(The Catholic Herald/Gavin Ashenden)-El «Documento de Trabajo para la Etapa Continental» del Camino Sinodal debe ser expuesto como el caballo de Troya de la herejía que es, escribe Gavin Ashenden.
«Todo lo que necesito es una hoja de papel y algo con lo que escribir para poner el mundo patas arriba», afirmaba Nietzsche. Las guerras culturales no son amigas de los valores católicos. Han heredado de Nietzsche su preocupación por el «poder» como principal fuerza motriz y «valor supremo». Están decididos a lograr un cambio en nuestros valores.
El modo en que se han propuesto hacerlo es jugando con las palabras. El truco es muy sencillo. Se trata de utilizar una palabra que parezca muy atractiva a primera vista pero que contenga un giro oculto, de modo que acabe significando algo diferente, quizá incluso lo contrario.
«Diversidad», «inclusión» e «igualdad» son palabras de este tipo, pero «inclusión» es la que se presenta hoy para ser descodificada, porque ha sido retomada por los autores de un documento que pretende informar el camino sinodal, llamado «Documento de Trabajo para la Etapa Continental» (DCS).
Se dio a conocer el pasado jueves 27 de octubre en una conferencia de prensa en el Vaticano. Con sólo 45 páginas, se propone poner a la Iglesia católica patas arriba (utilizando encubiertamente a Nietzsche como modelo).
El documento se titula Amplía el espacio de tu tienda (de Isaías 54, 2). La idea dominante que se propone aplicar es la de la «inclusión radical». La tienda se presenta como un lugar de inclusión radical del que nadie queda excluido, y esta idea sirve de clave hermenéutica para interpretar todo el documento.
El truco de las palabras se explica fácilmente. La asociación con ser excluido es ser no amado. Dado que Dios es amor, es obvio que no quiere que nadie experimente el no ser amado y, por tanto, el ser excluido; ergo Dios, que es Amor, debe estar a favor de la inclusión radical. En consecuencia, el lenguaje sobre el infierno y el juicio en el Nuevo Testamento debe ser alguna forma de hipérbole aberrante que no debe tomarse en serio, porque la idea de Dios como amor inclusivo tiene prioridad. Y como estos dos conceptos son mutuamente contradictorios, uno de los temas tiene que desaparecer. La inclusión se queda, el juicio y el infierno se van. Que es otra forma de decir «Jesús se va y Marx se queda».
Esto se aplica para anular toda la enseñanza dogmática y ética de la Iglesia. Las mujeres ya no deben ser excluidas de la ordenación, las relaciones LGBT deben ser reconocidas como matrimonio; y entonces la verdadera extensión del ambicioso proyecto progresista sale a la superficie cuando se sugiere que los polígamos sean alcanzados y atraídos «dentro de la tienda de la Iglesia».
Sería un grave error no darse cuenta de que la mentalidad liberal progresista quiere cambiar la ética de la fe. Así, sustituye las categorías de «santidad y pecado» por «inclusión y alienación». Las raíces de este uso del término alienación se encuentran, por supuesto, en Marx. Pero a medida que nuestra sociedad se ha ido adaptando al lenguaje de la angustia existencial, la alienación se ha convertido en el nuevo terror, en el nuevo shibboleth. El pecado y la separación de Dios no son tan alarmantes como la alienación, la angustia y la separación de la sociedad. Lo sobrenatural es sustituido por lo político.
Los primeros capítulos del Génesis se despliegan para mostrarnos que nuestra alienación más profunda no es de los demás. Es un síntoma de algo más fundamental y causal: nuestra alienación de Dios. En otras palabras, lo sobrenatural y metafísico tiene prioridad sobre lo político.
La formación espiritual contenida en la Ley y los Profetas utiliza la división y la separación como conceptos esenciales en nuestro camino hacia la santidad. La experiencia de los judíos como pueblo experimental de Dios consistió en aprender a distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo sagrado y lo secular. La división estaba en todas partes como medio de distinguir entre la santidad de Dios y los asuntos y las alianzas no dedicadas a Él. Todo lo que se separaba de Él estaba desprovisto de vida. La ruptura del cordón umbilical de la santidad, que era el remedio al pecado, se mostraba como algo fatal. Y así, toda la vida del judío se desarrollaba en una división entre lo que se entendía como sagrado en el servicio de Dios y lo que no lo era.
