El argumento es un tanto racista: para el arzobispo de Brisbane, Mark Coleridge, el único modo de que haya sacerdotes aborígenes es que se les permita casarse.
En una entrevista con The Australian publicada el sábado, el arzobispo de Brisbane, Mark Coleridge, ex presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Australia (ACBC), declaró que si no se elimina la obligación del celibato no habrá ninguna esperanza de que se ordenen sacerdotes aborígenes.
Coleridge afirmó que «no hay forma de reclutar a un clero célibe en esas culturas».
Si bien el arzobispo dijo que no describiría el fin del celibato clerical para las comunidades indígenas como «inevitable», dijo que cree que el desarrollo es «altamente probable».
«No sé muy bien cuándo ni cómo, pero la cuestión no va a desaparecer», dijo a The Australian. «Y creo que llegará un punto de maduración en el que se verá como el siguiente paso natural y no una especie de vuelco artificial o dramático o prematuro de lo que ha sido una tradición muy larga».
Coleridge considera que tal cambio es especialmente necesario porque excluye la posibilidad de que los sacerdotes de culturas «externas» ministren a las comunidades indígenas como inviable.
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Pues si los indígenas quieren tener sacerdotes de su etnia tendrán que convencerse de que ello solo es posible si sus aspirantes al sacerdocio renuncian al matrimonio. Deben entender que para un católico las normas de la Iglesia tienen prioridad sobre las de sus comunidades indígenas y que el celibato no es tan difícil de llevar.
El que la Iglesia esté abierta a todos, todos, no debe interpretarse como que los que entran en ella tengan derecho a exigir a la Iglesia reformas para adaptarse a sus idiosincrasias (por muy respetables que estas sean) sino al contrario.
El celibato es una joya invaluable de la Iglesia, pero debería ser opcional, y eso para toda la Iglesia católica, no solo para ciertos grupos étnicos.
Solo se puede cumplir con el celibato si hay auténtica Fe en Jesucristo, porque el celibato es un don de Cielo que solo lo reciben los limpios de corazón. Sin Fe en Jesucristo, nadie puede cumplir los deseos del Altísimo.
Creer en Jesucristo es entrar en otra dimensión superior a la que está acostumbrado el hombre meramente humano.
Hasta que nuestros obispos no se conviertan ellos primero (me refiero a los que ya no tienen la Fe de la Iglesia) ni evangelizarán ni hallarán nadie digno del don del sacerdocio católico.
La Fe católica genera una vida sobrenatural nueva, que los mundanos no pueden ni quieren comprender.
Y muchos de nuestros obispos se han hecho mundanos, por perder la Fe.
Es la persona la que debe obedecer la doctrina de la iglesia, no al revés. Y la Doctrina de la iglesia no la puede cambiar JMB por muy papa que sea.
El celibato no es un dogma, es una disciplina eclesiástica y como tal, puede cambiar, y ya es hora que sea opcional.
¿En serio? ¿Por qué «ya es hora»? ¿Porque lo dice usted y la parte del clero que es heterodoxa? Si no fuera usted tan ignorante, conocería la historia de la Iglesia y sabría que el proceso ha sido justamente a la inversa: llegó un momento, al poco de fundarse la Iglesia, en que ya fue hora de exigir el celibato de forma obligatoria, por razones que llevan explicadas dos milenios. En vez de trollear, dedíquese a leer todos esos documentos, donde le explican por qué existe el celibato eclesiástico.
Durante siglos ha habido sacerdotes indígenas que han tenido que superar contradicciones con sus culturas de origen. En Hispanoamérica y África con éxito. ¿Qué quiere decir este arzobispo? ¿Qué estos indígenas son inferiores o más limitados? Prepara el terreno a la generalización de su propuesta pues los jóvenes de nuestro tiempo tienen la mentalidad de esos indígenas.
