El Papa: «Jesús es el camino que conduce a la felicidad que no perece»

Papa regina coeli (Vatican media)
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Comentando el evangelio del domingo antes del rezo del Regina Coeli, el Papa Francisco señaló como «Jesús ve la tribulación de los discípulos, ve su miedo de ser abandonados, precisamente como nos sucede a nosotros cuando nos vemos obligados a separarnos de alguien a quien queremos».

«Y entonces dice: «Me voy a prepararos un lugar […] para que donde estoy yo estéis también vosotros» (vv. 2-3). Jesús usa la imagen familiar de la casa, un lugar de relaciones y de intimidad. En la casa del Padre – dice a sus amigos y a cada uno de nosotros – hay espacio para ti, tú eres bienvenido, serás acogido para siempre con el calor de un abrazo, y yo estoy en el Cielo preparándote un lugar. Nos prepara ese abrazo con el Padre, el lugar para toda la eternidad», agregó el Pontífice.

El Obispo de Roma afirmó que «esta Palabra es fuente de consuelo, es fuente de esperanza para nosotros. Jesús no se ha separado de nosotros, sino que nos ha abierto el camino, anticipando nuestro destino final: el encuentro con Dios padre, en cuyo corazón hay un puesto para cada uno de nosotros».

Es por ello- continuó Francisco- «cuando experimentemos cansancio, desconcierto e incluso fracaso, recordemos hacia dónde se dirige nuestra vida. No debemos perder de vista la meta, incluso si hoy corremos el riesgo de olvidarlo, de olvidar las preguntas finales, las importantes: ¿Adónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir? Sin estas preguntas solo exprimimos la vida en el presente, pensamos que debemos disfrutarla lo máximo posible y al final terminamos por vivir al día, sin un objetivo, sin una finalidad. Nuestra patria, en cambio, está en el cielo (cf. Fil 3,20), ¡no olvidemos la grandeza y la belleza de la meta!»

«Jesús mismo es el camino a seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia. Él es el camino y, por tanto, la fe en Él no es un “paquete de ideas”, en las que creer, sino un camino a recorrer, un viaje que cumplir, un camino con Él. Es seguir a Jesús, porque Él es el camino que conduce a la felicidad que no perece. Seguir a Jesús e imitarlo, especialmente con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás. He aquí la brújula para alcanzar el Cielo: amar a Jesús, el camino, convirtiéndose en señales de su amor en la tierra», añadió el Sucesor de Pedro.

El Papa concluyó el comentario del evangelio animando a mirar «hacia el Cielo», recordando la meta y pensando que «estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios. Y, desde el cielo al corazón, renovemos hoy la elección de Jesús, la elección de amarlo y de caminar detrás de Él. Que la Virgen María, que siguiendo a Jesús ya llegó a la meta, sostenga nuestra esperanza».

Nuevos beatos

Tras el rezo del Regina Coeli, el Papa hizo mención a la beatificación en Uruguay del obispo Jacinto Vera, que vivió en el siglo XIX. «Un pastor que cuidó de su pueblo, testimonió el Evangelio con generoso impulso misionero, favoreciendo la reconciliación social en un clima tenso por la guerra civil», dijo el Papa sobre él. También recordó la beatificación en Granada de la joven María de la Concepción Barrecheguren y García. «Postrada en cama por una grave enfermedad, soportó los sufrimientos con gran fuerza espiritual, suscitando en todos admiración y consuelo. Murió en 1927 con 22 años», afirmó Francisco.

Mandó saludos «a todos vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de tantos países, en particular, a los fieles procedentes de Australia, España, Inglaterra y a los estudiantes del Colegio Santo Tomás de Lisboa».

También mencionó a la Asociación Meter y a su fundador don Fortunato Di Noto, «que llevan adelante el compromiso para prevenir y combatir la violencia sobre los menores; celebran hoy la 27ª Jornada de los Niños Víctimas; desde hace 30 años defienden a los niños de los maltratos y de las violencias. Estoy cerca de vosotros, hermanos y hermanas, y os acompaño con la oración y mi afecto. No os canséis nunca de estar del lado de quien es víctima, ahí está Cristo Niño que os espera, ¡gracias!»