Los nuevos libros prohibidos que no encontraremos bajo las sombrillas

Libro playa
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(Giulio Meotti en Il Timone)-Retitulados, censurados, destruidos: el desenfreno de la guerra contra los libros. Toda obra sospechosa de ofender la trinidad «sexo, raza y género» está en el punto de mira de la censura.

En la ceremonia de «purificación de la llama», como fue denominada, se quemaron 30 libros y las cenizas fueron utilizadas como abono para plantar árboles. «Enterramos las cenizas del racismo, la discriminación y los estereotipos con la esperanza de crecer en un país más inclusivo», reza un vídeo escolar realizado para los alumnos. En total, han sido retirados más de 4.700 libros de las estanterías de las bibliotecas de treinta consejos escolares de Ontario (Canadá).

Textos utilizados como abono

Lyne Cossette, portavoz del consejo, dijo que «algunos libros han sido utilizados simbólicamente como fertilizante». El proyecto, titulado Redonnons à la terre (Devolvamos a la tierra), pretendía «hacer un gesto de apertura y reconciliación sustituyendo en nuestras bibliotecas los libros que tenían un contenido anticuado y estereotipos negativos». Entre los volúmenes mandados a la hoguera había libros realmente peligrosos, como Tintín y Astérix. En la biblioteca pública de Toronto, llegaron incluso a retirar de la vista a un libro maldito como Peter Pan. Hace un año, cuando una mezcla de hipocresía oportunista y fanatismo censurador llevó a los herederos de Agatha Christie a cambiar el nombre de Diez negritos por el de Y no quedó ninguno, muchos se preguntaron: ¿quién será el siguiente? Las ediciones francesas acaban de decidir cambiar el título de la célebre obra de Joseph Conrad El negro del Narcissus. Alexandre Civico, editor de Autre, defiende la elección: «Al volver a leer el libro, pensé que la palabra «negro» podía resultar ofensiva».

Clásicos desterrados

El desenfreno de la guerra contra los libros lleva ya un año: censurados, reescritos, prohibidos, destruidos, sólo por ser críticos con la nueva trinidad «sexo, raza y género» o por haber sido releídos retroactivamente con las nuevas lentes de la censura progresista. Así, incluso Matar a un ruiseñor, la obra maestra de Harper Lee, ya no se estudia en una escuela del Reino Unido porque los profesores han afirmado que el libro promueve el discurso del «salvador blanco». Hablamos de la James Gillespie High School de Edimburgo. Como es sabido, la novela, de 1960, cuenta la historia de un hombre negro en Alabama que es injustamente acusado de violación por los habitantes del pueblo, posteriormente defendido por un abogado blanco, Atticus Finch; fue interpretada en la gran pantalla por Gregory Peck.

El clásico de John Steinbeck De ratones y hombres también ha sido eliminado por el uso de la palabra «N». Según reconocen los editores y los autores, hay libros que de ninguna manera serían reeditados hoy en día: Lolita, de Vladimir Nabokov; Los versos satánicos, de Salman Rushdie; El señor de las moscas, de William Goldin (retirado de algunos consejos escolares en Canadá) y American Psycho, de Bret Easton Ellis. Y si no fuera suficiente, hay libros a los que han hecho desaparecer.

Varios profesores estadounidenses se niegan a que sus alumnos estudien a William Shakespeare, acusando a sus obras de promover «la misoginia, el racismo, la homofobia y el clasismo». Así lo informó el School Library Journal, según el cual muchas escuelas están abandonando Hamlet, Macbeth y Romeo y Julieta para «dar voz a ideas modernas, diversas e inclusivas» (en Holanda, por la misma razón, una editorial acaba de reescribir el Infierno de Dante para salvar a Mahoma de las llamas del eterno castigo).

En los últimos meses, la Universidad de Greenwich (Inglaterra) ha advertido a los estudiantes interesados en leer 1984 de George Orwell y la Odisea de Homero de que se trata de «material incómodo». En otras universidades del Reino Unido se han hecho advertencias similares sobre las novelas de Robert Louis Stevenson y Charles Dickens.

