Homosexualidad y Magisterio de la Iglesia

Jesus Silva doctrina homosexualidad
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(Jesús Silva/Religión en Libertad)-Ante las declaraciones equívocas que se están haciendo respecto a las personas con atracción por el mismo sexo y la postura de la Iglesia (particularmente ante el hilo de Twitter publicado por Damián Montes con palabras del santo Padre) intentando justificar los actos homosexuales, me veo obligado a publicar aquí la Doctrina del Magisterio de la Iglesia para que nadie quede confundido sobre lo que de verdad dice la Iglesia ante esta cuestión:

El Magisterio de la Iglesia y la cuestión de la homoseuxalidad:
Catecismo 2357 – 2359: «Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”.

Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza.

Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
Están llamados a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana».

DES 8: «Las personas homosexuales deben ser acogidas en la acción pastoral con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales.
Pero no se puede emplear ningún método pastoral que reconozca una justificación moral a estos actos por considerarlos conformes a la condición de esas personas. Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su ordenación necesaria y esencial».

HP 3: «Hay que distinguir entre condición o tendencia homosexual, y actos homosexuales. Estos últimos venían descritos como actos que están privados de su finalidad esencial e indispensable, como «intrínsecamente desordenados» y que en ningún caso pueden recibir aprobación.

Sin embargo, en la discusión que siguió a la publicación de la Declaración, se propusieron unas interpretaciones excesivamente benévolas de la condición homosexual misma, hasta el punto que alguno se atrevió incluso a definirla indiferente o, sin más, buena.

Es necesario precisar, por el contrario, que la particular inclinación de la persona homosexual, aunque en sí no sea pecado, constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral.

La inclinación misma es objetivamente desordenada. Quienes se encuentran en esta condición deben ser objeto de una solicitud pastoral, para que no lleguen a creer que la realización concreta de tal tendencia en las relaciones homosexuales es una opción moralmente aceptable.

Una de las dimensiones esenciales de una auténtica atención pastoral es la identificación de las causas que han creado confusión en relación con la enseñanza de la Iglesia. Entre ellas se señala una nueva exégesis de la Sagrada Escritura, según la cual la Biblia o no tendría cosa alguna que decir sobre la homosexualidad, o incluso le daría en algún modo una tácita aprobación, o en fin ofrecería unas prescripciones morales tan condicionadas cultural e históricamente que ya no podrían ser aplicadas a la vida contemporánea.

Tales opiniones, gravemente erróneas y desorientadoras, requieren por consiguiente una especial vigilancia. La doctrina de la Iglesia sobre este punto no se basa solamente en frases aisladas, de las que se puedan sacar discutibles argumentaciones teológicas sino más bien en el sólido fundamento de un constante testimonio bíblico. Asimismo es esencial reconocer que los textos sagrados no son comprendidos realmente cuando se interpretan en un modo que contradice la Tradición viva de la Iglesia.

La interpretación de la Escritura, para ser correcta, debe estar en efectivo acuerdo con esta Tradición. La actividad homosexual no expresa una unión complementaria, capaz de transmitir la vida, y por lo tanto contradice la vocación a una existencia vivida en esa forma de auto-donación que, según el Evangelio, es la esencia misma de la vida cristiana. Esto no significa que las personas homosexuales no sean a menudo generosas y no se donen a sí mismas pero cuando se empeñan en una actividad homosexual refuerzan dentro de ellas una inclinación sexual desordenada, en sí misma caracterizada por la auto-complacencia. Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios.

La Iglesia, cuando rechaza las doctrinas erróneas en relación con la homosexualidad, no limita sino que más bien defiende la libertad y la dignidad de la persona, entendidas de modo realístico y auténtico.

Sin embargo, en la actualidad un número cada vez más grande de personas, aun dentro de la Iglesia, ejercen una fortísima presión para llevarla a aceptar la condición homosexual, como si no fuera desordenada, y a legitimar los actos homosexuales.

Quienes dentro de la comunidad de fe incitan en esta dirección tienen a menudo estrechos vínculos con los que obran fuera de ella. Ahora bien, estos grupos externos se mueven por una visión opuesta a la verdad sobre la persona humana que nos ha sido plenamente revelada en el misterio de Cristo. Aunque no en un modo plenamente consciente, manifiestan una ideología materialista que niega la naturaleza trascendente de la persona humana, como también la vocación sobrenatural de todo individuo.

