(William Kilpatrick en Crisis Magazine)-El papa Francisco dice que no nos preocupemos por el pecado. La Virgen dice otra cosa.
Los católicos están confundidos y divididos con respecto al papa Francisco. Durante años, ha estado introduciendo cambios novedosos en la Iglesia que parecen entrar en conflicto no solo con las prácticas tradicionales, sino también con las enseñanzas establecidas de la Iglesia.
Un número cada vez mayor de católicos ha llegado a la conclusión de que Francisco (junto con otros miembros de la jerarquía) está en proceso de crear una Iglesia alternativa, una que está destinada a sustituir con el tiempo a la verdadera Iglesia.
Los defensores de Francisco dicen que solo está tratando de reformar la Iglesia, de renovar una estructura envejecida que necesita reparaciones. Por el contrario, los críticos afirman que está tratando de destruir la Iglesia, con el objetivo de construir en su lugar una nueva Iglesia basada en principios humanistas. Afirman que, aunque Francisco y sus partidarios presentan los cambios como una evolución natural de la doctrina de la Iglesia, en realidad son un rechazo radical de la misma.
Según este punto de vista (que comparto en gran medida), lo que tenemos, en efecto, son dos Iglesias que comparten el mismo espacio. Sin embargo, aunque la facción progresista pretende derrocar a la Iglesia de los siglos, le resulta útil mantener la ilusión de que se trata de la misma Iglesia, hasta que la transformación sea completa.
Como dijo el teólogo Thomas Weinandy, OFM, Cap: «Lo que la Iglesia terminará teniendo es un papa que es el papa de la Iglesia católica y, simultáneamente, el líder de facto, para todos los propósitos prácticos, de una Iglesia cismática. Como es el jefe de ambas, se mantiene la apariencia de una Iglesia, mientras que en realidad hay dos».
La pregunta es: ¿cómo distinguir la Iglesia impostora de la Iglesia establecida por Cristo?
Aunque hay varios indicadores, creo que el principal indicio se encuentra en las diferentes actitudes hacia el pecado. La verdadera Iglesia se toma el pecado muy en serio y advierte constantemente sobre él. De hecho, la principal misión de la Iglesia es salvarnos de nuestros pecados. Por otro lado, uno de los principales objetivos de la Iglesia que Francisco y sus seguidores están construyendo es restar importancia al pecado.
En varias ocasiones, Francisco ha menospreciado los pecados sexuales, refiriéndose a ellos como el «más leve de los pecados» o bromeando como «pecados por debajo de la cintura». Parece ser que a un grupo de seminaristas españoles les dijo que deben absolver todos los pecados en el confesionario, aunque no haya muestras de arrepentimiento. En una ocasión, al ser preguntado por las hazañas de un sacerdote homosexual, Francisco respondió: «¿Quién soy yo para juzgar?«. Pero -con la excepción de los pecados contra el medio ambiente y los «pecados» de rigidez- parece adoptar una actitud de «Quién soy yo para juzgar» hacia casi todos los pecados.
Aunque Francisco ha condenado el aborto en varias ocasiones, también ha enviado señales diferentes sobre el tema en otras muchas ocasiones. Cuando el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, prohibió a Nancy Pelosi comulgar por su claro apoyo al aborto, Francisco no tardó en señalar su desaprobación a Cordileone. Poco después de que el arzobispo anunciara la prohibición, Pelosi viajó a Roma, recibió la comunión en el altar de la Basílica de San Pedro y fue calurosamente saludada por Francisco.
En varias ocasiones, Francisco ha dicho que procurarse un aborto es «como contratar a un sicario». Si es así, ¿por qué se empeña en saludar cordialmente a uno de los principales sicarios del mundo? ¿Y por qué, cuando tiene la oportunidad, castiga a Cordileone elevando al arzobispo de San Diego, Robert McElroy, al cargo de cardenal, cuando lo normal es que ese puesto fuera para Cordileone? McElroy, por cierto, es conocido por ser bastante laxo en la cuestión del aborto.
