Bajo el lema «Libres de elegir si migrar o quedarse», los obispos españoles han publicado su mensaje de cara a la celebración este próximo domingo 24 de septiembre de la jornada mundial del refugiado.
Los obispos españoles comienzan su mensaje afirmando que «en verdad el planeta está debilitado por la excesiva explotación de sus recursos y desgastado por decenios de contaminación, la desigualdad crece al ritmo de la acumulación de riqueza en manos de una minoría en todos los países».
En primer lugar, los prelados españoles defiende que «si las personas han de ser libres para elegir si migrar o quedarse en su tierra, es necesario garantizar condiciones de bienestar en las zonas de origen de los flujos migratorios».
Por ello, solicitan que «tanto allí como aquí, los agentes sociales deberían realizar un mayor esfuerzo para poner fin a las injusticias económicas». Denuncian que «la competitividad y la ley del más fuerte, que a menudo llevan a privar a los países más desfavorecidos de los recursos necesarios para su desarrollo, deberían dar paso a las ayudas económicas y a la condonación de las deudas, así como a la reducción de las sanciones internacionales que dificultan que los Estados brinden el apoyo adecuado a sus poblaciones».
En este sentido, hacen una llamada de atención: también se ha de garantizar que esa decisión de migrar o quedarse «sea informada y ponderada, para evitar que tantos hombres, mujeres y niños sean víctimas de ilusiones peligrosas o de traficantes sin escrúpulos».
En esta línea, explican que el Departamento de Migraciones trabaja en un proyecto internacional junto a las diócesis concernidas por la ruta atlántica en África y Europa para promover una Guía de hospitalidad internacional y campañas de información en los países de origen o de tránsito.
Mientras continúan trabajando para garantizar que toda migración sea fruto de una decisión libre, la Iglesia española quiere compartir algunos signos de esperanza para acompañar a quienes deciden migrar a nuestro país. Destacan algunos desafíos a tener en cuenta:
En cada diócesis se está alentando la constitución de Mesas de Migraciones que coordinen y promuevan esta acogida, promoción integral e inclusión pastoral y social.
También se ha propuesto a las diócesis los Corredores de Hospitalidad para «promover la espiritualidad y la cultura de la hospitalidad, el patrocinio comunitario y la solidaridad interdiocesana». Explican que este es un proyecto que «debiera interpelar a las diferentes Administraciones públicas del Estado a implicarse en una solidaridad entre territorios que permita el tránsito voluntario y el acompañamiento de jóvenes ex-tutelados y otros colectivos vulnerables desde Canarias a la Península o hacia otros países».
Finalmente, resaltan los obispos en su mensaje para esta Jornada que «dondequiera que las personas decidan construir su futuro, en el país donde se ha nacido o en otro lugar, lo importante es que haya siempre allí una comunidad dispuesta a acoger, proteger, promover e integrar a todos, sin distinción y sin dejar a nadie fuera».