(R.R. Reno/First Things)–Mientras que Benedicto fue innovador, Francisco supone un retroceso. En 1870, en el Concilio Vaticano I, el Papa Pío IX consiguió la aprobación de la Pastor Aeternus, que definía la doctrina de la primacía papal y la infalibilidad pontificia.
Esta solemne ocasión inauguró una serie de pontificados imperiales que concentraron el poder en Roma. Se promovía a los aliados y se censuraba a los disidentes. Este estilo centralizador y autoritario de gobierno fue revocado por el Vaticano II, que puso un renovado énfasis en la colegialidad episcopal. Sus tumultuosas consecuencias contribuyeron en gran medida a debilitar el poder pontificio. Sin embargo, el ultramontanismo y la autocracia papal volvieron con la elección de Jorge Mario Bergoglio, S.J. El Vaticano actual tiene más en común con la época de Pío XII que con la de Juan Pablo II.
La Iglesia católica funciona con un sistema de patronazgo. Un buen obispo cultiva a los hombres con talento, dándoles oportunidades de demostrar su celo evangélico y su aptitud administrativa. Una red informal pero poderosa de eclesiásticos influyentes recomienda para altos cargos a quienes aprovechan bien estas oportunidades. Juan Pablo II hizo saber que desaprobaba la teología de la liberación, que en los primeros años de su pontificado desempeñó un papel importante en algunos sectores de la Iglesia en América Latina. Promulgó encíclicas con fuertes afirmaciones doctrinales que inquietaron a los teólogos liberales, algunos de los cuales fueron sancionados. Tras una temporada de «todo vale» en la década de 1970, la mano derecha de Juan Pablo II, Joseph Ratzinger, estableció límites teológicos claros. Pero, en general, Juan Pablo II dejó intacto el antiguo sistema de patronazgo en la Iglesia, lo que significó que hombres con una variedad de puntos de vista teológicos ascendieron a puestos de poder y prominencia.
Juan Pablo II rara vez intervenía en asuntos rutinarios de gobierno, porque confiaba en los logros espirituales del Concilio Vaticano II. Creía que el Concilio proporcionaba una base teológica sólida y amplia para la Iglesia católica moderna, que no le exigía microgestionar nombramientos ni obligar a cardenales y obispos a estar de acuerdo con él. Aunque a veces ejerció su autoridad, en la mayoría de los casos fomentó nuevas iniciativas en lugar de inmiscuirse en las instituciones existentes. Echando la vista atrás a su largo pontificado, podemos decir que Juan Pablo II fue lo contrario de Teddy Roosevelt: hablaba con voz potente, pero llevaba un palo pequeño.
No quiero decir con esto que el santo Papa fuera débil. Sin duda, el fantasma de Yuri Andropov nos recordaría que decir la verdad frente a la mentira puede tener un efecto mayor que aporrear con un garrote. Pero en los asuntos de la Iglesia, el Papa polaco instaba y exhortaba más a menudo que ordenaba y disciplinaba. Su encíclica Veritatis Splendor fue un buen ejemplo. Juan Pablo II se contentó en gran medida con responder al error generalizado con una enseñanza clara. Rara vez utilizó el poder de su cargo para disciplinar a quienes se le oponían. Y cuando lo hizo, sus críticos no fueron silenciados. Después de que se revocara la licencia de Hans Küng para enseñar a los seminaristas, el teólogo alemán siguió hablando tanto como siempre.
En mayor medida aún, Benedicto XVI se acomodó al pluralismo teológico de la Iglesia postconciliar. Respetó la inteligencia teológica y, aunque no estaba de acuerdo con la teología de su colega alemán Walter Kasper, no se esforzó por destruir la influencia de Kasper, cosa que podría haber hecho durante los últimos años del pontificado de Juan Pablo II. Tras su elección, Benedicto confirmó a Kasper al frente de la oficina ecuménica del Vaticano. La decisión fue típica. Benedicto XVI toleró que altos funcionarios del Vaticano se opusieran a él, aunque no abiertamente, pero sí de forma burocrática, algo evidente para los observadores avezados del Vaticano.
El aspecto más notable del liderazgo de Benedicto XVI fue su esfuerzo por establecer un marco duradero para una Iglesia pluralista. Otorgó estatus canónico a una tradición litúrgica no romana, el Ordinariato Anglicano, y, como ya he señalado, promulgó Summorum Pontificum, que regularizó la celebración de la Misa tradicional en latín. Fueron acciones diametralmente opuestas a la tendencia centralizadora de la Iglesia preconciliar, que exigía uniformidad.
Ni Juan Pablo II ni Benedicto XVI defendieron el «pluralismo», una contraseña progresista. Ambos deseaban que la Iglesia se reconsolidara en torno a una interpretación del Concilio Vaticano II que se adhiriera a una «hermenéutica de la continuidad». Pero reconocieron la realidad: la Iglesia después del concilio estaba fragmentada. Por lo tanto, Juan Pablo II y Benedicto XVI trataron de guiar a los fieles de manera que no empeorara la fragmentación, lo que significaba tolerar la disidencia, incluso cuando se manifestaba en contra de la enseñanza papal.
