Tres representantes femeninas de la Iglesia en la Amazonia se reunieron con el Papa para pedirle que reconozca el diaconado femenino, algo que, dijeron, ya ejercen en la práctica en sus comunidades. El Papa las remitió al Sínodo de la Sinodalidad.
Patricia Gualinga, Yesica Patiachi y sor Laura Vicuña, procedentes de Ecuador, Perú y Brasil, vicepresidentes de la Conferencia de Iglesias Amazónicas (CEAMA), que surgió tras el Sínodo Vaticano sobre la Amazonía de 2019, escribieron una carta al Papa a principios de marzo pidiéndole que le hablara sobre el tema de los oficios y servicios para las mujeres en la Amazonía, dijeron en un encuentro en el palacio el Martes por la noche San Calisto, sede del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Francisco respondió solo unos días después e invitó a las tres mujeres a Roma para una reunión.
“Primero le dijimos que el 90% del trabajo de evangelización en la Amazonía lo hacemos nosotras las mujeres de nuestras comunidades”, dijo sor Laura Vicuña. “Le dijimos que ya estamos haciendo ministerio diaconal en la iglesia hoy. Por eso queremos que la iglesia reconozca este servicio. Le dijimos que no nos referimos al sacerdocio (de las mujeres), sino que estamos hablando del reconocimiento del servicio diaconal que ya estamos haciendo las mujeres en la Iglesia de la Amazonía”.
Los obispos en la Amazonía «aceptarían y alentarían» el ministerio diaconal de las mujeres, dijo la religiosa brasileña. Pero ella también reportó tensiones. El Papa Francisco, a quien las tres mujeres indígenas se dirigieron en su carta como «abuelo» («abuelo»), dio una respuesta amable que también señaló su comprensión, según la hermana Laura Vicuña.
“Él hizo la pregunta, ¿quién viene primero, María o Pedro? Ahora las mujeres somos mayoría. Con esto no queremos rechazar a los hombres, pero queremos hacer lo que propone la Iglesia: ir por caminos sinodales. Caminar juntos con nuestras diferencias. Nos alegramos mucho cuando el abuelo nos dijo que no hay vuelta atrás con los cambios que se están dando en la Iglesia. Pero hay que ir más allá en los territorios. Y hay que pasar por un proceso de conversión: conversión pastoral, eclesial, sinodal, ecológica, cultural y social”.