The New York Times sentencia: “El Vaticano II fue un fracaso”

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Un artículo aparecido en el prestigioso diario estadounidense New York Times explica por qué el Concilio Vaticano II, del que se celebra el 60 aniversario y sirve de referencia constante ante el inminente sínodo, ha sido, objetivamente, un fracaso.

El New York Times, espejo en el que se mira toda la prensa del mundo, no es precisamente católico. Entonces, ¿qué interés puede tener para los fieles que ‘cancele’ el último concilio de nuestra Iglesia? Se me ocurren dos razones.

La primera es que el NYT es la referencia del progresismo occidental, es decir, tiene todas las condiciones para apoyar la deriva modernista que adoptó la Iglesia tras el pasado concilio, la misma que se está acelerando en los últimos años. Esto significa que su veredicto no viene precisamente dictado por oscuros intereses reaccionarios, sino por la evidencia.

Y la segunda es que, hasta cierto punto, el rotativo es lo más cercano que existe a un intérpre fiel del más avanzado pensamiento secular moderno. Si el objetivo expreso del concilio era acercar a la Iglesia al mundo moderno, el mundo moderno es lo que se lee en las páginas del Times.

La sentencia aparece en un columna del converso al catolicismo Ross Douthat, “Cómo los católicos se convirtieron en prisioneros del Vaticano II», donde se subraya la provocadora frase con que hemos titulado este artículo: “El Concilio fue un fracaso”. Y lo explica.

“Este no pretende ser un análisis truculento o reaccionario. El Concilio Vaticano II fracasó en los términos establecidos por sus propios partidarios. Estaba destinado a hacer que la Iglesia fuera más dinámica, más atractiva para la gente moderna, más evangelizadora, menos cerrada, obsoleta y autorreferencial. No consiguió ninguna de estas cosas. La iglesia entró en declive en todo el mundo desarrollado después del Concilio Vaticano II, tanto bajo papas conservadores como liberales, pero el declive fue más rápido allí donde mayor era la influencia del concilio», escribe Douthat.

“La nueva liturgia debería haber implicado más a los fieles en la Misa; en cambio, los fieles empezaron a pasar las mañanas de domingo en la cama y a renunciar a las prácticas de Cuaresma. La Iglesia ha perdido gran parte de Europa a manos del laicismo y gran parte de América Latina en beneficio del pentecostalismo: contextos y desafíos muy diferentes, pero resultados sorprendentemente similares”.

Nada sorprendente aquí, nada que no se haya dicho (siquiera en susurros), aunque solo sea porque es más que evidente para el que no quiera cerrar los ojos a la empecinada realidad. Recuerda a lo que dicen que dijo San Pío X: si abres de par en par las puertas de la Iglesia, los que están dentro saldrán y los que están fuera no entrarán. Eso es lo que vemos ahora en este mismo pontificado.

Los números son abrumadores, los hemos recordado en varias ocasiones anteriores y no los vamos a repetir, pero convencerían a cualquier extraño que mirase la situación con ecuanimidad. Si se tratara, digamos, de una empresa o del mandato de un partido político, pasaría a los anales como un fracaso sonado, tenga uno las ideas que tenga.

“No hay racionalización inteligente, ni esquema intelectual, ni propaganda vaticana sentenciosa -un típico documento reciente se refiere al “sustento vivificante proporcionado por el Concilio”, como si fuera la misma Eucaristía- que pueda eludir esta fría realidad”, confirma el artículo.

Ya no hay nada que hacer, concluye el columnista, y hay que apechugar con el concilio. A nosotros se nos escapa qué traerá el futuro sobre este concilio, y no se nos pasa por la imaginación sugerir cuál podría ser el mejor camino a seguir a este respecto. Sí nos atreveríamos a insinuar que insistir machaconamente a todas horas en algo que ha dado un resultado tan cuestionable quizá no sea lo más conveniente.

