El Papa: «Señalar con el dedo no es bueno»

por redaccioninfovaticana | 11 septiembre, 2023

El Papa Francisco comentó este domingo el conocido como el Evangelio de la corrección fraterna.

El Pontífice lamentó que «desgraciadamente, lo primero que se crea a menudo en torno a quien comete un error son los chismes» y aprovechó para recordar que «esto no agrada a Dios».

El Santo Padre remarcó que «háblanos cara a cara, háblanos honestamente, para ayudarle a entender en qué se equivoca. Y haz esto por su bien, superando la vergüenza y encontrando el verdadero coraje, que es no hablar mal, sino decirle las cosas a la cara con mansedumbre y bondad».

Les ofrecemos las palabras del Papa durante el Ángelus:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy el Evangelio nos habla de la corrección fraterna (ver Mt 18,15-20), que es una de las más altas expresiones de amor, y también la más exigente, porque no es fácil corregir a los demás. Cuando un hermano en la fe comete una falta contra ti, tú, sin rencor, ayúdalo, corrígelo: ayuda corrigiendo.

Desgraciadamente, lo primero que se crea a menudo en torno a quien comete un error son los chismes, en los que todo el mundo se entera del error, con muchos detalles, ¡excepto el interesado! Esto no está bien hermanos, esto no agrada a Dios, no me canso de repetir que la charla es una plaga en la vida de las personas y de las comunidades, porque trae división, trae sufrimiento, trae escándalo y nunca ayuda a mejorar, nunca te ayuda a crecer. Un gran maestro espiritual, San Bernardo, decía que la curiosidad estéril y las palabras superficiales son los primeros peldaños de la escalera del orgullo, que no conduce hacia arriba, sino hacia abajo, hundiendo al hombre en la perdición y la ruina (ver Los grados de la humildad y del orgullo).

Jesús, por otro lado, nos enseña a comportarnos de manera diferente. Esto es lo que dice hoy: «Si tu hermano comete un crimen contra ti, ve y amonéstalo estando tú y él solos» (v. 15). Háblanos cara a cara, háblanos honestamente, para ayudarle a entender en qué se equivoca. Y haz esto por su bien, superando la vergüenza y encontrando el verdadero coraje, que es no hablar mal, sino decirle las cosas a la cara con mansedumbre y bondad.

Pero podemos preguntarnos ¿y si eso no fuera suficiente? ¿Qué pasa si no entiende? Entonces necesitas buscar ayuda. Pero ojo: ¡el del grupo de chat no! Jesús dice: «Lleva contigo una o dos personas» (v. 16), es decir, personas que realmente quieran echar una mano a ese hermano o hermana que se ha equivocado.

¿Qué pasa si todavía no entiende? Entonces, dice Jesús, involucrad a la comunidad. Pero aquí también aclaramos: no se trata de poner a una persona en el cepo, avergonzarla públicamente, sino de unir los esfuerzos de todos para ayudarle a cambiar. Señalar con el dedo no es bueno, de hecho, muchas veces hace más difícil que quien cometió un error reconozca su error. Más bien, la comunidad debe hacerle sentir que, al mismo tiempo que condena el error, está cerca de la persona con oración y afecto, siempre dispuesta a ofrecerle perdón, comprensión y empezar de nuevo.

Entonces nos preguntamos: ¿cómo me comporto con quienes se equivocan contra mí? ¿Lo guardo dentro y acumulo rencor? «Me pagarás»: esta palabra, que viene a menudo, «me pagarás…» ¿La hago un motivo para chismorrear a mis espaldas? “¿Sabes lo que hizo ese tipo?” y así… ¿O soy valiente, valiente e intento hablar con él? ¿Rezo por él o ella, pido ayuda para hacer el bien? ¿Y nuestras comunidades cuidan de los que caen, para que puedan levantarse y comenzar una nueva vida? ¿Señalan con el dedo o abren los brazos? ¿Qué haces: señalar con el dedo o abrir los brazos?

Que María, que siguió amando mientras escuchaba condenar a su Hijo, nos ayude a buscar siempre el camino del bien.

Después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas,

Deseo expresar mi cercanía al querido pueblo de Marruecos, afectado por un devastador terremoto. Rezo por los heridos, por aquellos que han perdido la vida – ¡tantos! – y para sus familiares. Agradezco a los rescatistas y a quienes están trabajando para aliviar el sufrimiento de las personas; La ayuda concreta de todos puede sostener a la población en este momento trágico: ¡estamos cerca del pueblo de Marruecos! Hoy en Markowa, Polonia, fueron beatificados los mártires José y Victoria Ulma con sus 7 hijos: una familia entera exterminada por los nazis el 24 de marzo de 1944 por haber dado refugio a algunos judíos que eran perseguidos. Se opusieron al odio y a la violencia que caracterizaban aquella época con amor evangélico. Que esta familia polaca, que representó un rayo de luz en las tinieblas de la Segunda Guerra Mundial, sea un modelo a imitar por todos en el empeño por el bien y en el servicio a los necesitados. ¡Un aplauso para esta familia de Beatos!

Y siguiendo su ejemplo, sintamos llamados a oponer la fuerza de las armas a la de la caridad, la retórica de la violencia a la tenacidad de la oración. Hagámoslo sobre todo por muchos países que sufren la guerra; De manera especial, intensifiquemos nuestras oraciones por la atormentada Ucrania. ¡Allí hay banderas de Ucrania, que está sufriendo muchísimo!

Pasado mañana, 12 de septiembre, el querido pueblo etíope celebrará su tradicional Nochevieja: deseo hacer llegar mis más cordiales deseos a toda la población, esperando que sea bendecida con los dones de la reconciliación fraterna y de la paz.

Hoy dirigimos nuestro pensamiento a la abadía del Mont-Saint-Michel, en Normandía, que celebra el milenio de la consagración del templo.

Y os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de diversos países, en particular a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Madrid, a la comunidad pastoral de Cristo Resucitado de Saronno, a los candidatos a la confirmación de Soliera, a los estudiantes del bachillerato de Luca.

A medida que se acerca el año catequético, Elledici, el editor de los Salesianos, entrega hoy a los presentes en la plaza una ayuda catequética, titulada «Paso a paso»: ¡es un bonito regalo! Aprovecho esta oportunidad para agradecer a los catequistas su precioso trabajo y desear a los niños y niñas del catecismo la alegría de encontrar a Jesús.

Les deseo a todos un buen domingo y por favor no olviden orar por mí. ¡Que tengas un buen almuerzo y adiós!