El arzobispo de Toledo lanza la «Casa Diocesana Contemplativa»

Cerro Chaves, arzobispo Toledo
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El arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro Chaves ha anunciado la creación de lo que denomina «un espacio y un tiempo permanente para la contemplación».

Este lugar, similar a lo que se podría entender como un monasterio o lugar de vida contemplativa, pretende ser en palabras del arzobispo «donde todos sus hijos e hijas tomen conciencia de la llamada urgente a ser contemplativos en la acción».

«Nos disponemos a erigir una Casa Diocesana Contemplativa en que se viva este espíritu para ofrecerlo a toda la gran familia diocesana, a todos los bautizados. Por ahora lo hacemos “ad experimentum”. Iremos haciendo camino paso a paso. Pedimos al Espíritu Santo que nos haga ver para dar razón esperanzada de nuestra fe y responder así a esta corrección amorosa del Maestro por nuestra inquietud azarosa que a veces rezuma de demasiado personalismo. Estas tres palabras: “casa”, “diocesana”, “contemplativa”, por sí solas e interrelacionadas entre sí, expresan lo que espero de ella», anuncia Cerro Chaves.

El formato de la Casa Diocesana Contemplativa

En la carta donde anuncia el lanzamiento de esta iniciativa, el arzobispo Primado de España indica que la casa estará conformada «por fieles unidos por un deseo y un servicio diocesano de oración contemplativa. Su vida diaria estará impulsada por la adoración, la alabanza, la acción de gracias, la intercesión…; sacerdotes, seglares de todo tipo, matrimonios, religiosos y religiosas de vida activa, hombres y mujeres con deseo de vivir esa presencia silenciosa y amorosa de Cristo en medio de nuestra Iglesia diocesana».

El arzobispo matiza que «no fundamos nada: no es una nueva asociación, congregación u orden religiosa». «Quiere ser simplemente un hogar diocesano con puertas abiertas, con una vida sencilla en oración y trabajo cotidiano, donde nadie se sienta extraño», agrega Cerro Chaves.

En esta casa, se espera que algunos vivan en ella de modo permanente, y otros de manera puntual algunos días o semanas. «Cada uno aportará según sus posibilidades. Es a modo de una casa de retiro, pero con un carisma definidamente contemplativo, familiar y diocesano», incide el arzobispo.

Sobre la localización de esta casa, será la casa parroquial de la Rinconada de Tajo, perteneciente al municipio de La Puebla de Montalbán (Toledo). La casa es sencilla y humilde. En la actualidad tiene cuatro habitaciones y se habilitarán otras dos más.

«La casa tiene los espacios indispensables para comenzar modestamente. Pero, por otro lado, un espacio demasiado masificado dificultaría el ritmo familiar que requiere este naciente proyecto contemplativo. Este paraje único ofrece silencio y sosiego, necesarios para ese encuentro personal y comunitario con Dios», añade Francisco Cerro Chaves.

Sobre la espiritualidad concreta de esta Casa Diocesana, el arzobispo de Toledo insiste en que «su espiritualidad será la que alimente nuestra vida diocesana: nuestra historia, nuestros santos, nuestro presente, nuestros proyectos; la Revelación (Sagrada Escritura y Tradición Apostólica), la Eucaristía, La liturgia de las horas, el año litúrgico, nuestro santoral, nuestra devoción mariana. Promoverá el vivir, amar y sentir nuestra Iglesia, al servicio el Reino de Dios, como lámpara en medio del mundo».

Por otro lado, Cerro Chaves especifica que la casa «quiere ser contemplativa. Sin ser un monasterio ni un convento, será una casa de oración donde se procurará el silencio exterior e interior que facilita vivir en la presencia consciente y amorosa de Dios. La idea es meditar, orar, contemplar, vivir el espíritu que mueve el día a día de nuestra Iglesia diocesana».

