El Papa advierte: «El demonio sabe disfrazarse de ángel»

Papa Francisco(Vatican Media)
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Dentro del Aula Pablo VI, el Papa Francisco se ha dirigido, como cada viernes, a los fieles presentes.

En la audiencia de este miércoles, el Santo Padre ha continuado con su ciclo de catequesis sobre el discernimiento. Esta duodécima predicación, ha girado en torno a «la vigilancia».

El Pontífice afirmó durante la audiencia, que «Jesús en su predicación insiste mucho en el hecho de que el buen discípulo está vigilante, no se duerme, no se deja llevar por la excesiva seguridad cuando las cosas van bien, sino que permanece atento y preparado para hacer el propio deber».

«Vigilar para custodiar nuestro corazón y entender qué sucede dentro. Se trata de la disposición del alma de los cristianos que esperan la venida final del Señor; pero se puede entender también como la actitud ordinaria que hay que tener en la conducta de vida, de forma que nuestras buenas decisiones, realizadas a veces después de un arduo discernimiento, puedan proseguir de forma perseverante y coherente y dar fruto», subrayó el Sucesor de Pedro.

Les ofrecemos la catequesis completa pronunciada por el Papa Francisco:

Catequesis sobre el discernimiento 12. La vigilancia

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Entramos en la fase final de este recorrido de catequesis sobre el discernimiento. Iniciamos por el ejemplo de san Ignacio de Loyola; después consideramos los elementos del discernimiento —es decir, la oración, el conocerse a uno mismo, el deseo y el “libro de la vida”—; nos detuvimos en la desolación y la consolación, que forman la “materia”, y así hemos llegado a la confirmación de la decisión tomada.

Considero necesario incluir en este punto la referencia a una actitud esencial para que no se pierda todo el trabajo realizado para discernir lo mejor y tomar la decisión correcta, y esta sería la actitud de la vigilancia. Nosotros hemos hecho el discernimiento, consolación y desolación; hemos elegido una cosa… todo va bien, pero ahora vigilar: la actitud de la vigilancia. Porque de hecho hay un riesgo, como hemos escuchado en el pasaje del Evangelio que se ha leído. El riesgo es que el “aguafiestas”, es decir, el Maligno, puede arruinarlo todo, haciéndonos volver al punto de partida, es más, a una condición aún peor. Y esto sucede, por eso es necesario estar atentos y vigilar. Por eso es indispensable estar vigilantes. Por tanto, hoy me ha parecido oportuno destacar esta actitud, que todos necesitamos para que el proceso de discernimiento llegue a buen término y permanezca ahí.

En efecto, Jesús en su predicación insiste mucho en el hecho de que el buen discípulo está vigilante, no se duerme, no se deja llevar por la excesiva seguridad cuando las cosas van bien, sino que permanece atento y preparado para hacer el propio deber.

Por ejemplo, en el Evangelio de Lucas, Jesús dice: «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos» (12,35-37).

Vigilar para custodiar nuestro corazón y entender qué sucede dentro. Se trata de la disposición del alma de los cristianos que esperan la venida final del Señor; pero se puede entender también como la actitud ordinaria que hay que tener en la conducta de vida, de forma que nuestras buenas decisiones, realizadas a veces después de un arduo discernimiento, puedan proseguir de forma perseverante y coherente y dar fruto.

Si falta la vigilancia, es muy fuerte, como decíamos, el riesgo de que se pierda todo. No se trata de un peligro de tipo psicológico, sino de tipo espiritual, una verdadera insidia del espíritu malo. Este, de hecho, espera precisamente el momento en el que estamos demasiado seguros de nosotros mismos, ahí está el peligro: “Estoy seguro de mí mismo, he ganado, ahora estoy bien…” este es el momento que el espíritu malo espera, cuando todo va bien, cuando las cosas van “como la seda” y tenemos, como se dice, “el viento en popa”. De hecho, en la pequeña parábola evangélica que hemos escuchado, se dice que el espíritu impuro, cuando vuelve a la casa de la que había salido, «la encuentra desocupada, barrida y en orden» (Mt 12,44). Todo está bien, todo está en orden, pero ¿el dueño de la casa dónde está? No está. No hay nadie que la vigile y que la custodie. Este es el problema. El dueño de la casa no está, ha salido, se ha distraído; o está en casa, pero dormido, y por tanto es como si no estuviera. No está vigilante, no está atento, porque está demasiado seguro de sí y ha perdido la humildad de custodiar el propio corazón. Debemos custodiar siempre nuestra casa, nuestro corazón y no estar distraídos… porque aquí está el problema, como decía la parábola.