Así que, por un lado, Francisco dice que el aborto es un pecado grave. Por otro lado, actúa como si no fuera muy grave. Eso, por supuesto, es bastante confuso. Y confundir deliberadamente a los demás sobre el bien y el mal es un pecado en sí mismo.
Se llama escándalo. Como dice el Catecismo, «el escándalo es una ofensa grave si por acción u omisión se induce deliberadamente a otro a una ofensa grave» (2284).
Aplicado al aborto, esto significa que quien minimiza la gravedad del aborto es en parte responsable del pecado de otro cuya decisión de abortar se basa en la disminución de la gravedad del pecado por parte del primero.
El Catecismo continúa diciendo: «El escándalo es grave cuando lo dan quienes por naturaleza o por oficio están obligados a enseñar y educar a los demás» (2285).
Parece particularmente escandaloso que Francisco y muchos otros prelados resten importancia a la gravedad del pecado en un momento en que la conciencia del pecado ya está en horas bajas entre los católicos de las sociedades occidentales. Numerosas encuestas han demostrado que la mayoría de los católicos estadounidenses aprueban ahora comportamientos que, según la doctrina de la Iglesia, son intrínsecamente pecaminosos.
La ironía es que el objetivo de Francisco de tranquilizar nuestras conciencias ya se ha logrado en gran medida. Lo que se necesita ahora es una mejor comprensión de la realidad y la gravedad de nuestro pecado: el daño que nos hacemos a nosotros mismos y el daño que hacemos a los demás.
Esto me trae a la memoria una supuesta aparición mariana de hace sesenta años, que aún no ha sido aprobada y que está recibiendo cada vez más atención. Entre julio de 1961 y noviembre de 1965, en la pequeña localidad española de Garabandal, cuatro niñas de 11 y 12 años recibieron supuestamente la visita de la Virgen María en numerosas ocasiones.
La autenticidad de las apariciones aún no ha sido confirmada por la Iglesia, pero el contenido del mensaje transmitido a las niñas está en consonancia con apariciones marianas aprobadas como la de Fátima. Además, el mensaje parece aún más actual hoy que durante la revolución sexual de los años sesenta. En resumen, el mensaje que recibieron las niñas fue casi exactamente el opuesto al que ahora promulgan Francisco y los cardenales y obispos que se alinean con él. A las niñas no se les dijo que adoptaran una actitud más relajada hacia el pecado. Por el contrario, se les dijo que llegaría el día en que todas las personas se sentirían justamente mucho más culpables de sus pecados.
La Santísima Virgen predijo que llegaría un día en que cada persona del planeta, creyente o no creyente, recibiría simultáneamente una intensa revelación personal de sus pecados. Según el testimonio de las niñas, cada persona vería la gravedad de sus pecados, no solo los que había cometido, sino también el bien que podría haber hecho y no hizo. Además, testificaron que para la mayoría de las personas sería una experiencia aterradora porque veríamos nuestras almas como Dios las ve.
Al mismo tiempo, la Advertencia se experimentará como una gran bendición: una oportunidad para ver las consecuencias de nuestros pecados, pedir perdón por ellos y enmendar nuestras vidas.
La Advertencia parece ser exactamente la medicina adecuada para nuestros tiempos permisivos y también el antídoto apropiado para el mensaje de que «el pecado no es un gran problema» que ahora promueven el Vaticano y el Sínodo.
En este sentido, vale la pena señalar que el mensaje de María a los niños en Fátima también hace hincapié en la gravedad del pecado, en particular los pecados sexuales. Como señala el periodista católico Thom Nickels en un artículo reciente, «El mensaje de Fátima… contiene una cláusula que afirma que la mayoría de las personas que van al infierno van allí por los pecados de la carne, lo contrario de lo que Francisco sugirió recientemente mientras visitaba a sus amigos jesuitas en Portugal, donde comentó que se presta demasiada atención a los ‘pecados por debajo de la cintura'».