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Comentarios
57 comentarios en “The New York Times sentencia: “El Vaticano II fue un fracaso”
  1. Coincido en que el Vaticano II fue un fracaso, aunque, aparte del motivo del secularismo que expone el NYT (y que se debe también a otras causas), yo incidiría en el problema de los errores teológicos que contiene el último concilio, así como la debacle litúrgica que promovió.
    Menos mal que no es un concilio dogmático, y que nada de lo que dijo de nuevo no obliga a adherirse a él.
    Es necesario que un futuro pontífice fiel y valiente, corrija los errores del Vaticano II.

    1. Y no sólo no estamos obligados a adherirnos a las novedades del Vaticano II (por ser sólo un concilio pastoral), sino que debemos refutar los errores que contiene.

      1. Cada uno se adhiere a lo que quiere, eso es verdad. Pero el CVII fue un concilio dogmático y ecuménico, como el de Trento y tantos otros. Tiene exactamente las mismas características y obligaciones, que pueden ser muchas, pocas o ninguna, de acuerdo con el grado de adherencia que uno tenga con estas cosas. Lo que es un sin sentido es decir, «yo estoy con Trento, porque ese si obliga». Obliga igual uno que otro. Puede obligar a mucho o a nada, de acuerdo con cada cual. Pero hay mas: todo concilio asume los anteriores y elimina aquello que no sirve. Por tanto, el único concilio que existe hoy es el CVII. Los anteriores no cuentan para la Iglesia ya.

        1. Aeropagita: Trento obliga porque es dogmático, pero el Vaticano II no obliga porque no es dogmático sino pastoral.
          Pero es que aunque el Vaticano II hubiera pretendido ser dogmático (cosa que no hizo), tampoco obligaría en las cosas en las que se opone a los concilios precedentes o a las definiciones del magisterio pontificio, ya que no puede haber contradicción en el dogma.
          Es como cuando Francisco ha cambiado algunos puntos del Catecismo. Eso no tiene validez alguna, pues no puede contradecir la doctrina definida.

          1. Sacerdote católico, en la pagina de los Padres Dominicos, puede leerse esto:

            No hay que olvidar, por otra parte, que dos importantes constituciones del Vaticano II, las que tratan de la Iglesia y de la Revelación, llevan en el título la precisión de “Constitución dogmática.»

          2. ¿Constitución dogmática? ¿Y cuál es el dogma concretamente?
            Cuatro constituciones dogmáticas, supongo que equivalen a cuatro dogmas. ¿Se puede proclamar dogma una doctrina condenada? ¿Desde cuándo? Muestra el Canon dogmático que especifica cada uno de los cuatro dogmas y condena con anatema lo contrario¿no lo encuentras?

          3. Según Ario Pajita, todo manual de teología dogmática es en sí mismo un nuevo dogma de fe por el hecho de tener en su portada la palabra «dogmática».
            (Esas cabezas, no están bien).

          4. El autor que se ewscondía bajo el nombre de Mauricio Pinay, en su obra «Complot contra la Iglesia», todo lo que está ocurriendo desde el año 1965 en adelante, ya lo predijo, pero muchos lo tomaron como un conspiranoico.
            Pero él fue mucho más allá al afirmar que los judíos son los verdaderos enemigos, y yo le creo a pie juntillas.

        2. «Todo concilio asume los anteriores y elimina aquello que no sirve. Por tanto, el único concilio que existe hoy es el CVII. Los anteriores no cuentan para la Iglesia ya.»

          Usted confunde los concilios ecuménicos con los congresos de los partidos políticos. Usted confunde la doctrina de la Iglesia con el BOE, donde la última disposición deroga y remplaza a la anterior.

          Nicea, Éfeso, los concilios de Constantinopla, Letrán, Trento y Vaticano I, en suma, todos los veinte concilios generales que hicieron uso del magisterio solemne y definieron verdades o condenaron errores de modo irreformable con autoridad infalible, establecen la doctrina católica y la establecerán siempre.

