El cardenal Burke anima a los sacerdotes alemanes a permanecer fieles ante la traición de sus obispos

Burke agradecimiento
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En una carta escrita el pasado dos de abril, el cardenal Burke se dirige a los sacerdotes fieles de Alemania para insuflar ánimos y esperanza ante la deriva de sus obispos.

«Habéis estado muy presentes en mis oraciones a lo largo del tiempo desde el inicio del llamado Camino Sinodal. Después de la clausura de la Quinta Asamblea Sinodal el 11 de marzo pasado en Frankfurt/Main, he estado orando muy especialmente por ustedes, para que permanezcan fieles a la Tradición Apostólica, a las verdades sobre la fe y la moral que nos ha transmitido Cristo en la Iglesia, que nosotros, como sacerdotes, estamos llamados a salvaguardar y promover. Los fieles nunca han necesitado más que hoy sacerdotes que les anuncien la verdad, que les lleven a Cristo, sobre todo, en los Sacramentos, y que les guíen y gobiernen en el camino de Cristo», comienza diciéndole el purpurado estadounidense a los sacerdotes alemanes.

Burke afirma que «sólo puedo imaginar vuestra profunda tristeza por las posiciones adoptadas por la Asamblea, incluida la gran mayoría de los obispos, que son directamente opuestas a lo que la Iglesia siempre y en todas partes ha enseñado y practicado. Comparto vuestra tristeza y experimento la tentación del desánimo, que sin duda vosotros también experimentáis».

El purpurado les ha animado a recordar la promesa que hizo Nuestro Señor, «que nunca miente y es siempre fiel a sus promesas, cuando, en su Ascensión, puso en nuestras manos la misión apostólica: “… y he aquí, yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). Tomando en serio, una vez más, la misión y la promesa de Nuestro Señor, debemos seguir adelante, debemos ser sus fieles “colaboradores en la verdad” (3 Jn 8)».

El cardenal Burke reconoce que «en momentos como estos, en los que también los obispos traicionan la Tradición apostólica, los obispos fieles, los sacerdotes, las personas consagradas y los fieles laicos sufrirán necesariamente mucho precisamente por su fidelidad».

«Recordemos siempre, especialmente cuando el sufrimiento que soportamos parezca demasiado difícil de soportar, que no estamos solos, que Cristo está vivo en nosotros, que la gracia divina, santificadora y actual, está obrando en nosotros. Recordemos siempre las palabras de Nuestro Señor a Su Virgen Madre y a San Juan Apóstol y Evangelista, con quien nos encontramos místicamente al pie de la cruz: “Mujer, he ahí a tu hijo… he ahí a tu madre” (Jn 19, 26-27) . La Madre de Dios es Madre de la Gracia Divina y es, de modo especial, Madre de los Sacerdotes que, en su Hijo Divino, llevan innumerables gracias a muchas almas. La Virgen Madre de Nuestro Señor está siempre a nuestro lado, incluso cuando nos instruye con amor: “Haced lo que él os diga” (Jn 2, 5)», escribe Burke en su misiva a los sacerdotes alemanes.

Raymond Burke recomienda que «en los momentos oscuros, no olvidemos la realidad y la exhortación divinamente dicha a nosotros en la Carta a los Hebreos: “Por tanto, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que nos asedia. tan de cerca, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el iniciador y consumador de nuestra fe, el cual por el gozo puesto delante de él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y está sentado a la diestra del trono de Dios» (Hb 12, 1-2)».

El cardenal concluye su carta asegurando su oración diaria por ellos. «Como los discípulos en el camino de Emaús, hemos estado un tiempo desanimados ante el Misterio de la Iniquidad, pero ahora, con los ojos puestos en Nuestro Señor Resucitado y en Su enseñanza inmutable, que nuestro corazón se renueve en ardor por Su gracia (Lc. 24, 32). Os exhorto a estar cerca de Nuestro Señor que nos ha elegido para ser sus hermanos en el Santo Sacerdocio y estar cerca unos de otros en el amor puro y desinteresado de la Iglesia, su Cuerpo Místico, y en el sufrimiento ofrecido por el bien de amor a Él y a nuestros hermanos y hermanas para quienes hemos sido ordenados como verdaderos pastores».

