¿Son siempre mejores las traducciones modernas de la Biblia? Un lingüista católico elogia la Vulgata de San Jerónimo

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(CNA/Jonah McKeown)-La mayoría de la gente sabe que San Jerónimo -cuya fiesta la Iglesia celebra el 30 de septiembre- es famoso por haber traducido toda la Biblia al latín en el siglo IV d.C., creando una edición muy leída conocida posteriormente como la Vulgata.

Pero probablemente menos gente se da cuenta de lo innovadora -y duradera- que es la obra de Jerónimo. La Vulgata se convirtió en la Biblia más utilizada de la Edad Media y ha perdurado hasta nuestros días como una traducción que al menos un destacado lingüista considera una de las mejores disponibles.

«No conozco ninguna otra traducción, ni antigua ni moderna, tan buena como la Vulgata», sostiene Christophe Rico, un lingüista católico que vive y trabaja en Jerusalén.

Rico, de nacionalidad francesa, es profesor de griego antiguo y decano del Instituto Polis de Jerusalén, que enseña diversas lenguas antiguas. En colaboración con el Instituto Polis, Rico elabora libros para que los estudiantes aprendan a hablar y leer latín y griego, con el objetivo, en parte, de que quienes deseen leer la Vulgata latina original puedan hacerlo.

Experto profesor de griego y latín, Rico afirma que, a pesar de los más de 1.600 años transcurridos desde su finalización, la traducción de Jerónimo de la Biblia -aunque no es perfecta, como no lo es ninguna traducción- ha demostrado ser sorprendentemente precisa y muy valiosa para la Iglesia.

«Si tienen dudas sobre la solidez de una traducción moderna, acudan a la Vulgata; especialmente para el Nuevo Testamento», aconseja, y añadia que la traducción del Antiguo Testamento en la Vulgata también es «excelente».

¿Quién era Jerónimo?

San Jerónimo nació hacia el año 340 como Eusebio Jerónimo Sofronio en la actual Croacia. Su padre lo envió a Roma para que se instruyera en retórica y literatura clásica.

Bautizado en el 360 por el Papa Liberio, viajó mucho y finalmente se estableció como ermitaño del desierto en Siria. Más tarde se ordenó sacerdote y se trasladó a Belén, donde vivió una vida solitaria y ascética desde mediados de la década de 380. Allí aprendió hebreo, sobre todo estudiando con rabinos judíos. Llegó a ser secretario personal de San Dámaso I.

Curiosamente, el genio lingüístico y una admirable ética de trabajo no son las únicas cualidades por las que se conoce hoy a Jerónimo. También es el santo patrón de las personas con personalidades difíciles, ya que se dice que él mismo tenía un temperamento duro y propenso a hacer críticas mordaces a sus oponentes intelectuales.

El nacimiento de la Vulgata

Contrariamente a la creencia popular, la Vulgata no fue la primera Biblia en latín: en la época de Jerónimo, en el siglo IV, ya existía una versión ampliamente utilizada llamada «Vetus Latina», que era a su vez una traducción de la Septuaginta griega de aproximadamente el siglo II. Además, la Vetus Latina contenía la traducción del original griego de todos los libros del Nuevo Testamento. Todos los libros del Nuevo Testamento se escribieron originalmente en griego, pero el Antiguo Testamento -salvo unos pocos libros- se escribió primero en hebreo.

Rico describió la Vetus Latina como una «buena traducción, pero no perfecta». En el año 382, San Dámaso I encargó a Jerónimo, que entonces trabajaba como su secretario, que revisara la traducción de la Vetus Latina del Nuevo Testamento.

Jerónimo así lo hizo, tardando varios años en revisar y mejorar minuciosamente la traducción latina del Nuevo Testamento a partir de los mejores manuscritos griegos disponibles. Rico dijo que, a lo largo del proceso, Jerónimo corrigió ciertos pasajes y expuso los significados profundos de muchas de las palabras griegas que se habían perdido en las traducciones anteriores.

Por ejemplo, la palabra griega «epiousios», que probablemente fue acuñada por los escritores de los Evangelios, aparece en el Padre Nuestro de Lucas y Mateo y suele traducirse al español como «diario». En el Evangelio de Mateo, sin embargo, Jerónimo tradujo la palabra al latín como «supersubstantialem», o «supersustancial», una alusión, como señala el Catecismo de la Iglesia Católica, al Cuerpo de Cristo en la Eucaristía.

