(Vatican News)-El anuncio fue comunicado este viernes 30 de septiembre por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Colaborarán en la misión de promover ambientes seguros en la Iglesia católica, en línea con las directrices del Papa.
Proponer al Santo Padre las iniciativas más adecuadas para la protección de los menores y de los adultos vulnerables. Esta es la misión específica de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, que desde este viernes 30 de septiembre asumirán sus nuevos miembros, cuyos nombres fueron divulgados hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Los nuevos integrantes de la Comisión son: los Monseñores Peter Karam y Thibault Verny; el Padre Tim Brennan, M.S.C; las Hermanas: Mary Niluka Perera, R.G.S., Annah Nyadombo, H.L.M.C.; la Profesora Irma Patricia Espinosa Hernández; las Doctoras Maud de Boer-Buquicchio, Anne-Marie Emilie Rivet-Duval; y las Señoras: Teresa Devlin, Ewa Kusz.
Como bien subrayan los estatutos de la Comisión, instituida por el Obispo de Roma en 2014, “la protección de los menores es de importancia primordial”. En el quirógrafo (es decir, el documento que está firmado por el Romano Pontífice) de dicho año, “dolorosos hechos han impuesto un profundo examen de conciencia por parte de la Iglesia y, juntamente con la petición de perdón a las víctimas y a la sociedad por el mal causado, han conducido a iniciar con firmeza iniciativas de varios tipos con la intención de reparar el daño, hacer justicia y prevenir, con todos los medios posibles que se repitan episodios similares en el futuro”.
En esta línea, Francisco resolvió continuar la obra iniciada por sus predecesores estableciendo una Comisión permanente en la Santa Sede, con el propósito de “promover la protección de la dignidad de los menores y los adultos vulnerables, a través de formas y modalidades, conformes a la naturaleza de la Iglesia, que se consideren más oportunas, además de cooperar con ese fin con quienes individualmente o en forma organizada persiguen el mismo objetivo”.
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Tal y como va la deriva de perversión de la iglesia, el sitio mas inseguro para un niño es precisamente bajo el amparo de cualquier institución católica. Lo de dejar que los niños se acerquen a mí, pasó a la historia. A mi de pequeño me pegaban de leches, me daban patadas, me pegaban con con correas, y con varas de palma, la verdad es que no era un santo, pero los Agustinos se pasaban, pero por lo menos no me metieron mano. La última salvajada de Añastro 1, es la despedida del tarado comunista de la CEE, al exculpar la mayor barbaridad proferida consistente en la apología de la corrupción de menores, delito en todos los códigos penales del mundo. En la época de Franco en vez de ir de prelado a Valladolid, habría sido ingresado en la cárcel concordataria de Zamora. Ay de verdad, qué asco.
Coincido en que las palabras del obispo defendiendo a la ministro son totalmente reprobables.
Irene Montero defendió la pederastia y eso es inexcusable, por lo que debería haber sido cesada.
En cambio no coincido en que se afirme que «el sitio más inseguro para un niño es bajo el amparo de cualquier institución católica.» De eso nada. Los casos de pederastia en la Iglesia son excepcionalísimos y además inferiores, en número, respecto a muchas otras instituciones no católicas.
Me refería al adoctrinamiento de la iglesia modernista de Francisco, muy alejada de las verdades auténticas de la iglesia de siempre. Por desgracia ya no me fio de mi iglesia, salvo honrosas excepciones como usted. Saludos.
El NOM sigue al ataque con su campaña difamatoria sobre supuestos casos de pederastia en eclesiásticos, y la Iglesia no debe caer en la trampa de hacer el juego al NOM.
El Papa es un imprudente cuando da tanto bombo y platillo a este tema, ya que con esta actitud alimenta esas manchas a la imagen de la Iglesia (a pesar de que muchas de las acusaciones son falsas).
Y además Francisco es incoherente cuando ante el aborto y la ideología de género está callado (y a veces hasta lo apoya), y en cambio en lo políticamente correcto como es la denuncia a la pederastia, ahí carga las tintas de forma inmisericorde.
Bergolio es un perfecto sinvergüenza. Sus amigos del NOM están imponiendo leyes para promover con amenazas la corrupción sexual de menores en los países donde gobiernan, y el fulano no sólo nunca lo condena sino que difama y calumnia a la Santa Iglesia Católica que sí defiende y respeta a los menores.