El ‘neocardenal’ McElroy defiende la “inclusión radical” en la revista America

Robert McElroy
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El cardenal Robert McElroy, obispo de San Diego, escribe en el órgano de los jesuitas estadounidenses, America, para pedir a la nueva Iglesia Sinodal una actitud de “inclusión radical”. Se refiere, naturalmente, a los adeptos del ‘lobby lavanda’, no a los católicos tradicionales.

La reciente elevación al cardenalato del obispo de San Diego, Robert McElroy, en la última hornada de nombramientos cardenalicios provocó en no pocos católicos una comprensible perplejidad. No se trataba ya solo de que se estuvieran postergando sedes tradicionalmente vinculadas al cardenalato para decantarse de otras menores por motivos aparentes de cercanía ideológica o lealtades ‘inquebrantales’. Es que el nombramiento se producía mientras desde el Vaticano se insistía en la política de ‘tolerancia cero’ contra el encubrimiento de abusos, y el historial de McElroy no es exactamente impecable en este aspecto.

Ya sabemos que esta ‘tolerancia cero’ tiene flagrantes lagunas, como explicitan los casos del argentino Gustavo Zanchetta, obispo emérito de Orán, o del padre jesuita Marko Rupnik. Pero al menos a ninguno de estos se les ha hecho cardenales.

McElroy encubrió al sacerdote Jacob Bertrand, que confesó haber abusado de una mujer y fue declarado culpable de violación ritual. Poco tiempo después, la víctima descubrió que Bertrand seguía en activo, formando parte de un estudio bíblico en contacto con personas vulnerables.

Extraño perfil para ser nombrado cardenal. Pero quizá su elección tenga más sentido leyendo la columna que ha aparecido, cómo no, en la revista jesuita America, de la que es editor nuestro inefable James Martin, firmada por McElroy: ‘Cardenal McElroy sobre la ‘inclusión radical’ para personas LGBT, mujeres y otros en la Iglesia Católica’.

No se deje engañar por el titular: no hay ‘otros’, se trata de la consabida inclusión de los homosexuales y la promoción del sacerdocio femenino tan del gusto del ‘sinodalismo’ alemán. A eso llama McElroy “inclusión radical”.

El problema es que se lo llama en un larguísimo artículo elaborado en una túrgida prosa indigerible, barajando todos los tópicos de nuestro tiempo, todas las ‘palabras fetiche’, en el estilo confuso que se ha convertido en la norma de los documentos eclesiales de esta época. Un ejemplo, resaltado por la propia revista: “Debemos examinar las contradicciones en una iglesia de inclusión y pertenencia compartida y discernir en la sinodalidad un camino para superarlas”. ¿Ven lo que les digo?

Escarbando a través de la tediosa verborrea uno encuentra un trasunto del documento de presentación del sínodo, en su versión más radical.

Pretende, por ejemplo, que “la cuestión de la ordenación de las mujeres al sacerdocio será una de las más difíciles a las que se enfrentarán los sínodos internacionales en 2023 y 2024”, una curiosa interpretación. ¿Difícil? No, es facilísimo: Juan Pablo II ya decretó de forma solemne que ni siquiera la Iglesia puede cambiar el deseo de Nuestro Señor Jesucristo de reservar el sacerdocio a los varones. No hay nada difícil en ello.

También asegura que “el efecto de la tradición de que todos los actos sexuales fuera del matrimonio constituyen un pecado objetivamente grave ha sido el de centrar la vida moral cristiana desproporcionadamente en la actividad sexual”. Lo cual es, sencillamente, falso. Desafío a cualquier lector a entrar en cien Misas elegida al azar, y comprobará que en ninguna de ellas se habla de “la actividad sexual”. Si hay, como dice McElroy, una “desproporción” está en la absoluta desaparición de la castidad entre las virtudes predicadas por la ‘nueva Iglesia’.

