Luis Manuel Romero, el tapado de Omella a secretario general de la Conferencia Episcopal

Luis Manuel Romero Luis Manuel Romero
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La Comunidad de Lanceros ha sabido de su correspondiente en la Conferencia Episcopal Española que el tapado de Omella para secretario general de la Conferencia Episcopal es el sacerdote Luis Manuel Romero Sánchez, director del secretario de la Comisión Episcopal de Laicos. 

Luis Manuel Romero es un ejemplo de meteórica carrera en la Conferencia Episcopal. Hay quien dice que no de carrera sino del carrerismo que tanto disgusta al papa Francisco. 

A Luis Manuel Romero se le considera un discípulo de José María Gil Tamayo, con quien llegó a la Conferencia Episcopal, y que avala esta candidatura. Ambos pertenecían al mismo clero, el de la archidiócesis de Mérida-Badajoz. Desde entonces Romero no ha hecho más que subir peldaños en el escalafón de la Conferencia. Organizó el Congreso de Laicos, del que nadie se acuerda, es un puntal de la Comisión dedicada a la Sinodalidad, tema del que se considera un experto, y además suele hacer trabajos particulares al presidente Omella. 

Su biografía oficial dice que nació en Almendral (Badajoz) y fue ordenado sacerdote en 1999. Ha sido vicario parroquial en Alburquerque y párroco de Villar del Rey. Es doctor en Teología Bíblica por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, licenciado en Estudios Eclesiásticos por la Universidad Pontificia de Salamanca, en Sagradas Escrituras por el Pontificio Instituto Bíblico y en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana. También ha sido formador en el Seminario Metropolitano de Badajoz, profesor en el Centro Superior de Estudios Teológicos y secretario general del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Santa María de Guadalupe y director de la sede de dicho Instituto en Badajoz.

Colaborador habitual de la web Religión Digital, la pasada semana participó allí en una tertulia dedicada, cómo no, a la sinodalidad. De la sinodalidad ha dicho con una gran precisión teológica que tiene su fundamento en la Santísima Trinidad: “Es la palabra de moda hoy en día en la Iglesia, pero quizás no todos la entendemos de la misma manera. La sinodalidad no es algo actual, sino que forma parte del ADN de la Iglesia. Es una dimensión constitutiva de la Iglesia. Tiene su fundamento en la Santísima Trinidad. A lo largo de la historia siempre se ha intentado poner en práctica la sinodalidad”.

Experto organizador de viajes, se ha convertido en uno de los valores en alza del funcionariado de la Conferencia. Su nombre ha circulado en varias veces para obispo, con lo que ahora se presenta una nueva oportunidad de serlo ocupando el cargo de secretario general. 

Esta candidatura se produce toda vez que el cardenal Omella no consigue los apoyos para que el candidato sea el obispo de Teruel José Antonio Satué, dedicado a hacer de secretario por el mundo del jesuita del gran poder, Arana, y a juzgar al profesor del caso Gaztelueta. 

Omella tampoco ha permitido que su obispo auxiliar, monseñor Sergi Gordo fuera otro candidato. La salida de Gordo desmantelaría la diócesis de Barcelona al ser éste el obispo al que Omella confía el día a día. La candidatura de Romero, que cuenta con el apoyo de obispos como Celso Morga, Luis Ángel de las Heras, Gómez Cantero o Taltavull, que trabajó en la Conferencia Episcopal. 

 Según nuestro correspondiente en la Conferencia Episcopal, Romero se ha encargado de hacer una sutil campaña hablando con unos y con otros para entrar en la terna que la Comisión Permanente presente a la Asamblea Plenaria. Tampoco hay que descartar que si no entra en la terna sea un grupo de obispos los que le presenten.

Diego Lanzas

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Comentarios
4 comentarios en “Luis Manuel Romero, el tapado de Omella a secretario general de la Conferencia Episcopal
  1. La incompetència del obispo de Teruel está más que clara. Este circo que ha montado Arana, y todos los que han aceptado formar parte de la actuación se les va a volver contra ellos. Por la evidencia de la barbaridad Juridica que se pretende y porque cooperar en ella no hace más que dejarles en mal lugar. Lo mismo cabe decir de los demás elegidos por el dedo de este petardo.

  2. Si, siguiendo a la sabia doctora Santa Teresa, entre un sacerdote sabio y uno santo, para el gobierno es mejor el primero, salvo que en alguien se den las dos calificaciones, no estaría mal su nombramiento. La única cuestión a tener en cuenta, que no pasaba en tiempos de la Santa, es que tenga el sabio fe sólida, doctrina conforme al Magistierio perenne de la Iglesia y una vida sin tacha. Y que teológicamente, no se dedique a los experimentos como este que cita de la Santisima Trinidad; los experimentos, ya se ha dicho en lo físico pero vale para lo espiritual, con gaseosa. O como decía San Pablo de los experimentos: probadlo y quedaos con lo bueno (y sólo con lo bueno).

  3. Y digo yo, ¿dónde está la originalidad de decir que la Trinidad fundamenta la sinodalidad? Lo dice el mismo documento de la Comisión Teológica Internacional que orienta sobre la sinodalidad y el sínodo.

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