En nuestra época tan permisiva, las palabras de María pueden parecer duras, pero también parecen más realistas que la despreocupación de Francisco por los pecados sexuales. Es lógico que la mayoría de las personas que están en el infierno lo estén por pecados de la carne. No es que los pecados sexuales sean más graves que otros pecados. Es que la tentación de cometer un pecado sexual es mucho más frecuente que otras tentaciones que podrían llevar al Infierno, como las tentaciones de secuestro, traición, tortura, asesinato y similares.
En cualquier caso, parece más prudente escuchar a la Madre de Dios que depositar la confianza en Francisco. La aparición de María en Fátima en 1917 es quizá la aparición mariana mejor autentificada. Además de la aprobación de la Iglesia, el Milagro del Sol que María predijo fue presenciado por 70.000 personas -incluyendo un número de ateos y agnósticos que vinieron a burlarse pero volvieron a casa como creyentes.
¿Cuál parece más acorde con el mensaje del Evangelio: el mensaje de María sobre el arrepentimiento o el consejo de Francisco de no ser tan duro con uno mismo?
Publicado por William Kilpatrick en Crisis Magazine
Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana
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Lo que voy a decir parece una «boutade», pero no lo es. Dios ha permitido que el papa Francisco y el neo responsable del santo Oficio monseñor «Tucho» Fernández lleguen con unos años de retraso. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin el Catecismo de JP II y la Encíclica Veritatis. Splendor? Gracias a Dios, llegan con unos años de retraso. El Magisterio de la Iglesia es claro. Trop tard, game over.
Muy buen comentario
Que Nuestra Señora de las Mercedes nos libre de los nuevos sarracenos que han asaltado su Iglesia y nos han despojado se la Santa Misa Apostólica Tradicional.
No hay mas catecismo válido que aquel de trento.
Después de trento es todo anatema.
No hay más catecismo válido que aquel que refleja la fe católica (porque un catecismo sólo hace éso: reflejarla, no inventársela). Por tanto, el de Juan Pablo II, en su última edición manipulada por Francisco, sin duda no lo sería. Pero, ¿a usted qué más le da, si no es católico y no conoce ni el uno, ni el otro? Además, usted colecciona anatemas. Así que, ¿de que se queja? Disfrútelos, que ya vendrá Paco con las rebajas.
Aclarate de una vez por que lo único que tienes claro es que cambias de idea según te combine.
Yo no expresado ninguna idea propia, sino que, además de aclararle un dato objetivo, he comentado la suya, que es una idea peregrina y absurda. Si no entiende lo que lee, se lo he dicho muchas veces: a clase alfabetización para adultos, que son gratis, y que le enseñen lectura comprensiva.
Hoy en día, se da el caso de que personas acuden al confesionario para contar al sacerdote que no tienen ningún pecado. He ejercido el ministerio en varios países y he podido constatar que muy pocos se confiesan en EEUU, Irlanda y Chile, y España, mientras en Argentina (al menos cuando yo estaba allí hace unos 20 años) y Perú muchos se confiesan, y donde he encontrado a más que dicen que no tienen pecados es España. A veces le dicen al sacerdote «usted dirá, Padre»), o sea no tienen la necesaria formación de la conciencia. Me da la impresión de que si no han matado a nadie ni han robado a nadie, no tienen pecados. Una vez, prediqué sobre el chismorreo, y a los pocos minutos ya estaban en un grupo haciendo precisamente lo que había denunciado. En otra ocasión, viendo su casi total ignorancia de la Biblia y la doctrina católica, les invité a una catequesis, pero se pusieron a protestar y rechazaron la idea que los padres son los principales comunicadores de la fe a los hijos.
Es cierto lo que dice respecto a las personas.