Entonces, el espíritu malo puede aprovecharse y volver a esa casa. Pero el Evangelio dice que no vuelve solo, sino junto a otros «siete espíritus peores que él» (v. 45). Una mala compañía, una banda de delincuentes. Pero —nos preguntamos— ¿cómo es posible que puedan entrar tranquilos? ¿Por qué el dueño no se da cuenta? ¿No había sido tan bueno al hacer el discernimiento y a expulsarlos? ¿No había recibido también las felicitaciones de sus amigos y de los vecinos por esa casa tan hermosa y elegante, tan ordenada y limpia? Sí, pero quizá precisamente por esto se había enamorado demasiado de la casa, es decir, de sí mismo, y había dejado de esperar al Señor, de esperar la venida del Esposo; quizá por miedo a arruinar ese orden ya no acogía a nadie, no invitaba a los pobres, a los sin techo, esos que molestan… Una cosa es cierta: aquí se trata del orgullo malo, la presunción de ser justos, de ser buenos, de ser correctos. Muchas veces oímos decir: “Sí, yo era malo antes, me convertí y ahora, ahora la casa está en orden gracias a Dios, y estás tranquilo por esto…”. Cuando confiamos demasiado en nosotros mismos y no en la gracia de Dios, entonces el Maligno encuentra la puerta abierta. Entonces organiza la expedición y toma posesión de esa casa. Y Jesús concluye: «Y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio» (v. 45).

¿Pero el dueño no se da cuenta? No, porque estos son los demonios educados: entran sin que tú te des cuenta, llaman a la puerta, son corteses. “No va bien, venga, venga, entra…” y después al final mandan ellos en tu alma. Estad atentos a estos diablillos, a estos demonios: el diablo es educado, cuando finge ser un gran señor. Porque entra con la nuestra para salirse con la suya. Es necesario custodiar la casa de este engaño de los demonios educados. Y la mundanidad espiritual va por este camino, siempre.

Queridos hermanos y hermanas, parece imposible, pero es así. Muchas veces perdemos, somos vencidos en las batallas, por esta falta de vigilancia. Muchas veces, quizá, el Señor ha dado muchas gracias y al final no somos capaces de perseverar en esta gracia y lo perdemos todo, porque nos falta la vigilancia: no hemos custodiado las puertas. Y además hemos sido engañados por alguien que viene, educadamente se mete dentro y adiós… el diablo tiene estas cosas. Cada uno puede también verificarlo pensando en la propia historia personal. No basta con hacer un buen discernimiento y tomar una buena decisión. No, no basta: es necesario permanecer vigilantes, custodiar esta gracia que Dios nos ha dado, pero vigilar, porque tú puedes decirme: “Pero cuando yo veo algún desorden, me doy cuenta enseguida que es el diablo, que es una tentación…” sí, pero esta vez viene disfrazada de ángel: el demonio sabe disfrazarse de ángel, entra con palabras corteses, y te convence y al final es peor que al principio… Es necesario permanecer vigilantes, vigilar el corazón. Si yo preguntara a cada uno de nosotros y también a mí mismo: “¿qué está sucediendo en tu corazón?”. Quizá no sabríamos decir todo: diremos una cosa o dos cosas, pero no todo. Vigilar el corazón, porque la vigilancia es signo de sabiduría, es signo sobre todo de humildad, porque tenemos miedo de caer y la humildad es el camino maestro de la vida cristiana.

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Comentarios
23 comentarios en “El Papa advierte: «El demonio sabe disfrazarse de ángel»
  1. El d e m o n i o ha engañado a algunos jerarcas de la Iglesia.
    Cuando Francisco contradice la doctrina católica, como cuando calla y promociona iniquidades como el aborto y la ideología de género, en esos momentos no está secundando al Espíritu Santo.

    1. El demonio es mentiroso como lo eres tú falso cura, deja de calumniar al Papa, ¿ni en este tiempo sagrado del adviento recapacitas? Se nota que te has acomodado a tu asqueroso pecado.

      1. Lo que da asco son tus flatulencias PEDU, si no las sueltas no estás en paz. Eres una ventosidad EL PEDU y a nadie le importa lo que tú creas EL PEDU, así que desaparece de una vez EL PEDU…….aprovecho para pedir que los comentarios de este energúmeno sean borrados y bloqueado para no tener que aguantar cada día las insolencias de esta Sarasa mala y rencorosa

        1. ¿Quien es el energúmeno? El que miente y calumnia como el falso cura? ¿O el que no tiene escrúpulos para insultar con groserías como lo haces tú? Pido a Dios que perdone tus insultos.