Los ministros de la Iglesia deben procurar que las personas homosexuales confiadas a su cuidado no se desvíen por estas opiniones, tan profundamente opuestas a la enseñanza de la Iglesia.

Sin embargo el riesgo es grande y hay muchos que tratan de crear confusión en relación con la posición de la Iglesia y de aprovechar esta confusión para sus propios fines.
Dentro de la Iglesia se ha formado también una tendencia, constituida por grupos de presión con diversos nombres y diversa amplitud, que intenta acreditarse como representante de todas las personas homosexuales que son católicas.

Pero el hecho es que sus seguidores, generalmente, son personas que, o ignoran la enseñanza de la Iglesia, o buscan subvertirla de alguna manera. Se trata de mantener bajo el amparo del catolicismo a personas homosexuales que no tienen intención alguna de abandonar su comportamiento homosexual. Una de las tácticas utilizadas es la de afirmar, que cualquier crítica o reserva en relación, con su actividad y con su estilo de vida, constituye simplemente una forma de injusta discriminación.

La Iglesia es consciente de que la opinión, según la cual la actividad homosexual sería equivalente, o por lo menos igualmente aceptable, cuanto la expresión sexual del amor conyugal, tiene una incidencia directa sobre la concepción que la sociedad tiene acerca de la naturaleza y de los derechos de la familia, poniéndolos seriamente en peligro.

Es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas.
Tales comportamientos merecen la condena de los pastores de la Iglesia, dondequiera que se verifiquen. Revelan una falta de respeto por lo demás, que lesiona unos principios elementales sobre los que se basa una sana convivencia civil.

La dignidad propia de toda persona siempre debe ser respetada en las palabras, en las acciones y en las legislaciones. L reacción las injusticias cometidas contra los homosexuales de ningún modo puede llevar a la afirmación de que la condición homosexual no sea desordenada».

Discernimiento vocación homosexuales 3: La Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir al Seminario y a las Órdenes Sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la así llamada cultura gay. Dichas personas se encuentran en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres. No pueden ignorarse las consecuencias negativas que derivan de la Ordenación de personas homosexuales».

DES: DECLARACIÓN
ACERCA DE CIERTAS CUESTIONES DE ÉTICA SEXUAL.

HP: Homosexualitatis Problema

Discernimiento vocación: INSTRUCCIÓN SOBRE LOS CRITERIOS
DE DISCERNIMIENTO VOCACIONAL
EN RELACIÓN CON LAS PERSONAS
DE TENDENCIAS HOMOSEXUALES
ANTES DE SU ADMISIÓN AL SEMINARIO.

Publicado por el sacerdote Jesús Silva en Religión en Libertad

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Comentarios
29 comentarios en “Homosexualidad y Magisterio de la Iglesia
  1. Os aferrais al Magisterio de la Iglesia, pero el magisterio de la iglesia lo puede cambiar cualquier papa, y se terminó. El Magisterio está bien, pero no tiene la última palabra. La Biblia que es la palabra de Dios, no la de los hombres condena taxativamente la homosexualidad. Más Biblia, menos palabras huecas de papas.

    1. Así es, se ignora no solo el Antiguo Testamento, sino al mismísimo Heraldo de Cristo, al que no se cita ni una sola vez, cuando es muy clarito con este tema.

      1. Lo que yo entiendo que quiere decir María es que, al ser las Sagradas Escrituras una de las dos fuentes de la Revelación, junto a la Tradición, el magisterio si no se basa en la misma no es realmente magisterio. En el catolicismo no hay tres fuentes de la Revelación, sino sólo las dos mencionadas, así que no es protestante lo que dice María.

    2. Señora María,el Magisterio de la Iglesia no se puede cambiar.Además está basado en la Escritura.
      Ningún Papa se ha atrevido a tocarlo,ni lo tocará jamás,ni siquiera un hereje como Francisco.
      Por otra parte la Biblia,sólo la Iglesia está capacitada y autorizada para interpretarla,junto con el Magisterio y la Tradición.
      Otra cosa es que algún Papa escriba documentos de cosecha propia,basados en sus opiniones personales ,equivocadas o erróneas,pero eso no es Magisterio de la Iglesia ni lo modifica.