La existencia del Grupo de San Gallen, el cónclave informal de poderosos cardenales que fue decisivo en la elección de Bergoglio en 2013, indica lo amplio que fue el enfoque adoptado por Juan Pablo y Benedicto. Estos cardenales, que se opusieron a muchos aspectos de los pontificados de Juan Pablo y Benedicto, pudieron ejercer influencia y patrocinio en sus esferas sin que de Roma emanaran contramedidas.
Francisco actúa de otra manera. A menudo está en guerra con el pluralismo postconciliar. Ha desairado a arzobispos de diócesis prominentes que tradicionalmente ven a sus pastores elevados al Colegio Cardenalicio. Esta medida, muy deliberada, pretende provocar disrupción en la «normalidad» y abrir el camino para que Francisco nombre a hombres claramente aliados con su programa. Su enfoque es novedoso. Los papas imperiales de finales del siglo XIX y principios del XX respetaban los derechos de las sedes tradicionalmente prominentes. Francisco parece decidido a ejercer el máximo control.
También ejerce su poder en otros ámbitos. Juan Pablo II hizo sonar su sable suspendiendo el gobierno ordinario de la Compañía de Jesús en 1981 y nombrando a un delegado papal para supervisar la elección de un nuevo superior general. Pero no llegó a utilizar su autoridad para rehacer la Compañía, como esperaban algunos conservadores. Por el contrario, el Papa Francisco se ha metido de lleno en los asuntos de los Caballeros de Malta. Las críticas a Amoris Laetitia y a los equívocos de Francisco sobre la indisolubilidad del matrimonio le llevaron a «relanzar» el Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia, una forma delicada de decir que despidió a quienes se mostraron críticos. Del mismo modo, el cardenal Gerhard Müller vio cómo se ponía fin a su mandato al frente de la entonces llamada Congregación para la Doctrina de la Fe por el delito de criticar las líneas de acción favoritas del Papa. En numerosas ocasiones, el Papa Francisco ha desplegado delegados suyos para denunciar a los críticos. Es un secreto a voces en Roma que el Papa Francisco es un agente despiadado, al que no se puede traicionar si se espera sobrevivir en la Curia.
El regreso del papado imperial es una ironía de la historia. Francisco dice que pretende recuperar el verdadero Vaticano II, un concilio «abierto al Espíritu», no encorsetado y estrecho. Sus declaraciones y las de sus aliados emplean a menudo el lenguaje litúrgico progresista de la diversidad, el pluralismo y la inclusión. Estas bonitas palabras pretenden señalar una sociedad abierta que ha renunciado a los viejos métodos de imponer autoridad y exigir conformidad. En la práctica, señalan una agenda política mundana que es agresiva y no conciliadora.
La ironía del liberalismo autoritario se introdujo en el progresismo católico desde el principio. El progresismo católico impulsó experimentos para «hacer Iglesia» con la confianza de que ninguno conduciría a nada dogmático y tradicional. Como aprendí al principio de mi carrera como profesor en una universidad liberal jesuita, «diversidad» significa que todo el mundo está de acuerdo en que las misas con guitarras son maravillosas, los pecados sexuales no son gran cosa y la autoridad es mala, a menos que la poseas tú, en cuyo caso debe usarse para silenciar a cualquiera que no esté comprometido con el «progreso».
Hace muchos años, cuando visitaba a mi hermano, asistí a una famosa parroquia progresista de los suburbios de Chicago. La liturgia no se celebraba de acuerdo con las rúbricas requeridas. Entre otras cosas, el credo se modificó para hacerse eco de pietismos progresistas. En otras palabras, no era kosher. Sin embargo, pude reconocer fácilmente a la Iglesia católica en aquella hora de culto. Aquella congregación representaba una de las muchas corrientes que surgieron tras el Concilio Vaticano II. No me equivocaba al pensar que, aunque a su estilo, la parroquia formaba parte de la Iglesia. Unos años más tarde, volví a ir y la liturgia ya no era tan irregular; el Credo Niceno había sido restaurado.
Juan Pablo II y Benedicto XVI tenían razón. El Vaticano II desencadenó muchos experimentos que buscaban la discontinuidad, incluso hasta el punto de la herejía. Pero el Concilio poseía integridad y fuerza evangélica que, con el tiempo, han vuelto a tejer muchos hilos equivocados en el tapiz de la tradición apostólica.
Los católicos progresistas dicen que la Iglesia está en peligro por los jóvenes que no aceptan la autoridad del Vaticano II. Tal vez exista este tipo de feligreses, aunque dudo que su tribu sea numerosa. En mi opinión, el fenómeno mucho más significativo y peligroso es el siguiente: después de muchas décadas de gobierno estable por parte de Juan Pablo II y Benedicto XVI, los católicos progresistas hacen la extraordinaria afirmación de que el Vaticano II no logró arraigar y que las últimas décadas han sido un interludio desafortunado. Sólo ahora, dicen, con el Papa Francisco al timón, ejerciendo un férreo control, el genio del concilio se instalará por fin en la vida de la Iglesia como la verdad obligatoria e imperativa que todos deben obedecer. Paradójicamente, por mucho que se hable de honrar el Vaticano II, esta mentalidad revela una falta de confianza en el concilio. El contraste con la mentalidad de los dos papas que desempeñaron un papel destacado en aquellas extraordinarias sesiones celebradas en Roma a principios de la década de 1960 no podría ser más llamativo.