Aunque Jesús iba a declarar puros todos los alimentos, el drama de la separación pasó de la alienación de la materia a la rebelión del espíritu. Jesús llevó a cabo un asalto y repudio contra todo lo que era malo. San Juan establece que el drama del Evangelio consiste en una más clara delimitación entre las tinieblas y la luz, el Bien y el mal. El relato de la historia de la raza humana es la tarea de discriminar entre el bien y el mal. Todo se basa en el don del libre albedrío. Se nos dignifica con el aterrador don de la libertad. A la humanidad se le da la capacidad de escapar de los confines de la sumisión programada para experimentar el Amor de Dios, que se convierte en adoración y alabanza a Dios. Pero el don y la responsabilidad del libre albedrío es lo que permite la entrada del mal en nuestro mundo.
Ejercer la posibilidad de elegir en contra de Dios es lo que instiga la rebelión y luego el desorden en nuestra experiencia intelectual, física y espiritual. Aprender a discernir, a dividir, a distinguir el bien del mal, lo que está a favor de Dios y lo que está en contra de Dios, es el núcleo de nuestro viaje a casa, un viaje iluminado y hecho posible por Jesús. El propio Jesús se ocupa de la división y la distinción a lo largo de todo su ministerio, y alcanza su punto álgido con la separación de las ovejas y las cabras al final de los tiempos, cuando el Hijo del Hombre venga a juzgar.
A menudo se presenta a Dios de forma imprecisa como amor, pero también es justicia. El mal debe rendir cuentas y el bien debe ser reconocido. Es una cuestión de justicia tanto como de amor. La justicia y la realidad también lo exigen. Así que la división y la distinción son fundamentales para el proyecto que comenzó con el libre albedrío y terminó con el perdón, la carga de nuestros pecados, y la liberación del infierno mientras somos acogidos en el cielo.
Así pues, la práctica de la discriminación es esencial para el ejercicio de la elección moral y para la integridad de nuestra humanidad. El efecto de la proscripción social y cultural de la discriminación y la división que ha lanzado la izquierda progresista y política tiene consecuencias terribles. No es sólo un proyecto para sustituir lo espiritual por lo político. También tiene el efecto de oscurecer la crítica tarea humana de distinguir entre el bien y el mal.
Lo que se disfraza de bondad, la invitación incondicional a todos a la Iglesia, ignora fatalmente la única condición que imponen los Evangelios: el arrepentimiento. La supresión del arrepentimiento es la señal de que se está implantando una religión diferente. Se trata de una religión que está constituida por una mezcla de truismos terapéuticos populares y eslóganes políticos populistas.
La Iglesia debe ser lo suficientemente astuta como para darse cuenta de que cada vez que se ataca el concepto de discriminación, cada vez que se presentan como prioritarias la inclusión, la diversidad y la igualdad, se está promoviendo otra religión. No es el catolicismo. No es el cristianismo. El «Documento de Trabajo para la Etapa Continental» (DCS) del Camino Sinodal debe ser denunciado como el caballo de Troya de la herejía que es.
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Absolutamente genial el artículo, claro y conciso. La prueba del algodón de su integridad será cuando el Troll o Trolls habituales infames, véase Probe Migue, PEDU y demás escoria izquierdista, salgan aquí a criticar y a mofarse. Será señal inequívoca de que este artículo está absolutamente en lo cierto.
Opino igual que Robustiano, el artículo es clarísimo, certero y agudo como espada de dos filos, que discierne el bien del mal y abre ante nuestros ojos el proyecto perverso de algunos intrusos eclesiales, que se creen que desde su poder temporal podrán cambiar nuestra Fe bimilenaria.
No podrán.
Porque a los que creemos en Jesucristo y su Iglesia santa, nos asiste el Espíritu Santo que nos avisa de todas esas trampas mortales que nos están tendiendo en nombre de su único padre: el maligno, maestro de toda mentira.
Arcángel San Miguel asístenos en la lucha diaria, amén.
De acuerdo con Robustiano y Neila. El Espíritu Santo nos hace ver con claridad donde está la Verdad, y no nos desviaremos de Ella.
La Iglesia simplemente habla la lengua del resto de la izquierda internacional. Jesucristo, la Biblia, la vida eterna y todo eso hace mucho que fue dejado atrás.
Totalmente de acuerdo.
Ahora, ya es responsabilidad nuestra mantener integra la defensa de los valores de la verdadera Iglesia Católica.
