El obispo de Vitoria, monseñor Juan Carlos Elizalde, inauguró el pasado sábado el Año Jubilar en Estibaliz con la apertura de la Puerta Santa.
A Elizalde le acompañó también el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez y el arzobispo de Burgo, Mario Iceta y media centenar de sacerdotes.
En su homilía, el obispo Elizalde recordó a los asistentes que “el Santuario de la Virgen de Estíbaliz es desde tiempo inmemorial lugar de encuentro y de reconciliación, refugio de necesitados, fuente de fe, corazón de nuestra cultura vasca y alma de nuestro pueblo. Estíbaliz es de todos los alaveses”.
También detalló las condiciones que marca la Santa Sede para ganar el jubileo y obtener la indulgencia plenaria. La primera es peregrinar a Estíbaliz y atravesar la Puerta Santa. “Peregrinar es avanzar a través de un camino hacia una meta donde nuestra vida en este mundo es un paso hacia la eternidad, como un puente que tenemos que atravesar, sabiendo que en este mundo vivimos como quien va de paso”.
Para ganar esa indulgencia plenaria también será necesario acudir al sacramento de la confesión, donde “nos reconciliamos con Dios y recibimos su perdón gratuito” y “la indulgencia restaña las heridas de nuestro pecado y nos libera de lo que se llama la ‘pena temporal’, recreando el tejido social de la Iglesia, herido también por el pecado” y asistir a Misa y comulgar.
Mensaje a los jóvenes
El obispo de Vitoria hizo mención especial a la juventud. Juan Carlos Elizalde subrayó que “jóvenes sin eucaristía dominical son jóvenes sin vida cristiana”.
Sobre las religiosas, jóvenes, que custodiarán durante los próximos años Estíbaliz, Elizalde aseguró que “conciben la Iglesia como una gran familia, bajo la mirada de la Madre, con amor entrañable, incondicional y eterno. Eso sí que da seguridad a un joven perplejo y confundido ante tantos modelos de diseño artificial de alto riesgo, para concebir la pareja, la vida humana, su comienzo y final, la relación afectiva o la familia misma”.
Volviendo a la juventud, el prelado vasco advirtió que “engañamos a los jóvenes cuando les hacemos propuestas aduladoras de una libertad egoísta, ciega y sin límites”. “¡Jóvenes, no os dejéis engañar! El mundo, de vosotros sólo quiere vuestro cuerpo y mientras sea joven. El camino de fe de vuestros padres y abuelos es un camino de plenitud y de felicidad. ¡Seguidlo!”.
Elizalde subrayó que esta propuesta “conduce a la plenitud” mientras que “las nuevas leyes acerca de la vida y de la ideología de género son experimentos artificiales de alto riesgo que conducen a la frustración y a la muerte. No os dejéis confundir y manipular”.
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Tantos años, de ser del mundo, cobardía y servilismo . Que sea lo que Dios quiera.
Gracias, Monseñor Elizalde. Parece que los obispos vascos sí que son auténticos obispos como Munilla, Iceta o Elizalde. Que cunda el ejemplo.