Mons. Héctor Aguer: «El motu proprio Traditionis custodes fue una verdadera calamidad»

Héctor Aguer Héctor Aguer
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Monseñor Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata se ha convertido en uno de los prelados que desde su retiro, no se callan y denuncian públicamente las fechorías de unos y de otros.

El arzobispo argentino no tiene reparos en reprochar a su compatriota, el Papa Francisco, sus errores al igual que a sus colegas alemanes. En su último escrito, Aguer, carga contra el Motu Proprio Traditionis custodes.

«El Papa no es dueño de la liturgia, para hacer de ella lo que se le ocurra, sino su servidor y custodio», advierte el arzobispo emérito. Aguer carga también contra el progresismo y contra el obispo masón Annibale Bugnini.

Compartimos el escrito completo de Monseñor Aguer:

El progresismo, que hace una década ha sentado sus reales en Roma, critica una especie de populismo al revés. El manual del populismo indica que corresponde ganarse la confianza y la adhesión de los jóvenes. Pero sucede que estos desconfían de las desviaciones y aventuras progresistas, prefieren y aman la Tradición. Roma, entonces, los flagela endilgándoles con desprecio el neologismo “indietristas”; son los que miran “indietro”, y anhelan irse “detrás”, que sería mejor que el presente, y que el “progreso” de los progresistas. “Detrás” están las raíces, el Cenáculo y la Cruz, de los que surge la gran Tradición eclesial. Es interesante observar que los jóvenes en general se entusiasmaron con la posibilidad de participar de la Misa de siempre, como lo hizo posible, con gran sabiduría y celo pastoral, Benedicto XVI, quien estableció la forma extraordinaria del Rito Romano, en 2007, mediante su motu proprio Summorum pontificum. Sin duda, no fueron solo jóvenes quienes desde entonces adhirieron a la plurisecular celebración, en la que descubrieron el sentido del Misterio; pero, en particular, las nuevas generaciones quedaron deslumbradas por una exactitud, solemnidad y belleza que desconocían, y que no hallaban en la “celebración eucarística” inventada por el masón Annibale Bugnini, y su corte de especialistas.

El motu proprio Traditionis custodes fue una verdadera calamidad, que obliga a muchos sacerdotes y fieles a la desobediencia, considerada con comprensión (una especie de indulto) por los buenos obispos. Ese úkase papal, contrario a la sinodalidad tan pregonada, ha desautorizado la obra de los grandes pontífices San Juan Pablo II, y Benedicto XVI. “Tornare indietro”, paradojalmente equivale a “andare avanti”, ya que consiste en adherir a la Tradición que es siempre la misma, siempre nueva, no una pieza de museo, sino como una planta viva, según lo percibió y dijo, en el siglo V, San Vicente de Lerins: in eodem scilicet dogmate, eodem sensu, eademque sententia. El Papa no es dueño de la liturgia, para hacer de ella lo que se le ocurra, sino su servidor y custodio. Joseph Ratzinger explica muy bien esto en su Teología de la Liturgia.

Además de vituperar al “indietrismo”, Roma persiste en criticar a quienes utilizan “esquemas muy anticuados” ¡otra caricatura de la Tradición! Habría que “renovar nuestra forma de ver la realidad, evaluarla”. Se afirma, también, que “el único Concilio que algunos pastores recuerdan mejor es el de Trento”. Se dice que no es esto una “tontería”; es peor: una falacia, una burla.

Otro de los blancos del progresismo oficial es el “restauracionismo”, que atribuye a muchos en Estados Unidos; se ve que fastidia que en ese país florezca la gran Tradición eclesial. La acusación versa sobre un “restauracionismo que no habría aceptado el Vaticano II”. Es curioso comprobar que Roma confunda el Concilio con el “espíritu del Concilio”, que fue su arbitraria deformación. La manía progresista considera “signos de renovación” a los grupos “que dan un nuevo rostro a la Iglesia a través de la asistencia social o pastoral”. Un nuevo rostro en el cual Cristo ya no reconozca el de su Esposa.