Amazon en acción

El libro de Ryan T. Anderson, When Harry Became Sally, ha sido retirado de Amazon y de sus plataformas Kindle y Audible. Ryan se atrevió a criticar la teoría de género. «No importa cómo lo digas, ni el rigor de tu argumento o la generosidad con la que lo presentes, sólo importa si confirmas o no la nueva ortodoxia de la ideología de género», escribió el autor en First Things. «¿Sólo venden libros con los que se encuentran de acuerdo? En ese caso, tendrían que esforzarse mucho para explicar por qué ofrecen el Mein kampf de Adolf Hitler».

Hay una durísima campaña en contra de Irreversible Damage, el libro de Abigail Shrier sobre los daños del transgénero en los niños. Shrier cuenta: «Me he convertido en el enemigo público número uno de la izquierda estadounidense. La cadena estadounidense Target dejó de venderlo por su supuesto «contenido transfóbico». Un profesor de Berkeley pidió que se quemara el libro. Ningún periódico importante la reseñó. Chase Strangio, abogado del American Civil Liberties Union, que defendió el derecho a la libertad de expresión de los nazis, tuiteó: «Detener la circulación de este libro y estas ideas es algo por lo que moriría». La American Booksellers Association se disculpó por haberlo publicado. Amazon se negó a publicitar el libro y los empleados dimitieron por su decisión de venderlo».

Antirracismo e islamofilia

Un popular libro para niños de la serie Biff, Chip y Kipper acaba de ser retirado tras las quejas de que la imagen que ofrece de los musulmanes es «racista». La Oxford University Press es la editorial del libro en el que los jóvenes protagonistas son transportados a una tierra extranjera con la ayuda de una llave mágica. Los niños se ven de repente en un mercado callejero abarrotado, que parece estar en algún lugar de Oriente Medio, donde los hombres llevan turbantes blancos y una mujer va vestida con un niqab.

En Alemania, Gabriele Brinkmann, una famosa novelista, se ha quedado sin editorial. Según la editorial, Droste, su novela Wem Ehre Gebuhrt podría «irritar a los musulmanes» y exponer a la editorial misma a intimidaciones. The Jewel of Medina, la novela de la estadounidense Sherry Jones sobre la vida de la tercera esposa de Mahoma, fue comprada y después cancelada por la mega editora Random House.

Puede que sea el dibujante más famoso de Estados Unidos, pero Theodor Seuss Geisel, más conocido como el Dr. Seuss, fallecido en 1991 y autor de más de 60 libros infantiles, entre ellos el mundialmente conocido Grinch, acaba de ver censurados seis títulos suyos y enviados a la papelera por «imágenes racistas e insensibles». No importa que sus libros estén entre los más populares del mundo (650 millones de ejemplares vendidos). Hace apenas seis años, la primera dama Michelle Obama llevó a la Casa Blanca uno de los libros del Dr. Seuss, The cat in the hat. Hace seis años, parece que fue hace un siglo. Mientras tanto, la dictadura de los biempensantes se ha consolidado. En las escuelas estudiamos las Bücherverbrennungen, las quemas de libros de Goebbels. ¿Quién iba a pensar que íbamos a ser testigos de las quemas de libros políticamente correctas?

Publicado por Giulio Meotti en Il Timone

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana

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Comentarios
49 comentarios en “Los nuevos libros prohibidos que no encontraremos bajo las sombrillas
  1. Lo que hace el Gobierno totalitario de Canadá es como lo que hacían los nacionalsocialistas de Hitler.
    Y el Papa calla ante todo esto y encima secunda los «eslogans» de ese Gobierno infame (indigenismo, medio ambiente, etc.).

      1. Usted ha debido querer decir
        «y como hace el lobby gay», que son los nuevos censores.

        Y a quien no le suena el Índice es a usted: los libros listados en él eran los peligrosos para la fe, por lo que un católico no DEBÍA leerlos. Pero si le daba la gana podía hacerlo, que en las librerías se seguían vendiendo.