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Si antes se concentraba el poder en Roma, era para servir a la verdad y al bien.
En cambio el Papa actual, concentra el poder en sus manos (de forma inmisericorde y con férreo autoritarismo), pero oponiéndose a sus predecesores y para servir a las ideologías erráticas en las que Francisco ha sucumbido.
Con lo que Francisco se parece más a un d i c t a d o r de izquierdas que no a un buen sucesor de Pedro.
Claro…
Si fuese un dictador de derechas estaría todo buen .
Ves ideología política donde no la hay y eso es por su fanatismo político por el dascismo que galopa por sus venas.
Un excelente análisis el de R. R. Reno.
Dígame usted que es ironía.
Estimada Neila.
¿En serio le parece a usted bien un señor que critica el Concilio Vaticano I, cuestiona la primacía papal (frente a la herejía conciliarista) y la infalibilidad papal en los términos en que fue declarada en el mismo?
«El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su SUPREMA AUTORIDAD APOSTÓLICA, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables. (Pastor Aeternus).
«Este estilo centralizador y autoritario de gobierno fue revocado por el Vaticano II».
¡Este tío es un hereje!
Si a usted le parece maravilloso lo que dice, en mi humilde opinión, tiene usted un problema.
Han apostatado del Vaticano I.
Sólo creen en concilios pastorales plagados de herejias. Como son pastorales se lo pueden permitir. Que osen ponerlo dogmático a ver si cae o no cae un rayo. Saben que sí.
«Si fuese un dictador de derechas estaría todo buen»
Y si tuviera dos ruedas y un sillín, sería una bicicleta. Y si usted no fuera disléxico y supiera ortografía y gramática, escribiría bien y sin faltas con cualquiera de sus nicks. Y tras esa perogrullada, lo obvio: Francisco, a quien usted acaba de llamar fanático, pues es él mismo quien dice que «hace política» (lo malo es que sólo hace éso), no puede apoyar a ninguna dictadura «de derechas», sencillamente porque no existe ninguna. Durante sus larguísimos 10 años de pontificado sólo han existido, y existen, para poder emularlas y hacer buenas migas con sus correspondientes tiranos, dictaduras de izquierdas (valga la redundancia). Por éso, y sólo por éso, usted le apoya, no por profesar la fe católica (que usted no profesa).
Buena respuesta amigo Catholicus, pero es como soplar en un contrabajo……lo que se le diga al cretino del Probé Migue y a los demás Trolls infames es inútil, ellos son bergoglistas y no hay quien los saque de ahí. Con toda seguridad también serán votantes socialistas y empedernidos, y ya pueden ver que su partido es un partido de malhechores, ladrones, puteros y asesinos, ellos lo siguen votando. Con esto es igual. El Probé Migue sólo es bergoglista y punto, y encima tampoco sabrá muy bien por qué lo es.
No seas p3ndej0 y razona lo que dice Sacerdote Mariano…. No sirves más que para causar polémica barata.
Vigía ¿Por qué difamas a Francisco? el mismo ha dicho que hace política y es gran amigo de Raul Castro Ruz.
Hay falso cura, ya aburres, por qué tenés tanto odio contra Su Santidad? En serio eres un tipo repetitivo y cansino, profeta de infortunios como dijo el gran San Juan XXIII. Solo te recuerdo que tu actitud cismática es pecado mortal.
Pero qué mal actor es el troll: o se vosea o no se vosea. Ese mejunje que hace es cómico. Con razón le llamo farsante: todo en él es impostado (y mal impostado); menos la dislexia y las faltas de ortografía, comunes con todos los nicks que emplea. En este caso, 9 faltas ortográficas y de puntuación en apenas cuatro frases. Y habla de ser repetitivo y cansino… ¡Qué cuajo!
En vez de tanto trollear, perseguir sacerdotes y hacer el ridículo, mejor apúntese a clases de alfabetización para adultos, vaya a un logopeda, y sométase a un exorcismo, farsante.
Es respuesta para ese impostor, me llama la atención que seas tú el que replica. Seguramente son la misma persona.
¿Y a quién le importa lo que le llame la atención a un repelente troll anticatólico como usted? Lo que tiene que hacer es someterse a un exorcismo y dejarse de gaitas, farsante.
Y yo solo te recuerdo EL PEDU CAFREDE que eres un cretino cómo la copa de un pino……con rima y todo, y que tus opiniones y flatulencias no le interesan a NADIE, así que desaparece de una vez, mamarracho, lerdo, EL PEDU CAFREDE
Vaya ultra católico, cada palabra tuya irradia santidad y caridad. Qué forma más original de apegarte a la “sana doctrina”
Cada palabra que te dedico a ti EL PEDU CAFREDE son a título personal, no la relaciones con NADA NI CON NADIE, son la constatación de las flatulencias que expeles EL PEDU CAFREDE, que me llevan a pensar que solo eres un pobre hombre acomplejado, sarasa reprimida y con un zumbe bastante importante EL PEDU CAFREDE.
El Papa Francisco está limpiando la Iglesia de los demonios Infiltrados. Qué quieren, llenar la Iglesia de Macial Macieles y demás elementos?Por favor, los cristianos de ahora tienen una o 2 carreras universitarias y no se les puede manipular y confundir
El llamado papá Francisco está devastando la Iglesia con corazón de dictadorzuelo bananero crecido ante la omisión de la mayoría. Lo que asombra es que un zafio de este calibre haya podido destrozar tanto. ¡Tito Berghi, dimisión!