Los “indietristas” y los “restauracionistas” son quienes comprenden e inspiran su acción en la constitución Sacrosanctum Concilium, texto en el cual la voluntad de los Padres del Vaticano II decretó: “Nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie nada por iniciativa propia en la liturgia” (n. 22). Esta indicación implica que la liturgia ha de caracterizarse por la exactitud del rito. En todo sistema religioso nos encontramos con lo que el jurista romano Pomponio Festo (que era pagano) definió como mos comprobatus in administrandis sacrificiis. Joseph Ratzinger ha interpretado este propósito como la “búsqueda de un modo justo de dar culto a Dios, una forma de oración y de culto comunitario agradable a Dios, que sea conforme a su naturaleza. Cómo glorificarlo de modo que ese culto constituya el camino justo para encontrarnos con Él. Mos significa costumbre, manera, uso, práctica, y también designa a la ley. En el lenguaje cristiano es el rito, la ‘ortodoxia’, legítima glorificación de Dios avalada y sostenida por el Pueblo de Dios, que es la Iglesia”. El Rito Romano se fue formando en los primeros siglos cristianos, y se transmitió inalterado. Muchos santos lo celebraron. En 2007, Benedicto XVI, lo rescató como “forma extraordinaria”, y una multitud de jóvenes lo descubrió como forma perfecta de adoración de Dios, al hacer presente de modo sacramental el Sacrificio de la Cruz. La exactitud –sin rigores subjetivistas– es un valor objetivo en el Rito Romano, protege la adoración del Misterio y permite la unión del celebrante y los fieles con la realidad sobrenatural que se hace presente bajo el velo de los signos sacramentales. En la Eucaristía se glorifica verdaderamente a Dios, y se participa en el Sacrificio de Jesucristo, Verbo Encarnado, y Redentor Resucitado. En la nueva Misa de Pablo VI (de Bugnini, en realidad) ha desaparecido el altar, convertido en una mesa sin Cruz; se omiten las genuflexiones y reverencias, y el celebrante mira a los fieles y se refiere a ellos en un encuentro fraterno, en lugar de encabezarlos para con ellos mirar al Oriente, al Anatolé, que viene para que, por la acción del Espíritu Santo, la comunidad de la Iglesia glorifique al Padre: Con Cristo, por Él, y en Él, todo honor y gloria son dados al Padre.

Otros dos valores se atribuyen al Rito que los “indietristas” y “restauracionistas” cultivan: la solemnidad y la belleza. El primero ha sido liquidado, en la práctica de la nueva Misa, por la banalización; es un encuentro sonriente y amical en el que el sacerdote oficia de animador. Se cuida especialmente que el ambiente que se crea, eliminando la exactitud ritual, resulte “casero”, cotidiano, ordinario. De este modo se busca atraer multitudes, sin advertir que la solemnidad custodia la Fe, don invalorable de Dios, y que la Eucaristía es una fiesta de la Fe.

Por belleza se entiende no solo el escenario que ha de estar dispuesto con arte, sino el conjunto, la totalidad y su perfección. Un solo aspecto es oportuno destacar: la música. El canto llano (gregoriano) y la polifonía ejecutados “a capella” y el órgano, son reemplazados por la guitarra, no ejecutada como una cítara (notar el parentesco entre guitarra y cítara) sino mal tocada, castigada. El texto y la melodía elemental y percusiva conforman una cancioncilla insignificante, sin valor musical ni cultural alguno. El Rito Romano ha dado lugar a creaciones de un arte superior, que se difundieron e hicieron famosas en el ámbito secular. Los más grandes compositores de Occidente, del siglo XVII, ofrecieron a la Iglesia y al mundo un tesoro maravilloso. Es imposible en las dimensiones de un artículo recoger los nombres que integran una lista célebre de autores de misas, oratorios, himnos y piezas de inspiración religiosa. A modo de ejemplo cito: desde la Misa en Si menor, de Bach, hasta las Veinte miradas sobre el Niño Jesús, de Olivier Messiaen. Esa riqueza musical al servicio de la Iglesia fue netamente popular. En las ciudades y hasta en aldeas, con modestia de medios, la belleza del culto fue siempre cultivada. Un sano “indietrismo” puede hoy día poner nuevamente en circulación ese tesoro, aun fuera de la celebración litúrgica, presentando las composiciones en los templos, en un contexto de oración. Es oportuno reconocer que no solo se ora rezando o cantando, sino también oyendo, escuchando con los oídos y con el corazón. La fecundidad de la Iglesia, con su estímulo, ha promovido la creación musical y ha ejercido durante siglos un mecenazgo que debe ser reconocido (y lo es por los historiadores) y que puede actualizarse para gloria de Dios y educación de los pueblos. Insisto: la belleza del culto puede hacerse popular si es cultivada oficialmente, si vuelve a encontrar un lugar necesario en la liturgia. No hay nada menos popular que el populismo. Roma sigue siendo el centro de Occidente; no le sienta bien adoptar el pauperismo de una lejana republiqueta.