        1. Hombre claro, porque las librerías vendían de acuerdo con las leyes del país en el que estaban, no de acuerdo a las leyes de la iglesia, no son ustedes menos fanáticos que los otros porque son mas buenos, sino porque perdieron el poder, y el totalitarismo gay no lo imponen los gays, que no pintamos nada, lo impone la izquierda que se aprovecha de los gays y de la estupidez catolica de rechazarlos, simplemente los izquierdistas son mas listos que ustedes, que le vamos a hacer

        2. «Hombre claro, porque…»

          ¿Cómo que «hombre claro», si lo ha puesto como ejemplo de censura? Cuando meta la pata, disimule o calle, que cuando intenta arreglarlo es peor (parece tonto diciendo una cosa y su contraria).

          «…las librerías vendían de acuerdo con las leyes del país en el que estaban, no de acuerdo a las leyes de la iglesia»

          Otra idiotez: en EE.UU., país confesionalmente masónico, se podían comprar en las librerías libros del Índice. Y en la España de Franco, confesionalmente católico, y cuyas leyes sí se ajustaban a la doctrina de la Iglesia, también se podían comprar. Por cierto, el Índice no era ninguna «ley de la Iglesia».

          Conclusión: deje de inventar, que luego dice a otros que parece que no han «estudiado mucho», siendo usted una de las personas más incultas y peor informadas que han pasado por los comentarios de esta página.

    1. Se acerca el martirio de la Iglesia, porque condena la ideología de género y la cultura de la muerte (aborto, eutanasia, suicidio asistido) y la ordenación de hombres.

  2. En España durante más de cuarenta años no sólo se prohibieron libros sino también discos, películas, obras teatrales cuadros…
    Y en cambio os veo encantados con aquel periodo tan funesto en muchos aspectos como este de la censura.

    1. Hay al menos una sutil diferencia en lo que usted acertadamente señala, y es que antes se hacía para salvar a las almas del infierno, y ahora se hace para que acaben en él.
      Nota. A los que no creen en el infierno el padre Pío decía: creerán cuando lleguen a él.

      1. La censura es siempre una barbaridad cultural y un crimen.
        Por lo que entiendo en tu mensaje es que estás a favor de la censura siempre que censuren lo que no te gusta.

        1. La primera parte de su respuesta será así porque usted lo dice; poderoso argumento.
          En cuanto a la segunda ha sido muy corto en su entender.

          1. ¿Y qué esperaba del Probe Migue? Aparte de su obsesión con un señor que se murió hace casi medio siglo, implícitamente reconoce que vivimos en un régimen liberticida y dictatorial, que es como él considera que era al de Franco; por éso lo compara. Además, a él la salvación de las almas le importa un rábano, como puede observarse por su respuesta. Para él, todo es cuestión de gustos, de ahí sus coletillas habituales: «lo que a ti te gusta» o «lo que no te gusta». Todas sus críticas no se basan en si algo es verdad o no, si no en si le gusta o no. Y ya sabemos que sus «gustos» siempre se escoran a babor.

        2. «La censura es siempre una barbaridad cultural y un crimen.»
          ————–
          No. El engaño, la mentira, el error, el mal, no tienen derechos ni deben serles otorgados. Si hubieras leído (y creído) la Biblia, tendrías en claro eso. Verdaderamente que tu futuro es oscuro si te molesta que lo malo sea censurado.

        3. Mira que eres gili po llas, cuando llegues al cielo, si es que llegas claro, que literatura te encontrarás, pues la que sea considerada bien y verdad en si misma, no fuente del mal que será erradicado del mundo. Por eso los papas masones como Pablo VI levantó la prohibición del Indice para que la gente pudiera perder sus almas con mas facilidad. Como la tuya sin ir mas lejos, nefario.

          1. Santa Cruz, llevas razón en tu mensaje, no en tus formas. Sólo religiones como la mahometana desean el castigo y el infierno para los que no son fieles. Los católicos deseamos la salvación de todos, aún de los «malos» porque esa es la verdadera caridad. El mal debe ser combatido y hay que procurar el bien, y rezar por los pecadores -todos lo somos en mayor o menor medida- y por su salvación. Esa es la enseñanza, esperemos que por la misiericordia de Dios y el arrepentimiento, muchos de los que obran mal lleguen a la gloria.

      2. Los musulmanes también creen y los católicos como tú acaban en él, ¿alguna razón para creer en tu infierno y el del Padre Pío y no creer en el suyo?, no parece que tú ni el Pío hayáis estudiado mucho

        1. Sí: la única religión verdadera es la católica. Usted si quiere puede hacerse musulmán y esperar a que le toque el turno para que le cuelguen de una grúa, que es como se las gastan con los gays en algunos países musulmanes.