Unámonos para ello!!!
El mismo Espíritu Santo nos mantiene unidos a la Vid, que es Jesucristo, y de esta forma Su Iglesia pervive a todo ataque infernal, todo acecho o intento de destruirla. No podrán con la Iglesia de Cristo, porque Él ha vencido una vez y para siempre, y nosotros en Él y con Él.
Amén, Tom.
Gracias hermanos de Infovaticana por este comentario al susodicho documento del Sínodo de los Obispos que, so pretexto de «inclusión», lanza a las almas ignorantes de la doctrina católica al infierno. Como cristianos no debemos tolerar tal impiedad, hagamos ayuno y oración, denunciémoslo y enseñemos, ahora es cuando, la Verdad para «iluminar a los que viven en sombras de muerte».
Benedícat vos Deus!
Artículo muy sabio y clarificador.
(Tengo entendido que su autor, Gavin Ashenden, fue obispo anglicano y ahora es laico católico).
Muy buen artículo!
Es una pena, que la mayoria de los Católicos ya no lo entienda, quizás, por ignorancia, porque nuestros Sacerdotes continuan, en la Oración de los fieles, orando por la INCLUSIÓN, sin NUNCA hablar de CONVERSIÓN… Hablan de ese «tal dios de amor», para mi, un falso padre, que permite a sus ninõs, sumidos en la perdición, no luchar, para salir del abismo…y eso es lo contrario de la SALVACIÓN, que Jesús quiere, para Su Reino!
Y es tanta su soberbia, que creen ser más pedagogos que Nuestra Señora, que, en TODAS Sus Mensajes, habla, siempre, de CONVERSIÓN, PENITENCIA y ORACIÓN, para que nos libremos del INFIERNO, que estos señores NEGAN, de manera velada, o mismo directa!
Esa es la «tal religión» sin CRUZ, «la religión del Anticristo», como dice el Venerable Fulton Sheen!
El Papa ha organizado este sínodo, para que le apoye en sus cambios de la doctrina católica. Cambios que Francisco no puede hacer, porque contradice al Magisterio Pontificio, a las Sagradas Escrituras y a la Tradición, pero lo hace, porque actúa como un totalitario, que no obedece ni cree en la verdad eterna que siempre se ha enseñado en la Iglesia.
Por eso debemos refutar los errores de Francisco y de su sínodo, y trabajar para expandir la verdad, porque como decía San Antonio de Padua: «Jamás se debe dejar de decir la verdad, aun a costa de provocar escándalo.»
Para esta iglesia falsisficada sugiero el nombre de «Überkirche».
Porque basa sus enseñanzas no en la Verdad Revelada sino en la Voluntad de Poder. Ahora el hombre mediante su voluntad puede manipular la doctrina y recalibrar la brújula moral del catolicismo.
¿Y si estos fueran los planes de Dios?
Dios puede planear permitir la apostasía (de hecho, está profetizada). Pero Dios no puede «planear» hacer círculos cuadrados, sencillamente porque no puede hacerlos, pese a ser omnipotente. Ni puede «planear» dejar de ser Dios, ni puede contradecirse a Sí mismo, ni puede hacer que la verdad ahora sea mentira o viceversa, o que el pecado ahora sea virtud. Y si Dios no puede, cuatro «iluminados» no le van a otorgar el poder de hacer imposibles. Es un planteamiento bastante infantil.
El suyo es un planteamiento bastante infantil también al afirmar lo que dice pues aplica una lógica humana a Dios y eso conduce a contradicciones lógicas del tipo que usted ha formulado: “…porque no puede hacerlos, pese a ser omnipotente”. Afirmar una cosa y la contraria anula el propio discurso. Y tiene una carga de profundidad enorme que puede llegar a sostener la inexistencia de los milagros o explicación por causas solo naturales de la historia del hombre.
Por el contrario, son muchos los textos donde Nuestro Señor Jesucristo afirma que para Dios nada hay imposible (Mt 18, 26; Lc 18, 27; Mc 10, 27; etc). Si Él lo dice, es verdad que nada hay imposible para Dios; otra cosa es que no entendamos cómo con las reglas de este mundo, pero afirmar lo otro es una blasfemia desde la soberbia de la razón.
