El sacerdote Wenceslao Munyeshyaka, natural de Ruanda, fue expulsado del estado clerical por el Papa Francisco después de ser condenado por genocidio. La apelación de Munyeshyaka contra su condena fue denegada por un tribunal francés en marzo, lo que provocó el anuncio del Vaticano, según medios franceses.
En un comunicado de prensa hecho público el lunes 2 de mayo, Monseñor Christian Nourrichard, obispo de la diócesis en la que actualmente residía el cura, hizo saber que el Papa lo había destituido del estado clerical por decreto del 23 de marzo.
A partir de ahora, el padre Munyeshyaka queda “dispensado de todas las obligaciones derivadas de la sagrada ordenación, pierde automáticamente todos los derechos propios del estado clerical, queda excluido del ejercicio del sagrado ministerio y no puede funcionar como lector o acólito ni distribuir la comunión ningún lugar. Debe evitar lugares donde se conozca su estado anterior. Una resolución suprema y final que no está sujeta a ningún recurso y tiene efecto “inmediato”, reza el comunicado.
Munyeshyaka fue acusado de facilitar la masacre de refugiados tutsi en su parroquia de Kigali durante el genocidio tutsi de 1994. Huyó de Ruanda después del genocidio y se le concedió asilo en Francia. Sin embargo, fue arrestado en 1995 y acusado de complicidad en genocidio y crímenes de lesa humanidad.
Está acusado de ser el autor intelectual del genocidio en varias partes de Kigali, en particular los asesinatos en la iglesia católica Saint Famille, donde era sacerdote en 1994. Wenceslao Munyeshyaka fue uno de los sacerdotes que firmó una carta a Juan Pablo II en la que negaba el genocidio de los tutsis y presentaba a los hutus como las principales víctimas de las masacres.
Sin embargo, la carta no explica por qué el Papa Francisco decidió sacar a Munyeshyaka del clero.
Munyeshyaka, ex vicario de Sainte Famille, está acusado de participar en matanzas en toda la capital y de entregar a milicianos a mujeres tutsis que buscaban refugio en su iglesia para que las violaran. Munyeshyaka es bien conocido por ser el sacerdote que se movía con un arma y equipo militar durante el Genocidio y colaboró estrechamente con algunos de los autores intelectuales clave del Genocidio, incluido el ex alcalde de Kigali, Col Tharcisse Renzaho, entre otros.
El sacerdote ruandés permaneció en Francia, donde continuó sirviendo como sacerdote en varias parroquias hasta que Nourrichard lo suspendió en 2021 tras conocer que tenía un hijo fruto de un romance y que nació en 2010.
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Conocí a los refugiados de este genocidio en Bruselas, el último, por ahora, genocidio cubierto en un tiempo récord y con el uso instrumental de la radio pública para generar odio fratricida por el gobierno. Un genocidio brutal, con uso de machetes, delirante en el odio e inhumanidad hasta el extremo.
Y para Francisco, una prueba más de la falacia del «quién soy yo para juzgar»… pues sí, debes de juzgar… y a veces, duramente…
» «Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?»
Ninguna falacia .
Atahualpa: ¿Estás arrepentido?
Excomulgar no es igual es reducir un clérigo al estado laical. El título dice una cosa; el texto, otra. Y como el texto describe lo segundo, parece que es el título que está errado. Quizás doblemente equivocado ya que no es cualquiera que recibe una reducción al estado laical directamente del Santo Padre.
La carta no explica porque el Papa lo expulsa…
Se necesita mucho descaro para escribir una cosa así. Bárbaros….
Hay un montón de curas vascos que ayudaron a los terroristas de ETA que yo creo que deberían… no sé. ¿Con cuántos muertos se es un asesino? Si hubieran podido no habrían asesinado también a todos los españoles que había en su “territorio”? Pues ya que empieza a reducir que diga por el norte de España y por Irlanda.