Y ahora, ¿qué?

Benedicto XVI renuncia
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Es, en un sentido, triste que un Papa que ha aportado un legado teológico e intelectual tan espectacular a la Iglesia y ha seguido durante su reinado con tanta prudencia su misión, heredada de su predecesor, de enderezar el rumbo de la barca de Pedro, medio extraviada en la tormenta posterior al Concilio Vaticano II, vaya a pasar a la historia no tanto por el contenido de su pontificado como por su brusco e insólito final.

Ha pasado una década, pero la mayoría de los católicos sigue intrigado por ese acto para muchos aún incomprensible de su abdicación sorpresiva, como un rayo en un cielo sereno, abriendo decenas de debates sobre la posibilidad de que un Papa renuncie y de que su decisión inaugure una serie de abdicaciones papales posteriores que nos obliguen a hacernos a la idea de futuros ‘Papas eméritos’, un título hasta ahora inexistente y todavía cuestionable.

Su actitud posterior a la elección de Francisco no contribuyó, precisamente, a aclarar la situación. El hecho de que eligiera para sí el título creado al efecto de ‘Papa Emérito’, de que siguiera recibiendo el tratamiento de ‘Su Santidad’ y confiriendo bendiciones apostólicas y recibiendo cardenales junto al Papa en ejercicio, que vistiera de blanco y viviera en Roma, cuando todos lo imaginábamos en un monasterio alemán rodeado de libros polvorientos y bien provisto de cerveza bávara, no hizo más que profundizar el misterio.

Y de ese misterio, y de un ambiguo discurso dado por su secretario, monseñor Gänswein, sugiriendo que, en algún sentido, seguía siendo Papa, surgió un estado de opinión que pronto cristalizó una corriente dentro del comentariado católico: el ‘benevacantismo’, como ha sido humorísticamente llamado, y que consiste en la teoría de la conspiración según la cual Benedicto habría redactado deliberadamente mal su acto de renuncia (en latín, naturalmente), de modo que su abdicación sería inválida y Ratzinger seguiría siendo el único Papa legítimo.

En otras circunstancias, una teoría tan retorcida hubiera muerto una muerte temprana con el tiempo, incluso si la abdicación siguiera estando rodeada por el misterio. Pero la línea del Papa que le sucedió, Francisco, no ha hecho más que apuntalar la teoría de la conspiración. Porque ni en mil años hubiera podido encontrar Benedicto un sucesor más contrario en casi todo, desde lo importante a lo anecdótico.

Suele decirse que a un Papa gordo le sucede otro flaco, pero ni buscando con lupa se podría encontrar mayor contraste entre ambos pontificados. No creemos injusto para ninguno de los dos personajes concernidos afirmar que Francisco ha deshecho el legado de Benedicto. Es su opuesto en todo. Donde uno era retraído y tímido, el otro es mediático y locuaz; si Benedicto era un intelectual algo desinteresado por las minucias políticas, Francisco es impaciente con las sutilezas teológicas y está más en su salsa disertando sobre asuntos hasta ahora ajenos al campo eclesial, desde el Cambio Climático a la política migratoria de los estados; cuando el primero trataba pacientemente de salvar la continuidad del concilio con toda la historia anterior de la Iglesia, el segundo parece querer olvidar todo lo que vino antes y pisa a tope el acelerador en la presunta ‘renovación’ conciliar. Incluso ha llegado a derogar un motu proprio no menor de su predecesor, Summorum pontificum, a solo catorce años de su promulgación.

Sería absurdo ignorar que muchos de los pronunciamientos del Papa actual han levantado más de un par de cejas a los católicos ortodoxos, y que la situación de la catolicidad, al menos del único modo que podemos medir el fenómeno, por números y estadísticas, no está precisamente mejor que cuando ocupó el solio pontificio.