  2. Me permito recomendar no seguir dándole espacio a los homosexuales

    Que sigan con sus peculiaridades
    Pero dejemos de prestarle atención

    Y si son sacerdotes u Obispos, aunque sea de Roma, cambiemos de parroquia y cortemos los viveres

  3. Tanta insistencia con el mismo tema empieza a parecer algo obsesivo. No me extraña que los homosexuales piensen que los cat´ólicos somos homófogos. Incluso a mí ,que soy heterosexual, me agobia ya este tema.

    Los homosexuales son personas amadas por Dios y tanto dale que te pego y dale que te pego con lo mismo aleja más que acerca. Al final tal vez seamos responsables de la aversión que muchos sienten hacia la Iglesia.

    ¿Y nosotros qué? ¿no tenemos pecados? pues eso parece tanto tirar piedras siempre a los mismos…

    Su cruz es pesada , ¿no sería mejor hacer de cireneos que de acusadores?

    No me siento nada identificada con la forma de actuar que veo por aqui hacia los homosexuales. Espero que ninguno de los que visitan estas páginas lleguen a pensar, en base a los comentarios sobre este asunto ,que no son amados por la Iglesia, ni por Dios.

    Pobres…

    1. Señora ACS,a mí lo que me parece obsesivo y me harta es ver la invasión homosexual en televisión,8 de cada 10 presentadores,contertulios,periodistas varios ..etc, son homosexuales o transexuales.
      Lo que me harta es que para venderme una lavadora,una cuenta bancaria,un maquillaje, un vestido.., me planten dos lesbianas,un niño trans,o dos adolescentes gays o » familias» diversas.
      Me harta que en películas y canales para niños me metan la bandera gay,que en todos los dibujos animados metan personajes sodomitas para normalizar estos actos abominables entre los niños.
      Que enseñen esta forma torcida de sexualidad en todos los colegios públicos desde los 8 años.Y en contra de la moral de sus padres.
      Pero usted,en qué mundo vive.
      Nos está tomando el pelo,o es que usted de ese acoso mediático metiendo a rosca la sodomía no tiene queja..??????Ahh..no,a usted sólo ke molestan los católicos.
      Por favor,es usted una inmoral redomada.

      1. Maria,

        Ah…le «molesta» el pecado ajeno…
        Y usted cree q su pecado de hoy, el suyo Maria, le molestó a Jesús en su cruz? Su pecado de hoy Maria,como el de todos, le escupió a Jesús, se burló de Él, le despreció, le humilló, le arancó la carne a latigazos; su pecado Maria le coronó con corona de espinas, se las clavó en su cabeza; le clavó 15cm de hierro retorcido en cada mano y en los pies.Su pecado de ahora eh! ¿ y dígame, usted cree q su pecado le molestó a Jesús?

        Y q hace Él con usted ¿ le reprende, le insiste,le está recordando continuamente su pecado…o espera pacientemente a q vaya a confesarse para perdonarla?

        Con cada tentación usted decide entre Jesús y satanás.Con cada pecado elige al maligno. Le es infiel a Cristo. Usted sabe bien lo q se siente verdad,cuando se es engañado? pues eso le hace usted a Cristo con cada pecado. Le es infiel con el otro.

        Continua

        1. Pues usted debe actuar con los pecadores como Jesús actúa con usted pq de lo contrario no está usted amando al prójimo como Cristo la ama a usted y en consecuencia le desobedece y peca contra el amor al prójimo.

          Nosotros debemos ser pacientes con las molestias q nos ocasiona el pecado ajeno pq Jesús, q es Dios, es paciente con el nuestro,q no sólo le molesta sino q le crucifica.

          Así q sáquese la viga de su ojo y después ,si quiere, me acusa de inmoral.Mientras tanto usted no tiene autoridad para acusarme de nada.Ni a mi ni a nadie.

          PD: Y lo q digo en cuanto a su pecado lo digo en cuanto al mio y el de todos.

