Los efectos de la primavera sinodal sigan dando ‘sus frutos’, aunque el obispo de la diócesis de Lieja muestre su perplejidad ante estas peticiones.
El Sínodo de la sinodalidad sigue dando que hablar y es que cuando se convoca un Sínodo sin otro fin que el de «escuchar» da lugar a dar rienda suelta a la imaginación desbordante. Y, oye, que por opinar no sea.
El obispo Jean-Pierre Delville, de la diócesis belga de Lieja, ha tenido que salir al paso de un folleto publicado y difundido por laicos de sus diócesis titulado “¡Devolvamos la Iglesia al pueblo de Dios! Acabar con el clericalismo”. Este folleto cuestiona la ordenación de los sacerdotes y emite un juicio, dice el obispo, «perentorio sobre ellos»: “Pocos de ellos son capaces de tener relaciones verdaderamente igualitarias, y por tanto fraternales, con los cristianos que los rodean” (p. 25). Por eso los autores afirman: “cuestionamos la ordenación misma”, incluyendo por tanto la de diáconos y obispos (p. 36). Agregan: «Para suprimir el clericalismo, el clero debe ser suprimido» (p. 47).
El prelado belga afirma que estas palabras que aparecen en dicho folleto «son sentidas como insultantes e injustas por muchos sacerdotes, diáconos y laicos cristianos». «Las percibo como totalmente falsas cuando pienso en la cantidad de entrega que he visto entre los sacerdotes y otros actores pastorales de nuestra diócesis durante casi diez años de episcopado», agrega el obispo.
Jean-Pierre Delville sostiene que «sin negar el escándalo de los abusos cometidos por unos, las carencias pastorales de otros y los límites propios de la naturaleza humana, me alegra ver cómo sacerdotes y diáconos, monjas y religiosas, laicos cristianos, mujeres y hombres, se comprometen al servicio de la Iglesia. Les agradezco por apoyarse mutuamente en la misión. He instituido un Vicariato para apoyar a los sacerdotes y otros agentes pastorales para que todos puedan ejercer su ministerio o servicio con serenidad».
«Anclada en la Palabra de Dios y llevada por la tradición de la fe, la diócesis de Lieja está abierta a la reflexión teológica y al debate contradictorio. Las preguntas iniciales planteadas por los autores son muy relevantes, pero las respuestas son poco educadas», añade el obispo defendiendo la legitimidad de las preguntas planteadas.
El obispo lamenta «el carácter caricaturesco de este folleto, pero más aún, el hecho de que la reflexión presentada en el folleto cuestione la posición del Concilio Vaticano II y condene dos mil años de vida cristiana. Para evitar el clericalismo, la diócesis de Lieja se ha comprometido resueltamente con el enfoque sinodal solicitado por el Papa Francisco y lo sigue con diligencia mediante la preparación de un consejo pastoral diocesano».
«Aseguro a los sacerdotes y seminaristas, religiosos y religiosas, así como a todos los agentes pastorales de la diócesis de Lieja, mi preocupación por ellos. Animo a todos a vivir con celo y fraternidad su ministerio o su servicio. Animo también las vocaciones de sacerdotes y diáconos, así como las vocaciones a los ministerios laicales instituidas por el Papa Francisco, que se manifestarán en nuestra diócesis; Espero poder celebrar ordenaciones de diácono o de sacerdote este año. Acojo con beneplácito estos desarrollos prometedores que muestran el dinamismo y la fe de nuestra Iglesia local», concluye el comunicado del obispo de Lieja