Gil Tamayo se despide de la diócesis de Ávila

Gil Tamayo
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A través de una carta publicada en la página web de la diócesis de Ávila, José María Gil Tamayo, ahora Administrador diocesano de la diócesis de Ávila, ha querido despedirse de toda la comunidad cristiana abulense: sacerdotes, fieles laicos, miembros de vida consagrada e instituciones públicas.

Gil Tamayo será administrador apostólico de esta diócesis hasta el 1 de octubre, cuando tome posesión como obispo coadjutor de la archidiócesis de Granada.

Compartimos la carta de despedida de Gil Tamayo a los fieles de Ávila:

Al hacerse público mi nombramiento como Arzobispo Coadjutor de la Archidiócesis de Granada quiero dirigirme a vosotros, mis queridos fieles de la Diócesis de Ávila, que el Señor me confió como Obispo vuestro hasta ahora. Son muchos los sentimientos que afloran en mí desde que el Sr. Nuncio me comunicó en nombre del Papa Francisco mi nuevo destino.

En primer lugar y ante todo siento un profundo agradecimiento a toda la diócesis de Ávila por lo vivido en estos pocos años que he pasado entre vosotros. Años difíciles y de sufrimiento por la pandemia del COVID-19 que tanto daño ha hecho a la entera sociedad y que yo personalmente he experimentado de manera grave y, gracias a Dios y a vuestras oraciones, cuidado y cariño pude superar a la par que aprender que somos dependientes de manera radical de Dios y de los demás. Con gratitud no olvidaré nunca vuestro cuidado, ayuda y ejemplo solidario como Iglesia y sociedad abulense entera en estos años.

Como no olvidaré tampoco que en esta diócesis fui ordenado Obispo e inicié mi ministerio episcopal y además de sentirme acogido con un verdadero cariño fraterno por vosotros me habéis enseñado tantas cosas de vuestra forma de vivencia cristiana recia y fiel, de espiritualidad profunda y de un gran sentido festivo y solidario. Se me haría interminable la lista de personas e instituciones a quienes estoy agradecido, pero no quiero dejar de referirme especialmente a los miembros de la nuestra comunidad cristiana abulense. En primer lugar a mis más estrechos colaboradores: el consejo episcopal y a los sacerdotes del presbiterio de Ávila. Ellos me han ayudado y enseñado a ser obispo y me han hecho sentir una verdadera fraternidad en lo humano y cristiano. No olvidaré su ejemplo de entrega generosa en el servicio pastoral hasta el final de sus vidas y pido que Dios nos conceda nuevas vocaciones que continúen vuestra tarea y estilo.

Mi agradecimiento también a los miembros de la Vida Consagrada, tan importante en nuestra diócesis, en cuyas comunidades religiosas siempre he encontrado colaboración y un verdadero sentir con la Iglesia diocesana en sus tareas pastorales, educativas y caritativas, que tanto bien hacen a la entera sociedad abulense. Mi gratitud especial para con las monjas de nuestros monasterios contemplativos en cuya oración y sacrificio he sentido la fortaleza para mi servicio pastoral. ¡Dios os lo pague y no dejéis de rezar por este Obispo!

Mi acción de gracias es también con todo mi corazón para vosotros, queridos fieles laicos, de nuestras parroquias esparcidas por la capital y toda la provincia, así como a los miembros de las cofradías y hermandades, movimientos y asociaciones, que hacéis presente la Iglesia en toda la sociedad abulense en las distintas tareas pastorales en las que trabajáis, desde el ámbito educativo y catequético a la acción social y
caritativa pasando por la religiosidad popular y celebrativa. Me he sentido entre vosotros como verdadero pastor acogido por su pueblo. ¡Seguid creciendo en vuestro sentido de pertenencia y compromiso eclesial que tanto necesita la Iglesia para su misión!

Deseo dar también gracias a las instituciones y autoridades abulenses de todas las administraciones en las que he encontrado siempre colaboración y con las que he compartido nuestro servicio al bien común de todos los ciudadanos abulenses. No quiero terminar este mensaje sin pedir perdón a Dios y a vosotros por lo que en el ejercicio de mi ministerio no haya sido concorde a lo que se esperaba de vuestro
obispo.

No os olvidéis de seguir rezando por mí en la nueva tarea que se me encomienda, yo lo haré siempre por vosotros acudiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María en sus distintas advocaciones abulenses y a nuestros santos, especialmente Segundo, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Pedro de Alcántara, Pedro Bautista y Vicente, Cristeta y Sabina y demás mártires abulenses. Recibid todo mi cariño y bendición.

José María Gil Tamayo, nombrado obispo coadjutor de la archidiócesis de Granada

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