En respuesta a las dudas de un lector, el periódico de los obispos falsifica los pronunciamientos definitivos de la Iglesia sobre el tema de la homosexualidad e incluso Amoris Laetitia. Objetivo: legitimar la homosexualidad y la transexualidad con el pretexto de acoger a las personas. Tommaso Scandroglio lo explica en La Nuova Bussola Quotidiana.
Francesca Abbona escribe al periódico de los obispos, Avvenire, señalando una distinción que parece que el periódico de la CEI nunca hace: es bueno acoger a las personas homosexuales y transexuales, pero no olvidemos recordar la verdad de la Iglesia sobre la homosexualidad y la transexualidad.
Responde Luciano Moia, defensor oficial de temas LGBT de Avvenire. «Este es un problema delicado y complejo que aún espera un estudio más meditado y sereno por parte de la Iglesia». Falso. No hay necesidad de esperar ninguna respuesta, porque la Iglesia se ha pronunciado definitivamente varias veces sobre el tema de la homosexualidad, como atestiguan los siguientes documentos: «Apoyándose en la Sagrada Escritura, que presenta las relaciones homosexuales como una grave depravación, la Tradición siempre ha declarado que ‘los actos de homosexualidad son intrínsecamente desordenados'» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Persona humana, n. 8). «Son contrarias a la ley natural. En ningún caso pueden ser aprobados» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2357); «Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos desprovistos de su regla esencial e indispensable. Son condenados en la Sagrada Escritura como depravaciones graves y presentados, de hecho, como la consecuencia fatal de un rechazo de Dios. Esta sentencia […] atestigua que los actos de homosexualidad […] en ningún caso pueden recibir aprobación alguna» (Persona humana, n. 8); «La inclinación particular de la persona homosexual, aunque no sea en sí misma pecado, constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral. Por esta razón, la inclinación misma debe considerarse objetivamente desordenada» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta sobre la pastoral de las personas homosexuales, 3); «La tendencia homosexual es un trastorno objetivo […] y recuerda una preocupación moral» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Algunas consideraciones relativas a la respuesta a las leyes propuestas sobre la no discriminación contra las personas homosexuales, 10); «Las relaciones homosexuales son contrarias a la ley moral natural» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones sobre los planes para el reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 4).
Estos juicios tienen su fundamento en la Palabra de Dios. Entre los muchos lugares mencionamos a San Pablo, que declara también a los afeminados excluidos del Reino de los Cielos (cf. 1 Cor., 6, 10). Apoyándose en esta prohibición divina, el Concilio de Trento declara: «Defendemos la enseñanza de la ley divina, que excluye del Reino de Dios no sólo a los infieles, sino también a los fieles impuros, adúlteros, afeminados, sodomitas, ladrones, codiciosos, borrachos, maldiciones, rapaces y todos los demás que cometen pecados mortales, de los cuales con la ayuda de la gracia podrían abstenerse y por los cuales están separados de la gracia de Cristo» (Sess. VI, Decreto sobre la justificación, cap. XV).
Con respecto a la transexualidad, el Catecismo enseña que “corresponde a cada uno, hombre o mujer, reconocer y aceptar su propia identidad sexual. […] Aparte de las prescripciones médicas de carácter estrictamente terapéutico, las amputaciones, mutilaciones o esterilizaciones realizadas directamente contra personas inocentes son contrarias a la ley moral» (nn. 2333 y 2297). Una oposición que encuentra su raíz moral en el Génesis: «varón y hembra los creó» (1,26).
Así, contrariamente a lo que escribe Moia, el Magisterio es claro sobre la homosexualidad y la transexualidad. Moia afirma que, después de que el Papa escribiera en Amoris Laetitia que «toda persona, independientemente de su orientación sexual, debe ser respetada en su dignidad y acogida con respeto» (250), se han abierto «escenarios sin precedentes». Pero en realidad la Iglesia siempre ha afirmado que las personas homosexuales deben ser bienvenidas (pero no su homosexualidad).
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Asqueroso!
Yo diría que ese sujeto es un cínico y un descarado.
El trigo y la cizaña.
El Papa está legitimando las conductas lgtbi, y eso envalentona a muchos obispos que son como Francisco.
Oremos para que el Señor nos libre de estos malos pastores.
Hay que rezar cada día para que Dios nos libre de ellos.
La forma en que lo haga… eso ya Dios sabrá cómo hacerlo.
Nosotros a lo nuestro, sirviendo al Señor y así nos encuentre.
