Jesús Sanz: «En nombre de una extraña libertad perrofláutica, se imponen leyes liberticidas que matan»

Jesús Sanz Montes Monseñor Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo
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En un escrito reciente, el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz, ha cargado contra las leyes ideológicas que está aprobando el Gobierno de España.

El arzobispo de Oviedo denuncia que durante estos últimos días, España se ha visto sacudida por un «terremoto humano que se ha podido escenificar en nuestro país ante leyes que responden a una ideología que no respeta la existencia: la vida incipiente de quien ya concebido no se le permite que nazca. La vida terminal de quien por ancianidad o grave enfermedad concluye su periplo necesitando la ayuda paliativa en ese tránsito y no el veneno letal que destruye. La vida tal y como ha sido dada y llegada, con su código genético, su género sexuado, su psicología de ánima y fisiología corporal, no con una modificación imperada por la confusión que se torna irreversible abocando a un desenlace irreparable que termina en la más terrible desgracia y en el suicidio, como los países que habiéndose adelantado en la quimera a duras penas intentan volver atrás».

Sanz, escribe lo que piensan la gran mayoría de españoles, que es que «son leyes que no tienen una demanda social, ni permiten un debate sereno por parte de la sociedad a través de quienes desde la ciencia médica, la filosofía antropológica, la ética universal y la moral creyente, pueden aportar razones, acercar cautelas, prevenir errores y encontrar cauces para las soluciones deseables en cada escenario de conflicto de intereses, de preguntas sin respuestas impuestas y prestadas, de las grandes cuestiones en las que la vida nos la jugamos ante lo que es verdadero, bondadoso y bello, sin trampa torticera ni engaño tendencioso dictado al albur de una tropa ignorante y dictadora».

«La prisa atolondrada con la que esta retahíla de leyes está viendo la luz con sus proclamas parlamentarias, sus concesiones y avales judiciales, su carga ideológica totalitaria, responde a una batalla declarada a cada persona afectada directamente por ellas con el pretexto de su defensa, generando división, confrontación crispada y un maremágnum de confusión como no se conocía en la historia», asegura el arzobispo.

Monseñor Jesús Sanz explica en su misiva que todo esto «es una batalla camuflada al eterno proyecto del Creador y a la tradición antropológica cristiana. No sólo la cristiana, sino también una cosmovisión religiosa, humana y cultural cualesquiera que tenga el respeto por la vida humana en todos sus tramos (gestante, nacida o terminal), en su intrínseca identidad varón-mujer, y en su equilibrio natural soberano entre personas y animales».

En ese sentido, el arzobispo de Oviedo afirma que «en nombre de una extraña libertad perrofláutica, se imponen leyes liberticidas que matan, que generan confusión destructora y siembran los dislates aberrantes de un mundo al revés». «Es otro terremoto este, donde echamos de menos el compromiso de altura en donde todos nos ponemos a favor de esa vida como don y tarea, que no nos corresponde dilapidar, deportar y censurar hasta su destrucción advenediza e irreparable», concluye la carta de monseñor Jesús Sanz.

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Comentarios
4 comentarios en “Jesús Sanz: «En nombre de una extraña libertad perrofláutica, se imponen leyes liberticidas que matan»
  1. De acuerdo con lo expuesto por el obispo de Oviedo, muy claro y conciso, sin dar veinte vueltas y sin decir una cosa en un lugar y lo contrario en otra o simplemente callar y no responder ante graves cuestiones……que diferencia con su jefe.

  2. Gracias Monseñor Jesús Sanz. Su denuncia de estos gravísimos males es muy clara y contundente.
    Pero me temo que este tipo de denuncias «individuales» tienen poco eco en los medios y la mayoría de la gente seguirá sin concienciarse sobre la forma perversa (a espaldas de los expertos y de un debate) con la que nuestros políticos han sacado esas leyes.
    Si la denuncia la hiciese de forma oficial la Conferencia Episcopal, los medios se verían presionados a darle un poco más de difusión.

    1. Si los medios fuesen decentes, se podría esperar lo que usted dice; más, mucho me temo que, tal como están pronunciándose LOS MÁS INFLUYENTES, excepto unos pocos que permanecen moral y éticamente en la decencia, el «aquerrale» informativo – televisivo, podría ser de magnitudes estratosféricas

  3. Condenar el aborto está muy bien (todavía recuerdo el sepulcral silencio con que la jerarquía católica recibió la aprobación de este crimen por parte de Felipe González), pero ahora hay que actuar. Y dado que los medios silencian nuestra postura, hay que hacerla evidente usando las fachadas de las catedrales: colgadura con fotos de niños abortados.

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