          1. Señora ACS,qué hizo Jesús cuando le dijo al joven rico: vende todo lo que tienes y sígueme…,LO DEJÓ IRSE.No le dijo: bueno no importa te amo igual,quédate aunque no quieras desapegarte de nada que sea tuyo.
            No lo aceptó como discípulo suyo con su apego a la riqueza ergo cualquier tipo de pecado.
            Le queda claro..??o era Jesús también un fariseo discriminador,según usted que es más buena que Dios mismo,sí debía serlo,no lo quiso con su pecado porque era el joven rico el que no quería abandonar su pecado.
            Entiende o no entiende??

          2. Y claro que es usted una inmoral redomada,porque manda callar la VERDAD,pero no ke importa el bombardeo sodomita del que es víctima la sociedad
            A usted no le importa un pimiento que los niños inocentes sean bombardeados con esta abominación.
            Sólo le molesta que la Iglesia y los católicos recordemos que eso no se hace,no sea que los gays se vayan a ofender.,y no importa que los niños y la sociedad se perviertan. LOS CATÓLICOS a callar,a ver si así los sodomitas entran en la Iglesia, pero no para vivir la castidad,sino para reclamar que la Iglesia les apruebe su pecado.
            Por favor,cuánto cinismo.

          3. SOBRE LA CARIDAD:
            » El mayor acto de caridad,hacia el prójimo,es salvar su alma del infierno»
            Santo Cura de Ars.
            Según ACS sería rígido,obsesivo,fariseo,acusador,discriminador,falto de amor con el prójimo,juzgador,homófobo,anticristiano ,crucificador de Cristo,coronador de espinas verdugo de látigo y un largo….etc,etc,etc.

          4. Si,si..
            Ya nos lo sabemos,cuando no tiene argumentos,que no los tiene,en vez de admitir su error y admitir la Verdad,sigue apalancada en la mentira,que es donde vive usted aposentada.
            Y ya sabemos todos quién es el padre de la mentira,por tanto a quién sirve usted.

          5. Maria,

            Qué mentira? que Jesús ha sido más misericordioso con usted de lo que usted lo es con los demás?

            Qué mentira? que usted tiene la piel muy fina para el pecado ajeno «porque le molesta» a la Señora, pero Jesús sufrió, sin rechistar, horrores por su pecado de ahora, el de usted Maria, que no sólo le molestó sino que le torturó?

            Qué mentira? que usted tira piedras contra los demás mientras Jesús escribe los suyos en el suelo y a usted le importa un comino?

            Qué mentira? Qué mentira? Qué mentira? …

            Lo dijo Jesús bien clarito: quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Y usted tira una cantera. Y por recordárselo me llama amoral?

            ¿ama usted al prójimo como Cristo la ha amado a usted?… ¿trata usted al prójimo como Cristo la ha tratado a usted?

            Muchos ya hemos meditado eso…y vemos nuestra miseria. ¿usted ve la suya? si la viera dejaría caer la piedra y se iría…

          6. ACS, ¿pero no habíamos quedado en «no juzgar a otros»? Entonces, ¿por qué juzga usted a María?

            Se cumple aquel sabio refrán castellano: «díme de lo que presumes y te diré de lo que careces».

            El que presume de antifariseo, es más fariseo que nadie.
            El que presume de «no juzgador», juzga más que nadie.
            El que presume de «no provocar fobias en otros», profesa más fobias que nadie.

          7. ACS,usted no!!,usted no tiene la piel fina:
            «Tanta insistencia con el mismo tema empieza a parecer algo obsesivo. No me extraña que los homosexuales piensen que los cat´ólicos somos homófogos. Incluso a mí ,que soy heterosexual, me agobia ya este tema.»
            Le agobia..,a la señora le agobia que se recuerde cuando es necesario que los actos homosexuales son abominables y ofenden a Dios.
            A ellos no los juzga,pero a mí me mete unos repasos de miedo, no teme echarme de la Iglesia,cada vez que me acusa de inmisericorde,pecadora y fariseo,porque lo suyo si que es ya recurrente,periódico, habitual y hasta obsesivo,porqué a mí si me acusa y no puede acusar un acto homosexual…,es que para usted hay categorías de pecadores???
            Abajo y denunciables.. muy denunciables.. : los rígidos y los que no callan la Verdad.
            Arriba ,dignos de toda misericordia y silencio, lo que Dios detesta y considera abominable.
            Pero usted se está viendo??
            Es patético.

