La Verdad no es sinodal

Jesús con la cruz a cuestas
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A muchos padres sinodales y acérrimos defensores del movimiento sinodal se les ha olvidad que la Verdad es una e inamovible y está en el Evangelio.

Por desgracia, es cada vez más habitual encontrarnos con declaraciones y propuestas de altos jerarcas eclesiales, casi diarias, que chocan con la tradición, la moral o la doctrina católica. En definitiva, que son contrarias al Evangelio.

El camino sinodal, no solo en Alemania, está siendo aprovechado para intentar reformular algunos aspectos del catolicismo. Es sabido por todos, la obsesión imperante en determinados ambientes eclesiales por modificar la moral sexual de la Iglesia, la posición sobre la homosexualidad, el celibato sacerdotal o la apertura del diaconado y sacerdocio a las mujeres.

Los promotores de estos cambios radicales en el seno de la Iglesia, tratan a la Esposa de Cristo como si fuese un partido político que organiza un «congreso» para reformular algunos de sus postulados con el fin de ampliar su base electoral aunque eso suponga romper con los principios fundacionales del partido. Como se dice coloquialmente, «en política todo vale», pero esto no se trata de hacer política. Se trata de custodiar la fe y Verdad heredada a lo largo de 2000 años de tradición para seguir preservándola intacta.

Y sí, ha de ser preservada intacta porque la Verdad no varía en función de las demandas sociales ni se amolda al mundo. La misión principal de la Iglesia es atraer al mundo a la Verdad, pero en ningún caso desdibujarla, camuflarla o modificarla bajo el falso pretexto de hacerla «más amable» para que así resulte más atractiva.

La Verdad escondida en el Evangelio

Bien viene recordar aquello que dijo Jesús en el Evangelio a Tomás: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Dijo también el Señor en otra ocasión a los discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará».

El Señor no habla en ningún momento de llevar a examen la Verdad cada cierto tiempo para que a sus seguidores les resulte más cómodo seguirle. La tarea de conocer y vivir en la Verdad es una tarea ardua para todos los cristianos. Es por tanto una invitación a negarnos a nosotros mismos, para cargar con nuestra cruz y seguirle de cerca a Él.

El problema aparece cuando esta sociedad individualista, egoísta y materialista prefiere poner sus comodidades y deseos personales por delante de esa Verdad. Siempre resultará más cómodo y sencillo moldear un mensaje o un programa a nuestro arraigado estilo de vida que cambiar el modo de actuar para adecuarnos a ese ideal.

Algo así ocurre de fondo con el tema de la sinodalidad. Observamos como la invitación que se hace por parte del sinodalismo es a adaptar la Verdad revelada al adormecido hombre de nuestro tiempo, perezoso y lento a la hora de adquirir virtudes. No se trata de llenar las iglesias de gente para, de algún modo, calmar las conciencias y que parezca que se lleva a cambo una tarea evangelizadora de la sociedad.

La Santa Madre Iglesia no tiene mayor motivación que conducir a las almas hacia la salvación. Es por ello que es necesario denunciar y señalar con nombres y apellidos a aquellos que en teoría han de realizar esta encomienda y se dedican a confundir a las almas a base de prostituir y amoldar la Verdad a las apetencias individuales. Para eso ya existe el protestantismo.

La finalidad de este artículo no es otro que el de zarandear las conciencias de todos aquellos que tienen responsabilidad en la Iglesia, es decir, todos nosotros, cada uno en mayor o menor medida, para volver a poner en el centro lo verdaderamente importante que es lo que Dios mismo quiere: conseguir que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad.

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Comentarios
8 comentarios en “La Verdad no es sinodal
  1. El Papa Francisco y los que le secundan, han olvidado que la verdad no es sinodal.
    Para perseverar en la verdad, debemos ser fieles al magisterio pontificio bimilenario.
    No dejemos que nos cambien la doctrina, pues como dice la Biblia
    «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre» (Heb 13,8)

  2. Efectivamente, la verdad es una y está en el Evangelio de Jesús, no en Trento, ni en Pío V, ni en los latinajos medievales, ni en las prevendas vergonzosas de las que disfrutaron durante siglos obispos y sacerdotes

    1. Marcos, no suelte exabruptos. La Verdad es una y no está en el «Evangelio de Jesús» sino en la Santa Iglesia Católica que es su depositaria, por designio divino de Su Esposo, Cristo. Y lo que hacen los grandes concilios como el de Trento y los grandes papas como S. Pio V es confirmar en la fe a los hijos de la Iglesia. Y tener un sustento para vivir no es disfrutar de «prevendas» vergonzosas.

