El cardenal Marc Ouellet, que recientemente abandonó su posición de prefecto para los Obispos, ha vuelto a advertir que las exigencias de reformas en la Iglesia pueden llevar al cisma si no se hacen «en continuidad con la fe de la Iglesia».
“Dios nos salve de un cisma”, ha dicho el cardenal Ouellet en una entrevista concedida a la cadena italiana TGcom24.
El cisma, claro, vendría de Alemania, cuyo camino sinodal, que ha aprobado reformas revolucionarias en ruptura con la práctica y doctrina de la Iglesia se quiere ahora transplantar al sínodo universal. Y no es la primera vez que el canadiense hace esta advertencia en los últimos meses.
Las reformas deben estar «en continuidad con la fe de la Iglesia, con la Palabra de Dios, con la tradición de la Iglesia». El futuro de la iglesia y de la humanidad no debe construirse con rupturas. “Espero que todavía haya mucho espacio para el diálogo y que podamos llegar a soluciones, a reformas que sean apropiadas para nuestro tiempo”, dijo el cardenal canadiense.
Ouellet, cuya renuncia aceptó el Papa al cumplir 78 años, ha recordado que las reformas deben hacerse «en continuidad con la fe de la Iglesia, con la Palabra de Dios, con la tradición de la Iglesia». El futuro de la iglesia y de la humanidad no debe construirse con rupturas. “Espero que todavía haya mucho espacio para el diálogo y que podamos llegar a soluciones, a reformas que sean apropiadas para nuestro tiempo”.
En cuanto al celibato sacerdotal, Ouellet lo calificó como «un gran regalo de Cristo para la Iglesia». Si la idea de la renovación de la iglesia está vinculada a otros estilos de vida de los sacerdotes, es «una señal de que se está perdiendo la fe, que se está perdiendo el amor. Y eso no es una buena noticia», dijo Ouellet. “En lugar de criticar el celibato, deberíamos valorarlo y fomentar las vocaciones”.