«El Papa Francisco está limpiando la Iglesia […] Qué quieren, llenar la Iglesia de Macial Macieles y demás elementos?»
Curiosa forma de «limpiar»: llenar el Pontificio Instituto para la Vida de abortistas, hacer obstrucción a la justicia protegiendo al prófugo, y ya abusador convicto, Zanchetta en el hotel de 5 estrellas en el que vive Francisco, expulsar a todo clérigo que profese íntegramente la fe católica y elevar a puestos relevantes a herejes de toda laya, etc. Desde luego, como «auxiliar de limpieza» se iba a morir de hambre, porque más basura no puede haber tras es curiosa «limpieza» que sólo existe en la imaginación de usted y en sus malos deseos de que se «limpie» (léase «purgue») la Iglesia católica de católicos.
«los cristianos de ahora tienen una o 2 carreras universitarias y no se les puede manipular y confundir»
Sobre todo usted, que ni siquiera sabe escribir sin faltas de ortografía. Será por eso que no puede manipular.
No entiendo qué clase de católico es quien empieza «insultando» a los que no sabemos leer y escribir. El fundador de los llamados «legionarios de Cristo», no creo que fuera amigo del Papa Francisco. Gracias a Dios y con la ayuda del inmaculado corazón de Maria, parece que más pronto que tarde, Satanás y sus demonios serán derrotados y la Verdad resplandecera
«No entiendo qué clase de católico es quien empieza «insultando» a los que no sabemos leer y escribir»
Si usted no sabe escribir (yo ni he mencionado el verbo «leer»), decírselo no es insultarle, sino constatar un hecho que está a la vista de todos. Por eso es risible su intento de manipulación recurriendo a lo cultos que son los «cristianos» actuales. Así que, tendrá que inventar otra excusa ante su evidente falta de argumentos, ya que lo que he señalado no lo puede refutar: son hechos públicos, probados y también conocidos por todos. Y a nadie le interesa si Francisco era amigo o no de alguien que falleció hace muchos años. Lo constatable es su amistad y protección de un abusador convicto que está vivito y coleando, o su predilección por todo tipo de herejes, a quienes coloca en puestos importantes. Y claro que la verdad prevalecerá: ya lo hace, porque lo que es verdad hoy no va a cambiar mañana, cuando seguirá siendo igual de verdad.
Hoy tiene usted trabajo con los o el Troll infame, amigo Catholicus, hoy se hace llamar Emiliano…… los argumentos de usted son sublimes, pero ya le digo que solo nos aprovechan a los demás. El Troll es bergoglista y socialista, además de un majadero cómo la copa de un pino y ya le puedes decir, que él a lo suyo…..y encima se piensa que habla ex cátedra el muy cretino.
Los comentarios en éste medio sólo sirven para dividir, a si qué me retiro a la Oración en silencio y dejo de comentar, para que sea el Señor quien separe el trigo de la cizaña
Sí Emiliano sí, vete a rezar por nosotros pecadores y no te ocupes de otra cosa……… pero que cretino eres EL PEDU CAFREDE, es que alguien puede pensar que no eres el mismo majadero con no sé cuántos apodos diferentes, EL PEDU CAFREDE????? Eres tonto hasta la estenuacion, zoquete
Totalmente de acuerdo. Viva el Papa!
¿En qué está de acuerdo? En que hay algún insulto en mi respuesta? Pues no los hay. ¿Sabe cómo se llama a quien miente? En lo que sí tiene razón es en que los «demonios serán derrotados y la Verdad resplandecerá», para escarnio y vergüenza de los MENTIROSOS, que les acompañarán en su derrota si no se arrepienten antes de acabar, con ellos, en las calderas de Pedro Botero.
Por sus frutos los conoceréis o como dice, S. Vicente Ferrer:
El hombre inicuo vendrá con santidad fingida, tendrá vida cristiana externamente pero interiormente estará vinculado al espíritu maligno, el cual le inspirará que haga muchas maldades en la Iglesia bajo capa de bien. No querrá consejo de nadie, sino mas bien todo aquello que le pareciere ejecutará, sea malo o sea bueno, por la instigación y consejo del diablo. Engañará a muchos príncipes y poderosos con su santidad fingida y mala, en gran manera que los llevará a grandes yerros y escándalos. Hará torcer en la ley a muchos varones doctos y sabios, porque el diablo trabajará para que cumpla sus pensamientos, dándole a entender que le viene de parte de Dios; muchos hombres famosos en santidad serán engañados por el diablo por medio de él…
“Son cismáticos los que obedecen al falso (papa) cual si fuera legítimo”.
Excelente artículo
Sólo me molests la frase inicial «Benedicto fue un innovador, Franc8sco es un retrógrada», porque cae , quiera o no , en la ideología progre de que para alabar a alguien hay que llamarlo «innovador». Para mí lo más característico de Benedicto, y por supuesto de Juan Pablo Ii, es su gran amor a la Iglesia y a la Verdad. No hay que ponerles la etiqueta «innovadores» como máximo elogio, aunque en esto y aquello lo fueran.