Pero yo conozco el caso de personas que antes que leer la Biblia, prefieren leer a Osho, el Dalai Lama, Krishnamurti, Fabio Zerpa, Benítez, Paramhansa Yogananda, Erich von Däniken, etc., aduciendo que ellos son espirituales.
Sí, yo también se de algunos que comulgan porque dicen no tener pecados o que no pecan. Los pecados mortales son los que impiden comulgar, entiendo yo (ya me corregirá Sacerdote… si no es así). Los pecados veniales, efectivamente, no te impiden comulgar, pero al final también hay que confesarlos; el chismorreo, criticar, hablar mal de… quejarse, etc. Efectivamente hay muy mala preparación espiritual entre los feligreses, sobre todo a la hora de comulgar, donde ya la mayoría de la gente pone la mano para recibir el Cuerpo de Cristo, cuando eso es una profanación, aunque la culpa es del Papa que lo consintió y de los sacerdotes que obedecen. Nadie puede tocar el Cuerpo de Cristo salvo los consagrados.
Si se han equivocado de contenedor al tirar unos plásticos o han pensado – sólo pensado – que quizás podría matizarse la teoría del cambio climático antropogénico, cometen un horroroso crimen del que sí que hay que confesarse aunque por la suma gravedad no puedan recibir la absolución por mucho que se arrepientan.
Una matización post scriptum: no me refiero a Francisco en cuanto papa o vicario de Cristo en la tierra, sino a su corpus doctrinal en el campo moral. Nadie puede atentar contra el Magisterio peremne de la Iglesia, que en el campo moral ha quedado tan bien plasmado, Deo gratias, en el Catecismo de JP II y la Veritatis Splendor, ambos documentos posteriores al último concilio ecuménico. Quién no se quiera enterar, allá él.
Y con esto acabo, ¡Perdón!: El que no se quiera enterar y prefiera seguir alimentando discusiones bizantinas sobre el sexo de los ángeles o hegelianas (K. Rahner) sobre el «espíritu» de los tiempos, pues allá él y su conciencia.
Declarar que un confesor ha de absolver pecados de los que acuden al Sacramento de la Penitencia y no manifiestan ningún arrepentimiento, por ejemplo, uno que comete adulterio y manifiesta que no va a dejar de cometer este pecado, uno de los más graves que hay, no puede ser absuelto. Francisco ha declarado lo contrario que es herético, pues contradice doctrina definida por el Concilio de Trento y no es que Trento haya inventado esto, sino que la Iglesia ha mantenido esta verdad desde siempre.
La tergiversación de Francisco contra el mensaje de Fátima, es una manifestación más de su rechazo a la enseñanza de sus predecesores, y por su deseo de querer cambiar la doctrina, los católicos fieles tenemos el deber moral de refutar a Francisco.
Garabandal se ha convertido en el quinto evangelio, el chute diario sin el cual muchos no pueden vivir. Menudas historietas, y lo de ver tu alma en la tierra como Dios la ve, eso entra directamente en vena, les ha dejado majaras. Y mezclarlo con Fatima como hace el articulo, es el totum revolutum.
Lo has aclarado muy bien Oscar, Garabandal es falso.
Ni lo sueñes. No tardarás en verlo.
Bueno, Gia, eso crees tú que serás un ateo infiltrado, eres libre de creer lo que quieras, pero todo católico que se precie debe de creer, como así se lo confirmó el Padre Pio de Pietrechina a Conchita, cuando ésta fue a visitarle. Él tenía el don de la Bilocación y por eso se lo confirmó a Conchita, porque él vio dichas apariciones. Además hay cantidad de testimonios de gente humilde que vieron los fenómenos sobrenaturales, además del fallecimiento del padre Andreu, que según la familia Fontaneda, amigos del sacerdote, el cual murió en su coche cuando les iba a contar lo que vio. Seguramente Dios se lo llevó, porque su testimonio si sería mas creíble que el de unas niñas.