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Comentarios
12 comentarios en “El cardenal Burke anima a los sacerdotes alemanes a permanecer fieles ante la traición de sus obispos
  1. No es sólo la Iglesia alemana que está en herejía.
    Si la Iglesia terrenal acepta la herejía y no hace nada con ella sino que deja hacer y deja actuar, la Iglesia terrenal entera entra en herejía porque se mantiene en comunión con los herejes y no los separa y, por ello, a pesar de las voces y palabras, en la práctica, la Iglesia terrenal entera comulga con la herejía.
    Hay una gran apostasía general en la Iglesia terrenal (Bergoglio y su jerarquía de por medio) y sostener los contrario es mentir.
    No es miren aquellos herejes sino mirémonos a todos como herejes.
    ¿A pesar de la santa Misa? A su pesar.
    ¿A pesar de todo lo que hemos orado? A su pesar.
    ¿A pesar de nuestras acciones «piadosas»? A pesar de todo han preferido negar a Cristo y permitir la ordenación de la Iglesia terrenal al NOM. Removamos la viga de nuestros ojos.

  2. Como dirían los sedeprivacionistas, que es cierto, en la iglesia hay un problema de autoridad. La autoridad si no se ejerce, es como si estuviese vacante.
    ¿Por qué no se ejerció la autoridad contra el clero alemán en otras épocas antes de esto?¿Por la colegialidad? Un Papa tradicional nunca hubiera consentido llegar a esta situación, lo hubiera cortado rápido desde el principio y no hubiera esperado a que llegase la revolución.
    Hagamos una porra: yo digo que no va a haber ninguna excomunión porque están dialogando ecuménicamente como siempre.

    1. Los Papas toman sus decisiones disciplinarias individualmente y los muertos no les obligan. ¿Se lo escribo en arameo para que lo entienda? Además, esta situación es nueva: nunca la conferencia Episcopal de ningún país ha pedido bendecir parejas homosexuales, por ejemplo, así que no sirve de nada mirar por el retrovisor de continuo, lo que es pronóstico de accidente a la vista, por no mirar hacia delante. Pero, ya se lo digo yo: un Papa como Pablo VI, JPII o BXVI no lo habrían consentido, como tampoco consintieron la comunión de adúlteros animándoles en un documento. Pero es que Francisco, aunque estuviera a favor, también les ha dicho no, y le han hecho una pedorreta, como hizo Lutero al tradicional Papa de su época. ¿Sabe por qué? Porque la herejía o la desobediencia tienen que ver con el pecado (que es individual), no con ningún «tradicionalismo» (palabra que escrita por usted, que niega la doctrina definida en Trento, suena a guasa).

      1. Y es usted todo un genio: ¿cómo se hace una porra en la que todo el mundo coincide? Decir disparates no conlleva excomunión; y si sostienen alguna herejía pertinazmente ya están excomulgados automáticamente, como usted, y no se precisa declaración alguna.

      2. Dice Romano Amerio en «Iota Unum», pág 331 (1983):
        «En la Iglesia holandesa el escándalo pasó de las disquisiciones teológicas a la praxis, y tuvieron lugar celebraciones litúrgicas de UNIÓN DE HOMOSEXUALES [las mayúsculas son mías] e incluso una Missa pro homophilis que Notitiae, órgano de la Comisión para la ejecución de la reforma de los ritos, se encontró en la obligación de deplorar (marzo 1970, p. 102)».
        ¡En 1970, con su Concilio todavía sangrando, ya estábamos en estas mierd*s!