Lo que hizo Jerónimo a continuación fue aún más ambicioso. Se propuso traducir también todo el Antiguo Testamento a partir de su original hebreo. Jerónimo conocía muy bien el hebreo, señaló Rico, ya que en ese momento había vivido en Tierra Santa durante 30 años y se mantenía en estrecho contacto con los rabinos judíos. Jerónimo también tenía acceso a la Hexapla de Orígenes, una especie de «piedra Rosetta» de la Biblia que mostraba el texto bíblico en seis versiones. (El texto hebreo, una transliteración en letras griegas del texto hebreo, la traducción griega de la Septuaginta y otras tres traducciones griegas que se habían realizado en un entorno judío).

En un esfuerzo que finalmente duró 15 años, Jerónimo consiguió traducir todo el Antiguo Testamento a partir del original hebreo, lo que tiene un gran mérito dado que el hebreo se escribía originalmente sin el uso de vocales cortas.

Una vez terminada, la Vulgata no sólo sustituyó a la Vetus Latina, convirtiéndose en la traducción bíblica predominante en la Edad Media, sino que también fue declarada Biblia oficial de la Iglesia católica en el Concilio de Trento (1545-1563).

La Vulgata ha sido revisada varias veces a lo largo de los años, sobre todo en 1592 por el Papa Clemente VIII (la «Vulgata Clementina»), y la revisión más reciente, la Nova Vulgata, promulgada por San Juan Pablo II en 1979.

Además de su uso actual en la misa tradicional en latín, la Vulgata ha perdurado como base para diversas traducciones, como la popular traducción inglesa de la Biblia, la Douay-Rheims.

Aunque Rico advierte de que ninguna traducción es perfecta, no duda en elogiar la Vulgata de Jerónimo por su precisión y su importancia en la historia de la Iglesia.

«Para el Nuevo Testamento no he podido encontrar ningún error… El conjunto es increíble», explica.

Por su parte, Jerónimo es hoy reconocido como doctor de la Iglesia. Vivió sus últimos días en el estudio, la oración y el ascetismo en el monasterio que fundó en Belén, donde murió en 420.

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Comentarios
21 comentarios en “¿Son siempre mejores las traducciones modernas de la Biblia? Un lingüista católico elogia la Vulgata de San Jerónimo
  1. Yo no sé para qué queremos tantísimas traducciones de la Biblia, si desgraciadamente los católicos no nos la leemos. A veces me dan envidia los protestantes. Una vez le dije a un amigo de leer la Biblia, y me contestó para qué eso es cosa de protestantes. Y digo yo y entonces de dónde crees que nos viene nuestra fe. Primero de los judíos que tenían los libros de Moisés y los profetas y luego de los apóstoles que escribieron el Nuevo Testamento. Además en los Evangelios Jesucristo se refirió al Pentateuco en numerosas ocasiones. Así nos va que cada cura, obispo e incluso papa con la excusa del Magisterio de la Iglesia quitan y ponen e interpretan lo que quieren.

    1. María, hacemos mal con no leer la biblia, los protestantes nos dan papas en ese aspecto. Y sobre todos los testigos de jehova, como no tengas unas nociones básicas, no puedes rebatirles nada, y mucha gente debido a eso caen en sus trampas y son convertidos a su fe. Porque saben envolverte como una araña envuelve a su víctima con su tela y ya no tiene escapatoria.

      Debemos leer la biblia, es la Palabra de Dios. Yo la tengo en mi mesita de noche, y casi cada día leo un poquito, aunque sólo sean 5 o 6 renglones.

      Que Dios nos bendiga a todos.

    2. En países como Chile y Perú celebran el mes de septiembre, mes de la Fiesta de San Jerónimo como «Mes de la Biblia» y se organizan estudios sobre la Biblia. He encontrado que gente sencilla participa en grupos bíblicos. En España. no he encontrado nada similar- Lo que he enontrado son quejas por «la Misa larga», dado que en la homilías intento dar algunos datos sobre el libro bíblico y el pasaje escogidos para la homilía. Además. la misma lectura no es fácil de comprender porque los lectores no la leen bien. También en EEUU los católicos tienen más interés en el estudio de la Biblia que los de España o Irlanda, de donde soy yo.