De todas formas cuando venga el Aviso ya te darás cuenta si es verdad o no. Eres como Sto. Tomas
¿Está usted muy seguro de lo que dice? Permítame dudarlo.
Óscar: ¿Para Usted qué no es historieta?
Oscar
Muy interesante tu comentario, la aparición de Fátima tiene un lugar especial, está bien que no mezclen apariciones, como si creyeramos en todas.
Aparte de que siempre es obligatorio para el que cree en Cristo hacer conciencia de las faltas cometidas, pedir perdon y enmendarse.
Jesucristo ya nos dio un gran aviso cuando dijo «arrepentíos y creed en el evangelio.» y tambien Juan Bautista «Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado», Juan Bautista que en relación a Jesucristo, Hijo de Dios Padre, dijo «a quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia».
Es muy peligroso esto. En lugar de dar importancia a lo escrito en el Apocalipsis, se lee como palabra de Dios unas supuestas profecías.
Las de Fátima y La Salette, sí se las puede aceptar. Pero no se deben confundir las cosas.
Lo mismo ocurre con las supuestas profecías de San Malaquías, que fueron refutadas por Benito Jerónimo Feijóo en el siglo XVIII.
OSCAR
Me da que a usted todo le parece un chute, la religión, el Evangelio, La Doctrina, Cristo y hasta la Santisima Trinidad.
Supongamos que GARABANDAL no fuese cierto, que no lo creo, incluso en ese caso, describir algo tan teologica, moral, y hasta filosoficamente sublime como el concepto de poder apreciar el mal que uno ha hecho a lo largo de su vida y el bien que ha dejado de hacer como algo que te deja «majaras» solo demuestra su nulo conocimiento teologico, moral y filosofico.
O eso o el que esta chutaooo es usted, y no digo que se haya metido nada, igual es que usted lleva el chute natural y esta todo el dia colgado. Hay gente pa too, como decía el torero.
Desgraciadamente si uno mira con cuidado y sin prejuicio, notará que lo que dice el artículo es verdad; los norteamericanos tienen la cualidad de presentar de manera bastante práctica -y resumida-, la realidad, cuando los asiste la luz de Dios: Garabandal advierte sobre la gravedad de la responsabilidad de los que por oficio (vocación) deben hablar, enseñar, corregir… y no lo hacen! Los pecados de la carne son muy potentes porque implican lo más profundo e íntimo de nuestro ser, que se expresa de las formas más horribles y terribles, dañando nuestras vidas y dañando las de otros, dejándoles huellas, marcas y sicatrices físicas, morales y espirituales que muchas veces son difíciles de sanar (el que viola a alguien de su propia familia, por ejemplo, o a un niño/a, o promueve la pornografia!). Se trata de un poder altamente destructivo: no verlo es ser ciego y necio! Santa María, Madre de Dios, amparanos y salvanos de la Ira Divina!
Lo de Garabandal me parece exagerado. De las supuestas apariciones de la Virgen, me parece la más flojita.
Como duele aquello de: «cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición»… el tiempo le ha dado la razón por completo.
Ahí has dado con el quiz de la cuestión. No pueden soportar verse reflejados en la pofecía. Vemos cómo se está cumpliendo, punto por punto. Creer o creer en ella es cosa de cada cual.
El principal acierto del artículo, en mi humilde opinión es cómo se diferencia claramente a los buenos pastores de los malos. Ahí se les descubre. El mal pastor minimiza el pecado, lo relativiza, dice que hay otras cosas más importantes que preocuparse por ello. El buen pastor, preocupado por la salvación de las almas, te dice que con ese pecado no puedes salvarte, pues nada impuro puede entrar en el Cielo. Estas dos actitudes se ven muy claramente con el grave problema de la sodomía que tiraniza Occidente; en menor medida, se ve con el problema del adulterio, pero también está ahí y, efectivamente, la Iglesia de Dios y la que quiere el aplauso del Mundo, tienen al mismo papa.