Los valores de exactitud, solemnidad y belleza, si son cultivados en la liturgia van dejando una impronta cultural que constituye una riqueza de la evangelización. Una lectura objetiva, sin prejuicios ideológicos de la constitución Sacrosanctum Concilium, deja ver la coherencia del Vaticano II con la gran Tradición eclesial. Cosa muy distinta es la reforma de los ritos, especialmente del rito de la Misa; obra de Bugnini, y su gente. Sectores del movimiento litúrgico, coloreados de racionalismo, no han percibido el arraigo popular de las mejores realizaciones del secular ejercicio concretado en la Misa de siempre, que ha manifestado la unidad de la Iglesia. Incluyo a esta altura de la reflexión una larga cita de Joseph Ratzinger – Benedicto XVI, que expresa lo que intento decir: “Una Misa celebrada en una aldea de la Alta Baviera aparecía muy diferente de una Misa solemne en una catedral francesa, y ésta a su vez de una Misa en una parroquia de Italia meridional, o bien en una aldea montañosa de los Andes, y así lo demás. La ornamentación y la disposición del altar, como también de la Iglesia entera, el servicio litúrgico, el modo de cantar y de orar, todo eso confería a la liturgia una particular fisonomía, de tal modo que en ella uno se sentía completamente ‘en casa’. Y sin embargo se la podía experimentar en todas partes como la única y la misma, percibiendo así la gran comunidad de la Fe. La unidad del rito otorga la experiencia real de la Communio; donde eso es respetado y al mismo tiempo animado no hay contraposición entre multiplicidad y unidad”.

Los “indietristas” y “restauracionistas” solo desean sentirse “en casa” cuando van a Misa. Tornare indietro es, en realidad, andare avanti, ser impulsados por el río de la gran Tradición. Restaurar equivale a reconstruir, reedificar el modo siempre vigente. No hay pasado muerto, maloliente, como Lázaro después de cuatro días de sepulcro; es algo vivo, presente, perenne, que hemos de transmitir al futuro. Esa es la novedad y juventud del cristianismo. Roma repudia ahora, en intervenciones que causan gran confusión por su voluntaria ambigüedad, el uso de lo que llama “esquemas muy anticuados”, y propone “renovar nuestra forma de ver la realidad, de evaluarla”. Un propósito éste de progresismo elemental, que solo conseguirá el aumento de los “indietristas” y “restauracionistas”, ya que el sentido común cristiano invita a adherir a esas saludables posiciones.

 

+ Héctor Aguer
Arzobispo Emérito de La Plata
Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
Académico de Número de la Academia de Ciencias y Artes de San Isidro.
Académico Honorario de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino (Roma).

Buenos Aires, lunes 18 de julio de 2022.-

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Comentarios
35 comentarios en “Mons. Héctor Aguer: «El motu proprio Traditionis custodes fue una verdadera calamidad»
    1. Es la muy respetable opinión de un obispo emérito, aunque siendo una opinión más no tiene mayor trascendencia, no forma parte del sensus fidei de la Iglesia. La Liturgia es dinámica, no es estática, tal parece que este obispo no entiende eso, siendo una lástima que sus reflexiones no contribuyen en nada a crear unidad en la Iglesia.

      1. Nunca ha negado que sea dinámica. Es más, creo que nadie en la Iglesia, incluso los más tradis, sostienen esto. Lo que dice es lo que sostuvo Ratzinger en su tiempo: «se tiro el edificio antiguo y se construyó uno nuevo»

        1. Que pena que como sacerdote, obispo y arzobispo, es decir cuando todavía estaba en carrera no se haya expresado jamás en este sentido y más aún, jamás haya rezado en público la misa de siempre.

      2. Menos mal que está aquí el PEDU, el Gran Teólogo y liturgista de fama universal que viene aquí a ilustrarnos a todos nosotros incluido Monseñor Agüero con su sabiduría y buen hacer. Sus flatulencias y ventosidades pasan a ser desde ahora Magisterio Infalible y su cretinismo agudo pasa a ser Patrimonio de la Tradición. Gracias PEDU por sacarnos de nuestra ignorancia, NUNCA te podremos agradecer suficiente tu pestilencia, perdón, tu sabiduría

      3. «La Liturgia es dinámica», dice.