Muy hartos estamos, creo yo, de tanta «innovación»
Muyyyyyy bien dicho doña Amalia, un servidor ha pensado exactamente lo mismo, al igual que la comparación con Pío XII me parece muy desacertada. Creo que el trasfondo de la noticia lo hemos entendido y aplaudido todos, pero los ejemplos comparativos, en mi humilde opinión son bastante desacertados
Robusticulo novio gay de catholicvs histericvs
Te voy a denunciar por homofobo, EL PEDU CAFREDE, pero no sois vosotros los rojos y los bergoglistas tan gayfriendly o como se diga eso????? Entonces por que utilizas el termino gay, para ofender??? bueno para intentarlo, porque tus flatulencias solo me mueven a risa y regocijo EL PEDU CAFREDE
Papado imperial sobre un cuerpo exangüe y moribundo, el camino sinodal alemán ha iniciado ya la via secessionis, con iusta causa secessionis, según ellos, al aprobar sus documentos apostáticos, iniciando así el camino del cisma, y junto con el cisma, siempre de la mano de la here´jía. Máximo imperium papal justo en el momento del Occasus Romanus…
Desde luego el autor del artículo, R.R. Reno, no tiene pelos en la lengua. Todo lo que dice es hoy políticamente incorrecto en la Iglesia.
Hay que reconocer que el Papa Francisco tiene una gran capacidad de trabajo (discursos, homilías, entrevistas, viajes, encíclicas, nombramientos y ceses, motus propios, cartas apostólicas,…). De hecho esa actividad es tan ingente que tiene que tener detrás un gran número de personas que busquen asuntos a reformar y disidentes, organicen actividades e incluso redacten la mayoría de los documentos.
Por otra parte supongo que eso es cierto con la mayoría de los papas, pero en este papado veo muchas prisas en darle la vuelta a todo.
¿Y este delirio neocon? Es increíble. Estoy anonadado. Cualquier persona sensata guiada por la luz de la Tradición se da cuenta.
Siguen sin ver que el problema no es la teología de la liberación jacobina, el problema es de donde sale esa teologia: de la condenada Nouvelle Theologíe liberal girondina, la teología de Benedicto y Juan Pablo. La revolución Francesa sólo un poquito. La posición neutral entre Dios y el demonio. El pacto y el consenso de la verdad con la mentira…
Benedicto y juan Pablo eran tan modernistas materiales como Francisco. Formales no lo sé porque no puedo hacer juicio de intenciones.
Uno radical y los otros moderados.
Todos son parte del problema.
El problema no es la hermenéutica de la ruptura, el problema son los que te intentan convencer que entre la verdad y la mentira hay una hermenéutica de la continuidad sin ruptura.
Emiliano: ¿Porqué cree que Bergoglio no sería amigo del fundador de los legionarios de Xto?.Antecedentes al respecto tiene un montón.Le pondré sólo varios ejemplos por no alargarme: el obispo Zancheta (lo consagró él mismo).Son tan amigos que le ha conseguido que cumpla condena prácticamente en un hotel 5☆. Su amigo Mcarrick lo aguantó en el puesto hasta que el escándalo llegó a tal punto que no tuvo más REMEDIO que quitárselo de encima.Su estimado, amigo y hno.de congregación Marco Ivan Rupnik que es un ESCANDALAZO total.Como esta muestra,un montón de casos más.
Así que menos papolatria, y más Cristologia.
Francisco comete abusos cuando se conporta como un totalitario cancelando injustificadamente a sacerdotes pro vida como el Padre Pavone (Presidente de Sacerdotes por la Vida), o el Padre Altmann, cuando da la consigna a los obispos de que «controlen a los rígidos», cuando suspende de sus cargos a lo mejor de la curia romana porque son fieles a la buena doctrina, cuando cesa a buenos obispos como el de Puerto Rico, y un largo etcétera que demuestra la actitud despótica del argentino al servicio de malas ideologías. Pero nunca conseguirá sus objetivos, porque Dios protege a la Iglesia y no podrá ser derrotada.
Ni frío ni caliente, tibio y templado:
Contra la mentira radical, moderación. Contra la verdad radical, también moderación.
Ni solo misa dogmática ni solo misa protestante, las dos.
Ni teología escolástica ni teología de la liberación sino un poquito de las dos: Nouvelle Theologie.
«Quién no recoge conmigo desparrama.
Quién no está conmigo está contra mi.
Que tu sí sea sí y tú no sea no».
Pues nada de eso: la moderación es ni sí ni no, y ni contigo ni sintigo.
¿Cuál de las dos mentiras es peor, la radical o la que te engaña con elementos de verdad?
¿»de nuevo el papado imperial»?
Siempre el mismo discurso: la iglesia antes del Vaticano II era mala y se moderó gracias a los tibios neocones. Entonces llegaron los malvados progres y volvieron a la iglesia mala pero al revés. Y los pobres neocones vivían sufriendo en medio del fuego de los unos contra los otros. El mito del tibio buenito que llora y sufre.
Jesucristo fundó su iglesia jerárquica y monárquica. Monárquica significa el poder y la autoridad en uno sólo, nada de colegialidad.
El problema de la iglesia no son los progres, son los neocones que se quejan pero no los echan por moderación. Echan a los tradicionales porque saben que como vuelvan, van ellos y sus amigos progres fuera.
