La plaza de toros de Valencia se llenó en una gran vigilia presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, con la presencia de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, acto organizado con motivo del Centenario de la Coronación Canónica de la Mare de Déu.
12.000 personas recibieron con aplausos a la Virgen de los Desamparados. La Gran Vigilia se ha desarrollado en un ambiente festivo y de celebración, en torno a la imagen de la Mare de Déu, con canciones y animación, por un lado, y con recogimiento y oración en su segunda parte.
El acto, al que también asistió el cardenal Cañizares y arzobispo emérito de Valencia, comenzó con el rezo de tres misterios del Rosario acompañados de distintos testimonios y posteriormente la Gran Vigilia continuó con la procesión y exposición del Santísimo, el canto del Aleluya y la proclamación del Evangelio, seguida por la homilía a modo de reflexión por parte del Arzobispo de Valencia.
El primer testimonio corrió a cargo de Ana Cuenca, de 30 años y del Camino Neocatecumenal que contó su experiencia con el dolor y la enfermedad. La monición al segundo misterio fue realizada por el grupo Effetá y el rezo del segundo misterio, por los Scouts.
El segundo testimonio fue ofrecido por Enrique Baviera, de 31 años y ordenado sacerdote en 2019, que es actualmente párroco en Agullent. Contó su experiencia como joven que se alejó de la fe y cómo volvió a la senda de la fe. Rosa Parra, de Oliva, religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, también compartió su experiencia y vocación.
Tras la monición al tercer misterio, por el Opus Dei, y el rezo, por Regnum Christi, ofreció su testimonio Mónica Armas, del Proyecto Raquel, que contó su testimonio con el aborto.
Después, tras un silencio meditativo, tuvo lugar el estreno de la canción eucarística “Ven y Adora” compuesta para la Gran Vigilia e interpretada por el coro diocesano que se ha formado expresamente para este acto, compuesto por 30 voces, de distintos movimientos y realidades de la Diócesis, y religiosas de las Siervas del Hogar de la Madre, responsables del coro.
Benavent: “El fruto de la gracia de María es la humildad, la caridad, la alegría y la fidelidad”
Como viene siendo habitual en Enrique Benavent en su homilía que dirigió a modo de reflexión a todos los presentes en la Vigilia mezcló el español con el valenciano. El Arzobispo hizo referencia a los cinco testimonios de religiosas, de laicos, de un sacerdote -“que nos han ido preparando el corazón para escuchar y acoger el testimonio más importante, el de la Santísima Virgen María” y señaló que “el fruto de la gracia de María es la humildad, la caridad, la alegría y la fidelidad”.
Así, “el fruto de la gracia en María es la humildad” porque “el hecho de haber sido elegida para ser la madre del Mesías no la lleva a sentirse superior a los demás ni le lleva a pensar que si Dios la ha elegido a Ella es porque se lo merece más- Ella no proclama sus grandezas sino las grandezas del Señor”.
Igualmente, “el fruto de la gracia en María es la caridad: no solo se alegra por lo que Dios ha hecho en Ella sino porque a través de su persona y del Hijo que lleva en sus entrañas Dios derrama su bendición sobre todos, sobre los hambrientos, los pobres, sobre todos los que se sienten desamparados y sobre toda la humanidad”.
También, “el fruto de la gracia en María es la alegría, una alegría en el Señor”, y, la fidelidad, porque “su camino de fe no fue fácil – como el de los testimonios que hemos escuchado”. A menudo “nos encontramos en la desesperanza pensando que las dificultades que tenemos para vivir la fe son mayores que las de los demás. María fue fiel no dejó de confiar en Dios, no dudó del sí que le había dicho a Dios”.
El arzobispo Benavent concluyó su alocución pidiendo “que el amor a la Mare de Dios nos ayude a que la fe se mantenga siempre viva en nuestra diócesis y que nos ayude a todos a crecer en la santidad y en la caridad”.
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Amunt Valencia
Glòria a Déu!!!
En Valencia capital hay censadas casi 800.000 personas, que llegan a 1,6 millones contando el área metropolitana y casi 2 millones la provincia. Que acudan 12.000 personas supone el 0,6% de la población. Pero es que, los asientos totales de la plaza son exactamente 12.000, y todos podemos ver en la imagen aérea que las tres secciones detrás del escenario están prácticamente vacías, como es lógico. Así que, la cifra de asistentes es bastante inferior, por lo que la asistencia ha sido aún menor de ese 0,6% de valencianos. Vamos, un exitazo de convocatoria.
Usted siempre en su línea….Gracias Don Enrique por hacernos partícipes de que la Iglesia sigue viva…. enhorabuena.
Toda la razón: en mi línea (diciendo la verdad, a la que algunos, como usted, tienen alergia).
En la plaza caben exactamente 15.500 personas. La parte trasera del escenario se dejó vacía para que los fieles pudieran confesarse y por seguridad.
1. Para quién le importe sólo el número, y es verdad que es importante, la plaza estaba màs que ABARROTADA….
2.Para los que creen que el número no es lo importante: la VIGILIA fué una delicia: la puesta en escena, el orden, la alegrìa, la participación de parroquias y grupos eclesiales, los cantos, el rezo del Rosario, los Testimonios, la entada solemne del Stmo. Sacramento, la Adoraciôn Eucarìstica, el silencio, el Evangelio cantado con la hermosa homilía del Arzobispo etc etc etc…. Fué una verdadera manifestaciôn de fe en un lugar muy emblemàtico de Valencia capital (donde casi nadie se atreve a convocar por miedo a «pinchar»).
Y al final hubo una explosión de la religiosidad popular valenciana con poemas y vítores a la Virgen, que emociónó a todos los presentes…
Está todo en el video de youtube. Veánlo.
Parecía una típica Vigilia de la JMJ…
Mi enhorabuena a todos los organizadores y voluntarios, especialmente al Sr. Rector de la Basílica de la Virgen!!!
Lo destacable no es cuántos han ido, sino cuántos no y por qué. España, hasta hace relativamente poco era católica. Algunos deberían preguntarse qué hacen mal (o qué no hacen bien) para esta desbandada, en vez de mirarse el ombligo, pues Cristo les mandó convertir a todo el mundo, no sólo atender al menguante número de los ya convertidos y decir: ¿a que salió bonito el evento? Sí, sí, salió precioso.
1. Una plaza abarrotada de gente mayor, hijos de una época de cristiandad que ya no existe y de jóvenes hijos de movimientos eclesiales que no tienen nada que ver con una forma de vivir la fe propia más de una demostración de fuerza que de una iglesia de «minorias creativas», que bastante hacen con responder a la convocatoria de su obispo para intentar aparentar catolicidad con una institución que no para de poner en entredicho el lugar donde han recibido la fe frente al «ideal diocesano».
2. La vigilia fue un querer meterlo todo para querer contentar a todos.
tres misterios del rosario, la adoración metida en calzador, el santísimo salió en palio pero volvió sin (se ve que había menos presencia real al irse), la homilía del obispo fantástica para una misa en la catedral, pero nada aterrizada ante la realidad que allí se vivía y una pérdida de oportunidad de ilusionar a los católicos y animarlos a vivir la fe en una sociedad pagana. Pero todo fantástico para los que quieren medrar.
Al Sr. Rector y a su hermana.
Si hubo actuación final estelar de Hakuna ya valió la pena.