        El trolleo del Probe Edu sí que es ‘dinámico’: hay que ver qué vaivenes: igual se pone estupendo y se lanza a pontificar, que llama «puta» o «perros y perras rígidas» a los demás comentaristas.

        «siendo una lástima que sus reflexiones no contribuyen en nada a crear unidad en la Iglesia»

        La lástima no es que las verdades dichas por Mons. Aguer no contribuyan a «crear la unidad en la Iglesia», ya que no hace falta, pues la Iglesia siempre ha sido Una, como confesamos en el Credo (así la creó Cristo desde el minuto uno), sino que usted sea un farsante dando la plasta continuamente.

        1. Todas esas expresiones que le llaman la atención por ofensivas y asquerosas no son nuevas, estuvieron en la boca de Lutero que llamó a los sacerdotes y monjes de esa manera y ahora se puede hablar de una protestantización de la Iglesia católica.
          Hay gente que no entiende qué significa protestantizar la Iglesia, ser reformista.
          Se lo explico, significa la creación de 30.000 religiones e Iglesias protestantes y reformistas separadas.
          Ese es el gran cisma preparado y fomentado desde dentro.
          Les molestaba la unidad y salieron a hacer lío.
          Cada uno a crear su Iglesia católica reformista nacional y popular.
          Cada uno por su quinta.
          Allí está el cisma alemán por el camino sinodal y el cisma chino por el acuerdo secreto de Bergoglio.
          Allí, están los cismas que se vienen porque la pluralidad de creencias, moral y ritos debe dar generar división y un hombre no puede servir de unidad ni siquiera un papa salvo que sea un hombre Dios o se haga pasar por tal.

      4. Éste sí que es un obispo como Dios manda. Además de valiente es culto y conocedor de la liturgia. No como el viejo baboso de Roma que se cree dueño de la Iglesia y de su liturgia.

      5. ¿Cómo que no tiene importancia lo que dice un monseñor que conoce además muy bien al papa? Lo que no tiene trascendencia es lo que dices tú.

      6. The liturgy is dinamic not extatic ! Edu, what is this ? All of a sudden you have become an expert on the liturgy ? At this rate you will win the gold medal awarded to troll of the year !! No eres mas tonto porque seguramente no entrenas.

    2. Mons Aguer en defensa de la verdad y lo correcto.

      Que Dios lo bendiga, no creo que documento alguno de Bergoglio Francisco, sirva algo mejor que atorar una puerta, yo prefiero más una piedra para atorar una puerta.

  1. Falacia «ad hominem», es decir, lo que «dice Aguer no tiene ninguna importancia porque está resentido». Primero, quién es usted para meterse en el corazón de la gente? Segundo, aunque lo que dice sea verdad, que tiene que ver una cosa con la otra. En mi opinión, Francisco no le llega ni a la altura del zapato a Aguer. Nada más que se vea cómo escribe uno y otro. Se puede estar más o menos de acuerdo con lo que dice. Yo creo que en muchas cosas, razón no le falta

  2. Me encanta Monseñor Aguer, y más cuando leo los posteos bergogliano-modernistas, llenos de odio a su figura, el mismo odio que le tiene Bergoglio a todo quien es fiel a la religión católica, y no a sus caprichos. Pero es como siempre: los papólatras renuncian a obedecer a 263 Papas, para obedecer sólo a uno; los modernistas renuncian a obedecer a 21 Concilios Ecuménicos, para obedecer sólo a uno…

  3. El Papa no es dueño de la Iglesia, pero actúa como si lo fuera, ni puede hacer lo que se le ocurra, y sin embargo lo hace. Por eso no debemos secundarle sino refutarle.

    1. Ni tú dueño de la verdad. Deja de estar atacando al Sucesor de Pedro y ten una pizca de humildad, tus odio al Papa, nada disimulado por cierto, no es edificante.

      1. Tu estupidez supina sí que es edificante para todos los que te leemos PEDU, cuanto nos haces reír con tus ventosidades

      2. No os metais con el futuro obispo modernista Edu. Su defensa rocosa de la bestia bien le merece un obispazgo. Otros he visto yo que han pasado por la Logia y la mitra y no se han empleado tan a fondo defendiendo al jefe.