Todo esto fracasa completamente cuando deben mirar la estafa de Fátima. Ahí la verdad les duele y salen a ladrar. Está objetiva y visualmente demostrado que sustituyeron a la monja. Pero no pueden admitirlo porque se les termina el negocio.
Supongo que te refieres a la estafa de la impostora Lucía, que dieron el cambiazo burdo y descarado. Luego con citar a la impostora que había dicho que sobre el ataque final a la familia (final, medio y principio, Satanás siempre se cebi contra la familia) descubren América
Pero la verdadera Lucía, fallecida en 1949 sí fue santa
Es importante aclarar que las apariciones de Garabandal no han sido aprobadas pero tampoco han sido condenadas por la iglesia. Y sí se ha reconocido por parte de eclesiásticos católicos que las investigaciones realizadas habían sido hechas de manera totalmente incorrecta… y no buscando encontrar la verdad sino ocultarla. Y los hechos posteriores, confirmando profecías de la Virgen a las niñas, dan gran certidumbre a las apariciones.
Tan «demostrado» que, como usted «demuestre» todo igual de bien, no va a ganar para pleitos, incluyendo la minuta de abogados y procuradores, en caso de llevarlo a juicio, pues los iba a perder todos (e iba a tener que pagar también las costas).
Se te va la pinza Catholicus, hay libros publicados desde hace décadas que demuestran el cambiazo de la última hermana Lucía, recientemente una web sisterlucytruth org donde intervienen reconocidos expertos mundiales en reconocimiento facial, fisonomía, morfología etc que demuestran sin ningún género de dudas que la última Lucía es falsa, una impostora
Pero adelante, prueba a demandarles, igual eres el primero que gana este pleito, se te ve muy seguro, dale, ahora no te eches para atrás
«hay libros publicados desde hace décadas que demuestran…»
Sí, hay libros publicados. Otra cosa es que demuestren algo, como usted dice. En realidad, no demuestran absolutamente nada. Pero usted puede contribuir a solucionar tamaño fraude (porque lo que usted afirma es un delito y, por tanto, punible): denúncielo por la vía judicial y que un juez ordene la toma de una muestra de ADN del cadáver. Eso sí demostraría algo sin ningún género de dudas, y no las chorradas que usted dice. No soy yo quien debe denunciar, sino usted, que es quien lo afirma. En las últimas 24 horas ya van tres veces que tengo que recordar que es en quien afirma algo en quien recae la carga de la prueba; yo no tengo que demostrar nada. Así que, ánimo: demuéstrelo; no se eche atrás.
El que de verdad cree en Jesucristo, le conoce por leer y meditar el contenido del los cuatro Evangelios canónicos, sabe clarísimamente que Don Jorge Mario no es siquiera discípulo del Señor. ¿Cómo va a ser sucesor auténtico de San Pedro?
Es un sarmiento seco de la Vid del Señor, que pronto caerá y no servirá para nada, a no ser que se arrepienta auténticamente de sus pecados.
Procuremos cada uno de nosotros cultivar nuestra Fe católica, alimentándonos de la santa doctrina de Jesucristo, custodiada en la Iglesia desde hace 21 siglos. Arrepintámonos de nuestros pecados personales, pidamos perdón en el Sacramento de la Reconciliación, y recibamos con amor al Señor en la santa Comunión, practicando al mismo tiempo el amor al prójimo como propósito serio de vida.
Fuera de todo esto, todo es vanidad y nada más que vanidad.
El milagro del «sol» en Fátima, ante unos 70000 testigos, no se puede negar sin hacer el ridículo, aunque, como dijeron algunos de los que lo vieron desde más lejos, no fue el sol lo que «danzó» sino una especie de disco extraordinariamente luminoso que cambiaba de color mientras se movía vertiginosamente sobre las cabezas de los aterrorizados testigos.