Si supiera el disparate que está diciendo… ¿Entiende qué es el principio de no contradicción? ¿Y los imposibles ontológicos? ¿Cómo va a ser infantil recordar que la omnipotencia no abarca lo IMPOSIBLE? Infantil es creer que, como Dios es omnipotente, también puede dejar de ser Dios si quiere. Pues mire, no: no puede. Usted entiende mal en qué consiste la omnipotencia. Y también el concepto de IMPOSIBILIDAD, que ni con un ejemplo tan simple entiende: los círculos jamás podrán ser cuadrados porque dejarían de ser círculos. Milagro es transformar un círculo en un cuadrado, cosa que puede hacer Dios y hasta usted mismo sin necesidad de milagro. Pero el resultado de su acción no será un círculo cuadrado, sino un cuadrado a secas. Usted no ha estudiado Filosofía ni Lógica, ¿verdad? Se nota.
Se queda usted corto, porque a la ignorancia enciclopédica que atesoro podía haber añadido otros saberes como las matemáticas, pues está visto que desconozco que dos y dos suman siempre cuatro…
Para todos suman cuatro, cierto. Pero para usted, según: igual Dios hace un milagro y consigue que 2+2=5. Como es omnipotente… En fin.
De acuerdo en todo porque hoy no solo se dice que no hay que discriminar a nadie sino que terminan discriminando al verdadero bien porque ha llegado el tiempo que se cumplen las palabras de la escritura en la que se dice: “Ay de aquellos que llaman bien al mal y mal al bien”.
«Lo que se disfraza de bondad, la invitación incondicional a todos a la Iglesia, ignora fatalmente la única condición que imponen los Evangelios: el arrepentimiento»
Aquí hay una contradicción: si es incondicional, no puede tener una única condición.
Si el amor de Dios no es incondicional, no es amor
Wert. Dios es misericordioso pero no es desordenado. No te equivoques.
Aquí se confirma lo anteriormente mencionado: mismo Troll de siempre, diferente apodo para no verse descubierto, espetando una sandez izquierdista y buenistas, porque claro, la única neurona que tiene esta gente, está de vacaciones y por tanto entender este artículo es para ellos algo que ni en siete vidas como los gatos, podrían entender. Así que, confirmada la absoluta genialidad y claridad del articulista…… El Troll ha rebuznado, vamos por buen camino
Troll o no, tiene toda la razón cuando dice: «Aquí hay una contradicción». Y la hay. Pero por parte de los «misericordiosos» sinodales que ignoran el arrepentimiento, que sí es una condición. Si acaso, se puede equivocar en el sujeto o sujetos a quien/es atribuye tal contradicción. La Iglesia jamás ha enseñado que no exista tal condición. Al contrario: lo ha enseñado siempre, de acuerdo con las palabras de Nuestro Señor Jesucristo.
Francisco quiere obligarnos a que aceptemos su enseñanza cuando él no acepta la enseñanza de sus predecesores e incluso la contradice.
Está claro que los católicos no debemos seguir a Francisco ni al sínodo.
Eso mismo aplíquelo al resto de papas revolucionarios, no sólo al más revolucionario de la saga.
No hay más Papas. Estamos en 2022.
El presente es producto del pasado
Y el futuro producto del presente. Pero ni pasado ni futuro existen. Ya se lo dije: llorar sobre la leche derramada es, cuanto menos, una perdida de tiempo. Y el tiempo es oro.
Estimados el documento pre sin dial es un adelanto de lo que vendrá y hasta 2024 veremos mucho más de esas formulaciones abiertas «inclusivas» a la manera de Groucho Marx «esos son mis principios si no le gustan tengo otros».
Claramente en contrario de la Escritura «El les dijo: «Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.»
Lo que hay que advertir y avisar es el daño que se está haciendo sobre las almas concretas al proponer cosas que están enfrentadas a la verdad, a la Fe y a la Doctrina Moral, en especial a la «derogación» del pecado mortal, de la condenación como acto personal, voluntario, de rebelarse a Dios.
Los anuncios de Nuestra Señora, Fátima y Akita en Japón, no son atendidos, han quedado como «fechas» históricas sin advertir su realidad cotidiana.
El truco de los juegos de palabras con sentido oculto es el que usaron los revolucionarios girondinos y jacobinos en el concilio pastoral. Esto significa que la iglesia ya estaba patas arriba hace mucho tiempo. Los jacobinos ahora utilizan ese mismo truco contra sus camaradas girondinos.