    2. «Efectivamente, la verdad es una y está en el Evangelio de Jesús, no en Trento…»

      ¿Y cómo conoce usted el «Evangelio de Jesús» si no es a través de Trento? ¿Se lo dio a usted en mano? Como le he dicho siempre, usted no es católico. No sé para qué pierde tanto tiempo aquí soltando chorradas.

      «…los latinajos medievales…»

      ¿Se refiere a ese idioma hablado en toda la Cristiandad siglos antes de la Edad Media? ¿Al actual idioma oficial de la Iglesia? ¿Ese idioma que Juan XXIII, el Papa que convocó el CVII, dijo que había que conservar y promocionar? ¿El mismo idioma en el que la Constitución Apostólica sobre Liturgia del CVII manda que todos los fieles respondan en las partes de la misa que les corresponden? ¿El mismo idioma en el que está escrito el actual misal de Pablo VI en todas sus ediciones, de la primera a la última?

      «…ni en las prevendas…»

      ¿Qué esperar de alguien que escribe «prebendas» con V? Pues disparates.

  3. «… que organiza un «congreso» para reformular algunos de sus postulados».

    No, que organizó un Concilio para, por la puerta de atrás, cambiar la doctrina. La táctica, denunciada por todos los papas que condenaron el modernismo, se concreta de maravilla en el invento de Ratzinger: hermenéutica de la continuidad.
    Siguiendo los principios modernistas, expresamente condenados ya por el Magisterio de la Iglesia, se defiende el evolucionismo doctrinal, no tan descaradamente que se llegue a la condena de la evolución del dogma declarada por el Vaticano I; simplemente se dice que hoy en día existe una mayor comprensión de la doctrina y la misión de la Iglesia. Lo anterior, unido a la última de las herejías, la papolatría, lleva a intentos como el de introducir el divorcio argumentando el principio de «oikonomia» ortodoxo (se pueden casar por la iglesia hasta tres veces), al amparo del «poder de las llaves» (como Goku en la bola del dragón).

    1. Carta de Benedicto XVI a un congreso en la Universidad Franciscana de Steubenville, 20 de octubre de 2022 (para que no digan que hago citas de Ratzinger cuando era joven):
      «En realidad, un nuevo concilio probó ser no solo significativo, sino necesario. Por primera vez, la cuestión de una teología de las religiones se había mostrado en su radicalidad…
      Lo mismo es cierto para la relación entre la fe y el mundo de la mera razón. Ambos temas no habían sido previstos de esta manera antes. Esto explica por qué el Vaticano II al principio amenazó con perturbar y sacudir a la Iglesia más que con darle una nueva claridad a su misión…
      Mientras tanto, se ha hecho cada vez más evidente la necesidad de REFORMULAR LA CUESTIÓN DE LA NATURALEZA Y LA MISIÓN DE LA IGLESIA”.
      ¡De aquellos polvos estos lodos!

  4. El Concilio Vaticano II va a quedar como el gran Concilio fiel a la doctrina católica de siempre, comparado con lo que va a traer (está trayendo ya) el siniestro «sínodo de la sinodalidad» pergeñado por Bergoglio y el grupo de masones que ha invadido la Iglesia en sus puestos más relevantes. Los católicos que van a misa la mayoría (no todos, todavía) están dormidos (y no se enteran de la misa la media, nunca mejor dicho) y muchos son progres que elogian a Bergoglio y le dedican preces a toda hora y que aplauden «que sigan entrando inmigrantes ilegales a España que somos muuuuy bueeeeenosssss e inclusiiiivoooosss»….

  5. El concilio no tiene de fiel a la doctrina católica ni el forro de su encuadernación. ES LA IMPOSTURA DEL ANTICRISTO, sustituir a Cristo por el hombre endiosado. Es un golpe de estado herético inicio de todo lo que estamos contemplando ahora y lo que nos queda por ver. Es una estafa sangrienta de los niños abortados, de los suicidios de las gentes desesperadas, de las eutanasias, de las sobredosis, de la deformación de las conciencias, de la pérdida de la fe y del patrimonio espiritual del pueblo, y lo es por renunciar al REINADO SOCIAL DE CRISTO, SI A LA SOCIEDAD LA ABANDONAS, ABANDONAS AL REBAÑO QUE CON EL TIEMPO SE CONVIERTE EN PIARA DE CERDOS. Cerdos preparados para el experimento final sinodal.

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