          No caducan la consubstancialidad del Hijo con el Padre, definida por Nicea I, ni la maternidad divina de María definida por Éfeso, ni los cánones de Trento sobre la justificación, la misa y los sacramentos, ni la infalibilidad del magisterio «ex cathedra» del papa definida por el Vaticano I.

        3. Aero pajita. Eres torpe.
          Los concilios dogmáticos contienen cánones con anatemas de excomunión.
          El Vaticano II no tiene ninguno.
          Lo que enseña es todo lo contrario: que cada uno tiene Libertad Religiosa para profesar lo que le dé la gana según su conciencia y nadie puede ser coaccionado por ello.
          Mi conciencia me dice que el Vaticano II es erróneo y hay que quemarlo. ¿Por qué no cumples con tu dogma de la libertad religiosa y la no coacción? El cvii enseña que no me puedes imponer el cvii y eso es dogma de fe para tí.
          Punto.

          1. El Vaticano II con su «dogma infalible» de la libertad religiosa obliga a cada uno a profesar lo que le dé la gana. (como cualquier concilio dogmatico obliga)
            Ea, pues por eso mismo, mira cómo cumplo con el nuevo dogma: No me da la gana de profesar el Vaticano II y no me puedes coaccionar.
            Cumple con tu dogma, aero pajita.

          2. Al final se demuestra que el nuevo dogma de la libertad religiosa es un fraude porque no te dejan la libertad religiosa para no profesar Vaticano II como hacen el resto de religiones. Pero como yo cumplo con el cvii, no me da la gana de profesarlo como hacen todas las religiones.
            Es lo que pone. El obediente al cvii soy yo.

        4. Vatican II no definió ningún dogma, por lo cual en ningún caso se puede comparar con Trento. Además, el lo convocó Juan XXIII no tenía una idea clara sobre que iba a tratar, prueba de ello es que pidió sugerencias a los obispos. Además, procedió con prudencia al convocarlos un par de meses de su elección y sin haber hecho suficiente deliberación ni buscado consejo, que son aspectos fundamentales del la prudencia según Sto. Tomás de Aquino. No es el único concilio que ha sido un fracaso.

  2. Algunos caen del guindo 40 años después de que muchos lo viésemos evidente y 60 de que los mejor formados entrasen en pánico.

    1. Cierto, en mi familia teníamos un tío que se fue al Palmar de Troya cuando terminó el concilio, y claro lo tachaban de integrista. Cuando lo del Palmar se convirtió en secta, se salió y se convirtió en ermitaño, aunque tenia título nobiliario y vivía en un castillo. Yo le conocí personalmente por que le llevé algunos asuntos legales y allí empecé a abrir los ojos de lo que había sido la estafa conciliar. El resto de la familia, solo aplicó el dogma secular, obediencia ciega al santo padre, fuera quien fuere, y todo siguió como si no hubiera habido cambios en la iglesia hasta el final de sus días. Yo he llegado a tiempo para luchar por la Tradición en la iglesia, y esta vez no va a haber claudicación. FRANCISCO, RÍNDETE

      1. Muy interesante su testimonio personal, Santa Cruz.

        He comprobado que es frecuente que cada uno de nosotros guardemos algún recuerdo que, como el suyo, nos ha marcado poderosamente a propósito de la espantosa crisis que sufre la Iglesia desde el Vaticano II .

        A comienzos de los años 70 del pasado siglo, cuando niño, acompañé a mi padre a visitar, una tarde de verano, a un anciano sacerdote que vivía retirado en una casita a las afueras de la capital de la provincia. Había sido muchos años párroco de pueblo, y mi padre le había ayudado muchas veces a misa (tradicional, sobraría decirlo). Tenía en su habitación un pequeño altar frente a la pared y el tabernáculo y allí seguía ofreciendo la misa de su ordenación, pues nunca aceptó el Novus Ordo. «Yo a mi Señor no le doy la espalda», nos dijo, y me dejó una profunda impresión que después de cincuenta años no he olvidado.

