Carta abierta a la Conferencia Episcopal de Panamá por el culto a la pachamana con presencia de cardenales

rito maya Rito maya con presencia de sacerdotes, laicos y cardenales durante el pasado VII Simposio de Teología India “Espíritu Santo y Pueblos Originarios” celebrado en Panamá
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A comienzos del mes de octubre se celebró en Panamá el VII Simposio de Teología India “Espíritu Santo  y Pueblos Originarios”.

Entre otras cosas, hubo un acto (rito maya) que fue grabado y retransmitido por la Conferencia Episcopal de Panamá. «Se efectuaron ritos paganos politeístas de la pachamama y otros falsos dioses paganos, en presencia de varios cardenales, obispos, sacerdotes y chamanes indígenas», afirman los firmantes de una carta abierta dirigida a la Conferencia Episcopal de Panamá exigendo responsabilidades y explicaciones y que compartimos a continuación:

Carta abierta a la Conferencia Episcopal Panameña y al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño: 

Estimada Conferencia Episcopal Panameña y Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño, 

Nos dirigimos a ustedes por medio de la presente carta para manifestar nuestra seria  indignación con los eventos sucedidos durante el VII Simposio de Teología India “Espíritu Santo  y Pueblos Originarios” que ocurrió del 3 al 8 de octubre de 2022. En particular hacemos referencia  con el rito Maya acontecido el 5 de octubre de 2022 en horas de las mañana en la Casa de Retiro  Espiritual Monte Alverna del cual fue hecho sin previo aviso ni promoción del mismo a la  feligresía católica de este país. Este evento fue transmitido vía YouTube ese día bajo el título  “Emisión en directo de la Conferencia Episcopal Panameña”. Es una agravante es que haya contado con la asistencia de tres Cardenales, que puntualmente eran el Cardenal Felipe Arizmendi,  el Cardenal José Luis Lacunza, y el Cardenal Álvaro Ramazzini. Este tipo de ritos no son  aceptables de acuerdo a lo que la Iglesia siempre ha enseñado y sigue siendo como parte del  Depósito de la Fe transmitido por los Apóstoles fielmente hasta nuestros tiempos por mandato  divino de Nuestro Señor Jesucristo y con la asistencia perenne del Espíritu Santo. 

Nuestro Señor Jesucristo dijo claramente y con autoridad en Juan 14, 6 que «Yo soy el  Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí». Este versículo en particular nos  demuestra que Jesús es la única manera de llegar al Padre Celestial; esto nos debe ser motivo de  salir a evangelizar para traer a las almas a la Iglesia Católica para que conozcan la única verdad  que existe (Cf. Mt 28, 19-20). Las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, fielmente expuestas  por la Santa Madre Iglesia Católica, son inmutables y no pueden cambiar de ninguna forma pero  pueden ser profundizadas, como dijo San Vicente de Lerins quien es Padre de la Iglesia, en “la  misma ciencia, en el mismo sentido, y con la misma sentencia” (Cf. DS 3020). Terminamos  reafirmando esta verdad de fe con lo dicho en las Sagradas Escrituras en Hebreos 13, 8: “Jesucristo  ayer, y el mismo es hoy, también por todos los siglos”. Profesando esta verdad de fe, nosotros  como fieles vamos a defender la verdad ante semejante insulto con un rito pagano que contradice  la misión principal de la Iglesia Católica que es la salvación de las almas ya que, por medio de ese  rito Maya se hizo un acto que no es Católico, se infringe el Primer Mandamiento de la Ley de  Dios, y se profieren diferentes afirmaciones que contradicen directamente la enseñanza de la  Iglesia.  

El Primer Mandamiento deja en claro que debemos amar a Dios sobre todas las cosas, que  por ende se prohíbe la idolatría, superstición, ni adorar algo que no sea Dios Todopoderoso como  se ha revelado infaliblemente en las Sagradas Escrituras y ha sido proclamado por la Iglesia Católica (Cf. Éxodo 20, 3-6. CIC 2110-2128. Catecismo Mayor de Papa San Pío X n.358-365).  Por siglos la Santa Madre Iglesia nos ha enseñado quién es el que adoramos y cómo debemos  adorarle, siguiendo lo dispuesto por la Tradición Apostólica que es guiada por el Espíritu Santo.  En este rito se dice claramente en los primeros minutos de la transmisión en vivo que es un “rito  Maya”, y este tipo de ritos se clasifican como un atentado contra el Primer Mandamiento de la Ley  de Dios porque no se está adorando a la Santísima Trinidad ni tampoco se le está rindiendo culto  a la misma como es debido; por ende, no es Católico y no se debe practicar.  

Otro aspecto mencionado varias veces durante el ritual Maya fue que se invocó a “dios  madre padre” para hacer referencia alguna deidad superior para pedir su bendición o auxilio. Esto  es un sincretismo con creencias panteístas sin fundamento alguno en teología perenne de la Santa  Madre Iglesia y constituye un insulto directo a la Santísima Trinidad por tergiversar este  incomprensible misterio que es lo central en la fe Católica. La creencia antigua de los Mayas tenían  la concepción de que existían varios dioses y algunos eran femeninos y otros masculinos; esto se  aleja diametralmente del conocimiento impartido por Nuestro Señor del cual es necesario para  salvarse. Diciendo que Dios es “madre padre” lleva a una confusión que pone en duda todas las  magníficas enseñanzas de los Padres de la Iglesia donde desarrollan el conocimiento infalible que  tenemos acerca de Dios Padre y la Santísima Trinidad; ningún santo se ha atrevido a contradecir  lo dicho por Nuestro Señor Jesucristo en muchas ocasiones que Él tiene un Padre, más no “madre  padre” lo cual sencillamente no es Católico (Cf. Catecismo Mayor de Papa San Pío X n.24).  