Como siempre fue con Pío XII para atrás.
Interesante artículo para el católico que quiera sacar conclusiones de él. Contiene en sí más veneno que la avispa de mar. El autor coloca la democracia como única forma legítima de gobierno, lo que incluye la Iglesia.
«Este estilo centralizador y autoritario de gobierno fue revocado por el Vaticano II, que puso un renovado énfasis en la colegialidad episcopal».
Ya explicó Ratzinger en su día lo que movió a los teólogos del Concilio a actuar sin sujeción a los obispos, ver que éstos actuaban como en una democracia y se consideraban dueños de modificar cualquier cosa.
En Lumen Gentium, si no anda listo Pablo VI y prohíbe su publicación en tanto él manda una nota previa aclarativa cuelan de lleno la herejía del conciliarismo. Poco menos los obispos que los nobles aragoneses en la coronación de su rey:
Sigue…
«Nos, que somos y valemos tanto como vos, pero juntos más que vos, os hacemos Principal, Rey y Señor entre los iguales, con tal que guardéis nuestros fueros y libertades; y si no, no”. ¡Da vergüenza leer la nota previa aclaratoria adjunta a Lumen Gentium!
El problema de Francisco no es que ejerza la autoridad que por su cargo ostenta él, y sólo él, el problema es que es un tirano que se olvida de que no es el dueño de la casa, que debe ser el administrador fiel y prudente a quien el Señor ha puesto al frente de su servidumbre, y que deberá dar cuenta de su gestión. De paso, trata de aplicar la literalidad de Lumen Gentium mediante el Sinodo de la Sinodalidad, dejando a salvo que a él como tirano no le afecta; le quedan cuatro días y la mier da se queda ahí para los que vengan.
En cuanto a las alabanzas a Juan Pablo II y Benedicto XVI… flaco favor les hace, sobre todo porque no miente.
Pues será la única vez que no mienta sobre JPII y BXVI. Sólo en «Amoris laetitia» puede comprobarse cómo pone en su boca (en su pluma, mejor dicho), cosas que no dijeron, con la intención contraria a la que ellos expresaron (intención expresa que, naturalmente, se ha cuidado mucho de no transcribir, pues se delataba). Y lo mismo en «Traditiones custodes», donde tiene la desfachatez de atribuir a BXVI unas intenciones al promulgar «Summorum Pontificum» que el mismo BXVI niega en dicho documento. Y así con todo. A ver cuándo se da cuenta usted de que lo contrario a lo creído y enseñado por sus inmediatos predecesores no es la fe íntegra que algunos añoran oír de boca de sus pastores, sino las creencias erróneas y disparates de Francisco, que es un verso suelto y totalmente opuesto a TODOS sus predecesores (especialmente en lo que a moral se refiere), no la «evolución» natural de lo que ellos creían, por más que algunos repitan ese mantra.
Yo lo he mencionado lo que haya dicho Bergoglio de Juan Pablo II y Benedicto XVI, me he referido a lo que dice el articulista de ellos.
*Quise decir: Yo no he mencionado nada que haya dicho Bergoglio de Juan Pablo II y Benedicto XVI…
Pues, perdone usted. Le había entendido mal. Como previamente estaba hablando de Francisco, creía que se refería a él, pues también ha lanzado loas a ambos pontífices, cuando le ha convenido, por decir… ¡lo que no habían dicho!
“…Francisco, que es un verso suelto y totalmente opuesto a TODOS sus predecesores (especialmente en lo que a moral se refiere),…”
Esto es realmente exagerado. De hecho, llega a un extremo ridículo que le debería hacer meditar un poco antes de lanzarse a escribir mostrando la animadversión personal que le tiene a Francisco, que por otro lado es muy legítima.
Ni la historia de la Iglesia, ni la Patrística, ni la de los concilios autorizan una afirmación del calado de la suya. De hecho, no creo que pueda existir nadie -Hitler y Stalin incluidos- que pueda cumplir lo que afirma usted: oponerse del todo a toda la doctrina moral de la Iglesia.
Yo no he dicho (ni dicho, ni insinuado) que se «oponga del todo a toda la doctrina de la Iglesia», como usted me atribuye. Más que malinterpretar lo dicho por mí, que no se presta a malinterpretación alguna pues sólo tiene un significado posible, usted se lo ha inventado. Literalmente he dicho: «totalmente opuesto a TODOS sus predecesores (especialmente en lo que a moral se refiere)», no «opuesto EN TODO a sus predecesores», ni «opuesto a TODA la moral de la Iglesia».
Con que contradiga en un solo punto la moral de la Iglesia, ya es cierta mi afirmación (y lo es). Y le voy a explicar por qué, entre otras cosas: ni un solo Papa ha negado un solo punto de la moral católica, salvo él; ni siquiera los Papas más inmorales que haya habido, que lo serían en su vida privada pero que jamás osaron contradecir, ni mucho menos enseñar, que lo que hacían fuera bueno o que algo objetivamente inmoral no lo fuera, o que se pueda comulgar en tal estado.
Bxvi y jpii fueron innovadores porque fueron modernistas.
Benedicto XVI y San Juan Pablo II son dos santos apóstoles de Jesucristo y Ud. Uno no les llega ni a la suela del zapato a ninguno de los dos.