        1. Son personajes que imprimen carácter, los que a la postre sembraron e hicieron que todavía quedemos algunos fieles a la Verdad.
          Dios le guarde Urbel.

  3. Que no se pare de utilizar el nombre de “el espíritu del concilio” da auténtico pánico.
    Ese quien es???
    Yo solo creo en el Espíritu Santo !!

  4. ¿El Vaticano II fue un fracaso?

    ¡No, falacia «post hoc ergo propter hoc»! claman los juanpablistas y ratzingerianos.

    A juicio de los juanpablistas y ratzingerianos (conservadores, en suma) el Vaticano II no sería causa ni concausa de ninguno de los desastres que le siguieron en la Iglesia. El Vaticano II pasaba por allí y es completamente inimputable. Nada que ver.

    La culpa de la hecatombe posconciliar fue de los Beatles, de la píldora contraceptiva, de la minifalda y de la llegada del hombre a la luna.

    Cierto que el humo de Satanás se coló en la Iglesia ¡pero no fue por las ventanas abiertas al mundo por Juan XXIII y Pablo VI!

    Los conservadores serán los últimos mohicanos, los últimos defensores del Vaticano II.

  5. Con motivo del 60 aniversario del Vaticano II no hay nada que celebrar, ya que ese concilio contradijo, en algunos puntos, la doctrina católica, y ello propició una mayor confusión que ha degenerado parte de la Iglesia.
    Sin ese concilio, previsiblemente el catolicismo también hubiera sufrido el secularismo, pero no tanto, y además los que hubieran perseverado, hubieran resistido mejor los ataques del modernismo.

    1. Perseverado en qué, Sacerdote? En el fanatismo? Se trataba de sacar a la Iglesia de las sombras del fundamentalismo. El mundo cambia, y no hay vuelta atrás. Si la religión no se adapta, no sirve para nada. Juan XXIII lo comprendió. Ya no hay vuelta atrás.

      1. «El mundo cambia, y no hay vuelta atrás»

        Cuénteselo a Francisco, que quiere volver a sus tiempos mozos: los revolucionarios y subversivos años 60 del siglo XX, el de los curas rojos. Hace más de medio siglo que el mundo ha cambiado y ni él ni usted se han enterado: no hay vuelta atrás. Es la Tradición la que no pasa de moda. La Iglesia de guitarrero y Cumbayá huele a naftalina y sus asiduos (los que quedan) llevan Dodotis y se mueren sin remisión (sin reemplazo generacional). Los fieles y curas jóvenes están a otra cosa, por eso se les persigue: los modernistas no se han enterado de que no hay vuelta atrás.

        1. Es inútil querer que el mundo vuelva a ser como en los 50, hombre. De todo punto imposible. Además, estamos al borde de una guerra mundial, y encima nuclear. El mundo puede acabarse, no es broma. Si se tiran todas las bombas, la civilización se acabará. Y entonces qué?

  6. Lo que sólo es pastoral, nunca es infalible. Es simplemente organizativo y disciplinario.
    Por eso contiene errores, porque siendo solo pastoral se dedica a establecer una nueva doctrina o magisterio ordinario como dijo Pablo VI (un Papa aparentemente sin formación).
    El problema es que en la Iglesia no existen las doctrinas nuevas porque son cismáticas.
    Pueden existir nuevos dogmas extraordinarios pero que ya estaban en la doctrina ordinaria.

    1. La doctrina o magisterio ordinario ya condena el ecumenismo, la libertad religiosa y la colegialidad, y esto ya es infalible porque siempre se predicó así y se puede comprobar.
      Es dogma de fe que si el magisterio ordinario siempre ha sido de una manera concreta en todo momento y lugar, ya es infalible (Vaticano I).
      Una reunión ecuménica de obispos es infalible si el papa la declara como concilio dogmático.
      Por lo tanto, sólo queda ir encendiendo ya la hoguera.

  7. ¿El Vaticano II un fracaso?