La iglesia neocon ha llegado a su fin: el cazador ha sido cazado. Vuestra iglesia conciliar es ahora sinodial. Se siente.
Efectivamente, se vuelve a cumplir el axioma, la Revolución devora a sus hijos
La nueva iglesia nacida de la Revolución francesa conciliar
Los girondinos, neocones, están desesperados contra el jacobino Robespierre Bergoglio, que los está pasando por la guillotina, culminando en su CV3 del Sínodo sinodal
Guillotinados los neocones, les queda el turno a los bergoglianos, y con ello la defunción definitiva de la falsa iglesia conciliar y su misa innombrable, y volveremos gloriosos a la Iglesia de siempre
Algunos neocones arrepentidos están retornando a la Iglesia y misa de siempre, un glorioso ejempl lo tenemos con arzo Vigano
El resto sigue protestsndo contra Francisco desde sus bancadas girondinas mientras avanzan a la guillotina
El artículo parece estar bien pero tiene un defecto de base.
Dice que de Cristo han pasado a Marx directamente, y esto es falso. Para llegar de uno a otro hay que asimilar a Hegel y a muchos otros, si no, no es posible el cambio. Un cambio radical inexistente porque en realidad ha sido paulatino.
Esto no sería posible si no se hubiesen dado todos los pasos intermedios, que parece que no han existido nunca a pesar de que la iglesia tradicional lo ha ido advirtiendo siempre a cada paso, y por decirlo ha sido tachada de loca y cismática. Ahora que cada palo aguante su vela.
Sigan combatiendo a Marx con un Hegel disfrazado de Cristo, que no os servirá para nada.
No hay más ton to que el que no se da cuenta de que ya era ton to de antes.
Totalmente de acuerdo, no se puede pasar a Marx sin antes haber pasado por Hegel, y esto desde la Revolución Francesa es lo que ha acontecido en parte y solo parte de la Iglesia; lo que pasa es que esa parte, por desgracia, se ha erigido en dominante y preponderante
Alguien por favor sabe explicar Hegel con pocas palabras? O con muchas?
Fusión de los contrarios indefinidamente:
Condena de la libertad religiosa+libertad religiosa= iglesia conciliar.
Iglesia conciliar+progresismo= iglesia sinodial…
Hasta llegar al punto omega.
(La madre que los echó).
La enseñanza de la iglesia hace tiempo que va encaminada a que los niños se conviertan en buenos masones. Lo primero, el lenguaje masónico,
que es el que se utilizó ya en el concilio, descartar los términos tradicionales de la iglesia milenaría, por ejemplo caridad por fraternidad o filantropía, conversión en Cristo por conversión ecológica, supresión por lo tanto de los términos pecado e infierno. Y no olvidar el ciudadano, que ha sustituido a la persona, al hombre, al pueblo, al cristiano, etc, etc. Los ejemplos de manipulación del lenguaje serian infinitos, y los de doctrina católica inexistentes. No creo que hoy en día sea fácil encontrar una catequesis similar a la que yo recibí de pequeño. Más bien creo que es imposible un formación moral en el cristianismo, por eso la deriva de la sociedad hacia la apostasía se va ir agudizando, hasta hacer desaparecer a la iglesia que hemos conocido.
Tristísimamente cierto. Ha desaparecido. No tenemos Santa Misa a donde acudir.
Si buscas sacerdotes santos, los encontrarás. Dios mismo los pondrá en tu camino.
Ahora bien, si te incapacitas a ti mismo para ver que hay sacerdotes santos, porque estás lleno de prejuicios, el problema lo tienes en tu cabeza.
De haberlos, haylos, y se dejan encontrar.
Quizá la crisis de la Iglesia es ocurrencia mía y está todo hermoso y hay vocaciones y laicos comprometidos a montones, y los sacerdotes no son funcionarios, sino son de Crsto y predican la doctrina entera porque no los cesan.
Y la enseñanza en los seminarios va destinada a formar pelotas obedientes y sonrientes, y sin fe, que solo crean en el hombre, que solo sepan que tocar la guitarra, que odien a la Iglesia y a la tradición.
Y el que se da cuenta y pregunta va fuera por haber osado darse cuenta del tinglado conciliar y preguntar.
De ahí la necesidad de seminarios menores, ese otro circo que da vergüenza ajena.
Recuerden el mensaje de Nuestra Señora de Akita, en 1973, luego del Concilio.
