Hace una semana Dorothea Schmidt junto con otras tres teólogas alemanas, anunciaron públicamente que abandonaban el camino sinodal alemán ante la deriva herética y cismática a la que estaban conduciendo a la Iglesia los obispos del país.
Dorothea Schmidt ha concedido una entrevista para el medio español Aceprensa en donde aborda los motivos de su marcha del camino sinodal.
Schmidt, de profesión periodista, explica en la entrevista que «el Camino Sinodal no fue un auténtico debate en busca de la verdad, sino un proceso político-parlamentario con un tira y afloja para encontrar mayorías». Dorothea argumenta que «cuando no hay escucha en la oración ni se pregunta por la voluntad de Dios y, finalmente, cuando se hace caso omiso de las directivas procedentes de Roma, entonces esto sencillamente no es un debate sinodal ni tiene potencial para renovar la Iglesia desde dentro».
La ex participante del camino sinodal afirma que «especialmente grave es el hecho de que las indicaciones y directivas de Roma no se tengan en cuenta en Alemania y que algunos obispos ya estén aplicando en sus diócesis “reformas” que contradicen la doctrina vigente». Además, subraya que «la Iglesia católica en Alemania se está distanciando claramente de Roma y poniendo en peligro la unidad de la communio universal. No queremos ser corresponsables de esto ni apoyarlo. Sencillamente, no podemos aportar nada razonable donde no se trata de renovar la Iglesia católica, sino de transformarla».
La periodista asegura que «el Camino Sinodal ha mantenido siempre el relato de que los abusos tienen causas sistémicas. No se ha hablado de culpa personal, sino que se ha sentado a toda la Iglesia en el banquillo de los acusados».
La obsesión con cambiar la moral sexual
Schmidt narra para Aceprensa que «tanto el tema de la “nueva evangelización” como todas las demás directrices de Roma fueron prácticamente descartadas. Los obispos Rainer Woelki y Rudolf Voderholzer elaboraron unos estatutos alternativos para el Camino Sinodal, en los que la evangelización desempeñaba un papel central, pero fueron rechazados. Posteriormente, se justificó diciendo que lo que se había debatido y decidido en el Camino Sinodal –como la abolición de la moral sexual, la exigencia del sacerdocio para las mujeres o la bendición de parejas del mismo sexo y la inculturación de la ideología de género– era ya evangelización o incluso un requisito previo para la evangelización».
La desobediencia de los obispos a Roma
En cuanto a la creación de los comités sinodales, prohibidos por Roma, la gran mayoría de obispos han dicho que ‘pasan’ de las indicaciones de Parolin, Ladaria y Ouellet y que seguirán adelante. La entrevistada, zanja en la entrevista que la finalidad de crear estos nuevos organismos es «transferir las competencias episcopales a los laicos y socavar así el ministerio episcopal».
En cuanto a la carta de los cardenales enviada al presidente Bätzing, Schmidt incide en que «todas las indicaciones e intervenciones de la Santa Sede se pasaron esencialmente por alto. Una vez que se publicaron las declaraciones de Ladaria y Ouellet tras la visita ad limina, nadie puede reinterpretar o relativizar las declaraciones romanas. Allí se decía explícitamente que todos los documentos sinodales debían volver a la línea de la doctrina de la Iglesia y del Vaticano II, lo cual no se ha llevado a cabo».
«Esta última carta de Roma es un documento emitido in forma specifica, lo que significa que el Papa mismo lo ha aprobado expresamente. Pasar por alto esta instrucción es, como he dicho antes, conducir deliberadamente a la Iglesia hacia el cisma», alerta la ex participante del camino sinodal.
Ruptura con la antropología cristiana
La periodista señala que «los principales cambios afectan a la antropología cristiana y a la revelación, tal como la entiende la Iglesia católica. El texto de orientación –por así decir, el preámbulo del Camino sinodal– rompe con la doctrina vinculante de la Iglesia sobre la revelación, como se establece en el documento conciliar “Dei Verbum”. La Iglesia está vinculada a la unidad de la Escritura, la Tradición y el Magisterio. Ahora, la Asamblea sinodal dice: no nos hacen falta, porque tenemos nuevas fuentes que nos indican la dirección correcta».
«Para los sinodales, ya no es la Iglesia la que lleva el Evangelio a las realidades de la vida, sino al revés: como muchos ya no se adhieren a las enseñanzas sexuales de la Iglesia, hay que cambiarlas, según la lógica del Camino Sinodal. De este modo se disuelve la unidad entre Escritura, Tradición y Magisterio, y se priva al Magisterio de la autoridad última para interpretar», agrega con gran acierto.
Dorothea Schmidt desvela que el camino sinodal, «por lo que se refiere a la ética sexual, haciendo referencia al amor de Dios por todas las personas y porque muchos no se adhieren a las enseñanzas, han exigido que se reconozcan como lícitas las relaciones sexuales extramatrimoniales, co-matrimoniales y también la masturbación».
«Se trata de una increíble reducción de la antropología cristiana, que se expresa en una ética sexual muy desarrollada y profunda, y que contempla al ser humano de forma integral», sentencia la periodista.
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Lo tenéis todos los días y a todas horas delante de los ojos, pero ya conocéis el Catecismo de las Tinieblas: «El que obedece, no se equivoca…»
Porque, vamos, el conchabeo diabólico que hay debajo de todo este juego de aparentes y cosméticos contrastes…
Y el Gran Maestre del pueblo deicida Francisco, Pontificex Tenebrius, se hace el loco.
Está concentrado en destruir la Tradición.
Sólo los nazis llamas a los judíos «pueblo deicida».
Así que, ¿los Padres de la Iglesia (entre otras muchas fuentes católicas) que hace miles de años llamaban «deicidas» a los judios, eran nazis? ¡La de cosas que aprendemos gracias a la sapiencia de los trolls! ¡Y nos la queríamos perder!
Por cierto, troll: a ver si aprende usted a escribir de una vez, que, por más que cambie de nick, ni se le cura la dislexia, ni aprende ortografía y gramática (como, por ejemplo, la concordancia verbal: los nazis no «llamas», sino «llaman»; la S está lejísimos de la N en cualquier teclado, así que no ha sido un error al teclear).
Es gratificante observar como la ex-sinodalista Dorothea Schmidt desenmascara de forma inteligente la mayoría de los errores de la rama alemana del Sínodo y los denuncia con contundencia y claridad para que otros no se dejen engañar.
El problema no es sólo de los alemanes díscolos, sino que el enfoque y la intención del Sínodo de la Sinodalidad convocado por Francisco, es errático y dañino para la Iglesia.
Para decirlo pronto y mal, lo que busca esta gente, por no decir gentuza, es que la Iglesia apruebe el pajeo, el folleteo y el mariconeo. Y Francisco con estos de perfil.
Será que ya estoy muy golpeado, pero no esperaba otra cosa de este Sínodo.