  2. Ya dicen: «Traduttore traditore», que en español significa «el traductor es un traidor.» Además de la grave dificultad técnica que existe a la hora de traducir cuando se hace con honestidad, tambien se da la deliberada tergiversación de los textos por fines ideológicos.
    Por poner un ejemplo, la última traducción bíblica de la Conferencia Episcopal Española es tendenciosa, porque elimina palabras políticamente incorrectas como «infierno», «homosexual» , «adulterio», «divorcio», etc., con la finalidad de disimular y camuflar ciertas afirmaciones de la Sagrada Escritura. Y esto es algo gravísimo porque implica manipular la Palabra de Dios ocultando su contenido. Y lo peor es que esa traducción del episcopado español es la que leemos en las misas.

    1. Dios es Omnipotente y por mucho que queramos cambiar sus decretos negando infierno, leyes sexuales. A Dios no le cambia ni retuerce sus ideas nadie. Porque de Dios son los misterios y del hombre la verdad revelada, Deut. 29:29, nos guste o nos disguste. Mejor aceptarlo con humildad y amor a Dios, que enfadados y rabiosos

        1. Jose, ya te dieron patente de corso los Berg0glianos? Que menos que te den una parroquia para ti donde puedas expresar los ventosidades del espiritu haciendo tus cerderías en público desde tu ovni. Que pasa que no lo pides¿? Berg0glio te espera y te ama!!!!

        2. Pues diga usted que esto no es palabra de un hombre de verdad:

          “Puesto que una cosa no puede nacer de una sola fuente, a cada especie ella [la ‘madre primordial’] la ha dotado de dos géneros, el macho, a quien ha dado el principio de la semilla, y la hembra, a la que ha moldeado como recipiente para dicha semilla. Ella los junta por medio del deseo, y une a ambos de acuerdo con la saludable necesidad, para que, permaneciendo en sus límites naturales, la mujer no pretenda haberse convertido en hombre, ni el hombre devenga indecentemente afeminado. Es así como las uniones de hombres con mujeres han perpetuado la raza humana hasta el día de hoy…” Luciano de Samosata, Amores, v. 19.

  3. La Iglesia fijó el uso de la Vulgata en el Concilio de Trento. No lo harían tan mal, tanto el traductor como la Iglesia, que la usó durante siglos, cuando en esta noticia se dice que la traducción del Nuevo Testamento es perfecta. En el mismo Decreto el Sacrosanto Concilio establece, además, que la interpretación de los textos deber ser la que “ha dado y da la santa madre Iglesia” y “los Santos Padres”. Para formar parte del selecto grupo de los Santos Padres hacen falta cuatro notas: aprobación de la Iglesia, antigüedad, santidad de vida y recta doctrina.

    Pues bien, siguiendo con la noticia, respecto a que lo nuevo sea lo mejor, hay que enterarse, porque está por escrito y solo hay que documentarse un poco, que Ratzinger, entre muchos otros, hace exégesis (interpretación bíblica) protestante en sus libros.

    1. Por ejemplo, entre otras cosas dice que los evangelios no son obra de los que siempre creyó la Tradición (al menos que yo conozca Mateo y Juan). Además, recomienda por escrito libros de John P. Meier, sacerdote católico que considera que Jesucristo tuvo hermanos carnales de María. Por otra parte, ¿alguien sabe de algún libro de la antigüedad que haya sido escrito por una comunidad? Estos autores sí, los Evangelios.

      ¿Hay más “verdades” que haya transmitido la Tradición que no sean ciertas? A ver si nos iluminan con su sabiduría, pobres ignorantes la plétora de Santos y Doctores (a los que les falta la nota de antigüedad) de la Iglesia que siempre pensaron, equivocadamente, que San Juan escribió el Evangelio que lleva su nombre. Es difícil encontrar opiniones al respecto porque ni siquiera se planteaban que pudiera ser de otra forma.

      1. ¿Y esto son los buenos y Francisco el malo? Todos tienen el mismo padre y se llama modernismo. ¿De verdad es todo culpa de Francisco? ¿Del Concilio Vat. II? Pues Ratzinger estuvo en el Concilio, Francisco no. Y documéntense con De Mattei o con Spadafora, por ejemplo, y verán cuáles eran las opiniones de Ratzinger en el Concilio y también después. ¿Cómo está la Iglesia para hacer papa a alguien que escribe en contra de la Tradición? Vale, ya es papa. Ahora, el 99% del mundo católico encantado, articulistas, blogueros (…) , fieles en general y por supuesto el obispado mundial, salvo unos cuantos porque piensan que no es suficientemente modernista.