En cuanto a Garabandal, también sucedieron fenómenos extraordinarios, sobre todo en las propias videntes, incluso hay publicada una fotografía de una de ellas levitando boca arriba. Está de actualidad porque hay un dato inquietante, no muy conocido, que podría estar refiriéndose al próximo sínodo, y es que la vidente principal comentó que antes del famoso «aviso» del que se ha hablado aquí, y también en otras profecías, habría un sínodo que sería como un preaviso del aviso, que no sucederá hasta que la situación general sea muy convulsa.
Hay otro dato inquietante con relación a Garabandal, y es que la citada vidente también comentó que la Virgen le había dicho que tras la muerte de Juan XXIII sólo quedaban tres papas para el fin de los tiempos, que no el fin del mundo, conviene dejarlo claro; aunque en realidad eran cuatro papas, precisó que la Virgen no contaba a uno de ellos, se supone que a Juan Pablo I por su brevísimo pontificado.
Tras la muerte de Benedicto XVI, estaríamos, pues, entrando en ese fin de los tiempos. Lo que no significa que no vaya a haber más papas ni que Francisco no lo sea, independientemente de que un futuro papa pudiera declararlo antipapa.
Los mensajes de Garabandal deberían aparecer publicados correctamente, en especial el de Conchita. El mensaje es cuestión viene a denunciar la maldad de algunos principes de la Iglesia.
Debería incluirse en su totalidad en el artículo ya que cita expresamente a Garabandal.
Por lo demás, muy acertado.
Saludos
Éstas chiquitas de Garabandal, me parecen muy excitadas, me da mucha gracia cómo se apilan y cómo hacen cosas extrañas. Más me sorprende, cuando Conchita, hace jueguitos con su lengua, mirando desde lejos al camarógrafo. Si la Virgen les hubiera dicho cosas tan graves, no les quedarían tantas ganas de reír, nada que ver con el perfil de los partorcitos, que quedaron espantados con el mensaje «del cielo» y fueron consecuentes con sus gestos.
Con respecto a la supuesta impostora de Fátima, éso, no estaría invalidando la aparición, podría ser que la hayan «plantado», para que por ejemplo, diga que la Consagración de Rusia ya se hizo bien, y que todos nos quedemos tranquilos…..quedando así abortado , un objetivo importantísimo de la aparición. Que alguien pida pruebas caligráficas y pruebas de ADN, estaría buenísimo.
El artículo habla de dos iglesias que comparten el mismo espacio. Se queda muy corto. Es cada movimiento de iglesia el que tiene distinta fe y distinta praxis, y a menudo hay varios de ellos en la misma parroquia al menos en las capitales. La iglesia de representantes fue una vez Una, santa, catolica, apostólica y romana, ahora sólo tiene las últimas tres características. La iglesia progresista es sólo una de esas facciones, la de la teología de la liberación o actualizada a la del pueblo, es la que sigue Francisco, lógico que sea el papa al tratarse de la corriente heterodoxa más importante de todas al ser más antigua y ocupar la estructura de las órdenes religiosas. Se puede estar de acuerdo con Weinandy acerca de que el papa es legítimo canónicamente, aunque a los electores papales por cierto no se les exige declaración de no estar en teologías desviadas, y es legítimo superior materialiter, sin embargo, en lo espiritual hay que seguir a los 263 sucesores ortodoxos de Pedro.
No publican comentario sobre legitimidad parcial del papa, y falta de unidad y santidad en la iglesia, y es la segunda vez. Extraño en un medio que blasona de divergencia acusada. A la vez veo que no tienen empaño en publicar comentarios muy inapropiados sobre garabandal. Estaría bien que aclararan su posición sobre Francisco, o a lo mejor está clara y yo no me he enterado. Así no perderíamos el tiempo algunos.