Los obispos de Australia han editado una guía dirigida a escuelas católicas sobre género e identidad «para que respondan a las necesidades sociales y pastorales individuales de los estudiantes».
La guía titulada «Creados y amados» pretende esbozar un enfoque pastoral moldeado por el contexto teológico, médico y legislativo en el que las escuelas católicas deben funcionar.
Según la Iglesia australiana, los obispos consultaron con especialistas en educación, incluidos directores y maestros, y buscaron el consejo de padres con hijos que se enfrentaban a diversas cuestiones de género.
La Conferencia episcopal de Australia, afirma que «las crecientes tasas de incongruencia de género en la sociedad australiana se ven como una invitación a reflexionar profundamente en el testimonio bíblico y cristiano de la dignidad humana. La guía ofrece principios que pueden
ser utilizado por las autoridades educativas católicas para sus propios contextos locales».
“La Iglesia Católica y nuestras escuelas parten del principio fundamental de que cada persona es creado a imagen y semejanza de Dios, y es amado por Dios”, dijo el arzobispo Peter A. Comensoli, presidente de la Comisión Episcopal para la Vida, la Familia y el Compromiso Público. “Ese documento, que ofrecemos a nuestras escuelas, busca apoyarlas para caminar compasivamente junto a cada estudiante que estamos invitados a educar”.
El arzobispo Comensoli dijo que la guía «Creados y amados» se basa «en la antropología cristiana, que pone en valor la dignidad de cada persona, y también ve a cada persona de manera integral, en lugar de definir a esa persona por una sola característica».
Por su parte, la directora ejecutiva de la Comisión Nacional de Educación Católica, Jacinta Collins, dijo que la guía será el foco de una sesión con cientos de educadores católicos durante la Educación Católica Nacional Conferencia en curso en Melbourne. “Esta será la primera de muchas oportunidades para las autoridades educativas católicas y las escuelas en la formación de líderes y docentes para reflexionar sobre cómo pueden responder a la cuestión del género y la identidad con cuidado y sensibilidad”, dijo.
Por otro lado, el arzobispo Comensoli dijo que los líderes de las escuelas católicas están bien preparados para responder a las necesidades pastorales de manera informada y sensata, libre de política y la división que a veces se ve en el más amplio comunidad.
“Las escuelas católicas son hermosas comunidades de encuentro con Jesús resucitado, que nos ama incondicionalmente y nos desafía a crecer en nuestra sabiduría y comprensión”, dijo Mons. Comensoli. Sobre esta guía, el arzobispo señaló que “se revisará en el tiempo y evolucionará”.
Contenido de la guía
Los obispos reconocen en la guía, como no puede ser de otra manera, que «aparte de casos raros de personas nacidas con una combinación
biológicos masculinos y femeninos características, todo ser humano nace biológicamente varón o biológicamente femenino».
Además de ofrecer una especia de protocolo para directores de centros y profesores de escuelas católicas que tengan que lidiar con casos de «problemas de género», la guía da una serie de definiciones como estas:
-Binario, no binario: En el uso común, ‘binario’ se usa para describir (y rechazar) la afirmación de que los seres humanos biológicamente suelen ser ya sea hombre o mujer. ‘No binario’.
-Cisgénero: En el uso común, este término se refiere a aquellos que creen que su sexo biológico es simplemente una categoría a la que estaban asignado al nacer y que su género coincide con su sexo biológico (‘cis’ significa ‘del mismo lado que’). La visión cristiana del ser humano persona reconoce el biológico hecho del sexo de una persona como un «dado» fundamento de su personalidad, no un
categoría asignada arbitrariamente; ausente una condición intersexual. Es recomendable para evitar el uso del término ‘cisgénero’ porque refleja un malentendido de la importancia del sexo biológico.
-Transgénero, ‘trans’: En el uso común, este término se utiliza para describir a las personas que creen que su género no coincide su sexo biológico y, además, que su sexo biológico es meramente una categoría a la que fueron ‘asignado’ al nacer (‘trans’ significa ‘al otro lado de’). Más específicamente se refiere a las personas que han «transicionado» a través (ya sea médicamente, quirúrgicamente o solo socialmente) a su género preferido.
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Una guía lamentable. Ya empieza mal al hablar de género cuando en el hombre no hay género sino sexo. Además, sigue las proclamas de inclusión y acompañamiento en vez de predicar la conversión.
El Señor nos libre del pésimo gobierno de la Iglesia que estamos padeciendo.
Siento impotencia y dolor porque me gustaría hacer algo y no puedo.
Cediendo ante el lenguaje del poder y las modas mundanas. Miedo a la Verdad, falta de fe. Pobre rebaño el que tales hombres pastoreen. Directos a la boca del lobo.
Sexo, sexo, sexo…
Qué obsesión de nuestro tiempo que está pudriendo todo lo que encuentra.
Y los jerarcas en vez de evangelizar se suman a esta locura que lleva al infi/erno
Es lamentable que el episcopado australiano, igual que Francisco, han aceptado las infames proclamas de la Agenda 2030 sobre ideología de género.
Los continuos desvaríos de los de los faldones y el del camisón, ¿qué tienen ya de fe católica?
Estos obispos pretenden combatir al demonio con las armas amañadas que te proporciona el mismo demonio.
Una especie de disidencia controlada.
Aun antes de leer el artículo, sólo el título es… mundano. En Occidente, a los niños Down ya nacidos se les ama y mima muchísimo. A nadie se se ocurre despreciarlos. Ya pueden votar, hay concejales con ese síndrome, y actores, y se les ensalza. El pequeño detalle (que se les puede matar sin problema antes de que nazcan), en ESO es en lo que los Obispos debían fijarse