Ven, Señor Jesús
los alemanes picando brecha y el resto de naciones cayendo por el abismo que lleva al fuego eterno donde será el rechinar de dientes.
Estemos tranquilos en medio de la abominación, porque una regeneración de la Iglesia está muy muy cerca, y la lepra que sufre será extirpada. Tengamos esperanza y confiemos en la Divina Providencia.
No hacen mas que seguir la senda del corrupto y corruptor Bergoglio. Que es como Manolito el de Mafalda pero en plan siniestro.
Los dogmas católicos son irreformables y el núcleo fundamental de la fe, recogido y proclamado en el Credo, también. Eso es lo esencial.
Pero la historia de la Iglesia muestra que esta ha cambiado de doctrina en cuestiones tan relevantes como la esclavitud -algo natural en la Biblia-, el préstamo con intereses -prohibido en diferentes pasajes- o la libertad de conciencia, explícitamente condenada por algunos papas. Cambios para bien, sobre todo el primero y el último, que permite combatir las leyes abortistas a los profesionales sanitarios católicos coherentes. También ha cambiado su concepción del mundo, aparentemente fijada en Josué 10, 13.
Con la doctrina sobre la homosexualidad hay planteado un desafío formidable. Y una cuestión concreta de justicia: si hay quien tiene una tendencia homosexual innata -y por tanto así querida por Dios-, ¿no puede tener derecho a una vida afectiva sin condenarse?
Me resulta muy raro que una tendencia homosexual innata sea querida por Dios. En todo caso será permitida por Dios. Sus caminos son inexcrutables.
«Pero la historia de la Iglesia muestra que esta ha cambiado de doctrina en cuestiones tan relevantes como la esclavitud»
¿Otra vez la misma cantinela? ¿Va a escribir lo mismo cíclicamente a ver si en algún momento nos cansamos y no le respondemos? Porque, desde ya, le puedo recomendar que abandone toda esperanza. Su afirmación es MENTIRA. Lo primero, porque la esclavitud jamás ha sido doctrina de la Iglesia. Y lo segundo, porque también es mentira que lo único y esencial de la fe católica sea el Credo y todo lo demás sea modificable. A lo largo de la historia la comprensión de la Revelación (que no ésta en sí, que ni cambia ni puede cambiar) ha ido haciéndose mayor. De ahí que, por ejemplo, se hayan ido definiendo «ex cathedra» diferentes dogmas, que son verdades de fe de obligada creencia para quien quiera salvarse, como la Asunción, la Inmaculada, la infabilidad, etc., ninguna de las cuales aparece en el Credo.
El final de su mensaje explica perfectamente su demagogia y la serie de sofismas que, además de falsos, emplea para autoengañarse y, de paso, para que los demás también acepten el retorcido constructo que usted se ha creado para autojustificarse. También en ésto puede abandonar toda esperanza: los actos homosexuales han sido siempre, son, y serán siempre pecado mortal (y, encima, de los que claman al cielo), y todo pecador que muera sin arrepentirse se condenará. Asúmalo: ni la verdad cambia, ni las Sagradas Escrituras mienten, ni la Iglesia ha estado enseñando falsedades durante dos mil años. En lugar de esa postura infantil de intentar adaptar la verdad a sus deseos, es usted quien debe adaptarse a la verdad. Cuanto antes lo acepte, mejor para usted.
El cambio en las otras cuestiones citadas por mí -y que vd. ha pasado por alto en su respuesta anterior-, además del relativo a la esclavitud, ha sido absolutamente sustancial y ha tenido consecuencias extraordinariamente relevantes y positivas en la historia de la humanidad.
P.S. No albergo ninguna esperanza en que vd. vaya a dejar de responder ciertos comentarios míos; de hecho, prefiero que lo haga y en ocasiones me gusta leerle porque suele explicar los motivos de sus afirmaciones.
«El cambio en las otras cuestiones citadas por mí -y que vd. ha pasado por alto en su respuesta anterior-»
No las he pasado por alto: entran en la categoría de sofismas. Son falsos.
«el préstamo con intereses»
La usura sigue siendo tan pecado hoy como ayer; no ha habido cambio alguno. Si usted no ha profundizado en el tema y erróneamente considera que hoy la Iglesia sí acepta la usura, o que cualquier préstamo con interés es usura, el problema lo tiene usted, no la Iglesia.
