(Caterina Giojelli en Tempi)-Tras los escándalos de Tavistock, Stonewall, Mermaids y el informe Asleep at the Wheel, las familias de los jóvenes iniciados en la transición de género en las escuelas llevarán al Ministerio de Educación a los tribunales. El primer ministro Sunak promete una investigación y nuevas directrices.
Ahora es el turno de los padres. Serán madres y padres de niños transexuales los que demanden al Departamento de Educación del Reino Unido por cargos concretos: no supervisar el sistema educativo, permitir que el personal escolar inicie a sus hijos en la transición de género sin tener en cuenta los daños y consecuencias denunciados por médicos y psiquiatras en todo el Reino Unido; abrir de par en par las puertas de las instituciones a grupos de presión LGBT como Stonewall; y permitir que esto ocurra excluyendo a las familias de cualquier decisión y debate sobre sexualidad e identidad de género que se transmita a los niños durante las clases.
«Nadie nos había informado»: agotados por las peticiones de explicaciones que caían en saco roto, por las puertas cerradas, por las invitaciones a no curiosear («su hijo»tiene 16 años, es un adulto, el colegio no tiene por qué trabajar con ustedes»), «los padres desean presentar una demanda conjunta por negligencia contra el Ministerio de Educación por no haber actuado en relación con el previsible daño causado a los niños por la ideología de género», ha anunciado la abogada Anna Loutfi al Mail (información recogida aquí por Feministpost).
Padres de transgénero demandan al gobierno
No se trata de una mera acción simbólica. La acción legal anunciada por los padres se produce a raíz de las numerosas investigaciones sobre la transición de menores desencadenadas por el escándalo de la clínica de género Tavistock & Portman de Londres (que comenzó con la dimisión masiva de muchos médicos, denuncias de pacientes ante los tribunales y portadas del Times), el de Stonewall sobre los costes, las presiones e influencias ejercidas por el lobby LGBT más poderoso de Europa a todos los niveles institucionales (ahora abandonado por todos, incluido el gobierno británico), y la investigación abierta por la Charity Commission a raíz de las pruebas recogidas por el Telegraph sobre Mermaids, la organización benéfica transgénero que recibe fondos públicos y organiza sesiones de formación para escuelas y el servicio sanitario con el fin de promover la reasignación de género entre los jóvenes y enviarles dispositivos para vendarles el pecho a pesar de la oposición de los padres.
El anuncio se produce tras la publicación del informe Asleep at the Wheel del laboratorio de ideas Policy Exchange, según el cual cuatro de cada diez centros de secundaria aplican «políticas de autoidentificación de género» ignorando habitualmente los principios de salvaguarda de la infancia: solo el 28% de los centros encuestados afirmaron, por ejemplo, que implican a los padres cuando un niño cuestiona su género; para muchos otros, tal comunicación violaría la intimidad y confidencialidad de los alumnos.
El informe que preocupa a Rishi Sunak
Tras la publicación del informe, que ocupó las portadas del Telegraph, Times y Daily Mail, el primer ministro Rishi Sunak dijo estar «muy preocupado» y se ha comprometido a publicar nuevas directrices antes de fin de año para que las escuelas «sepan cómo responder cuando los niños pregunten por su género. Se trata de áreas muy delicadas, es importante que las tratemos con sensibilidad y que los padres sepan lo que está pasando»; «para mí, la seguridad y el bienestar de nuestros hijos es de vital importancia. Y debe quedar claro que los padres deben ser conscientes de lo que se enseña a sus hijos en la escuela».
Sunak también ha asegurado que el gobierno está trabajando en la revisión del Rshe (Relationships and Sexual Education) que hace obligatoria la «educación sobre relaciones» desde la escuela primaria «para asegurarse de que es apropiada para la edad de los niños», después de que hace un mes más de 50 diputados conservadores se quejaran preocupados porque los más pequeños estaban siendo «adoctrinados con ideologías radicales y no probadas sobre sexo y género» («Lecciones gráficas sobre sexo oral, cómo asfixiar a tu pareja de forma segura y 72 sexos: esto es lo que se hace pasar por relaciones y educación sexual en las escuelas británicas»).
De la escuela al primer censo sobre transgénero
«Si un desconocido entra en una escuela con material distribuido en muchas aulas por organizaciones acreditadas por el Gobierno», escribe el Catholic Herald, documentando las acusaciones del informe y el uso desenfrenado del vocabulario y los planes de estudio de Stonewall incluso en las escuelas católicas inglesas- y pide «hablar con vuestros hijos de 7 y 8 años sobre sexo, variedad sexual y las diferentes formas en que la gente tiene relaciones sexuales», la reacción inmediata de cualquier escuela normal debería ser llamar a la policía. Pero si esa persona dice pertenecer a Stonewall y similares, será bienvenida como profeta y guía».
Para los grupos de presión arcoíris, controlar que en las escuelas se hable desde edades tempranas de identidad sexual y de género es una misión aún más urgente a la luz de los datos, hechos públicos hace unas semanas, del censo de 2021 en Inglaterra y Gales, el primero del mundo en interrogar a la población sobre la identidad de género. ¿Los resultados?
«¿Os dais cuenta de que uno de cada 67 musulmanes es transgénero? ¿Que los adultos sin estudios tienen casi el doble de probabilidades de identificarse como transgénero que los licenciados? ¿Que los distritos londinenses de Brent y Newham albergan porcentajes más altos de transgénero que Brighton (la verdadera «capital» del orgullo LGBTQ y trans de Gran Bretaña, n.d.e.) y Oxford?», comenta en el Spectator Michael Biggs, profesor asociado del Departamento de Sociología y del St Cross College de la Universidad de Oxford, demoliendo los datos del censo.
No binario, género queer, mujer trans, hombre trans o sin identidad específica: el problema estaba en la propia pregunta formulada por la Oficina Nacional de Estadística a los encuestados; no «¿es usted transgénero?», sino «¿es el género con el que usted se identifica el mismo que su sexo registrado al nacer? ¿Sí, no, cuál?». Moraleja: además de contradecir todos los datos de las clínicas de género, registrar un auge trans entre la población negra o musulmana, los que hablaban inglés «no bien» o «para nada bien» tenían más probabilidades de considerarse transgénero. Llamar a Stonewall para pedir explicaciones. Mientras tanto, el secretario de Educación, Gillian Keegan, y la ministra de Igualdad, Kemi Badenoch, trabajan en unas directrices que obliguen a los centros escolares a informar a los padres si los alumnos quieren cambiar de sexo, nombre o llevar el uniforme del sexo opuesto.
Publicado por Caterina Giojelli en Tempi
Traducción de Verbum Caro para InfoVaticana
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La educación ha sido invadida por el NOM, y por ello promueven la infame ideología de género. Esta iniquidad ha penetrado incluso en muchos centros católicos, con la anuencia de Francisco.
Esta imagen cuando la veo, me entra escalofrío. Pienso en ese niño, que como no sea por la intervención directa del Señor, esa alma cesta condenada para toda la eternidad y, el Señor, no tolera que le roben las almas de esa forma tan salvaje y criminal.
Lo que más me escandaliza de todo esto es, que al menos la Iglesia con sus pastores, sacerdotes, diáconos y fieles laicos estén en las calles para que, de tal manera se oiga su escandalera por todos los rincones de tierra. Esta es la única forma de luchar contra esta canalla envilecida y miserable.