Sea como fuere, a cada declaración, decisión o nombramiento polémicos de este Papa, no eran pocos los fieles que echaban una mirada hacia el monasterio Mater Ecclesiae, esperando un comentario (cuando no un ‘pronunciamiento’, en el sentido que le da la historia española) del Papa Emérito. Pero solo tuvimos el silencio, puntuado por ciertas contribuciones en prensa en la que creían leer una oposición velada al presente rumbo. Lo cierto es que algunas de ellas levantaron ampollas en la Curia Romana.

Pero ya no hay Papa Benedicto, ni emérito ni reinante, y los ‘benevacantistas’ tendrán que buscar un nuevo relato que explique por qué mañana no se va a convocar cónclave alguno.

Y aquí tenemos que mencionar otra corriente de opinión común entre los descontentos con la renovación eclesial: quienes veían al Papa Emérito como un ‘katejon’, como un freno, no necesariamente en un sentido puramente escatológico, sino con respecto al propio Francisco. Sostiene esta escuela que si Francisco no va más rápido y más lejos en su revolución eclesial es por consideración a Benedicto y que, muerto este, las cosas van a cambiar mucho y muy deprisa, porque tampoco a Francisco, con sus 85 años, pueden quedarle demasiados años.

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Comentarios
33 comentarios en “Y ahora, ¿qué?
  1. Tiene razón. Seguimos sin entender la renuncia de Benedicto. Por lo menos, yo.
    Y el pontificado de Francisco… Si alguien quiere otra teoría, yo creo que es una enseñanza de Dios para la historia: un Papa debe permanecer en su puesto hasta el final.
    Que Dios acoja en su seno a Benedicto XVI, papa.

    1. Puede leer este libro El secreto de Benedicto XVI. Socci. Ed. Homo Legenes. De amena lectura pero enormemente clarificador.
      Y este otro, algo más denso y documentado Vaticano II. Mattei. Ed. Homo Legens.
      Leidos ambos, le quedará todo meridianamente claro.
      !Santo Súbito, Benedicto XVI! Magno y Doctor de la Iglesia.

      1. Sí, hombre.
        Igual que los cánones de la VI sesión del concilio de Constanza.
        Así de seguro y garantizado está el vaticano II, jeje

  2. Las campanas de la iglesia de Garabandal tocaban a muerto. Al conocer el motivo Conchita, la muerte de Juan XXIII, dijo a su madre y a la Sra. Ortiz camino de la iglesia: «Ah, que el Papa murió. Entonces quedan TRES papas». Una vez de vuelta a casa, su madre la preguntó: «¿De dónde sabes que solamente quedan TRES papas?» Conchita respondió: «De la Santísima Virgen. En realidad me dijo que aún vendrían CUATRO papas pero que Ella no contaba uno de ellos». Su madre: ‘Pero entonces, ¿por qué no tener en cuenta UNO?» Respondió Conchita: «Ella no lo dijo, solo me dijo que UNO no le tenía en cuenta. Sin embargo me dijo que gobernaría la Iglesia por muy poco tiempo». Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI. ¡SE ACABÓ! Desaparecido el obstáculo que suponía Benedicto XVI habrá cambios rápido, por cuanto «el diablo sabe que le queda poco» (Apocalipsis 12:12).

  3. Quizás el mejor y más ecuánime obituario que se le dedicó sea éste de Maurizio Blondet, aun con algunos detalles pasibles de discusión (https://www.maurizioblondet.it/benedetto-ci-guardi-dal-cielo/):

    «Subordinado de joven a Karl Rahner -y, por ello, a la Impostura y a la Corrupción que se permitió cundieran en la Iglesia-, más tarde cambió pero no lo suficiente. Al final se inventó la «hermenéutica de la continuidad» para intentar conciliar el carácter radicalmente subversivo del Concilio -que, por lo tanto, reconocía implícitamente- con la Tradición. Por esta patética e inocua acrobacia intelectual, ya siendo Pontífice, la mafia modernista y frenético-invertida vaticana le hizo pasar las penas del infierno: todo el vicioso personal en talar le desobedecía abiertamente y con desprecio. Cuando dijo «mi autoridad finaliza en este umbral» decía la simple y dolorosa verdad. Finalmente fue desalojado del Trono por la presidencia de USA con el simple procedimiento de las sanciones, de la ex