Pues JMB parece que cree que sí puede cambiar lo que le da la gana, y además, cuando lo hace, todos los demás curas y obispos (salvo muy honrosas y raras excepciones) son perros mudos que callan para seguir cobrando el sueldo que toque o no los envíen a destinos más ingratos…
Que venga un «loco» a cambiar la doctrina a gusto (para eso ha puesto al cuasi hereje Tucho Fernández al frente del Dicasterio más importante) no tendría que validarse como algo posible de realizar… pero si la inmensa mayoría de pastores son lobos disfrazados de corderos o cobardes tibios (que Dios vomita, pero les da igual, parece ser) pues esto es lo que tenemos: desmoronamiento de los cimientos de la Iglesia fundada por Jesucristo para «rehacerla» en una especie de Iglesia masónica de Agenda 2030 adoradora de los preceptos de la ONU y la OMS…
Esto es falso, en el sinodo de la amazonía un indigena dijo que ellos pueden vivir el celibato. No sé si fue esta entrevista u otra pero es pura excusa de los progres para usar a los indigenas como instrumento para descomponer la Iglesia y abrir la ventana de Overton.
https://aciprensa.padremaldonado.edu.mx/2019/10/cualquier-persona-puede-vivir-el.html?m=1
Creo que la explicaciòn que da el Sr. Ricardo es quien explica bien la razòn de esta opiniòn del obispo… Ademàs de ser una discriminaciòn de los indìgenas, como si no tuvieran la capacidad de vivir lo que viven otras razas, es un caballo de Troya para lograr lo que quieren los modernistas europeos… Usan a los indìgenas para quedar como comprensivoa, buenìsimos, tolerantes y compasivos… y en realidad lo hacen para lograr sus deseos…
Bueno, vivimos en un mundo super racista, si bien no en el sentido que se le supone. Pero sí. Hacer diferencia de raza continuamente, eso es el racismo.
Ciertamente, los de la ONU, la OMS, multitud de ONGs progres como la Cruz Roja, Manos Unidas, etc, están siempre haciendo esa distinción de raza y de poder económico, y ahora también de sexos de forma esquizofrénica (porque parecen exaltar el hecho de ser «Mujer» pero luego no saben ni definir «qué es ser mujer», de tarados). Ahora la raza mala, malvada es la caucásica, la blanca, la que «oprimió» a los indígenas americanos (los caníbales que se comían entre ellos, por cierto, y ofrecían sacrificios humanos a su demonios), olvidan que la «esclavitud» también la sufrieron los «blancos» de manos de los moros, por ejemplo, y sólo se habla de la de los negros africanos… TODO es manipulación y falsedad. Bergoglio secunda la hereje «teología de la liberación», eso es ya más que evidente… Sólo habla de «los pobres» ( los utiliza para el discurso falsario, como los comunistas) y de Cristo habla (de «aquella manera») para manipular a los ingenuos que le siguen creyendo…
Méjico, Alemania, Brasil y Australia, bajo Bergoglio, preparan la Gran Explosión Protestante de la unidad de la Iglesia en una miríada de ritos litúrgicos y categorías de presbíteros (viri probati, cura indígena) y pseudo sacerdotisas-diaconisas (incensadora, servidora, auxiliar), esposas de los anteriores. También Gran Explosión en Fé, moral, disciplina y eclesiología, según cada una de las miles de lenguas y culturas.
Y con el riesgo de que si no se aprueba oficialmente, habrá un Gran Cisma de facto, porque unilateralmente empezarán a aparecer estas nuevas iglesitas indígenas y autóctonas, realizando de facto su nueva Fé, moral, liturgia, disciplina y eclesiología, una verdadera iglesia paralela es independiente a los efectos prácticos, con sus propios sínodos y concilios, derecho, santos, calendarios, fiestas, adoraciones.
Hay que plantarles en la cara de frente y decirles NO
De derogarse el celibato, imagino que será no como dice este obispo, permitiendo casarse a los sacerdotes, sino que se permitirá ordenar a casados, como con los diáconos permanentes. Estos últimos, si acceden al diaconado en estado célibe, han de permanecer así. Y si los casados enviudan, no pueden volver a casarse.
El matiz es importante sacramentalmente.
Se permite que sacerdotes y díaconos célibes puedan casarse ejerciendo su ministerio, derogando cualquier obstáculo otra traba legal.
Y en virtud de Amoris laetitia, se permite que los sacerdotes y diáconos divorciados puedan recasarse por lo civil, todo ello dentro del ejercicio de su ministerio, siendo por lo tanto adúlteros impenitentes.
Hay que recordar de nuevo que se pretende que el matrimonio de sacerdotes y diáconos sea absolutamente libre, así como su divorcio y su recasamiento: plena libertad para casarse, divorciarse y recasarse en el ejercicio de su ministerio sin ningún tipo de obstáculo, que es lo que quiere el camino sinodal alemán para ser introducido en la Iglesia universal a través del sinodo de la sinodalidad.