        1. ¿Y para qué nos suelta éso? ¿Qué no ha entendido de la frase: «nunca la conferencia Episcopal de ningún país ha pedido bendecir parejas homosexuales»? ¿Pone Romano Amerio que alguna Conferencia Episcopal votara mayoritariamente bendecir parejas homosexuales? ¿A que no? Pues entonces, ¿para qué nos pone ese corta-pega, accesible para cualquiera en el momento que quiera, y que no refuta lo más mínimo mi frase? Lo que le pregunto siempre: ¿usted ha ganado algún juicio en su vida? Es malo con avaricia (en esta ocasión me refiero al ejercicio de la retórica o de buscar argumentos, no a su ser habitual). ¿Y no sabe usted leer lo que nos pega aquí? Observe: «…e incluso UNA Missa…». ¿»Una» se refiere a una vez? Si se hubiera producido más veces lo diría, ¿no? Y si quisieran institucionalizarlo también, ¿no? ¿Y qué hizo el órgano de la Comisión para la ejecución de la reforma de los ritos? Pues lea su propio corta-pega: DEPLORARLO. ¡En 1970!

          1. Busque usted lo que significa deplorar y mire quién deploró.
            ¡Uyyy, como lo siento!
            ¿Lo de Catecismo Holandés fue la Conferencia Episcopal Holandesa o fue un monaguillo?
            ¡Menos mal que, como en el caso de la Comunión en la mano, estaba ahí el aguerrido Pablo VI!
            Los almogávares a su lado eran una zapatilla rusa. Gracias a su buen gobierno la Iglesia no se desvió un ápice.
            Por cierto, beatificado y canonizado por Bergoglio.

          2. En el llamado «catecismo holandés», que como cualquier catecismo debería haber sido un libro en el que se recoja la fe católica, no al revés (los catecismos no son la fuente de la fe, sino un soporte donde se debe recoger ésta), no aparece que las Conferencias Episcopales puedan decidir bendecir parejas homosexuales, y aunque lo hubiera dicho, que no lo hizo, sería como la patochada de Francisco con la licitud moral de la pena de muerte en el Catecismo actual: la verdad sigue sin cambiar, por más Tippex que uno use). Y ya que es usted un vago redomado para buscar las definiciones que desconoce, le transcribo lo que significa deplorar:

            «Sentir viva y profundamente un suceso»

            ¿Y qué significa «sentir», y más en ese contexto? Pues también lo aclara la RAE:

            «Lamentar, tener por doloroso y malo algo».

            Es decir: el órgano de la Comisión para la ejecución de la reforma de los ritos (no sé para qué pregunta «quién», si ya estaba escrito)…

          3. …lamentó o tuvo por dolorosas y malas esas «celebraciones litúrgicas de unión de homosexuales» que menciona Amerio. ¿Ve usted por alguna parte que dicha comisión, o el malíssssimo Pablo VI, celebrase o se alegrase (que son los antónimos de «deplorar») de esas presuntas «celebraciones litúrgicas de unión de homosexuales»? Yo no. Pero claro, yo no poseo la visión de águila que proporciona si TOC, que le permiten «ver» hasta lo que no existe (que ya es ver). Además de deplorar, Pablo VI debería haber acudido a azotarles, ya que la condena y sustitución de dicho catecismo herético ordenada por él (como se hizo finalmente) a usted le parece insuficiente. ¡Huy, lo lamento!: otra deposición fallida por su parte (lo está usted cogiendo como vicio).

  3. El cardenal Burke tiene razón. Los sacerdotes debemos resistir frente a la traición del Papa y de la mayoría del episcopado. Son tiempos de apostasía, y hay que ser fieles a la enseñanza de la Iglesia, no a la de los que se han separado de ella.

  4. El sabado fui con mi familia a la Misa de resurrección y nos encontramos con la sorpresa de que la bendición del fuego la hizo una mujer vestida con un alba y llevando el estandar de la cruz. Me dio escalofrios. Nos fuimos inmediatamente y al día siguiente viajamos hasta la diocesis de Augsburgo a unos 45 minutos para ir a la misa de madrugada.
    Un amigo nos contó que en la Basilica de Ulm pasó lo mismo y fue una homilia basada en que María Magdalena era una mujer independiente, toda una feminista que es el ejemplo central escogido por Dios por ser feminista y libre del patriarcado. Algo en esas lineas explicó mi amigo.
    Tiempos muy dificiles,definitivamente ¿como pueden juzgar a quienes encuentran refugio en la Misa Tridentina, cuando parece el único lugar seguro para escapar del aguacero modernista y el escandalo que produce en los fieles?

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