        2. ACS, ¿qué mentira?

          Yo le diré su gran mentira, de puro cuño satánico: la mentira, que usted repite constantemente, de que Verdad y Caridad estén opuestas, es decir, que para amar al pecador hay que bendecir su pecado.

          La pretensión de oponer Amor de Dios a Verdad Redentora es la marca más notoria del Maligno, junto con la negación de su existencia misma.

          Todo su farfulleo sensiblero es, por tanto, semilla del Diablo. Y como primer mandamiento de la caridad, los católicos hemos de rechazarlo, a la par que orar intensamente por su conversión.

    2. ¿Pero tú lees atentamente los artículos y los comentarios?
      Los sodomitas que se lamentan todo el tiempo son los provocadores que forman parte de algún movimiento masónico, infiltrado en la Iglesia para hacer daño.
      Y no existe la heterosexualidad, porque el hombre y la mujer son los que deben mantener relaciones sexuales para procrear.
      De manera que no digas sandeces al afirmar que eres heterosexual.
      Esas absurdas divisiones las crean los de siempre para confundir a las personas.

    3. «No me extraña que los homosexuales piensen que los cat´ólicos somos homófogos»

      ¿Qué es «homófogo»? Cómo le gusta a usted inventarse palabras.

      «Los homosexuales son personas amadas por Dios»

      Dios no ama a ninguna persona por ser homosexual y menos por ejercerlo.

      «dale que te pego con lo mismo aleja más que acerca»

      Callar ante el pecado y no reconvenir al pecador, aparte de demostrar una enorme falta de caridad, no acerca a nadie. Aleja de Cristo a esas personas a las que se corfirma en el pecado, bien diciéndolas que es bueno, o bien callando. Cristo jamás dejó de condenar el pecado y de amenazar con el infierno a los pecadores impenitentes.

      «Al final tal vez seamos responsables de la aversión que muchos sienten hacia la Iglesia»

      Usted, seguro. Porque va diciendo que es católica, sin serlo, y como su laxismo y relativismo moral produce rechazo, algunos desinformados podrían rechazar a la Iglesia creyendo que usted la representa.

      1. «¿Y nosotros qué? ¿no tenemos pecados? pues eso parece tanto tirar piedras siempre a los mismos»

        Aplíquese el cuento: deje de ser farisea y de tirar piedras contra la fe católica y contra los que la profesan íntegramente (la única forma en que puede profesarse).

        «¿no sería mejor hacer de cireneos que de acusadores?»

        Aparte de que Cristo acusó a los fariseos con toda razón, ¿quién le ha engañado a usted haciéndole creer que es una cirenea? Usted no ayuda a los pecadores: les engaña y confirma en el error.

        «No me siento nada identificada con la forma de actuar que veo por aqui hacia los homosexuales»

        Entonces, ¿no está de acuerdo con que se les diga la verdad? Por otra parte, es normal en usted: ni siquiera sabe por qué los actos homosexuales son pecado, como usted misma reconoció. ¿Sabe usted algo sobre doctrina y moral católicas?

        1. «Espero que ninguno de los que visitan estas páginas lleguen a pensar, en base a los comentarios sobre este asunto ,que no son amados por la Iglesia, ni por Dios»

          Y yo espero que usted abjure de su heterodoxia y acepte la fe católica, además de que deje de hacer contra-apostolado jaleando a los pecadores y haciéndoles creer que hacen muy bien pecando. Aún no le he leído ni una sola vez dirigirse a esos homosexuales que puedan leer esta página, a los que Dios y usted aman tanto, para decirles que los actos homosexuales son pecado y que deben guardar la castidad si quieren salvarse, pues a los pecadores impenitentes Dios no les ama, como las Sagradas Escrituras (Palabra de Dios) nos dicen en numerosos pasajes, y que si mueren sin arrepentirse acabarán condenados en el infierno eterno. Esa es la fe católica (la que a usted no le gusta, ni profesa) y decirles la verdad, tanto a usted como a los homosexuales, es una obra de caridad.