          Y que diga a otro que no parece haber estudiado mucho, con los disparates que suele decir usted, propios de un ignorante supino, es de chiste.

          1. ¿Y desde cuando algo va a ser verdad solo porque usted lo afirme?, y sinceramente entre que me cuelguen en un país musulmán por gay o me quemen en un país católico por hereje, prefiero lo primero, aunque todavía más prefiero vivir en un país laico, donde usted no puede quemarme como le gustaría y tiene que limitarse a decir chorradas en un blog

          2. «¿Y desde cuando algo va a ser verdad solo porque usted lo afirme?»

            No es verdad porque yo lo afirme: lo afirmo porque es verdad. Y ya debería haberse enterado, porque se lo he dicho mil veces, que no voy a debatir con usted ni sobre la existencia de Dios, ni sobre por qué nuestra religión es la verdadera, ni sobre ningún tema que a usted se le enperejile para desviar los temas de los artículos y noticias o cuando se quede sin argumentos. Demuestre usted sus creencias atrás (porque son creencias), pero hágalo en otro sitio: aquí no le interesa a nadie lo que usted crea. Tendrá que inventarse otra forma de trollear, porque conmigo ha pinchado en hueso.

            Y deje de repetir el mismo mantra sobre quemados en la hoguera: la Iglesia jamás ha quemado a nadie en la hoguera, inculto. En cuanto a países «laicos» (masónicos, realmente) sólo hay 3: EE.UU., Turquía y Francia (muy llenos de musulmanes que le pueden quemar a usted). Elija y ¡buen viaje!

          3. Donde dice: «Demuestre usted sus creencias atrás»,

            debe decir: «Demuestre usted sus creencias ateas».

    2. Aquel periodo no tuvo de funesto nada más que la decencia, la moral católica, el patriotismo, y muestra de ello es que buena parte de la inteligencia no se marchó al exilio.
      Lo de ahora en cambio no es más que escoria.

    3. Lo que no se prohibió es que los lerdos como tú, Probé Migue, proliferaran como setas y aquí tenemos el resultado: un gobierno presidido por Pedro Sánchez, tu líder, y una iglesia pilotada por el camarada Berg, tu referente……y millones de Probes Migues y PEDUS aplaudiendo al unísono………y así nos va….

        1. ¿La censura progre también (la social-comunista, la feminista, la homosexualista, etc.)? Porque de ésa, que es la única existente hoy en día, no le he leído a usted crítica alguna… Además, no sólo se censura la cultura, por lo que no puede ser un ataque cultural censurar lo que no lo es.

          1. ¿Cómo que «también»? ¿No sabe usted leer (es una pregunta retórica)?: «Porque de ésa, que ES LA ÚNICA EXISTENTE HOY EN DÍA, no le he leído a usted crítica alguna». Si quiere criticar la censura, sólo le queda la posibilidad de criticar ésa, pues es la única que existe, no «también».

    4. Las autoridades franquistas controlaban los libros que se publicaban y los que ya existían. Se purgaron las bibliotecas públicas y se hicieron quemas de libros. En A Coruña, por ejemplo, se hizo una pira en 1936 con libros de la biblioteca de Santiago Casares Quiroga. Otro ejemplo: En 1939, para celebrar la Fiesta del Libro, el Sindicato Español Universitario quemó libros: ardieron Voltaire, Lamartine, Marx, Freud o Rousseau. En Barcelona se destruyeron justo después de la Guerra Civil 72 toneladas de libros de editoriales y bibliotecas públicas y privadas.

      1. Sin embargo durante el franquismo se siguieron publicando y vendiendo en cualquier librería los Episodios nacionales de Galdós o La Regenta de Clarín, obras que estaban en las antípodas de los valores del Movimiento. No dudo que hubiese censura porque es cierto, la hubo, pero estoy convencido de que no fue ni con mucho tan férrea como se la pinta.