Asegura McElroy que “es un misterio demoníaco del alma humana por qué tantos hombres y mujeres tienen una animosidad profunda y visceral hacia los miembros de las comunidades LGBT”. Quizá la ‘animosidad’, en los rarísimos casos en que pueda apreciarse en la esfera pública, no sea hacia los “miembros de las comunidades LGBT”, sino a un pecado que, según las Escrituras, “clama la ira de Yahvé”. Más misteriosa parecería esta nueva obsesión por convertir a un colectivo muy minoritario, definido por sus propensiones sexuales, en centro y meta de una parte, esta sí desproporcionada, del mensaje y el esfuerzo pastorales.

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Comentarios
22 comentarios en “El ‘neocardenal’ McElroy defiende la “inclusión radical” en la revista America
  1. McElroy lo dice, y Francisco lo piensa. Son tal para la cual. Los efectos de la infiltración de la masonería, auspiciados por el cardenal Baggio (que fue durante décadas responsable del nombramiento de obispos), se están manifestando de forma furibunda.

    1. No se equivoquen, McElroy debe ser miembro de la masonería eclesial, la infestación en la Iglesia es brutal! Cuanta agua ha pasado bajo el puente desde Bugnini el creador revolucionario de la misa nueva o novus ordo, cuanta agua ha pasado bajo el puente desde la investigación del Cardenal Gagnon, desde la publicación de la lista Pecorelli; de cardenales, obispos y sacerdotes adheridos a la masonería antes que asesinaran al periodista en un ritual!

      Cuando infovaticana va a entrevistar al Padre Murr?

  2. Sí, pero la responsabilidad última fué de los papas que lo nombraron y sostuvieron.Léase: Pablo VI, (J.Pablo I NO porque se lo cargaron) y J.PabloII;que PASARON olímpicamente de la investigación que realizó el cardenal Gagnon ¡¡durante tres años!! y cuyo resultado duerme el sueño de los justos en cualquier cajón escondido bajo siete llaves.

    1. Debería salir a la luz el resultado de la visitación apostólica del cardenal Gagnon, con Francisco no será, pero es urgente conocer todo.
      Ser masón es estar excomulgado de factor, y Bugnini siendo masón y estando excomulgado, con la ayuda de protestantes, fue el arquitecto de la nueva Misa. Eso es así guste o no guste.

    2. Es posible que tanto Pablo VI como JPII fuesen de la opinión de que no era tiempo todavía de arrancar la cizaña.

      «Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» El les contestó: «Algún enemigo ha hecho esto.» Dícenle los siervos: «¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?» Díceles: «No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.». Mateo 13, 24-30

  3. El misterio demoníaco, es que hace de cardenal este tío predicando la sodomía dentro de la iglesia, incluida su bendición, algo que es un sacrilegio pues está santificando un pecado grave que esclaviza y envilece ademas a los jóvenes. Ay del que escandalice……….Si a este le gusta un pijo mas que a un tonto una volaera, es su problema., que se la corte o se haga un nudo, pero no pervierta a la juventud, ni a los sacerdotes, ni al pueblo de Dios en general, eso debería ser sancionado con excomunión latae sententiae. En resumen, EXCLUSIÓN RADICAL automática de la iglesia a todos los adoradores del dios falo de la organización LGTB.

    No me refiero naturalmente a los homosexuales que dentro de la iglesia luchan valientemente por vivir en pureza con la ayuda de Dios.

  4. Este mac ellroy es mucho mas que un hereje, es un sinverguenza que corrompe su ministerio y engaña a muchos. Un canalla miserable que tendrá que dar cuenta de sus crimenes, puesto esto que hace son crimenes de lesa cristiandad.
    ¿Quien le ha nombrado cardenal? Bergoglio, otro que tal. Dios los cria y ellos se juntan. A ver quien corrompe mas y mejor la Iglesia de Cristo. Es una competición reñida.
    Que Dios nos libre pronto y que Bergoglio se convierta y se lo lleve cuanto antes con El.