          1. Anudar a un pecado -el que sea- un juicio condenatorio definitivo puede estar amparado en la Tradición y en ciertos textos bíblicos, pero es aventurado. Aventurado porque anticipa el juicio de Dios, que es Alguien y no algo, que por tanto deberá decidir sobre las consecuencias de nuestros actos. Aventurado porque degrada a Dios a mera consecuencia jurídica de una norma moral, identificándolo con dicha norma, al modo judaico. Hay que dejar a Dios ser Dios: ¿dónde quedaría su infinita -lo repito: infinita- misericordia si se pudiera anticipar el juicio eterno?
            Le pongo un ejemplo. Hay muchos casos de Santos que fueron personas ricas. La riqueza, según Nuestro Señor Jesucristo, es incompatible con la entrada en el reino de los cielos -Mt 19, 23-30; también San Pablo, en Cor 1, 6:10.- Y sin embargo, Dios ha obrado a través de ellos milagros patentes, reconocidos por la Iglesia.

          2. Dios no va a decidir nada en un juicio futuro. Usted habla de Dios en términos meramente humanos: Dios ya ha dicho previamente qué cosa es pecado y que los pecadores impenitentes se condenarán (lo decidió «in aeternum» y así nos lo reveló). Por eso la Iglesia puede decir con total seguridad: quien peque y muera sin arrepentirse se condenará: es Palabra de Dios y dogma de fe definido «ex cathedra». Dios es el mismo ayer, hoy y siempre (Él es inmutable). Aunque ni la Iglesia, ni usted, ni yo sepamos sus nombres, Dios sabe de antemano quiénes libremente se salvarán y quiénes no lo harán. Él respeta nuestra libertad: no quiere autómatas en el cielo, sino a aquellos que libremente le aman, pues no quiere obligar a nadie a amarle, ya que si es obligado no es amor. Y ya lo dejo claro el Señor: «quienes me aman guardan mis mandamientos». La misericordia de Dios es enorme… para quienes se arrepienten de sus pecados, no para aquellos que no lo hacen.

          3. Quienes no se arrepienten no van a librarse de su Justicia, por más que se autoengañen (Dios premia los buenos y castiga a los malos, como exige esa misma Justicia y Dios mismo ha revelado).

            Concluyo con estas palabras de San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia, en su «Preparación para la muerte»:

            «Pero —dirás— Dios es la misma misericordia. He aquí el tercer engaño, tan común en los pecadores, y que tantos conduce al infierno. Escribe un docto autor que la misericordia de Dios precipita más almas en el infierno que su justicia; porque los pecadores, fiados temerariamente­ de la misericordia, no dejan de pecar y se condenan».

    4. ACS, lo obsesivo es ver los estandartes multicolores en colegios, institutos, universidades, televisión, fachadas institucionales, autobuses, balcones particulares… ¿Y a usted le parece que lo obsesivo es denunciar precisamente esa obsesión?

      Como de costumbre, usted del lado incorrecto.

      Si algún homosexual piensa que yo, por ser católico, le tengo fobia, simplemente estará equivocado, y lo que piense de mi por ser leal a Cristo me importa un pimiento. No son los respetos mundanos los que me salvarán sino los divinos.

      Curiosamente, esa extrema sensibilidad de la que usted presume hacia los homosexuales luego brilla completamente por su ausencia, y se torna frialdad y crueldad extrema, cuando se trata de padres españoles pidiendo algo tan sencillo como que les respondan a su petición de una enseñanza en español en España. Su sensibilidad es sospechosamente selectiva e intermitente, ¿no cree ACS?

    5. ACS, como de costumbre, usted confunde el «no juzgar» con anunciar la Verdad de Cristo.

      Exponer lo que el magisterio salvador enseña sobre la sexualidad humana no es «juzgar a prójimo», no es acusar a nadie. Usted confunde la misericordia con la tolerancia ante el pecado.

  4. No es lo que Digan… es lo que Hacen: Desde los Años 50tas para aca… Han convertido la Iglesia Católica Romana en una Secta de Homosexuales.

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