Son Uds. ciegos, igualmente ciegos que los que se dejan seducir por el mundo, como Francisco. Uds. se han apegado férreamente a sus tradiciones humanas y a las formas de otra época caduca y por ello no ven más allá de sus narices.
En fin, allá Uds.
Yo me quedo con Cristo y con su Iglesia, la cual jamás sucumbi´ra a las fuerzas del averno.
¿Ha oído usted hablar del Papa Honorio I? Se le ocurrió defender que en Cristo había dos naturalezas, un humana y una divina (OK), pero una sola voluntad, la divina (monotelísmo). Después de su muerte fue declarado hereje por los Papas Martín I, san Agaton y León II (III Concilio de Constantinopla).
¿Qué opina usted del siguiente texto?:
«Notemos que en la fórmula del Símbolo, resurrección de la carne, la palabra carne significa el mundo de los hombres (en el sentido que tiene, por ejemplo, la expresión bíblica toda carne contemplará la salvación de Dios.); tampoco aquí indica la palabra la corporeidad aislada y separada del alma…
¿Se da propiamente la resurrección del cuerpo, o todo se limita a la inmortalidad de la persona? Este es el problema que todavía hemos de resolver [¿?]. No es un problema nuevo, se lo plantearon ya a San Pablo, como nos indica el capítulo 15 de la primera carta a los coríntios…
tanto para Juan (6,63) como para Pablo (1 Cor 15,50) la resurrección de la carne es la resurrección de las personas (Leiber), no de los cuerpos (Körper)… En pocas palabras, Pablo no enseña la resurrección de los cuerpos, sino de las personas; esto no se realiza en el retorno del cuerpo carnal, es decir, del sujeto biológico, cosa según él imposible (la corrupción no heredará incorrupción), sino en la diversidad de la vida de la resurrección, cuyo modelo es el Señor resucitado» (Introducción al cristianismo).
Compare con este otro:
«240.- ¿Qué nos enseña el un
11º artículo: LA RESURRECCIÓN
DE LOS MUERTOS? – El undécimo artículo del Credo nos enseña que todos los hombres resucitarán, volviendo a tomar cada alma el cuerpo que tuvo en esta vida.
241.- ¿Cómo sucederá la resurrección de los muertos? – La resurrección de los muertos sucederá por la virtud de Dios omnipotente, a quien nada es
imposible.
243.- ¿Por qué ha dispuesto Dios la resurrección de los cuerpos? –
Dios ha dispuesto la resurrección de los cuerpos para que, habiendo el alma obrado el bien o el mal junto con el cuerpo, sea también junto con el cuerpo
premiada o castigada.» (Catecismo mayor de S. Pío X).
Si lo del Buda sobre el Sagrario y el gallo sacrificado en el altar de Santa Clara (Asís), lo hacen 500 años atrás, arden los dos en la hoguera y sus cenizas son arrojadas a un estercolero.
Sí, era muy propio de Ratzinger/BXVI elucubrar sobre dogmas de fe definidos «ex cathedra» no sólo de ellos: de otras cosas también), no para negarlos expresamente, sino como si fueran temas abiertos al debate y la especulación y no verdades que hay que creer. La diferencia es que Francisco no especula: enseña errores, cosa que BXVI no hacía siendo Papa, pues diferenciaba muy bien sus opiniones personales (acertadas o erradas), de lo que es magisterio. La diferencia es infinita. Por cierto, se desvía usted del tema y vuelve al de siempre (no digo más).
Sobre la desviación del tema, contestaba a la afirmación de Neila.
Sobre que Francisco es un hereje descarado: ¡lo tengo clarísimo!
Sobre los errores doctrinales de Ratzinger, aplico aquello que decía el gran Leopoldo Eijo Garay a sus seminaristas: «en caso de duda genuflexión»; y sigo los consejos de cuantos santos padres alertaron sobre el modo de proceder de los modernistas: lenguaje ambiguo, personas muy cultas con conductas intachables, afirmar algo en una parte (el veneno ya se la han tragado algunos) y condenarlo en otra, etc. Podria traer a colación infinidad de alertas en este sentido, pero baste una sobre lo último: “… Y por lo tanto, si en este género de cosas se llegase a cometer error, no se pueda defender con aquella engañosa excusa que suele darse, de que lo que tal vez por descuido se dijo en una parte con mayor dureza, se halla en otros lugares más claramente explicado y aun corregido…
como si esta descarada licencia de afirmar y negar y contradecirse según su voluntad, que fue siempre la fraudulenta astucia de los innovadores para sorprender con el error, no fuese más propia para descubrirle que para ocultarle. … Artificio a la verdad de lo más pernicioso el de introducir el error que con sabia penetración descubrió ya antes en las cartas de Nestorio, obispo de Constantinopla, y que refutó con reprensión gravísima nuestro predecesor Celestino; en las cuales cartas siguiéndole los pasos a aquel taimado, cogido y detenido, armado de su locuacidad, cuando envolviendo en tinieblas lo verdadero, y volviendo después a confundir uno, y otro, o confesaba lo que había negado, o pretendía negar lo que había confesado» (Pío VI, bula Auctorem fidei).
Donde dice: «ya se la han tragado», quise decir: ya se lo han tragado.
Donde dice: «podria», quise decir: podría.
Tengo los dedos como morcillas y el móvil no es lo mío.