  4. Mientras Fariseos y Saduceos se pelan, en el mundo va naciendo una nueva iglesia. Es el fin de los tiempos: nueva liturgia, nueva moral; nuevo el concepto de Dios. Recen para que se cumpla la voluntad de Dios y no la de los hombres.

  5. Así hablan los profetas. Monseñor Héctor es un profeta. Es un hecho que lo van a denostar como lo hicieron con los antiguos profetas de Israel.

  6. En los primeros siglos los Papas juraban no cambiar los ritos de los Sacramentos, ya que estos eran de origen apostólico, por tanto , tal como dice el catecismo, «Por la Escritura y la Tradición nos viene la palabra de Dios».
    Los Papas durante siglos respetaron y ampliaron tales ritos Sacramentales, pero nunca se cambiaron. Trento los canonizo, y declaró anatema quien osare cambiar algún rito sacramental.
    En la ceremonia de coronación de los Papas, que se hizo hasta Pablo VI, juraban defender la Tradición.
    Por lo visto, algunos Papas del s. XX se creyeron superiores y dueños de la Tradición. Así estamos.

  7. Justamente «la manera cómo se lo cargó», como usted dice, habla de venganzas y resentimientos lamentables por parte de la jerarquía…
    Sin contar que en este pontificado, ser «misericordiado»se ha convertido en una marca de honra… considerando las «características» de los que son ascendidos y celebrados…

  8. ¿Y a quién le interesa lo que diga un troll anticatólico y frustrado como usted? A ver si aprende ortografía y sintaxis de una vez, y deja de aporrear el teclado llenando la sección de comentarios de ultra disparates mal escritos (y repase lo escrito antes de publicar, que el corrector automático de los móviles es muy chivato y acaba sustituyendo algunas palabras por las que habitualmente utiliza usted en sus búsquedas, como ese «guarra»).

  9. Me pregunto si sois católicos. Pones a gente que dice ser católica a atacar al Papa. Interesante que hablen mal de los alemanes y del llamado camino sinodal. Eres igual que los alemanes progresistas. Si el magisterio no confirma vuestras tesis cismáticas, no es bueno, no es católico. Sois la misma cara de la moneda alemana que intenta destruir la Iglesia, sois tan cismáticos como los alemanes. Si los alemanes progresistas están fuera de la Iglesia, tú también, dos extremos que no necesitamos en la Iglesia Católica. Estás fuera de la Iglesia cuando atacas al Papa. Ustedes son hipócritas.

    1. Es lo bueno que tienen los nuevos aires de la iglesia, que cualquier majadero sin ninguna idea se puede poner en plan teólogo y al minuto ya está lanzando anatemas. No hace falta saber nada sobre la fe solo pegarse como una lapa a todas las majaderías que diga la bestia argentina, sobre todo si se rie de Cristo y de su Madre, cosa que hace constantemente. Porque para estos cretinos, católico es todo lo que diga su «papa» favorito y Cristo y los apóstoles son solo unos señores que pasaron por ahi hace mucho tiempo.

  10. San Atanasio fue desterrado al exilio CINCO VECES.
    En el año 328, contando con treinta y cinco años, fue elegido obispo de Alejandría, siendo el vigésimo Patriarca de Alejandría título que precede al de papa de la Iglesia copta o Patriarca de la Iglesia ortodoxa previo al cisma del año 451 (tras el desacuerdo del Concilio de Calcedonia).

    En su cargo como obispo de Alejandría, sufrió el acoso de los arrianos, cuando el emperador se dejaba influir por estos. Fue detenido y desterrado hasta cinco veces, en las siguientes fechas:

    335-337, a Tréveris, bajo Constantino I;
    339-345, a Roma,1​ bajo Constancio II;
    356-361, al desierto egipcio, bajo Constancio II;
    362-363, bajo Juliano el Apóstata;
    365, bajo Valente.

    Todos recordamos a San Atanasio.
    De los nombres de los Indignos Papas que lo enviaron al destierro, no se acuerda nadie.

    Solo figuran el la Historia de la Infamia.
    El actual Chamapapa, ya tiene su lugar en ella.

  11. Gracias por publicar esta lección de Mons. Aguer resaltando la riqueza de la
    Liturgia que es nuestra, y nos refuerza en la determinación de preservarla y peotegerla, aunque no se cómo! Muchas gracias.

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