      2. Y, ¿qué me dice de las numerosas bibliotecas que quemó el rojerío en los monasterios: incunables, libros de valor incalculable? Que se lo digan a los jesuítas de Madrid, al archivero de la catedral de Oviedo…

          1. Igual no: los rojos lo hacían de forma sistemática: destruían iglesias y monasterios, con todas las obras de arte de su interior (cuadros, tallas, retablos, esculturas, tapices, orfebrería, etc.), bibliotecas enteras, universidades, registros, palacios, esculturas… En el régimen de Franco no se ha hecho tal cosa jamás, salvo en su imaginación. Los rojos no eran estúpidos: eran malos y unos criminales.

      3. «Las autoridades franquistas controlaban los libros que se publicaban y los que ya existían. Se purgaron las bibliotecas públicas y se hicieron quemas de libros»

        Qué mala memoria tiene usted (será el virus de la «memoria democrática», que ya le ha atacado): los libros existentes durante el régimen de Franco serían los que dejaron los rojos, que fueron los que se dedicaron a quemar no sólo los libros, sino bibliotecas enteras, los registros, las universidades (como la de Oviedo), etc. Así que, poco le quedaba a Franco por quemar.

        Y no se dedicaron sólo a quemar libros, sino a asesinar a los escritores «que no les gustaban». Los rojos jamás han sido defensores de la cultura, sino que lo que han intentado siempre es imponer «su» cultura. ¿Cómo? Eliminando (literalmente) todo resquicio de cultura proveniente de ámbitos ideológicos no marxistas. Como prueba, aquí está la lista (no exhaustiva) de intelecturales asesinados por los rojos:

        1. Escritores y autores teatrales:

          Ramiro de Maeztu
          Pedro Muñoz Seca
          Luis Carpio Moraga
          Honorio Maura Gamazo

          Poetas:

          José María Hinojosa
          Francisco Vega Ceide

          Catedráticos y Músicos:

          Francisco Beceña González
          Manuel Font de Anta

        2. Fotógrafos y Pedagogos:

          Emilio Juncadella Vidal
          Pedro Poveda Castroverde
          Antonio Torró Sansalvador
          Rufino Blanco Sánchez
          Joaquín Font y Fargas

          Ensayistas:

          Víctor Pradera Larumbe
          Manuel Bueno Bengoechea
          Álvaro López Núñez
          Jesús Requejo San Román
          Emilio Ruiz Muñoz
          José Canalejas Fernández
          Luis Huidobro Laplana
          Francisco Valdés Nicolau

        3. Historiadores:

          Julián Zarco Cuevas
          Lorenzo Lafuente Vanrell
          Fernando de la Quadra Salcedo
          José Polo Benito
          Zacarías García Villada

        4. Arquitectos:

          José Manuel Aizpurúa Azqueta
          Andrés Manuel Calzada Echeverría

          Políticos:

          Rafael Salazar Alonso (ministro en la II República)
          Melquíades Álvarez González-Posada (uno de los artífices de la llegada de la II República en 1931)
          Ramiro Ledesma Ramos
          José Antonio Primo de Rivera
          Francisco Javier Jiménez de la Puente
          José María Albiñana Sanz
          Francisco Javier Jiménez de la Puente
          Francisco Martínez García
          José Martínez Velasco
          Leopoldo Matos Massieu

          Teólogos:

          Juan Bautista Ferreres
          Luis Urbano Lanaspa
          Rafael Alcocer Martínez
          Ignacio Casanovas

        5. Periodistas:

          Manuel Delgado
          José San Germán
          Joaquín Adán
          Enrique Estévez
          Luis Carlos Viada
          Juan de Olazábal
          Estanislao Rico
          Francisco de Paula Ureña
          Santiago Vinardell

          Y ahora, nos cuenta lo de García Lorca y el odio de los «fachas» a la cultura.

        6. ¿Y quien defiende aquí algún bando?
          Tu si que tomas bando por uno de los grupos censores ya que defiendes su censura y críticas la de los oreja.
          Por mi lado la crítica es a in periodo de censura mucho más largo que en que usted describe.

