El secretario general de la Conferencia Episcopal de EEUU denuncia que «la agenda LGBT que se extiende por la nación»

Arzobispo Paul Coakley Arzobispo Paul Coakley
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Buena elección hicieron los obispos estadounidenses el pasado mes de noviembre eligiendo al arzobispo Paul Coakley como secretario general de los obispos del país.

En una reunión de abogados, empresarios y directores ejecutivos católicos, el arzobispo de tendencia conservadora Paul Coakley arremetió contra la “plaga del relativismo” y el “eclipse de la verdad” que arrasa con todos los aspectos de la vida estadounidense, según informa LifeSiteNews.

El arzobispo de la ciudad de Oklahoma participó en la reunión del Instituto Napa con sede en California junto con un grupo de empresarios católicos fundado “para servir como una levadura en la educación, la formación y la creación de redes de católicos” en respuesta a la creciente secularización de la cultura estadounidense y el creciente rechazo de las raíces cristianas de la nación. El discurso del arzobispo se tituló “Transgenerismo y el eclipse de la verdad”.

“Vemos la plaga del relativismo en casi todos los aspectos de la vida”, dijo el arzobispo Coakley. “En política, hablamos de hechos alternativos, en educación este énfasis en perspectivas igualmente válidas y, lamentablemente, a veces incluso en la Iglesia con su presión para cambiar su enseñanza moral, especialmente su ética sexual. No hay prueba más contundente de que vivimos en una cultura donde la experiencia y el deseo eclipsan la verdad que el movimiento transgénero”, alertó el secretario general de los obispos estadounidenses.

Coakley señaló los pasos progresivos que llevaron a la ola actual de propaganda LGBT, comenzando con la revolución sexual de la década de 1960, la aceptación y práctica prevalecientes de la anticoncepción, la legalización del aborto en la decisión de la Corte Suprema Roe v. Wade de 1973, ahora anulada por Dobbs vs Jackson y la creciente aceptación de la homosexualidad y el “matrimonio entre personas del mismo sexo”. Estos hitos culturales y morales en la sociedad estadounidense, argumentó Coakley, sentaron las bases para la agenda LGBT que se extiende hoy por la nación.

“La píldora daba la ilusión de desvincular por completo el sexo de la reproducción, alimentando la ficción de que el deseo sexual podía perseguirse con un costo o sin consecuencias”, lo que resultó en la aceleración de la “rápida ruptura de la familia ” y el establecimiento del aborto como un derecho constitucional», dijo Coakley.

“En 1973, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría eliminó la homosexualidad como categoría de enfermedad mental”, señaló el arzobispo, estableciendo una conexión entre la homosexualidad y el relativismo moral que subyace a la ideología transgénero. “El apoyo a la homosexualidad cortó la conexión entre la actividad sexual y la diferencia inherente entre los cuerpos de hombres y mujeres, convirtiendo la orientación sexual en una elección individual basada únicamente en el deseo ”, dijo.

Coakley también defendió los derechos de los padres y la integridad del deporte femenino. Criticó a quienes “marginan a los padres para proteger los llamados derechos de género de sus hijos» y denunció “la injusticia de que los hombres se identifiquen como mujeres en el deporte».

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Comentarios
3 comentarios en “El secretario general de la Conferencia Episcopal de EEUU denuncia que «la agenda LGBT que se extiende por la nación»
  1. Los obispos estadounidenses han hecho una buena elección.
    A ver si cuando haya que nombrar al sucesor de Francisco, los cardenales hacen también una buena elección que enderece el rumbo del pontificado hacia Cristo. (Y aunque humanamente esto no parece muy probable, pues la mayoría de cardenales con derecho a voto han sido nombrados por el Papa argentino y son de su errática línea, sin embargo Dios puede mover los corazones endurecidos).

    1. Coakley se queda corto al hablar de los pasos progresivos que llevaron a la ola actual de propaganda LGBT, pues no comenzaron «con la revolución sexual de la década de 1960», sino con las ideas que trajo el Concilio Vaticano II, al poner el énfasis en la dignidad de la persona humana, poniéndola en el en el centro de la religión, y por tanto, dandole una importancia inusitada a la conciencia y la libertad humanas (y sus deseos consiguientes), marginando los derechos de Dios y restando importancia al Decálogo.

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