«o la libertad de conciencia, explícitamente condenada por algunos papas»
Lo que la Iglesia condena, tanto antes como ahora, no es la conciencia de las personas (el libre albedrío lo otorgó Dios al hombre desde el momento en que lo creó, y eso no lo puedo cambiar nadie), donde la iglesia, o cualquier otro, es materialmente incapaz de entrar (De internis neque Ecclesia). De nuevo, me temo que usted está totalmente confundido debido a su desconocimiento de la fe…
…católica. La no-coacción por parte del poder civil no es algo que la Iglesia se haya inventado en los últimos 60 años: la Iglesia nunca ha sostenido que se deba convertir a la gente a la fuerza; entre otras cosas porque no se puede (es imposible hacer que alguien crea lo que no cree). Dicha libertad de no ser coaccionado no es ninguna doctrina, sino sólo sentido común, y no tiene nada que ver con la «objeción de conciencia» médica, porque a los médicos el poder civil no les obliga a cambiar de religión, que es a lo que se refiere la «libertad de conciencia» (que usted confunde por compartir la segunda palabra, pese a su significado diverso).
«No albergo ninguna esperanza en que vd. vaya a dejar de responder ciertos comentarios míos»
No tengo que ser yo necesariamente (no soy imprescindible). Pero, para no albergarla, lo disimula usted bastante bien, o no repetiría el mismo argumento que ya se le ha explicado detalladamente con…
…anterioridad. Si usted tiene objeciones a las respuestas, las puede plantear perfectamente, sin necesidad de volver al principio todas las veces, encontrándose así, de nuevo, las mismas respuestas (porque, como no me canso de decir, la verdad es muy tozuda: no cambia).
Es verdad, no solo es inmutable el Credo, sino también otros aspectos de la doctrina y de la Tradición.
El ejemplo quizás más cercano de ello es el dogma de la Asunción. Tal y como se explica en la Const. Ap. «Munificentissimus Deus», desde los albores del cristianismo las primeras comunidades manifestaron su creencia en que María Santísima aunque murió no conoció la corrupción de la muerte sino que fue asunta al Cielo en cuerpo y alma, como primicia de nuestra futura resurrección y como privilegio de Dios. Está claro que aunque hay textos apócrifos sobre ello, las Escrituras no recogen este punto pero ello se puede deducir de su vida desde su concepción inmaculada. Aunque su proclamación dogmática es de 1950 estaba en la fe de los fieles desde hace siglos.
Pero tampoco es cierto que todo sea irreformable, en la doctrina, en la Tradición y en la disciplina de la Iglesia hay aspectos muy diversos. No todo es inmutable como algunos pretenden defender.
Entre lo «no inmutable» no se encuentra el Decálogo, que sí es inmutable. Lo que ayer era pecado, hoy también lo es y mañana lo seguirá siendo. Y en cuanto a la moral católica, que lógicamente se deriva de la doctrina, tampoco cambia: con el desarrollo de la técnica se pueden inventar nuevas formas de matar, por ejemplo, pero matar siempre va a ser pecado. No es la moral la que se debe adaptar al mundo, sino al contrario. La moral no cambia, como algunos pretenden defender.
Creo q no has estudiado mucho. Las bases de la supresión de la esclavitud ya están en la carta de San Pablo a Filemón. Y en otras más. La Iglesia lo toleró como institución civil que era arraigadísima e intentó humanizarla todo lo que pudo prohibiendo separar familias, dándoles derecho a peculio, a casarse, prohibiendo castigos corporales excesivos e incluso obteniendo el derecho a comprar su libertad. Sobre el préstamo con intereses ya lo dice el Señor en la parábola de los talentos. Léela. No los condena. Al contrario, los exige. En fin: nada q justifique desoír a Yavé en el AT y a San Pablo sobre el ejercicio de la homosexualidad. Además así lo entendieron siempre toda la tradición De la Iglesia. Y homosexuales siempre ha habido. Incluso entre los griegos estaba bien vista.
y si tiene tendencia a quedarse con lo ajeno?
opiniones sin sentido
Enrique, deje de buscar autojustificaciones para esa actividad asquerosa que está destruyendo su vida y, si realiza tal conducta nefanda, lo sabe muy bien., Ame a Dios de la única forma posible, que es guardando su palabra, porque los preceptos de Dios son para que el hombre cumpla su misión y es la única forma de encontrar la felicidad. Conocerá la paz que siempre ha buscado en esta vida y en la otra.