    He hecho la cuenta con los datos que se encuentran en la web del Vaticano, y sólo Juan Pablo II canonizó a 135 santos, salvo error mío de suma, dejando aparte 103 mártires coreanos y 119 chinos.

    En los 65 años posteriores a Trento únicamente se canonizaron 6, de ellos 5 de una sola vez el 12 de marzo de 1622: San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús, San Isidro y San Felipe Neri (los romanos dijeron con gracia: «Felipe Neri y cuatro españoles»).

    San Juan XXIII, San Pablo VI, Beato Juan Pablo I y San Juan Pablo II. Y Benedicto XVI y Francisco en lista de espera, como dijo el propio Francisco con ocasión de la canonización de Pablo VI.

    Desde los papas mártires de los primeros siglos de la Iglesia, nunca se había conocido semejante floración de santidad papal.

    Todos los papas del Vaticano II han sido y serán tan grandes papas como San Gregorio Magno y San Pío V y tan grandes santos como San Agustín y San Francisco de Asís.

  8. ¿El Vaticano II un fracaso?

    San Juan XXIII, San Pablo VI, Beato Juan Pablo I y San Juan Pablo II. Y Benedicto XVI y Francisco en lista de espera, como dijo el propio Francisco con ocasión de la canonización de Pablo VI.

    Desde los papas mártires de los primeros siglos de la Iglesia, nunca se había conocido semejante floración de santidad papal.

    Todos los papas del Vaticano II han sido y serán tan grandes papas como San Gregorio Magno y San Pío V y tan grandes santos como San Agustín y San Francisco de Asís.

    1. Eso se debe a la relajación de los requisitos para la canonización por parte de San Juan Pablo II y por la intención de Francisco de canonizar el Concilio canonizando a sus papas. Bastante artero, si me pregunta, ya que los primeros papas fueron perseguidos o martirizados mientras que los últimos han reinado durante la demolición de la Iglesia.

  9. Notificación del Secretario General del Concilio Vaticano II, 16 de noviembre de 1964:

    «Se ha preguntado cuál deba ser la calificación teológica de la doctrina expuesta en el esquema de Ecclesia [constitución dogmática Lumen gentium] y que se somete a votación.

    …. En esta ocasión, la Comisión doctrinal remite a su Declaración del 6 de marzo de 1964, cuyo texto transcribimos aquí:

    «Teniendo en cuenta la costumbre conciliar y el FIN PASTORAL del presente Concilio [Vaticano II], este santo Sínodo define que deben mantenerse por la Iglesia como materias de fe o de moral solamente aquellas que como tales declarare abiertamente.»

    Y nada hay en los documentos del Vaticano II que así se declare abiertamente, con esa autoridad solemne del irreformable magisterio infalible.

    1. La definición del episcopado como orden diferente y superior al presbiterado creo que sí puede considerarse dogma o al menos magisterio ordinario.

      1. Creo que lleva usted razón, Irenaeus, puede que ésta sea la única salvedad al innovador magisterio mera o predominantemente pastoral característico del Vaticano II.

        Aunque la expresión «magisterio ordinario» sea imprecisa: no es el magisterio ordinario y universal (tan infalible como el solemne: lo enseñado siempre por la Iglesia como perteneciente a la Revelación o relacionado con ella, pero no definido de modo solemne), ni tampoco el magisterio meramente auténtico (no infalible). En un discurso de 1966 Pablo VI habló de un novedoso «magisterio ordinario conciliar».

  10. AEROPAGITA

    Tu limitate a poner citas de wikipedia, porque en cuanto te pones a escribir por ti mismo la cagas estrepitosamente. Eres un experto en Concilios, deberías presentarte a algun ministerio como asesor en conciliación.

  11. «Hermanos, hermanas, volvamos al Concilio, que ha redescubierto el río vivo de la Tradición sin estancarse en las tradiciones» (homilía del papa Francisco el pasado martes 11 de octubre, memoria de San Juan XXIII y conmemoración de los 60 años de la apertura del Concilio Vaticano II).