Neila. Llamas tradición humana a la Sagrada Tradición que es divina y la llamas forma caduca.
No sabes lo que dices.
Estás diciendo que la doctrina y culto de la iglesia es caduco y por tanto se puede cambiar por otra doctrina con otro culto. La doctrina y el culto no es una tradición humana, la puso Dios.
Yo me sigo preguntando si yendo en contra de lo legislado la de Francisco I será una elección válida….
«Muchas décadas de gobierno estable de parte de Juan Pablo II y Benedicto XVI», dice el articulista. Gobierno estable que se logró mediante el nombramiento de obispos completamente sumisos a las férreas directrices del papa polaco y del Gran Inquisidor alemán, mediante la persecución de los teólogos molestos y el control absoluto de la doctrina y práctica pastoral en todas partes. Como dijo alguna vez el cardenal Carlo María Martini, la Iglesia institucional retrocedió con Juan Pablo y Benedicto por los menos doscientos años.
Mejor cuando en la Congregación para los obispos (donde se elegían) estaba el Cardenal Sebastiano Baggio, el que llamado a su despacho por Juan Pablo I para quitárselo del medio por masón, según constaba en el informe del obispo Gagnon, encargado por Pablo VI, se negaba a acudir alegando que tenía mucho trabajo. Harto el Papa de excusas lo citó en su despacho a las ocho de la tarde. Baggio se puso a darle voces al Papa, que se oían fuera del despacho. A las dos o tres horas de este suceso, moría, sospechosamente, Juan Pablo I. Cuando el mismo Gagnon pasó ese informe a Juan Pablo II, éste lo empujó con la mano hacia Ganon y dijo: «no, eso déjelo». Abatido Gagnon se auto exilio a Colombia, no sin antes avisar a Juan Pablo II de que su vida podía correr peligro. Cuentan que lo primero que dijo Juan Pablo II al despertar del coma del atentado, fue: Gagnon, Gagnon; y lo mandó llamar. ¿No sería por eso que miraba con lupa los obispos?
«mediante el nombramiento de obispos completamente sumisos a las férreas directrices del papa polaco…»
¿Como el nombramiento de un tal Bergoglio, jesuita «nombrado obispo» (sic) por el «papa polaco», por ejemplo? Súper «sumiso», vamos. Que Dios le conserve a usted el oído, porque la vista… (su sectarismo anticatólico le ciega hasta el punto de soltar patochadas de ese calibre que no se cree ni usted; y como muestra, un botón: el citado jesuita nombrado por JPII, hoy desgraciadamente reinante). Y a las únicas ‘férreas directrices» a las que había que someterse con JPII o BXVI, fueron las impuestas por Nuestro Señor Jesucristo (que es, en el fondo, lo que usted no soporta).
«y del Gran Inquisidor alemán»
Es argentino, no alemán. Y no es inquisidor, sino dictador, que no es lo mismo (un inquisidor vela por la fe, lo que no es el caso de su «ídolo»).
«Como dijo alguna vez el cardenal Carlo María Martini…»
Es usted fan de la flor y nata de la heterodoxia, por lo que se ve. Heterodoxia cuyos parámetros morales requieren retroceder, no 200 años, sino 2.000 años, hasta la inmoralidad pagana de época precristiana.
Por cierto, qué casualidad que ese heterodoxo jesuita, que ponía a caer de un burro a Pablo VI ¡por contradecirle a él, el gran Carlo María Martini, en materia de moral sexual! (inmoralidad, en su caso), no hablara de «retroceder» 100 años, o 1.000… No, no: 200 años, que cuando él dijo la frase coincidía con la época en que nació la masonería (secta a la que siempre se sospechó que estaba adscrito), pues para él debía de ser ése el punto de referencia, como buen «iluminado» que era, en vez de serlo Cristo y la fecha de su Encarnación, que sirve de referencia a todos los cristianos e incluso a quienes no lo son.
Y lo de «teólogos molestos» para referirse a quienes niegan la fe y la moral católicas, pero viven de chupar del bote en la Iglesia que odian y a la que atacan, es de coña marinera. ¿Así es como se ve usted a sí mismo, como «molesto»? Mira qué les gustan los eufemismos a los progresaurios zurdos, con lo fácil que es llamar a las cosas por su nombre. En este caso, «herejes». ¡Mire que condenar la Iglesia la herejía y evitar que los herejes escandalicen a los fieles (procurar si ruina espiritual)! ¡Ay qué mala es la Iglesia! ¡Y qué buenos son quienes confirman a su prójimo en sus pecados y les apartan de la verdad! Deberían canonizarle a usted en vida, de tan bueno que es. A ser posible en una ceremonia conjunta, junto al «padre» Ángel (otro «ángel»), la Forcades y el Trucho, formando el trío «Lalala» en un acto ecosostenible, sinodal y resiliente del programa ecuménico-misericordioso «Laudato si’ 3.0».
Francisco Tostòn de la Calle
Como dijo alguna vez el cardenal Carlo María Martini, la Iglesia institucional retrocedió con Juan Pablo y Benedicto por los menos doscientos años.
Pero la iglesia tiene que avanzar, tiene que progresar, o debe fidelidad al mensaje de Jesus de Nazaret?
aunque para avanzar ya tenemos a los alemanes, avanzan tanto que se separan