Ninguna tendencia, por muy innata que sea, coarta o anula la libertad y la responsabilidad de vivir conforme a la verdad.
Totalmente de acuerdo. La regeneración de la iglesia está muy cerca y la lepra que sufre será extirpada. El Santo Padre Francisco lo hará en el momento adecuado de forma firme y tajante. No tendremos que esperar mucho.
Es que, aunque quisiera, tampoco podría esperar mucho, porque a Francisco le quedan dos telediarios, ya que cumple 87 años en cuatro meses. ¿Cree que se va a quedar aquí para simiente de rábanos? Y, precisamente porque no hay mal que cien años dure, la lepra que suponen los demoledores caerá por sí sola (es ley de vida).
Estamos a días del comienzo delnSinodo 2023 en que parece estar todo dispuesto para una Iglesia antes y después de Francisco, lo que viene ocurriendo desde Amoris Laetitia aunque nos hicimos los distraídos al respecto.
La sodomía. Los hombres que se visten de mujeres, y las mujeres, de hombres. Éso está aceptado por la sociedad, con el pretexto de no juzgar, « yo no juzgo a nadie». Que viene de Bergoglio, y del orientalismo, new age y esas yerbas. También muy difundidas.
La única religión moralmente neutra con la sodomía es el budismo.
Cuando alguien dice que «no juzga», como si fuese un bien o gran verdad, habría que decirle que Dios sí, y la condenó en.la Biblia repetidas veces. Y habló del fin del mundo cuando todo esté transvestido.
¿Los modernistas que saben más que Dios?
¿Para que creen que la mafia de S. Galo colocó en el trono a Francisco?
Para provocar un cisma en la Iglesia y separar la cizaña del trigo.
Al final la meta que persigue la masonería eclesiástica es modificar la doctrina divina en una filosofía humano-satánica que cumpla con la agenda 2030 del NOM del falso mesías, que vamos a conocer dentro de año y medio, cuando se cumpla la profecía de Daniel 9,27, al final del sínodo masónico.
Todo se resume en llevar la mayor cantidad de almas al averno eterno.
Apocalipsis 14: quienes se dejen colocar la marca de la bestia se condenarán. Chip-666.
Non Nobis.
Templario. ¿Quién te reveló a ti que eso ocurrirá en año y medio? ¿Y qué tiene que ver Apocalipsis 14 con el año y medio del que hablas?
La doctrina moral de la Iglesia nunca cambia. Sería absurdo que lo hiciera, pues lo que intrínsecamente es pecado, lo es siempre, no puede dejar de serlo. Por eso los cambios que promueve Francisco no son de recibo, y por eso no debemos secundarle.
El 14% de la población española se declara LGTBI … qué hacemos, que vivan en completa castidad hasta que mueran o que no puedan acudir a los Sacramentos hasta que renuncien a su situación de pecado? Iglesia llena de Vox Neo cons y falange
Los planteamientos de que el tema de la sodomía «aún espera un estudio más meditado y sereno por parte de la Iglesia» es para mí parte de una iglesia que no es en la cual yo me uno, parece que lo que dijo el Rabi Jesús se puede cambiar por lo que diga el Rabi Bergoglio en esta Nueva Iglesia.
Soy padre muy orgulloso de una numerosa familia completamente convencional y nada tengo que ver con las conductas que usted me atribuye, no sé si el abordar esta cuestión ha podido dar una impresión equivocada, que en cualquier caso desmiento que tenga que ver conmigo en lo personal. Si lo planteo -y rara vez lo hago para la cantidad de veces que la web da pie a entradas en que la homosexualidad es la protagonista- es porque no deja de interpelarme la duda acerca de la justicia de la doctrina de la Iglesia respecto de quien sintiendo una tendencia natural hacia personas de su mismo sexo no tenga más remedio que permanecer casto toda su vida, casto por obligación y no por vocación, quiero decir. En todo caso, le agradezco su interés por mi bienestar.
El mensaje anterior debería de haber aparecido como respuesta al de «Si, soy yo».
Permita que le responda, aunque su comentario sea para otra persona. En una sección de comentarios lo que se analiza es lo que se escribe, no a quien lo hace, a quien no podemos conocer. Por tanto, si usted defiende la «moralidad» de los actos homosexuales, de poco sirve que esté casado y con veinte hijos: el resultado es el mismo y escandaliza igual.