Los «sueños» del arzobispo

Tras la explicación de este nuevo proyecto en la archidiócesis de Toledo, monseñor Francisco Cerro Chaves concluye la carta compartiendo lo que denomina sus «sueños» o cómo quiere que funcione esta Casa Diocesana.

«Soñamos con un hogar, con una familia eclesial de sencilla vida común, orando por nuestra diócesis, por toda la Iglesia universal».

«Soñamos con nuestra Iglesia en Adviento, permaneciendo vigilantes con nuestras lámparas encendidas, testigos en espera de la venida
de Cristo».

«Soñamos con ir rellenando las lámparas de los que yacen a oscuras con sus alcuzas vacías. Soñamos con una familia orante que espera despierta al alba la llegada del Sol naciente, Cristo».

«Soñamos con el hogar de Belén donde nadie es forastero, con el de Nazaret donde todos trabajamos, con el de Betania donde en la mesa caben todos, con el cenáculo pascual donde siempre se respira la Paz del Resucitado y donde el Espíritu sopla y aviva la llama del Evangelio hasta los confines de la tierra».

«Soñamos con ser posada del buen samaritano, donde ofrecemos nuestro vino y nuestro aceite para enjugar las heridas, donde se
sientan reconfortados los cansados y agobiados».

«Soñamos con una comunidad abierta que, como María de Betania a los pies de Jesús, bebe sus Palabras y contempla su rostro; que, junto con Marta, intercede ante el Maestro para que tantos Lázaros sean resucitados».

«Soñamos con nuestra Iglesia en camino cuaresmal, peregrinando hacia la Pascua, ligeros de equipaje, pobres, austeros, libres, abandonados en la providencia divina, castos y fieles al Amado, obedientes a su voz que nos guía como Buen Pastor hacia la Casa del Padre».

«Soñamos con la mesa de Emaús donde arde nuestro corazón al escuchar las Escrituras de labios del Resucitado y donde le reconocemos cada día al partir el Pan en la Eucaristía».

«Soñamos con contemplar y proclamar la grandeza de Dios, como María, la Virgen Madre, la primera discípula entre los discípulos, que nos mantiene en la vivencia gozosa del Pentecostés permanente de la Iglesia».

«Soñamos con sentir, conocer y amar más y más a nuestra Madre la Iglesia: la visible y la espiritual, la santa y la de hijos pecadores,
la activa y la contemplativa».

«Soñamos que estamos en el corazón de la Iglesia que late con la fuerza del Espíritu al mismo ritmo que el de su Esposo, Cristo Jesús».

«Soñamos con que los dos corazones se funden para ser padre y madre para el que sufre y llora. Soñamos con una Iglesia-Madre que aprende a morir por los hijos junto con su Esposo para resucitar con Él y resucitarlos a ellos».

«Soñamos que tomamos conciencia de ser y estar en el Cuerpo Místico de Cristo. Soñamos que, siendo distintos, somos uno en el Espíritu».

«Soñamos que velamos por la unidad de la Iglesia, que oramos por la reparación de la fraternidad de sus hijos dispersos».

«Soñamos con atraer a los hijos bajo el Amor del Padre».

«Soñamos con nuestra Iglesia toledana, con la Luz Pascual que se ha ido transmitiendo sin apagarse durante siglos, de generación en generación. Soñamos con nuestros santos, con nuestros mártires, con su legado espiritual que a su vez queremos transmitir a
nuestros descendientes en la fe».

«Soñamos con un hogar: con sus moradores de toda condición mirando en la misma dirección, con sus estancias y dependencias austeras y acogedoras, con sus horarios marcados por la alabanza a Dios, con su taller y su huerto, con sus puertas abiertas y su campana al viento invitando al silencio amoroso y sonoro de Cristo presente en medio de nosotros».

«Soñamos, sí, pero a la vez sabemos que el Reino de Dios no es un sueño, que es real, que está cerca, que ya está aquí».

