Monseñor Cañizares ha dedicado su carta pastoral de esta semana al «esplendor de la verdad».
Para ello, cita la Encíclica del papa Juan Pablo II Veritatis Splendor, «un texto de máxima importancia, tal vez uno de los más importantes y de más largo alcance del magisterio de Juan Pablo II», asegura el cardenal.
Afirma Cañizares que «llegó en el momento oportuno» y su «actualidad es indiscutible años después por la situación que estamos viviendo tanto en el seno de la comunidad católica como en el de la sociedad en general».
El arzobispo de Valencia cuenta como «al interior de la comunidad católica se habían difundido “muchas dudas y objeciones de orden humano y psicológico, social y cultural, religioso e incluso específicamente teológico, sobre las enseñanzas morales de la Iglesia” (VS 4); esto había creado un cierto desconcierto y conducido, con frecuencia, a una especie de cristianismo “a la carta” en el que se seleccionan arbitrariamente y según los propios gustos y conveniencias los comportamientos morales».
Además, el purpurado sostiene que «la sociedad, en general, padece una aguda y amplia crisis moral que se evidencia, entre otras cosas, en un pluralismo ético desbordado, en una desmoralización de la sociedad, en una incapacidad para ofrecer respuestas válidas para todos a las grandes cuestiones que hoy tienen planteadas los hombres de nuestro tiempo, en un no saber qué es lo bueno y lo malo, lo recto y lo justo».
En referencia a la Encíclica del santo papa polaco, Cañizares subraya que Juan Pablo II «no considera la moral como un conjunto de prohibiciones o de obligaciones derivadas de unos imperativos añadidos desde el exterior. La Encíclica describe el comportamiento moral como el camino hacia la vida en plenitud».
El cardenal Cañizares hace hincapié en que para él, «la clave de la moral, su fundamento, conforme a las enseñanzas de la Iglesia recordadas en la Encíclica por el Papa, está en la afirmación de Dios, creador y salvador, y del hombre, inseparable de Dios, creado conforme a su imagen, y de Jesucristo, verdadera y original imagen de Dios, y, por tanto, modelo según el cual fue hecho el hombre por su Creador, fuente y origen de todo bien». En ese sentido, el arzobispo añade que «hay en el hombre una verdad, una ley, puesta por Dios, el Creador, que no se da él a sí mismo ni la crea por sí mismo».
«La Encíclica parte del presupuesto de que nuestra misma esencia como hombres indica una dirección para nuestra existencia que no es inventada por nosotros, sino encontrada y reconocida», agrega Cañizares en su misiva.
Cañizares escribe que «en la Encíclica Veritatis Splendor, el papa Juan Pablo II, recordando la enseñanza de la Iglesia, señala como clave del comportamiento moral el vínculo entre la verdad, el bien y la libertad. El perder de vista este vínculo es uno de los aspectos más de fondo que se hallan en la base de la actual crisis moral».
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El primero que padece una «aguda y amplia crisis moral» es el Papa, cómplice del aborto, de las comuniones sacrílegas de abortistas como Biden y Nancy Pelosy, de la ideología de género, etc.
Y lo peor es que la degradación ética de Francisco, debido al cargo que ocupa y la proyección pública que tiene, influye sobre muchos, de modo que el Papa contribuye a la perversión moral de mucha gente.
Monseñor Cañizares hace bien en citar a San Juan Pablo II, ya que, a diferencia de Francisco, el Papa polaco era íntegro y honesto, valiente y firme en la denuncia contra los pecados del mundo, y de un preclaro magisterio que orientaba a los fieles hacia el esplendor de la verdad.
San Juan Pablo II ora pro nobis.
Cañizzzzz…
Cañizares es una buena voz en la Iglesia.
Nosotros las ovejas nos hemos descarriado porqué muchos entraron a trabajar como pastores, y no lo eran.
Unas nos quedamos haciendo un grupo, otras otro, siguíen los falsos silbos del disfrazado, otras se brincaron las trampas por sentirse sin quién las llamara,
Y así,, el cerco de la Iglesia se abrió de par en par para que entraran los animales que quisieran, y entró su depredador natural: el lobo.
Y ahí andámos, lobos por todos lados, esquivándolos unos y dejándose devorar otros.
Nadie los corre, nadie está de guardia, a nadie le interesa el destino de las ovejas, salvo a ésos buenos pastores que luchan como goliat contra el gigante del NOM.
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Spes, es cierto que muchas ovejas se han descarriado, pero esas no son las que componen el rebaño del Señor. Porque estas últimas, gozan de una gracia sobrenatural, prometida por Cristo, por la cual ellas NO ESCUCHARÍAN LA VOZ DE LOS EXTRAÑOS.
“En verdad, en verdad, os digo, quien no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es un ladrón y un salteador. Mas el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz, y él llama por su nombre a las ovejas propias, y las saca fuera. CUANDO HA HECHO SALIR TODAS LAS SUYAS, VA DELANTE DE ELLAS, Y LAS OVEJAS LE SIGUEN PORQUE CONOCEN SU VOZ. **MAS AL EXTRAÑO NO LE SEGUIRÁN, ANTES HUIRÁN DE ÉL**, PORQUE NO CONOCEN LA VOZ DE LOS EXTRAÑOS”. Jn 10:1-5
Si las ovejas han seguido a los extraños, entonces no pueden ser ovejas del Señor PORQUE EL DIJO QUE LAS SUYAS, HUIRÍAN DE LOS EXTRAÑOS.
Tienes razón Rubén (de Argentina)
Los que han huido nunca han sido.
Don Antonio Cañizares ¿es que no se da cuenta de la tremenda aportación que han hecho Vds. al caos doctrinal que padecemos con su elección en el cónclave del 2013? Siempre echando la culpa al relativismo, al materialismo, al hedonismo y olvidando el que seguramente es el primer factor causal de esta situación es la decadencia de la Iglesia Católica encarnada hoy en el Papa de la pachamama y del olvido de los mártires al que Vds votaron en el Cónclave del 2013.
Las porquerías que hoy sufrimos vienen impulsadas «de arriba», de la pol´´ítica y los políticos al amparo de la Constitución de 1978, tan amada por no pocos de nuestros obispos. En la sociedad hay mucho MAL, traído y llevado artificialmente, difundido por los medios de comunicación, mostrado impúdicamente como ejemplo… Entre unas élites miserables y un pueblo masificado, éste sigue a aquellas como un borrego.
La SOCIEDAD PADECE, pero sobre todo SUFRE a quienes la corrompen desde hace décadas, a derecha e izquierda.