    Río vivo de la Tradición o Tradición viva (expresión de Juan Pablo II): tradición en el sentido activo y subjetivo de la vida de la Iglesia a lo largo de los siglos.

    Sin estancarse en las tradiciones apostólicas y eclesiásticas: tradición en el sentido pasivo y objetivo del depósito de la fe y del patrimonio de siglos de doctrina, piedad y ritos.

    Río vivo de la Tradición que ha sido redescubierto, esto es, que se había perdido en los siglos previos al Vaticano II, nueva Pentecostés de una nueva Iglesia.

    Significativo que el 11 de octubre de 1962 se celebrase la fiesta de la Maternidad divina de la Santísima Virgen María, y el 11 de octubre de 2022 se haya celebrado la memoria de San Juan XXIII.

  12. «Hermanos, hermanas, volvamos al Concilio, que ha redescubierto el río vivo de la Tradición sin estancarse en las tradiciones» (homilía del papa Francisco el pasado martes 11 de octubre, memoria de San Juan XXIII y conmemoración de los 60 años de la apertura del Concilio Vaticano II).

    Río vivo de la Tradición o Tradición viva: tradición en el sentido activo y subjetivo de la vida de la Iglesia a lo largo de los siglos.

    Sin estancarse en las tradiciones apostólicas y eclesiásticas: tradición en el sentido pasivo y objetivo del depósito de la fe y del patrimonio de siglos de doctrina, piedad y ritos.

    Río vivo de la Tradición que ha sido redescubierto, esto es, que se había perdido en los siglos previos al Vaticano II, nueva Pentecostés de una nueva Iglesia.

    Significativo que el 11 de octubre de 1962 se celebrase la fiesta de la Maternidad divina de la Santísima Virgen María, y el 11 de octubre de 2022 se haya celebrado la memoria de San Juan XXIII.

  13. Yo les digo lo que pasará con el Vaticano II. Con el tiempo pasará a la historia y nadie se acordará de el… Yo calculo que eso ocurrirá cuando mueran la generación que lo vivió. A partir de ahí, adiós

    1. ¿Nadie se acordará del Vaticano II cuando muera la generación que lo vivió?

      ¡Pero si Juan Pablo II dijo que el Vaticano II es la brújula de la Iglesia para el tercer milenio!

      Nada menos que mil años, todo el tercer milenio.

      ¡Como el Reich de los mil años!

    2. Si la Iglesia se hubise equivocado durante siglos de oscuridad y fundamentalismo, no habría razón para dar ninguna importancia a lo que ahora dice y hace desde el Vaticano II. Ni a lo que diga y haga dentro de cien años. Variaciones al ritmo del mundo sin ninguna relevancia.

      ¿Irreversibles las transformaciones salidas del Vaticano II? Eso creía Hitler, que el Tercer Reich iba a durar mil años. Y eso creía Stalin, que el bolchevismo era irreversible.

  14. «En la pagina de los Padres Dominicos, puede leerse esto:
    No hay que olvidar, por otra parte, que dos importantes constituciones del Vaticano II, las que tratan de la Iglesia y de la Revelación, llevan en el título la precisión de «constituciones dogmáticas».

    Las dos constituciones dogmáticas del Vaticano II se llaman «dogmáticas» porque tratan de materia dogmática, sea la Iglesia (Lumen gentium) o la Revelación (Dei Verbum), a diferencia de las otras dos constituciones, la que trata sobre la liturgia (Sacrosanctum concilium) y la «pastoral» (Gaudium et spes) sobre la Iglesia en el mundo actual (el mundo de entonces, han pasado 50 años).

    Pero no porque en esas constituciones «dogmáticas», por razón de la materia, se declarasen verdades ni se condenaran o anatemizasen errores con la autoridad infalible e irreformable del magisterio solemne, lo cual no ocurrió. También un tratado o manual de teología «dogmática» se llama así, y no por ello tiene autoridad infalible e irreformable.

