(Vatican News)-El Padre José Guadalupe Rivas Saldaña, presidente de la Casa del Migrante de Tecate, Baja California, fue asesinado por desconocidos en los alrededores de la ciudad, en el estado mexicano de Baja California, cerca de la frontera con Estados Unidos.
De acuerdo con la prensa local, el cuerpo sin vida del sacerdote, perteneciente a la diócesis de Tijuana y párroco de la Parroquia de San Judas Tadeo, fue encontrado sin vida el pasado 17 de mayo junto a otro hombre no identificado, presentando huellas de tortura. Las autoridades judiciales ya investigan los hechos y hasta el momento no se reportan detenidos.
El recuerdo y la oración de la arquidiócesis de Tijuana
La Arquidiócesis de Tijuana y su Arzobispo Monseñor Francisco Moreno Barrón, por medio de un comunicado, han asegurado sus oraciones por “el regreso a la Casa del Padre” del presbítero José Guadalupe Rivas Saldaña, quien sirvió en la Arquidiócesis por más de 25 años.
“Oremos a nuestro Padre del Cielo que tenga misericordia de él y que pronto goce de la Patria Celestial” – escriben, pidiendo además para que “Cristo Resucitado sea fortaleza y consuelo para su Familia, el Movimiento de Renovación Carismática Católica en nuestra Arquidiócesis, La Comunidad de la Casa del Migrante de Nuestra Señora de Guadalupe y para la Parroquia de San Judas Tadeo en el Municipio de Tecate” donde el difunto sacerdote se desempeñaba como párroco.
Con el homicidio del padre José Guadalupe Rivas son ya 5 los sacerdotes fallecidos por causas violentas en México desde el 2018.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Me uno en oración por este buen sacerdote, cuyo ataque, si ha sido por odio contra la fe, lo convierte en mártir.
Señor acógelo benévolo en tu Casa celestial, amén.
Sacerdotes y periodistas son los oficios más peligrosos en México.
Y el ‘pecado’ es hablar de lo que ven que ocurre.
Nosotros no podemos ir a nuestro lugar de nacimiento, porque ésa esa región y muchas más, están dominadas por el narco.
Es muy triste.
Que Dios ayude a nuestros queridos sacerdotes y el sacerdote asesinado , que sea recibido en el cielo, cuando Dios disponga.