español he quitado la equis de la casilla de la Iglesia, me he borrado de la ong llamada cáritas y solo ayudo en lo que puedo a mi parroquia. A estos capitostes de la CEE ni un céntimo de lo que me gano con mi trabajo. Por desgracia, la Iglesia española o lo que queda de ella vive en una, histórica ya, confusión, acentuada por el actual obispo de Roma, JMB, cuya labor de destrucción no tiene límites.

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