  5. Lo que es «un misterio demoniaco» es por qué proliferan cada vez más los miembros de esas comunidades reivindicativas LGTBIQ+, y sus defensores dentro de la Iglesia. La «inclusión radical» de este listo no es sólo la tradicional del pecador arrepentido, sino también la del no arrepentido y hasta la del pecado que arrastra, que dejaría de serlo.

    En cuanto al asunto de las mujeres, a este le importa un bledo el juicio que Dios emitió tras el pecado original, y, por supuesto, los dogmas de la Iglesia, que cree que se pueden cambiar siguiendo torticeros caminos sinodales.

  6. Cuando yo era adolescente (hace 65 años), despues de la confesión en comentarios entre amigos, siempre comentábamos que el confesor nos había preguntado sobre el sexo. Parecía el único importante de los diez mandamientos. Bueno pues ahora a la «Novísima Iglesia, sinodal, de la sinodalidad de los sinodales sinodilicios, sean o no alemanes, parece que tan solo se preocupan, tras 65 años de lo mismo. Homosexualidad, celibato, mujeres al seacerdocino, pederastia, etc. ¿y los otros nueve mandamientos?. Seguramente es que los cumplimos sobradamente. ¿o no?

    1. Señor..,todo ese tipos de pecados además de ser siempre pecado grave tienen un agravante añadido,que se cometen con el cuerpo de uno,ya lo dice la Escritura los demás pecados quedan fuera del cuerpo.
      Con ese tipo de pecados además se degrada la moralidad,la persona, la familia y la sociedad.
      Todas esos pecados contra el 6° Mandamiento trae aparejados abortos,adulterios,divorcios,violaciones,pederastia, perversión de la infancia,pornografía,violaciones,promiscuidad..no le parece un asunto suficientemente grave como para dedicarle tiempo a combatirlo con ahínco???

  7. La Virgen en Fátima ya dijo que la batalla final será contra la familia. La «Iglesia de Francisco» ha abrazado la ideología de género, y por eso debemos resistir contra estos pastores infieles.

  8. «Somos todos hijos de Dios y Dios nos quiere como estamos y con la fuerza que luchamos cada uno por nuestra dignidad. El ser homosexual no es un delito. No es un delito. Sí, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito. Pero también es pecado la falta de caridad con el prójimo, ¿y vos cómo andás?

    O sea, distinguí eso. Y los países que tienen la pena de muerte son diez, 12, creo, todavía, más o menos. Pero curioso, nunca dicen la palabra, dicen ‘acciones deshonestas’ o algo. Usan un giro para decirlo. No, eso está mal. Está mal. Está muy mal. Creo que no hay que discriminar a nadie. Más aún saliendo ya del problema de la homosexualidad, vamos a otro problema. Al asesino más grande, al picador más grande tampoco hay que discriminarlo. Cada hombre y cada mujer tiene que tener una ventana en su vida donde pueda volcar su esperanza y donde pueda ver la dignidad de Dios. Y ser homosexual no es un delito. Es una condición humana.»

    1. Periodista AP: Y en los estados que tienen esas leyes, ¿la Iglesia puede contribuir a derogar estas leyes?

      Francisco: Sí, sí. Tienen que hacerlo, tienen que hacerlo. Lo que pasa es que son culturas, culturas en un estado, y los obispos de ese lugar, si bien son buenos obispos, forman parte de la cultura y algunos tienen la mente todavía en esa cultura. ¿O no? También el obispo tiene un proceso de conversión. Yo de los obispos de esos lugares no tengo malas informaciones de ninguno, que están abiertos a ayudar no sólo en esto, sino otros problemas.

      Pero ternura, por favor, ternura, como la tiene Dios con cada uno de nosotros. Volvemos las tres categorías de Dios. Dios tiene tres actitudes: cercanía, misericordia y ternura. Y con esas tres basta, está toda la teología ahí. Dios cercano, que está en la mano mía. Un Dios misericordioso que me perdona tantas veces. Un Dios tierno.

      Entrevista papa Francisco AP News 24 enero 2023.

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