          1. PEDU, aburres, cansas, ya no tienes ni chispa para que nos riamos de tí. En serio, se consciente de tu enfermedad, no te hace ningún bien comentar cada día tus estupideces, a NADIE interesan, resultas penoso. Retírate ya EL PEDU

      2. Ya cállate 1mbécil papólatra, no sabes ni siquiera diferenciar lo que es una denuncia de lo que es un pecado… Tú y el animal de Carlos Daniel están endemoniadamente obsesionados con Sacerdote Católico y Sacerdote Mariano que arrojan luz donde hay sombra y confusión en este calamitoso pontificado… Cómo se nota tu progresismo, quieres que la Iglesia se acomode a tus caprichitos y s0domía, pero déjame te digo algo: Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre y su Doctrina no cambiará por satisfacer los caprichos de deprava0s como tú.

        1. Quizá tus intenciones son buenas, pero tus formas no son nada cristianas. Un poco de caridad te vendría muy bien. Defender la doctrina con violencia, recurriendo a la intriga o la mentira solo denota pobreza moral y escasos argumentos.

      1. Éramos pocos y parió……..el Probe Migue……. después de varios días sin sus comentarios estúpidos aquí está de nuevo el Probe Migue para acolitar a su adlátere tan lerdo como él, EL PEDU……vaya dúo, si es que no es el mismo energúmeno, cosa que sigo dudando

  2. Con un personaje que contradice dia si, y otro tambien la doctrina de la Iglesia, da la impresion de escuchar a un psicologo de auto ayuda, en vez de un Papa.

  3. Ja ja ja ja. ¡Si lo sabrá bien él! ¡Menudo fondo de armario tiene! Tiene disfraces de cada uno de los nueve coros celestiales, de oveja, de corderito degollado…

    1. Bueno hombre, le faltó decir a Francisco ángel de luz. De todos modos, como bien le han contestado Juan Brusi, fueron ángeles, ya no lo son.
      Según San Agustín: “El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel“ (mensajero de Dios).

  4. Existen dos clases de católicos. Los que aman a la Iglesia y los que no la aman.
    Los que la amamos no nos dejamos llevar por las apariencias, los que no la aman sí.
    Papa León XIII: Allí donde ha sido establecida la sede de San Pedro y la cátedra de la verdad para luz de las naciones, los enemigos, han erigido el trono de la abominación y de su impiedad, y golpeado el pastor, pueda dispersarse la grey».
    Papa Pío IX: Si un futuro papa enseñara algo contrario a la doctrina de la Iglesia no le sigan.
    Benedicto XVI, cuando fue elegido papa dijo: “Rezad por mí para que no huya ante la presencia de los lobos”. Y en Fátima dijo: “A partir de ahora los ataques vendrán desde la propia Iglesia, es parte del tercer secreto, se equivocan quienes piensan que ya se ha cumplido”.
    El escritor italiano Antonio Socci, en su libro “el cuarto secreto de Fátima”: “La apostasía alcanzará la cúspide de la iglesia”.
    Gálatas 1,8: Si yo mismo o incluso un Angel os anuncia un evangelio distinto sea anatema.

      1. Y esta otra muy famosa: «Muchos sacerdotes, obispos y cardenales van por el camino de la perdición…

        Y se aplica también a un obispo con la rodilla rota de aguantar su enorme barriga que ha ganado no precisamente rezando, desde que sienta sus enormes posaderas en la silla de Pedro

  5. «El demonio sabe disfrazarse de ángel». El demonio puede disfrazarse de cualquier cosa, pero de ángel no, porque ES un ángel. De todas formas, entiendo que su santidad sabe de lo que habla perfectamente, a pesar del símil empleado.

    1. ¿Qué demonio?, porque según los exorcistas no es lo mismo Satanás que Lucifer, este último sería el segundo demonio más poderoso del infierno. Uno comanda a las serpientes y el otro a los escorpiones, tipos de demonios que los exorcistas distinguen según que el endemoniado, cuando pone los ojos en blanco, los tenga volcados hacia arriba o hacia abajo. Estos son las serpientes y los escorpiones sobre los que el Señor dio poder a sus discípulos.

      1. Lo que he querido decir en mi anterior comentario es que, en sentido estricto, un demonio fue un ángel, por su oficio de mensajero de Dios, pero ya no lo es; lo que si son ambos son espíritus. En un sentido aún más estricto, no es lo mismo un ángel que un querubín o un serafín, en cuanto miembros de distintos coros. Además, simplificamos usando el singular (el demonio); está poseído por el demonio, decimos, cuando como en el endemoniado de Gerasa, pueden ser miles y ninguno de ellos Satanás.

  6. Agradezco el esfuerzo de redacción de Infovaticana, al colocar el artículo. No lo leo por principio. El demonio se disfraza y dice verdades en medio de las cuales destila su veneno. Es la técnica del argentino inflado de formol.
    Lo que sí mantiene es el estilo jesuita usándolo para confundir a las personas, impregnado de gnosticismo. Pobre gente, pobres lectores, pobre inicio de siglo tener que soportar semejantes especímenes hinchados y formolíticos siendo noticia.

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