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Comentarios
14 comentarios en “El arzobispo de Toledo lanza la «Casa Diocesana Contemplativa»
  1. ¿Qué querrá decir el obispo con «moradores de toda condición»? ¿Y encima una casa mixta?
    De entrada, ese experimento no me parece una buena idea. Ya existen en Toledo monasterios que hacen esa oración contemplativa, y de hecho todos los católicos estamos llamados a la oración, que debemos hacer en nuestras casas, templos, y lugares donde nos movemos, cada cual según su estado.

    1. No te falta razón pero siempre van surgiendo nuevas formas de vivir la fe. Siempre que se viva en armonía, con respeto a los superiores, que se valla a lo que se va a rezar, respetar las normas. No le veo ningún problema. Vivir la fe en casa muchas veces es difícil. Tampoco es nada fácil hoy día entrar a una congregación religiosa.

      1. ¿Y tu?¿Cuando piensas dar ejemplo y cambiar la tuya?

        Eres tan corto de miras que crees que todos los que hacen la mínima crítica son el mismo

  2. La idea es muy buena. Pero habrá que ir viendo lo bueno y los incovenientes de este proyecto. Primero creo que el sitio se va a quedar pequeño. Pues cuatro o cinco plazas teniendo en cuenta los que vivan de forma permanente, y los que vengan de fuera. Me parecen pocas.

    Luego otro problema puede ser ser el tema de organización. Pues cuando conviven varias perdonas siempre sirgen conflictos, habrá superiores aparte del obispo, pero no vive allí de forma permanente.

    Luego el tema de una comunidad mixta… entre santa y santo pared de cal y canto. Pero insisto. El proyecto muy interesante para aquellos que quieren vivir una de este estilo. Y que muchas veces uno intenta contactar con una congregación religiosa y le ponen muchas trabas. Como paso con Abel de Jesús.

    Y sin hay voluntad y esta es buema. Quienes somos nosotros para poner impedimentos. Siempre que se viva en armonía, se respete lo establecido. A los superiores etcétera.

    1. Miguel Hinojosa, si surgen problemas e inconvenientes, ya se irán resolviendo sobre la marcha. Como todo experimento piadoso, se irá viendo como evoluciona, y dependiendo de ello se irá adaptando y se tomarán las medidas pertinentes para que todo funcione correctamente. Yo, si me paso por allí, pienso ir y hacer oración y comprobar in situ todo el potencial que el Arzobispo ha mencionado.

  3. Preciosa idea y planteamiento, muy necesaria esta iniciativa y además es inteligente.
    La Iglesia necesita urgentemente la contemplación del Uno y Trino, para hallar de nuevo su norte, en medio de grandes tempestades que pretenden hundirla en el abismo. Pero sabemos que la batalla ya la ha ganado Cristo y nosotros en Él, con María.

  4. Me da la impresión de que será más bien utilizada por los propios sacerdotes diocesanos y alguna religiosa suelta. ¿Seglares? Siempre hay alguien más apegado a las cosas de la Iglesia que la utilizará, pero ya digo, serán los propios sacerdotes diocesanos los que la usen mayoritariamente.

  5. Me parece una muy buena idea. El tiempo dirá si tiene éxito o no.

    Pero de momento el experimento me parece genial, ojalá mucha gente se vea atraída y movida por esta casa donde se viva el evangelio y se alabe a Dios en comunidad.

  6. Cuidado con este tipo de experimentos, porque ha habido lugares donde se han implementado iniciativas similares y han sido un fracaso.
    Si ya hay casas de retiros, de ejercicios, hospederías de conventos, monasterios, etc. ¿qué necesidad hay de experimentar en terreno tan resbaladizo?

  7. No tienen sentido estos experimentos con gaseosa. En Toledo sobran monasterios y nos hacen falta iglesias abiertas y confesores. Que lo pague de su bolsillo.

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