Monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización, ha concedido una entrevista al medio italiano Il Giornale para hablar sobre Benedicto XVI, a quien conoce desde hace más de 30 años.
Sobre cómo está viviendo estos momentos, Fisichella asegura que “el Papa Francisco nos ha pedido que oremos en este momento particular de la vida de Benedicto XVI y creo que en todo el mundo, en toda la Iglesia, hay un coro de ese idioma que todos conocemos, aunque sea en diferentes idiomas. Es el único lenguaje de la fe, es la manera de acompañar a una persona en un momento de debilidad como este, con la oración. Vivimos este momento recorriendo también los muchos momentos de la vida de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI y lo que representó y representa para la Iglesia”.
El arzobispo Fisichella guarda buen recuerdo de Ratzinger. Cuenta en la entrevista que lo conoció por primera vez en febrero de 1993. «Antes lo conocía como teólogo porque había leído sus libros; nadie puede olvidar la introducción al cristianismo, el volumen que lo dio a conocer al mundo. Luego continuó el vínculo con su nombramiento en la Academia Pontificia para la Vida y finalmente fue él quien quiso establecer el dicasterio de la Nueva Evangelización, pidiéndome que lo dirigiera. Son recuerdos que no están ligados a la nostalgia sino que pertenecen al presente, y son más una provocación para mantener viva su memoria».
“No olvidemos que con él concluye el último teólogo significativo del siglo XX que participó en los trabajos del Concilio Vaticano II, una memoria histórica de su aporte al tema de la revelación, de la Iglesia, de la tradición», subraya Fisichella.
Además, ha recordado que «fue Ratzinger quien quiso abordar con claridad y determinación el tema del escándalo de los abusos sexuales en el clero. Y no olvidemos cómo Ratzinger abordó y analizó el tema de lo contemporáneo, en plena continuidad con Pablo VI. Ambos Papas abordaron el tema de la modernidad».
Fisichella añade que tuvo la ocasión de poder ver a Ratzinger hace dos semanas y reconoce que aunque le vio «cansado» estaba a su vez «plenamente lúcido».
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