En la enésima entrevista televisada de Francisco, Su Santidad ha advertido contra las falsas apariciones de la Virgen María, subrayando un criterio para juzgarlas: las verdaderas siempre apuntan a Jesús.
Entrevista al Papa en el programa religioso de la RAI A Sua Immagine. La entrevistadora, Lorena Bianchetti, introduce el asunto de las apariciones marianas, sobre las que se han pronunciado recientemente prelados para advertir de su peligrosa y cuestionable profusión y de los mensajes a menudo apocalípticos.
El Papa aclara en la entrevista: “Es un instrumento de devoción mariana que no siempre es cierto. A veces son imágenes de la persona. Ha habido verdaderas apariciones de la Virgen, pero siempre señalando con el dedo a Jesús, nunca nos han atraído hacia la Virgen cuando es verdadera. Nunca. Siempre señalaban a Jesús, como dijo en las bodas de Caná: ‘Haced lo que él os diga’. Y esta es Nuestra Señora. Me gusta verlo así, señalando a Jesús, cuando una devoción mariana es demasiado egocéntrica, no es ese dedo y no es bueno. No es bueno tanto en la persona que tiene la devoción como en los que la llevan a cabo”.
La proliferación de supuestas apariciones en los últimos tiempos ha llevado a la Pontificia Academia Mariana a crear un observatorio con el objetivo de analizar e interpretar los diversos casos de apariciones y otros fenómenos místicos ligados a la Virgen María.
Las declaraciones en este sentido del presidente de la citada academia, el franciscano Stefano Cecchin, insinuando que un criterio para descartar las apariciones falsas es que se centren en anunciar “calamidades y castigos” (algo que hacen casi todas las apariciones reconocidas por la Iglesia) ha suscitado numerosas respuestas críticas.
Así, el exministro español de Interior Jorge Fernández ha escrito en el diario La Razón: “Resulta sorprendente que el responsable de un nuevo organismo creado para «filtrar» las apariciones con carácter previo a su discernimiento e investigación por parte de la jerarquía eclesiástica, afirme que un criterio para negar su tramitación sea que atribuyan a la Virgen el anuncio de «calamidades y castigos» o «hablar mal de la Iglesia». Se trata de algo tan absurdo y poco razonable que ignora que una madre cuando riñe o advierte a sus hijos lo hace por amor a ellos y, por tanto, siempre por su bien. Con ese «curioso» criterio casi ningún profeta del Antiguo y del Nuevo Testamento hubiera sido reconocido como tal. Y por supuesto, tampoco habrían sido declaradas auténticas apariciones como Fátima o La Salette, entre otras, ya aprobadas por la Iglesia. Esperemos no se pretenda negar las apariciones de la Virgen”.