«La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros… iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor.
«El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos».
Seamos agradecidos a nuestra Madre que nos avisa, aconseja y pide «hagan lo que El les diga».
Amigo Robustiano Matamoros: tiene usted mucha razón en su apreciación que inaugura los comentarios de este post:
«Absolutamente genial el artículo, claro y conciso. La prueba del algodón de su integridad será cuando el Troll o Trolls habituales infames…»
Pero se ha quedado corto. Le ha faltado incluir entre los Trolls, habituales infames como usted dice, a UNO, OSCAR y algún otro lefevrista sectario, siempre a su bola, a su misma bola, insultando a Nuestra Santa Madre Iglesia.
Exacto
Qué pasa, es mi libertad religiosa y de conciencia contra la que nadie me puede coaccionar porque no altero el orden público.
Tú crees en eso: aplícamelo.
Como Laico No pienso volvef a pisar un Templo, Catolico, asistir a supuestas Misas y Comulgar algo que ya dudo sea el Cuerpo de Cristo y no un trozo de lucifer. Todos te dicen no por mas malo que sea el celebrante etc etc, todos conocemos pero, ocurre que se cometen groseras herejia y todos siguen igual. Los consagrados saben que esta mal, pero ninguno se revela justificando una supuesta obediencia debida, tienen miedo y dejan que el Leon se pasee en los templos.
Prefiero alimentarme en soledad de la Palabra de Dios y aferrarme al abrazo consolador de María.
Muchos pensaran que es un error, pero prefiero no ser complice de esta, no se como catalogarla Inmundicia.
O Dios me juzgara y aplicará el correctivo que merezca.
El Dios de mi infancia, juventud y anterior papado comprendera lo mal que me siento, pero si no es Dios, entonces no importa.
Depende de donde vivas, si estás alejado de toda ciudad, puede que te halles solo como describes. Pero si no fuera así, y tuvieras una ciudad, o un pueblo de tamaño medio cerca de tu vivienda, te sugiero que busques a un sacerdote santo. Los hay todavía. Para que la santa Misa sea válida el sacerdote tiene que creer que consagra de verdad, y eso lo notarás en el respeto con el que celebra, la genuflexión que hace ante el Santísimo, y en especial la predicación que ofrece. Esa es la prueba definitiva para darte cuenta si es un hombre de Dios o no.
Poder recibir a Jesús sacramentado en la Comunión es el acto más grande que un cristiano pueda hacer, precedido de una confesión bien hecha de los propios pecados. La Palabra de Dios y la devoción a la Virgen te ayudarán un montón, pero procura pedirle al Señor que te muestre donde hay un buen sacerdote cumpliendo con su cometido santamente. Es una sugerencia fraternal. Dios te bendiga.
No, para que sea válida no tiene que creer, sino tener intención de hacer lo que la Iglesia hace. El cura de Piedrafita del Cebrero no creía, pero ante sus manos se produjo no sólo la transubstanciación, sino la transformación, tocando y viendo carne y sangre. No sólo cambió la sustancia, sino también la especie.
Como Eduardo, que dude o no dude, comulgará Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad de Cristo si comulga. Dejar de ir a Misa por sus dudas sin sentido es un pecado gravísimo.
Habré asistido a misas de cientos de curas distintos y jamás, jamás, he pensado que no había habido Misa.
Eduardo: busca en la Sagrada Tradición. Lee a los Papas preconciliares que te han ocultado. Sus escritos han sido retirados de todas las librerías diocesanas, ni rastro de ninguno de ellos y nadie sospecha nada. Ellos predicen todo lo que está pasando ahora. Ellos condenan todo lo que se hace ahora en la Iglesia. Por algo te los ocultan.
Tu no tienes que irte, que se vayan ellos.
A mí me pasa algo así como a Eduardo. Tantos callan, tantos siguen la corriente progresista, tantos no tienen ni pálida idea y son relativistas, toman comunión todos sin excepción.
No da ganas de ir, porque el que conoció Misas solemnes, o la Misa Tradicional, no entiende esta Misa, o no es ni la sombra.
Es un martirio, ver a los sacerdotes con mascarilla, ver como se ha impuesto la falta de respeto en la comunión, desde luego la cosa humanamente es derrota total , afortunadamente y gracias a Dios, la Iglesia es de nuestro Señor Jesucristo, no del mundo.
Un saludo de paz.