    1. exclusión del Estado Vaticano del Swift como si se tratara de un cualquier estado-canalla. Ya «no pudo ni vender ni comprar» y fue invitado brutalmente a acudir a sus mismos consejeros; apenas el helicóptero papal remontó vuelo, la Casa Blanca reintegró al Vaticano al sistema de pagos occidental (https://www.maurizioblondet.it/ratzinger-non-pote-ne-vendere-ne-comprare/).

      Hacía falta una «primavera de colores» en la Iglesia, había preconizado John Podesta, el pervertido consejero de la Clinton (…) La mafia de San Galo entonces eligió, en un cónclave inválido, a un personaje cuya filiación masónica y cuya amistad personal con George Soros y los Rothchild era conocida a los poderosos desde hacía décadas (…)

      Benedicto no estuvo libre de la culpa modernista. Como dice Sacchetti, «estuvo perfectamente en línea con el magisterio de la falsa iglesia masónica instaurada con el Concilio Vaticano II». Pese a lo cual, con todos los sufrimientos que le han hecho padecer en el Vaticano -un mar

      1. Benedicto no estuvo libre de la culpa modernista. Como dice Sacchetti, «estuvo perfectamente en línea con el magisterio de la falsa iglesia masónica instaurada con el Concilio Vaticano II». Pese a lo cual, con todos los sufrimientos que le han hecho padecer en el Vaticano -un martirio desconocido acerca del cual tendrá la historia que indagar-, supongo que habrá expiado ad abundantiam. Por lo cual ruego que nos proteja desde el Cielo, ya que nosotros permanecemos aquí en el máximo peligro material y espiritual a fuer de creyentes en manos de un amigo en talar blanca de Soros y de Pfizer, de uno que retiene el ministerium pero no el munus, y por lo tanto puede emanar cualquier arbitrariedad, cualquier herejía que, estando aún Ratzinger vivo con el munus, impedía sobrenaturalmente».

    2. Benedicto XVI militó en el bando teológico equivocado en su juventud; San Pedro negó a Cristo; San Pablo persiguió a la Iglesia; Santa María Magdalena es muy probable que fuera prostituta y el Señor expulsó de ella siete demonios; el Santo Rey David no contento con fornicar con la mujer de un capitán de su guardia mando matarlo; San Juan Pablo II no cortó cabezas en Asís, cuando colocaron un ídolo encima del Sagrario y un brujo sacrificó un pollo encima del altar de Santa Clara, pero excomulgó al buen Lefebvre por desobedecerle; San Agustín fue un sinvergüenza de joven; San Dimas fue un chorizo toda su vida, tan buen ladrón, como decía San Agustín, que robó el cielo…
      ¡Bendito sea Dios nuestro Señor!, que nos dice por boca de Ezequiel (33:16) sobre el pecador arrepentido: «Ninguno de los pecados que cometió se le recordará más: ha observado el derecho y la justicia; ciertamente vivirá».

      1. Tan cierto como que si las últimas palabras de Benedicto XVI brotaron de un corazón sincero podrían haber sido suficientes para abrir las respuestas del cielo, aun cuando hubiera sido el pecador más empedernido.

  4. El benevacantismo es un sedevacantismo de chichinabo, porque, puestos a problematizar un pontificado, todos los pontificados postconciliares se han apartado en algún punto de la Tradición.

    De todos modos, en efecto, poco bueno nos cabe esperar de lo que quede de pontificado a Brrgoglio.

    1. Dios no ha dejado a la Iglesia este papa por su infidelidad y apostasía; en todo caso lo ha permitido por nuestras miserias (las suyas y las mías incluidas). La Iglesia es la Santa Esposa de Cristo y no traiciona ni niega a Cristo. En sentido estricto, Dios ha permitido un mal papa, ya que ni el Espíritu Santo elige a dedo a los papas (eso se creen los papólatras), ni Dios tienta ni puede ser tentado.
      Estoy seguro de que lo sabe usted, simplemente lo matizo por si hay terceros que pueden confundirse.