Estad tranquilos. Confiad en Dios. Recordad que en los Evangelios se nos habla de la suegra de Pedro. El mismísimo San Pedro estaba casado. También se nos dice en las Escrituras cómo debe ser la mujer del obispo, los hijos, cómo debe gobernar su casa. El mundo no se hundió por ello.
Troll anti catolico. Ni caso
No sea pesado troll, que esa teoría ya se la hemos refutado mil veces: los primeros cristianos, incluyendo los apóstoles, eran todos judíos, entre quienes, por tradición, lo normal era casarse, siendo excepcional el que no lo estaba. Lo que señalan las Escrituras ahí, es que los candidatos a obispo tenían que ser marido de una sola mujer (porque el divorcio estaba permitido entre los judíos) y San Pablo rechaza que se ordene a divorciados, por estar viviendo en adulterio. Y las Escrituras nos refieren que, tras ser ordenados por Cristo, lo abandonaron todo (incluyendo a sus familias) para seguirle a Él. Y lo de la suegra de Pedro no sé qué tiene de raro: él era viudo. En cualquier caso, la Iglesia jamás ha casado a sacerdotes (ni en época apostólica, ni nunca). En vez de hacer corta-pegas de cosas que no entiende, vaya a clases de alfabetización para adultos, como ya le he dicho. Y sométase a un exorcismo, farsante.
Este señor parece nacionalista vasco o catalán que sólo admiten obispos si son de su rh.
Cuando los españoles llegaron a América tampoco había sacerdotes indígenas célibes. Fueron los clérigos españoles que fueron llegando los que
evangelizaron, aún sin ser indígenas.
Estos monseñores están enseñando la patita y deberían ser puestos de «patitas» en la calle cuando este papa fallezca, lo cual esperamos, por su bien y por el nuestro que se produzca lo antes posible, a poder ser mañana mismo
¿Tú crees, Jandro, que morirá pronto? Yo lo dudo, porque dice el dicho: hierba mala, nunca muere.
Quién sabe si tendremos Francisberg para rato.
Lo que solemos designar tan a la ligera como «iglesia católica» es, en realidad, la comunión de 23 iglesias particulares sui iuris. En 22 de estas iglesias, el celibato no es obligatorio. Solo en la iglesia latina (una de las 23 católicas) el celibato es obligatorio.
Primero, donde quieren introducir de rondón los curas casados es en la Iglesia Latina. Y segundo, en las iglesias de rito oriental existen sacerdotes a los que se ha ordenado estando casados previamente (jamás se casa a quienes ya son sacerdotes), y otros sacerdotes célibes. Sólo éstos últimos pueden ser consagrados obispos y recibir así la plenitud del sacramento del Orden. Y puestos a emplear argumentos cuantitativos, se le ha olvidado a usted decir que la mayoría de los católicos pertenecen a la Iglesia Latina (1.378 millones en 202l), frente a tan sólo 17 millones de rito oriental, aunque estén divididos en 22 Iglesias particulares. Así que, por ahí su argumento, contrario a la Tradición, no va a ninguna parte.
Y si algún sacerdote no es genéticamente aborigen sino que se autopercibe aborigen, le darán facilidades para casarse? O lo violentarán?
En casi favorable, hoy mismo comienzo a ser aborigen!
Tal vez en esas etnias haya poca o nula prevalencia de homosexualidad masculina.
Un sacerdote es «otro Cristo» y vive para ofrecer la Misa. Por ello quizás es mejor que viva en castidad, como Jesucristo vivió en castidad e hizo la voluntad del Padre. Además sería una puerta abierta como por ej. lo que los obispos y cardenales alemanes están deseando abrir, así como la Iglesia que vive en el Amazonia.
Pero la castidad no es un dogma, sino una disciplina.
Debe usted de estar refiriéndose al «celibato», no a la «castidad». A la castidad está llamado todo el mundo (incluyendo las personas casadas), no sólo los sacerdotes.
Efectivamente, gracias, «un lapsus».
Con los activistas del antiracismo pasa lo mismo que con los defensores de la «opción preferencial por los pobres», que desprecian a los mismos que dicen defender.