La Conferencia Episcopal de Alemania ‘liberaliza’ los requisitos que se necesitan o se pedían para poder ser profesor de religión.
El proceso de degradación moral en Alemania avanza cuesta abajo y sin frenos. El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Alemana ha publicado un nuevo modelo de orden para la emisión de la missio canonica. Reemplaza las pautas marco para la concesión de permisos de enseñanza de la Iglesia y la missio canonica para maestros con la facultad «enseñanza religiosa católica» de 1973.
El modelo de ordenanza establece las condiciones necesarias para la concesión y, en su caso, el retiro de la missio canonica por parte del respectivo obispo local, y establece el procedimiento correspondiente.
En el preámbulo del reglamento, los dos requisitos centrales son la voluntad de impartir educación religiosa de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia y de dar un testimonio de vida cristiana en la escuela y la enseñanza. El nuevo documento establece que “no excluye las críticas y dudas teológicamente fundadas». Al mismo tiempo, se requiere «un posicionamiento creíble de la propia religiosidad dentro de la sociedad ideológicamente pluralista en la conciencia de que esta es siempre una tarea de toda la vida. El testimonio de vida cristiana se manifiesta en el trato diario con los alumnos, compañeros, padres, de la administración escolar y, por último, pero no menos importante, en la corresponsabilidad en la organización de la vida escolar».
El documento subraya que “todos los profesores de religión están llamados a dar testimonio de vida cristiana, independientemente de su origen, edad, discapacidad, situación de vida personal, orientación sexual o identidad de género”. Es decir, alguien que diga ser católico pero que sea abiertamente homosexual o sea hombre pero se sienta mujer u otra cosa, podrá impartir la asignatura de religión católica porque así lo quiere la Conferencia Episcopal del país.
La nueva orden missio «amplía» los requisitos de estilos de vida permitidos, que ya se aplicaban a todos los empleados de la Iglesia con la reforma de la orden básica del servicio de la Iglesia, a los maestros de religión católica que no están dependen directamente de la Iglesia y para quienes no se aplica la orden básica.
El portal alemán Katholisch.de detalla que «en comparación con la Orden Básica, se eligió el término más preciso «identidad de género» en lugar de «identidad sexual». El término engloba, entre otras cosas, las identidades cis, trans e intersexual». Varias diócesis, incluidas Osnabrück (2017), Hildesheim (2021) y Limburgo, habían reformado sus ordenanzas sobre este tema que habían estado en vigor desde la década de 1970 incluso antes de la reforma de la Orden Básica de 2022. Como parte de su resolución sobre la ley laboral de la iglesia, el camino sinodal había pedido una reforma de la orden missio.
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Hoy en día, la clase de religión no es garantía de buena formación, sino que en muchos casos incluso deforma.
Verán ustedes, yo no sé si de derecho pero sí de hecho, pasa igual en España: puedo dar nombre y apellidos de dos profesoras de religión, que conozco personalmente, que tampoco viven la fe. Y por lo que me comentan, no son casos aislados.
Así que me temo que no es asunto exclusivo de la CE de Alemania.
Cierto, pero no es lo mismo no atreverse a aplicar una buena norma que legislar una bazofia y promover, desde dentro, una ruptura doctrinal en la Iglesia. Lo primero es lo que sucede en la mayoría de las diócesis españolas; lo segundo, lo que sucede en Alemania.
También es verdad.
Pues en nada en España ya veremos podemitas ateos dando clases de religión porque «consiguieron la plaza» y lo «sagrado» es cobrar dinerito público a fin de mes, todo lo demás, ¿Qué más da? … pfff
El documento subraya que “todos los profesores de religión están llamados a dar testimonio de vida cristiana, independientemente de su origen, edad, discapacidad, situación de vida personal, orientación sexual o identidad de género”. Es decir, alguien que diga ser católico pero que sea abiertamente homosexual o sea hombre pero se sienta mujer u otra cosa, podrá impartir la asignatura de religión católica porque así lo quiere la Conferencia Episcopal del país.
La explicaci´ón («es decir») no concuerda con lo que dice el primer párrafo, que sea la intención o no como se concluye no lo discuto, pero no está explicando las afirmaciones anteriores sino haciendo una interpretación.
Y mucho menos tiene que ver con el título de la noticia, de que no se exige ya vivir según su fe («todos los profesores de religión están llamados a dar testimonio de vida cristiana»)
O usted no sabe leer, o finge no saber con ánimo de engañar (o sea, su línea habitual): el «es decir» explica perfectamente el párrafo anterior, para que los despistados de buena fe (no es el caso de usted) caigan en la cuenta de la única «interpretación» posible derivada del propio significado de las palabras y términos empleados (como «situación de vida personal, orientación sexual o identidad de género»), incompatibles, además y para más inri, con la vida cristiana y la moral católica. Uno no puede dar testimonio de vida cristiana «independientemente» de que tal vida (su «situación personal») no lo sea. En tal caso será un anti-testimonio y un escándalo (provocar la ruina espiritual del prójimo) por el mal ejemplo. Pero es normal que usted, que no sólo no es católico sino que es anticatólico y contrario a la doctrina y moral católicas, le parezca bien esa aberración y encima se permita el lujo de corregir a quien dice la verdad.
Si este requisito parece que no se exige a los obispos, ¿Por qué estos lo iban a aplicar a los profesores de religión?
¿Y cómo van a exigir vivir la fe a los profesores de religión si los mismos clérigos alemanes dicen que ellos mismos no la viven?.