  15. Las dos constituciones dogmáticas del Vaticano II se llaman «dogmáticas» porque tratan de materia dogmática, sea la Iglesia (Lumen gentium) o la Revelación (Dei Verbum), a diferencia de las otras dos constituciones, la que trata sobre la liturgia (Sacrosanctum concilium) y la «pastoral» (Gaudium et spes) sobre la Iglesia en el mundo actual (el mundo de entonces, han pasado 50 años).

    Pero no porque en esas constituciones «dogmáticas», por razón de la materia, se declarasen verdades ni se condenaran o anatemizasen errores con la autoridad infalible e irreformable del magisterio solemne, lo cual no ocurrió. También un tratado o manual de teología «dogmática» se llama así, y no por ello tiene autoridad infalible e irreformable.

  16. Que pena de dominicos han pasado de llevar el peso del Santo Oficio durante siglos a lameculos de Francisco. Tengo una prima dominica y todas en el convento están locas por hacerse sacerdotisas. La última vez que la vi le llevé la contraria, argumentando que Cristo solo había elegido hombres para el sacerdocio, no se quedó conforme. No he vuelto a verla en años ni falta que hace. El cisma empieza en las familias. Enhorabuena modernistas.

  17. El Concilio Vaticano II ha sido todo un éxito para los que lo organizaron, Han logrado la sumisión de la Iglesia al mundo moderno que es lo que querían.

  18. Los ultra liberales de NYT piensan que el Vaticano II no modernizo lo suficiente. Los ultramontanos super conservadores dicen que fracaso porque no mantuvo todo inmóvil. Eso quiere decir que algo está haciendo bien el Concilio VII

  19. Artìculo farragoso, enredado y confuso el del NEW YORK TIMES. No presenta ni un solo argumento que valga la pena considerar dentro de una cr`ítica mìnimamente informada y seria del Concilio Vaticano II. La Iglesia abrió sus puertas pero los que estaban dentro no se abrieron al mundo moderno y se enredaron en pugnas bizantinas que no han cesado hasta el presente. El Evangelio tenía que ser predicado con el lenguaje, en el contexto y a la vista de las expectativas del cristiano de hoy. Pero muchos se asustaron, volvieron a cerrar las puertas y se dedicaron a perseguir a los que sí habían tomado en serio el nuevo espíritu conciliar. Para colmo, dos papas seguidos arremetieron contra el Vaticano II destruyendo en buena parte lo que tanto Juan XXIII como Pablo VI habían soñado edificar. Y ahí estamos. Un pasito adelante y dos hacia atrás.

  20. El Vaticano II abrió la puerta a quienes querían hacer de la Iglesia una ONG. También la abrió para quienes se creyeron el cuento de la lechera criminal del comunismo, en sus diferentes vertientes y etapas (socialismo-comunismo-socialdemocracia-ecologismo-feminazismo-cambioclimatismo…) y a través de la llamada teología de la liberación auspiciada y promocionada por la propia Unión Soviética. Para toda esa fauna, la Iglesia tiene que adaptarse a los tiempos, es decir, tiene que ser la tonta útil del totalitarismo (ruso o chino). Hay mucho bobo suelto y algunos con poder actúan de okupas de una famosa silla. En España, tras la guerra civil que perdieron los que la provocaron por zotes y por malos, toda esa caterva de curas cuentacuentos iba lloriqueando por las esquinas aquello de que «la Iglesia no ha sabido estar a la altura de…»; es decir, con sus simplezas estaban afirmando solemnemente que la Iglesia, en vez de ponerse de parte de las víctimas, debió rendirse a sus verdugos.

  21. No me dejó escribir más pero mi anterior comentario finalizaba así: ya está dicho, todos estos cambios que algunos propugnan de mucho más calado (alemanes pero no solo ellos) servirían (servirán) para que los que están dentro salgan mientras que para los que están fuera no entren.

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