«no deja de interpelarme la duda acerca de la justicia de la doctrina de la Iglesia respecto de quien sintiendo una tendencia natural hacia personas de su mismo sexo no tenga más remedio que permanecer casto toda su vida, casto por obligación y no por vocación, quiero decir»
Habla usted como alguien materialista que, además de rechazar lo que la Iglesia ha enseñado durante dos milenios, no cree ni en el cielo, ni en el infierno. Comparado con la eternidad, esta vida es un suspiro, y jugársela por ser «feliz» aquí (que encima no es auténtica felicidad), no parece la mejor apuesta.
Por otro lado, su argumento de que «sintiendo una tendencia natural hacia personas de su mismo sexo no tenga más remedio que permanecer casto toda su vida», no hay por dónde cogerlo. ¿Diría usted lo mismo de alguien que tiene impulsos o deseos homicidas?
Veamos:
«…sintiendo una tendencia natural por quitar la vida a otras personas, no tenga más remedio que contenerse y no matar a nadie durante toda su vida».
Y podríamos hacer el mismo ejercicio sustituyendo a homosexuales o asesinos por quienes cometen otros pecados: violadores, pederastas, ladrones, maltratadores, proxenetas, traficantes de drogas, o de personas o de órganos, etc.
¿A usted le parece un argumento razonable? A mí no. Y aún menos desde la fe católica. Claro que uno debe soportar su cruz toda la vida: hay quien nace ciego, cojo, manco, sordo, con tendencias homicidas, amigo de lo ajeno, con graves enfermedades, o se queda en paro o le sale un hijo drogadicto…
Lo que diferencia algunas cosas de la lista que acabo de darle, es que alguna de ellas es pecado y otras no. No es cuestión de lo «natural» que sea algo: todo lo que hay en la naturaleza es natural, y sin embargo no todo es bueno; ni físicamente, ni mucho menos moralmente. Algunas de esas cosas se pueden corregir y otras no, y quien las padece tiene que cargar con ellas toda su vida. Y, en el caso que nos ocupa, adaptar su vida a la verdad, que es donde está la verdadera felicidad, y no autoengañarse creyendo que así se arregla, cuando en realidad lo que se hace es empeorarlo, conformándose con un sucedáneo muy mal logrado y de muy corta duración. Mal negocio. Por eso me parece una tremenda falta de caridad engañar a las personas atraídas por otros de su mismo sexo diciéndoles que no pasa nada por dar rienda suelta a sus deseos. Que se lo digan impíos, pese a ser falso, pase. Que se lo diga un presunto creyente, no tiene un pase.
Excelente respuesta de Catholicvs.
Paso a decir, el orgullo es el peor de los pecados capitales. De lo que Ud. está orgulloso y ostenta es de lo que le parece bien otro se prive.
El objetivo de la promoción de la sodomía es la no-reproducción, ésa es la felicidad de la sodomía para las élites globales.
Ud. parece que compró el buzón.
Entiendo que quiere defenderla aclarando que no está en esa situación. Igual no es nada masculino ver bien esas cosas. Porque no es nada sensato.
Pero, eso va contra el relato actual de múltiples frentes, tv, series, políticos, medios, que muestran sólo una faceta, distorsionada con filtros, de esas personas, presentandolas como exitosas para vender la idea. Y Ud. compró.
Claudio:
Documento del conflicto a la comunión-Conmemoración conjunta luterano-católica romana de la reforma en el 2017. Página 72 nº. 154. Acuerdan eliminar el concepto de la terminología “transustanciación”, por lo tanto ya no habrá consagración, no habrá presencia real de Cristo.
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/lutheran-fed-docs/rc_pc_chrstuni_doc_2013_dal-conflitto-alla-comunione
El sínodo finaliza en octubre de 2024. Van a modificar las palabras de la Consagración para que no tenga lugar el milagro de la Transustanciación. La abolición provocará el cisma, dando lugar al nacimiento de la falsa iglesia del anti-cristo. (Arzobispo Fulton Scheen)
Daniel 9,27: “A la mitad de la semana HARÁ CESAR EL SACRIFICIO Y LA OFRENDA”. Quienes se vinculen a la falsa iglesia serán marcados con el chip-666 y se condenarán.
Apocalipsis 13: Dos bestias.
Dos Katejon: B-XVI y La Eucaristía.
2ª Tesalonicenses 2.
Catecismo 675.
Non Nobis.
Con lo sencillo que es entender que “cada hueco es para lo que es” por eso la sodimia es contraria a la ley natural y cualquier acto genital fuera del matrimonio.