El sacerdote Jaime Sanz Santacruz completa la trilogía sobre las tres virtudes teologales con el libro “Llevarlo a todas partes”

Jaime Sanz Santacruz libro
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“Llevarlo a todas partes” es el último libro del sacerdote Jaime Sanz Santacruz, capellán de la Sede de Posgrado de la Universidad de Navarra en Madrid.

Se trata de la tercera entrega de una trilogía que trata sobre las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Como se indica en el primer libro, es el resultado de conversaciones con muchas personas.

“Reilusiónate”, “Aprender a querer” y “Llevarlo a todas partes”, tienen por tanto un mismo hilo conductor: una vida vivida con sentido cristiano. Están prologados por Mons. José Ignacio Munilla, Mons. Mario Iceta y Mariano Fazio, respectivamente. «Partiendo de la necesidad de recuperar la ilusión para vivir como auténticos cristianos, plantea un estilo de vida en el que los demás sean lo primero, sabiendo quererles con el modelo de amor que Jesús nos propone», explica el autor.

El sacerdote Jaime Sanz afirma que «en esta tercera y última entrega, “Llevarlo a todas partes”, se habla de esperanza, de lograr un mundo mejor en el que Dios esté más presente, le conozcamos mejor -sin prejuicios ni planteamientos superficiales-, le demos a conocer con el testimonio de nuestra vida, y hablemos de él con naturalidad».

Teniendo como telón de fondo la escena de la Ascensión del Señor, “¿qué hacéis ahí parados mirando al cielo?” “¡Poneros en camino!”, el autor nos recuerda la misión evangelizadora que Jesús nos ha encomendado, para que impulsemos la revolución y no nos limitemos a administrar la aparente decadencia de una fe que parece languidecer, pero que en cambio se presenta a un mundo vacío, con un mensaje revolucionario, que no es rancio ni caduco.

Se habla de echar las redes (sociales) para pescar, de no hacer apostolado sino de ser apóstoles, de hablar más de Dios y dialogar con los que no creen, y de no buscar la eficacia sino de llenar el mundo de esperanza. No hay que mirar atrás sino a nuestro alrededor, para aprender de los demás y escucharles, y dar una respuesta cristiana a tantos y a tantas que se preguntan sobre el sentido de su existencia.

Tenemos una luz que no se puede almacenar, como sucede con la electricidad, y hemos de ponerla en la red del mundo, para que todos se beneficien de ella. La fe que no se comparte su pudre, como el queso en el frigorífico.

El libro es sencillo y contiene códigos QR que permiten ampliar, profundizar y amenizar la lectura con videos y canciones. Está salpicado con multitud de anécdotas e historias familiares y personales, algunas muy entrañables, aplicable a los diferentes ámbitos en los que nos desenvolvemos habitualmente.

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