  5. El Papa Francisco será un gran Santo… como ya lo es Benedicto XVI, Nuestro Vicario, perseguido por los que querían un Vaticano III, y por los que querrían volver al de Trento….La Iglesia permanecerá fiel en su doctrina hasta el fin de los Tiempos….pese a quién pese…..

    1. Y Lutero también es un gran santo, le han puesto estatua en el Vaticano, los tres santos del concilio los llaman con la guirnalda de la Pachamama y el orgullo arcoiris. Por cierto, a Trento no se vuelve, en Trento se sigue estando. Solo los masones quieren otro concilio Vaticano. Oye compaé, deja de beber que el fin de año fue ayer, a dormir la mona.

      1. No se olvide de Melanchthon, que también aparece de rodillas con Lutero a los pies de la cruz en el Calvario, en el sello conmemorativo que editó el vaticano para CELEBRAR el 500 aniversario de la herejía luterana. Vamos, que no puso una estatua de la obispa lesbiana cuya bendición aceptó, de milagro. ¡Y qué todavía haya quien diga que la burra es buena! «Perversi difficile corriguntur et stultorum infinitus est numerus» (Eclesiastés 1:15).

  6. Lo ha dicho muy clarito Benedicto, se equivocó, lo reconoce, se deslumbró con las luces de la ilustración que son al final una mierda apolillada, el concilio salió rana e infiltrado por la masonería, en efecto, al igual que el liberalismo otra herejía de libro, ni marxismos, ni modernismos, ni pollas en vinagre. Todo esto ya lo decía Don Marcelino Menéndez Pelayo en el XIX, cuando expresaba; que gárrulos sofistas han engañado al pueblo mil veces, y que los observa con ojos estúpidos. Los mismos que los de ahora por cierto. Que no os engañen, ha dicho, ser fieles a la fe de Cristo, que solo hay un camino para la salvación y este es Cristo, camino, Verdad y vida. No hay otra. Así pues modernistas, y demás esbirros, a joderse y aguantarse, es lo que hay. El concilio al cesto de los papeles y la Tradición otra vez triunfante, y el que quiera condenarse a seguir a los tozudos en el yerro como Francisco.

  7. Benedicto XVI y Francisco son como el d´ia y la noche. Y lo curioso es que a pesar de la oposición de sus posturas, la mayoría de los católicos del sector conservador aplauden a los dos, en una actitud tan absurda como si en EEUU los mismos votantes de Trump aplaudieran a Biden.

  8. Esta de moda para disputar , etiquetar para ridiculizar.
    Nada de argumentos , solo usar el desprecio…como en este artículo.
    Benevacantistas , sedevacantistas….
    Queda lindo…pero no se coopera con la verdad de las cosas.

  9. El testamento es de 2006.
    Yo quiero saber su opinión o sus reflexiones desde 2013 en adelante. ¿Me tengo que creer que no volvió a opinar ni a añadir nada a su testamento?

  10. ¿Benedicto se retiró o lo retiraron? He ahí la cuestión.
    El silencio y la humildad del grandioso Benedicto XVI nos hacen meditar.

    1. Que lo retiraron es, casi, seguro. La cuestión es si el actual, que era el candidato de la mafia que intentó por todos los medios que Benedicto no fuera elegido y posteriormente que dejara el papado (esto reconocido por su propio cabecilla), sabía o no sabía que él era el candidato y, por lo tanto, formaba o no parte de esa mafia de San Galo. Si no lo sabía… simplemente lo utilizaron (sin que eso le quite responsabilidad ante sus desviaciones actuales), si lo sabía ni es papa ni niños muertos. Otra cosa, que no me corresponde a mí determinar, es si ha dejado de ser Papa, e incluso católico, de tanto meter y chuparse el dedito en el panal de la herejía.

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