Nuevo movimiento del Papa Francisco con respecto a la grave crisis que sufre la Iglesia Católica en Nicaragua. Esta misma mañana, el Santo Padre ha decidido cesar a Waldemar Stanisław Sommertag como Nuncio de Nicaragua para enviarlo a Senegal, Cabo-Verde, Guinea Bassau y Mauritania.
Waldemar Stanisław fue expulsado de Nicaragua por el gobierno de Ortega el pasado mes de marzo, lo que dio comienzo a una escalada de tensión y persecución por parte de las autoridades del país contra miembros de la Iglesia Católica.
El nuncio apostólico abandonó intempestivamente el país la noche del domingo 6 de marzo, sin despedirse formalmente del cuerpo diplomático, la comunidad católica del país y de los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Un punto de inflexión en este proceso de deterioro de las relaciones fue el 18 de noviembre de 2021, cuando el Gobierno de Nicaragua anuló vía decreto la figura de “decano del cuerpo diplomático”, que desde el año 2000 correspondía al nuncio apostólico, representante de la Santa Sede.
Ortega reformó el protocolo del Estado, a través del decreto 21-2021 que reconocía al representante del santo padre como el decano del cuerpo diplomático en su artículo seis y en su ausencia al embajador acreditado con mayor antigüedad. La nueva decisión plantea que no debe haber ninguna distinción entre los jefes de misión e insta “a un trato igualitario entre todos”.
En los últimos meses, esa persecución se ha recrudecido con cierres de emisoras de radio católicas, la expulsión de las misioneras de la caridad o la detención del obispo Rolando Álvarez a quien el Gobierno mantiene secuestrado y en paradero desconocido desde hace más de dos semanas.
Quien ha arremetido en numerosas ocasiones contra Ortega, ha sido el obispo nicaragüense exiliado Silvio José Báez, quien el día de la expulsión de las misioneras de la caridad escribió lo siguiente: «Me da mucha tristeza que la dictadura haya obligado a las Hnas. Misioneras de la Caridad de Teresa de Calcuta a abandonar el país. Nada justifica privar a los pobres de atención caritativa. Soy testigo del servicio amoroso que prestaban las hermanas. Dios las bendiga».