La paradoja en Estados Unidos consiste en que es el primer presidente que se define como “católico devoto”, Joe Biden, el que ha desatado una mayor campaña contra los católicos en todos los sentidos.
El Departamento de Justicia de Biden ofreció ‘un acuerdo de culpabilidad’ a un vándalo que admitió haber desfigurado una iglesia católica con pintadas blasfemas, destruido una estatua de la Virgen María, agredido a un trabajador de la iglesia y resistido el arresto. En él, la Justicia del ‘católico devoto’ recomienda cero días de cárcel para el perpetrador, Maeve Nota, identificado como transgénero de 31 años, que destrozó la iglesia católica de San Luis en Bellevue, Washington, tras la anulación de la sentencia que hacía del aborto un ‘derecho constitucional’ el pasado junio.
Esta actitud del Departamento de Justicia contrasta con su dureza contra los provida que rezan frente a las clínicas abortistas.
“Está muy claro que el Departamento de Justicia de Biden ha politizado e instrumentalizado la ley para perseguir a los cristianos provida que rezan frente a los abortuorios, como en el caso de Mark Houck, mientras hace la vista gorda ante los delincuentes violentos que aterrorizan y dañan gravemente iglesias católicas como Maeve Nota” ha declarado a Fox News, Mike Davis, fundador del Proyecto Artículo III.
Nota destrozó dos puertas de vidrio con piedras y pintó con aerosol las paredes exteriores de la iglesia con mensajes que decían: «Que se jodan los católicos», «Podríos en vuestro falso infierno», «pervertidores de niños» y «odiadores de mujeres», entre varios otros mensajes.