La celebración de las fiestas del orgullo gay han centrado el último encuentro telemático de la comunidad de Lanceros de España. Lo que preocupa a esta comunidad no es que existan sacerdotes con tendencias homosexuales, al margen de la dudosa labor de algunos seminarios y congregaciones de religiosos que permitieron su ordenación. Genera alarma el proceso de normalización de la homosexualidad en la Iglesia española tal y como se ha podido comprobar a través de las últimas noticias recibidas en la comunidad.
El caso del exvicario de Sevilla, Jesús Donaire, ha destapado una red de contactos entre miembros de la Iglesia destinada a la aceptación eclesial de la orientación homosexual y lesbiana, incluso de las prácticas. Donaire está dando forma a esa red de contactos de sacerdotes y religiosos so capa de atención personal y espiritual. Se comenta que no se descarta que el lobby gay intente colocar un secretario general de la Conferencia Episcopal afín. Hay un candidato tapado por determinados medios que se prestaría a ello.
Los corresponsales de nuestra comunidad, repartidos por la geografía española, han contribuido a trazar un mapa del lobby gay en la Iglesia española lo más preciso posible. Obviaremos, por razones de prudencia, toda referencia a los nombres de los protagonistas. Mapa que se inicia en Andalucía, la comunidad autónoma española con una importante presencia de sacerdotes y religiosos homosexuales activos. En esa región el anterior arzobispo de Sevilla tuvo que afrontar varios casos que arrancaban de la época del Seminario. Ahora le toca al nuevo arzobispo rematar.
Junto a Sevilla, la diócesis de Jaén y Almería son dos focos importantes. En Jaén los últimos cambios del obispo han apartado a miembros del lobby de los círculos de poder. En Almería se agudizan algunas actuaciones del entorno del lobby en revancha por lo que había hecho el anterior obispo. Huelva, que tuvo problemas importantes hace años, parece controlada. En Granada el lobby fue muy activo contra el arzobispo a propósito de algunos casos mediáticos. Ahora esperan la llegada del nuevo arzobispo en busca de cargos de relevancia en la curia.
Madrid y Barcelona son, numéricamente, dos diócesis en las que hay de todo. En Madrid los núcleos del lobby gay tiene una significativa presencia en la curia y en la catedral. La frecuencia con la que el vicario José Luis Segovia, especialista en atención pastoral a los abusados sexualmente por el clero, imparte conferencias a los miembros de las asociaciones gays de cristianos y cristianas forma parte de ese proceso de inclusividad.
En Barcelona, hay también una presencia fuerte en algunas oficinas diocesanas y en el entorno de los centros académicos. En la ciudad condal es muy activo el núcleo del ex miembro de la Congregación para la Doctrina de la fe, el exsacerdote Krzystof Charamsa, cuyo compañero es una persona con poder en el gobierno de la Generalidad. Conexión con sacerdotes españoles en Roma. Lo mismo ocurre en Valencia, con algún caso conocido que suele producir escándalo. En las diócesis de las islas, Mallorca y Tenerife se llevaran la palma.
Este mapa rosa de la Iglesia tiene otros puntos de colores intensos. Valladolid es uno de ellos, aunque en los últimos años se han hecho importante esfuerzos por solucionar los problemas de tiempos pasados. Segovia ha tenido también sus más y sus menos. En Galicia, Mondoñedo y la metropolitana no pasan desapercibidas.
La presencia del lobby gay en el ámbito de los religiosos es conocida por los superiores. No se puede hablar de un instituto de vida religiosa que tenga más miembros que otros. En casi todas hay algún caso. Miembros jóvenes suelen ser activos en redes sociales, incluso más que los sacerdotes seculares. Han estado presentes también ocupando cargos en la CONFER.
Un ámbito de presencia de miembros del lobby es el de los medios de comunicación dedicados a la Iglesia. La revista Vida Nueva publica con frecuencia temas sobre la homosexualidad en la Iglesia. Parece interesada en el cambio de la doctrina sexual y en la normalización eclesial. Lo mismo ocurre con alguna otra publicación de religiosos de menor relevancia.
¿Y obispos? La comunidad suspende, temporalmente, el juicio. Solo deja constancia de la frecuencia con la que algunas personas que no ocultan su condición homosexual se fotografían últimamente con algún obispo español y lo cuelgan en las redes. Fotografías que no son de actos litúrgicos. No es previsible que haya un caso Novell por esta tendencia.
Diego Lanzas