Un miembro de la Comunidad de Lanceros nos ha traído una interesante noticia sobre el obispo auxiliar de Madrid, Jesús Vidal. Recordarán ustedes que Vidal fue nombrado administrador apostólico de la diócesis de Alcalá de Henares.
Corría el mes de septiembre de 2022 cuando el papa aceptó de forma ominosa la renuncia de monseñor Juan Antonio Reig Pla, uno de los obispos más lúcidos del episcopado español, le pese a quien le pese. Por aquellos días Osoro conservaba algo de la influencia que pronto dejó de tener y se empeñó a fondo en la remoción de Reig Pla y en colocar a su auxiliar Vidal en la diócesis complutense.
Llegó Vidal a Alcalá y lo primero que hizo fue tratar como se debe a Reig Pla, es decir, con el agradecimiento debido a sus servicios a la Iglesia. Tan de diez entró Vidal en Alcalá que la transición dejó entusiasmado a más de uno. No parecía el Vidal del que se hablaba en Madrid, el huidizo rector del Seminario, el auxiliar de Osoro. Pero el trabajo en la cuerda de los equilibrios le produjo una enfermedad, una extraña parálisis facial debido a un virus y a algo más que un virus. Hay quien dice que fue la tensión por querer hacer bien las cosas lo que le pasó factura. En más de una ocasión dio por hecho que se iba a quedar allí de obispo. De esas le salvó el señor Nuncio.
Monseñor Jesús Vidal ha vuelto a escena, según nuestro informante, por haber renunciado a ser obispo de Santander, la diócesis que en su día estaba preparada para el flamante cardenal arzobispo de Madrid y que se van pasando de manos un auxiliar de Madrid a otro. A este paso quien termina siendo obispo de Santander es el asturiano monseñor Juan Antonio Martínez Camino. ¡Dios lo quiera! Dicen que monseñor Vidal aduce que no está todo lo bien de salud que desea y que Santander es una diócesis complicada, que eso se lo ha dicho muchas veces el olvidado, y abandonado, Osoro.
Una pena la no aceptación de Vidal para Santander. Como la esperanza no se pierde, también comentan que el Nuncio está haciendo todo lo posible para convencerle. Un hilo de esperanza siempre queda. El Nuncio y también su arzobispo madrileño, el cardenal Cobo, que sabe que necesita el puesto para nombrar a los suyos. Dios quiera que el señor Nuncio convenza a Vidal que en la actual situación mejor que en Santander estará en pocos sitios.
Diego Lanzas
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