  4. Se habla mucho de si las canonizaciones son reversibles. ¿Cómo puede formar parte del Depósito de la Fe una cosa y la contraria? Por ejemplo, ¿sólo en la Iglesia católica hay salvación o también en otras religiones? ¿La libertad religiosa es un derecho o una tolerancia? Estos términos ya están firmados por un “santo”.

    El protestantismo trajo el subjetivismo al cristianismo y siglos después lo inunda todo, también lo que en otro tiempo creyó firmemente la Iglesia Católica. Ahora ninguna de estas creencias, que son Tradición que se remontan al mismísimo Dios hecho hombre, importan. Las novedades u ocurrencias del papa de turno es lo “católico”.

    1. La traducción de San Jerónimo no es correcta, para salvarse no hace falta ser católico y San Juan no escribió “su” evangelio. ¿La Iglesia puede confiar en la Biblia como palabra de Dios, y por tanto infalible, transmitida fielmente por testigos presenciales y discípulos de los testigos; o hay que esperar el veredicto de la exégesis moderna? ¿Hay que reinterpretar la Biblia? ¿Cuántas veces?

      Desconozco cuál fue el primer dogma derribado, pero si uno cualquiera no es cierto, por qué los otros sí. Si se equivocaron (o nos engañaron) una vez, ¿por qué no siempre?.

      Santa María, esperanza nuestra, Trono de la Sabiduría. Ruega por nosotros.

      1. «Ratzinger, entre muchos otros, hace exégesis (interpretación bíblica) protestante en sus libros.»

        Ojalá fuera solo protestante, porque muchas veces hizo exégesis judáica. Aunque creo que fue cuando era joven. Cita mas a pensadores judios modernos como Buber que cristianos como Santo Tomás.

        Benedicto como Juan Pablo II y Pablo VI son descendientes de familias judías y eso se nota. Es fácil deducir que fueron apoyados por fuerzas no católicas a la cátedra de Pedro. Sobre todo si tenemos en cuenta que las finanzas vaticanas están en manos de ellos. Y todo esto se nota en la Iglesia del Vaticano II. El catecismo moderno me parece escandaloso en cuanto a que exculpa a los judíos, por ejemplo. La iglesia postvaticana avanzaba hacia convertir el catolicismo en una especie de rabinato, una secta más dentro de la fe Judáica. Caminaba, hasta que Paco la ha subido en un cohete.

        1. SI SOY YO, ufffffffffff! Me parece que ud. Si que hace su «vulgata» particular… Debería leer lo que el Concilio Vaticano II escribe sobre los judíos. Es cierto que antes se les aplicaba el término de «pérfidos» deicidas»… Y lo son!!! Ahora se reza por SU CONVERSION!!! sobre todo en VIERNES SANTO… Pero de ahí a creer o decir que se salvan… Los catecismos, incluido el de Juan Pablo II de 1992 son claros al respecto…

  5. Hay traducciones erróneas en todas las biblias que en la Vulgata están bien, porque es traducción directa del griego. Y no son moco de pavo. Por ejemplo nuestro Señor dice (no es literal, pero ese es el sentido) «Mi reino no es de este mundo, todavia.» Pues han omitido el todavia, supongo que para combatir el milenarismo. Eso es terrible. En otras traducciones directas del griego, como la de Mr. Straubinger, se recoje esa misma traducción.

  6. En general son buenas las biblias anteriores a , como no, el concilio Vaticano II. En la actualidad, pocas, la de Staubinger y la Biblia de Navarra, editada por el Opus.
    Yo tengo una de Nacar-colunga del 85 y mete gazapos en los comentarios. El estilo es algo duro, pero ya me acostumbré a él y abomino de las Biblias del pueblo de Dios, de las conferencias episcopales, latinoamericana y dem´as bodrios estilísticos y teológicos.

  7. La biblia con comentarios todavía católicos que no ha pasado por el rodillo conciliar es la Straubinger.
    Todas las demás que se dicen católicas, tendrán muy buena traducción, pero sus comentarios están plagados de modernismo o de omisiones.

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