Lukas Färber, que fue miembro de la asamblea sinodal del Camino Sinodal hasta su conclusión en marzo, renunció este martes a la Iglesia católica.
Como justificación, Lukas Färber asegura en su página de Facebook, entre otras cosas, que el proyecto de reforma había sido «sobre todo una experiencia de impotencia, a pesar de todas las experiencias de fortalecimiento y las alianzas que pudimos hacer».
Se había vuelto cada vez más consciente de que la iglesia oficial difícilmente podía reformarse. «Me he preguntado repetidamente si la membresía en esta iglesia oficial sigue siendo compatible con mi comprensión cristiana de la moralidad», dijo literalmente Färber.
En su publicación en Facebook el martes, Färber explicó que quería seguir comprometido como cristiano en la iglesia a pesar de su partida: «Soy y seguiré siendo bautizado. Soy y seguiré siendo cristiano. Soy y seguiré siendo miembro de la asociación de jóvenes. Soy y seguiré siendo un soñador y embajador de una iglesia y un mundo justos». También enfatizó que continuaría trabajando «lleno de convicción» a tiempo completo para la Asociación de la Juventud Católica Alemana (BDKJ) en la diócesis de Münster. Färber trabaja dentro de la asociación diocesana como orador de la campaña de 72 horas planeada por la organización coordinadora de jóvenes el próximo año.
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Lo mejor es q se vaya del todo y al lugar donde se sienta más cómodo. El me voy pero me quedo es fuente de problemas. Y eso es lo q deberían hacer todos aquellos Q no se sientan bien dentro de la Iglesia y no acepten sus principios y doctrina: marchen se adonde se sientan bien o creen algo q se ajuste a lo q sienten y creen, pero no molesten y quieran cambiar lo dispuesto por Cristo-Dios para su Iglesia q tiene sus puertas abiertas
Totalmente de acuerdo, mejor todavía sería una autoridad que se sentara con ellos y los evangelizara pero bueno, en estos tiempos es mucho pedir.
Se había vuelto cada vez más consciente de que la iglesia oficial difícilmente podía reformarse».
¡La reforma!
Le ha traicionado el subconsciente.
Contaba Malachi Martin, que durante el Concilio Vaticano II, el cardenal Bea llegó a su habitación con angustia y sudaba ansiosamente. Le comentó que acababa de escuchar al teólogo Hans Küng, en ese momento sacerdote, decir que a diferencia de los rebeldes protestantes de antaño, él y su grupo, se quedarían dentro de la Iglesia y la cambiarían desde adentro.
«El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen»…
Eso se llama chantaje emocional, y muestra que esos apóstatas, declarados o encubiertos, difícilmente van a reformarse, sino que quieren seguir intentando deformar la Iglesia de Cristo, según su caprichosa voluntad.
«A enemigo que huye, puente de plata», es un protestante «desfachatadamente» modélico.
Lástima que no huya del todo; se está tan bien bajo el paraguas económico de la iglesia apóstata.
Cierto, no olvidemos la cantidad fe empleados que tiene la iglesia católica en Alemania y éste señor no querrá perder el sueldo que tiene al trabajar a tiempo completo.
Por eso dice que se va pero perder el sueldo es otra cosa, eso no contraviene su conciencia.
Que se vaya pero del todo y contra antes mejor.
Lamentamos que se vaya por su alma. Ojalá se convierta y vuelva, pero en este momento lo mejor es que se vaya y sería espectacular que se llevara a unos cuantos como el Cardenal Marx y afines.