Al inicio del ritual se describe por parte de un individuo lo puesto en el centro de la multitud  sobre la tierra y este es el punto de enfoque para todo el ritual Maya, ahí se pone cierto libro  llamado el Popol Vuh que es el libro sagrado de los Mayas –dicho por la misma persona quien  estaba hablando-. Este libro es un libro politeísta, pagano, y no tiene nada remotamente cerca ni  conexo a la Sagrada Revelación dada por Dios en la Biblia y en la Tradición Apostólica. Es un  libro lleno de figuras extrañas, sacrificios humanos, adoración a dioses ficticios, asesinatos, entre  otros elementos que son totalmente opuestos a la fe católica. No es posible que un católico pueda  estar en un rito donde este libro sea admirado o puesto en un lugar de honor por las razones citadas  previamente al igual que afirmando lo dicho en 1 Corintios 10; 16, 21-22 y 2 Corintios 6, 15-16  donde los Apóstoles dejan en firme que la idolatría y paganismo es contrario a la fidelidad que  debemos tener con Dios y estos actos pueden desatar su ira. Más adelante en el ritual se invoca  explícitamente la llamada “pachamama” de la cual hay muchas concepciones o maneras de  explicar esta falsa deidad en las diversas antiguas creencias de Hispanoamérica; estamos en la  obligación de rechazar a esta deidad pagana porque se opone y choca directamente a lo expuesto  anteriormente acerca de la idolatría y el paganismo. Defendemos nuevamente la verdad de fe que no proviene de la Santísima Trinidad o cualquier otra figura que intente tomar la adoración y gloria debida solamente a Nuestro Señor Jesucristo.

Por último, es un acto funesto el hecho que se le  haya dado varias reverencias al sol como si este fuera una deidad al cual le debemos honor o  veneración. Esto de por sí es suficiente evidencia que este ritual voluntariamente se distancia tanto  en conjunto como en detalle de lo que ha enseñado la Iglesia Católica de forma infalible y a la vez constituye un acto abominable a los ojos de Dios Todopoderoso. (Cf. Catecismo Mayor de Papa  San Pío X n.365 y 367. CIC 2110, 2112-2114) 

Tanto sacrificio de parte de santos confesores, mártires misioneros, y fieles religiosos por  ir a evangelizar como dicho en Mateo 28, 19 con gran celo por sacar de las tinieblas a los que no  han conocido la verdad del Evangelio. Lamentablemente estos grandes héroes de la Iglesia están  siendo hoy en día ignorados, pisoteados, y hasta burlados por las obras contradictorias que se 

cometen con el apoyo abierto de quienes se supone que deberían defender a estos héroes y sus  hazañas. ¿Qué pensaría San Isaac Jogues y sus compañeros mártires quienes fueron vilmente  torturados y asesinados por evangelizar con la verdad de Cristo? ¿Qué diría San Francisco Xavier  que recorrió lugares recónditos para sacar del error a los habitantes y llevarlos a conocer a Dios?  ¿Cómo reaccionaría San Patricio que se enfrentó directamente contra los brujos Druidas que lo  querían matar por haber sacado a varias tribus de irlandeses del paganismo? ¿Finalmente, cómo  actuaría San Justino quien se convirtió de creencias falsas para aceptar la fe y combatió para  defenderla hasta dar la sangre por Cristo Jesús? Hay un mar de otros santos mártires y grandes  misioneros que nos podemos pasar largas horas hablando de la epopeya que cada uno llevó para  convertir a las almas y hacer proselitismo de la forma que siempre ha sido hecho.  

Verdaderamente las revelaciones de Nuestra Señora de la Salette, Buen Suceso, y Fátima se han vuelto una realidad palpable dentro de la jerarquía eclesial ya que, no se le tiene temor a  Dios ni a la ira divina por ritos extraños donde el demonio fue invocado. San Pablo con sus  poderosas advertencias de guardar el Depósito de la Fe (Cf. Carta a Timoteo) y su celo por  convertir aquellos que viven en las tinieblas de la confusión para ser llevados a la luz de Dios han  caído en tierra infértil donde no germina la buena semilla; en cambio, sí germina de forma  misteriosa en esa tierra la desviación doctrinal, la irreverencia, la falta de sacralidad con la  Santísima Trinidad, la acedía con la Santísima Virgen Maria, y favor hacia el mundo anticatólico  y revolucionario. En conciencia, es imposible para nosotros guardar más el silencio ya que, nuestra  obediencia primero es con Dios teniendo en cuenta el juicio al final de nuestras vidas donde se nos  dará la sentencia de acuerdo a nuestros actos. Siguiendo el llamado de atención en Isaías 58, 1  nosotros debemos clamar con voz de trompeta y denunciar abiertamente los delitos que se han  cometido contra Dios Todopoderoso puesto que, por años se ha pisoteado la Tradición Apostólica  y es momento de gritar con mil lenguas –como dijo Santa Catalina de Siena- ya que por nuestro  silencio el mundo está podrido. Nosotros, laicos de diversos sectores de la población Católica de  este país alzamos la voz por amor a la Iglesia Católica, Apostólica, y Romana quien es nuestra  madre y es nuestro deber salir en defensa de ella cuando es atacada tanto de adentro como afuera.  Rezamos por su recapacitación y pronto acto de arrepentimiento público por este repudiable evento.  

Atentamente, 

Yousef Altaji 

Luis Varela  

José Céspedes  

Nix Adrián Basmeson