          1. Naturalmente que tomo partido; y sin disimulos: entre los inventados censores que salvaron a la Iglesia y a los católicos, y los rojos endemoniados que destruían todo lo que pillaban a su paso, incluyendo a los católicos, a los que asesinaron por miles y miles, la elección es bien fácil. Y como ya le han dicho por a´hí: la censura no es siempre mala. Depende de lo que se censure: la apología del terrorismo, las violacioes grupales, el infanticidio, y muchas cosas similares, ya lo creo que se debe censurar. Sólo un inmoral puede sostener que es más importante no censurar y dejar libertad para el mal y el delito, que defender a los inocentes. Hay valores muy superiores a esa supuesta «libertad» para el mal (para un católico, antes está salvarse, por ejemplo, cosa que a usted parece importarle una higa).

    5. No compare los libros prohibidos durante el franquismo (que los tenía todo aquel que tenía interés en encontrarlos) con los que están censurando ahora.

  3. A estas alturas de la Historia honestamente pienso que no se puede ser comunista de buena fe. Ocioso sería recordar los atentados a la dignidad de las personas y también a la cultura perpetrados en aras del pretendido paraíso comunista.
    Por otra parte, la censura en los regímenes democráticos no debe tener lugar; solo si se hace apología del delito o se difama o calumnia a alguien deberían secuestrarse las publicaciones. Por eso es fundamental la formación en valores para un adecuado discernimiento de las lecturas y saber decidir entre libros que son edificantes y libros que son basura o que pueden ser útiles para escoger precisamente lo contrario que defienden.
    En fin, corregir obras literarias de valor incuestionable por una revisión actual basada en paradigmas tendenciosos -como señala la noticia de esta web-, además de ser anacrónico, es injusto y bastante cateto.

  4. En resumen…
    No a la censura de los demás que la una válida es la de los míos.
    Por mi todos los que defendéis una u otra censura cultural podéis iros a cagar y me importa poco de que ba do Swan los censores.

    1. En resumen: el caritativo Probe Migue propone que no se censure a terroristas o violadores, que su «libertad» está por encima de las víctimas (pasadas o futuras).

      «todos los que defendéis una u otra censura cultural podéis iros a cagar»

      Con esa frase se demuestra su «cultura; más bien su inexistente cultura. Así que, no tema: nadie le va a censurar a usted aquello de lo que carece.

  5. Primero fue lo de hablar o escribir lo polìticamente correcto. Ahora, la susceptibilidad cultural, religiosa, polìtica, etc., se ha exacerbado tanto que lo que da es miedo y verguenza. A este paso habrà que, despuès de quemarlo todo, reescribir toda la cultura literaria, musical, polìtica, religiosa, etc. Es una oleada de estupidez, por lo que veo, contagiosa en un nivel universal. No tardaràn en meterse con el Quijote y la Biblia o viceversa. ¡Ale, a arrojar los sofàs por la ventana, que ellos son los culpables de lo que haga la pareja de enamorados sobre los mismos! Cuànta estupidez, cuànta ignorancia, cuànto mentecatismo, cuànta pasguatez, cuànta roña espiritual, cuànta subcultura religiosa. «No es lo que entra en el hombre lo que le hace daño, sino lo que sale de su corazòn». Eso es lo que hay que cambiar: el corazòn y la mente del hombre.

    1. Efectivamente: lo que hace daño no son las correcciones a sus habituales disparates (que le entran por los ojos cuando lee las respuestas a sus deposiciones) sino lo que sale de su teclado. A ver cuándo predica usted con el ejemplo, que la teoría nos la sabemos todos (y sin necesidad de sesgar o tergiversar la verdad, como suele hacer usted).

  6. Qué bueno que esta moda todavía no haya llegado a España. Aunque, como importamos toda la mi3rd4 woke de USA y Europa, poco tardará. Nos salva también que en España la gente ya no lee a los clásicos, porque si lo hiciera, la íbamos a tener clara.

    Hace poco me leía el Quijote. Hay un pasaje en el que Dorotea se hace pasar por la princesa Nicomicona, para pedir auxilio a Don Quijote. Ésta dice tener su ínsula en África, y Sancho, que ya se ve como señor de esas tierras, como se lo ha prometido su señor, empieza a fantasear con que podrá traerse de ella unos cuantos «negros», y hacerse rico vendiéndolos. No es el único ejemplo políticamente incorrecto del Quijote, y mucho menos de los clásicos. Pero lo dicho, menos mal que los progresistas no leen nada fuera de su abrevadero.

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